Estudio sobre los trastornos musculoesqueléticos en la profesión de celador

Autor: Ángel Fernández Martínez (celador del SESPA)

Resumen

Los trastornos musculo-esqueléticos son un problema de salud importante entre los celadores, siendo la movilización de pacientes una tarea frecuentemente asociada a la siniestralidad laboral.

Los accidentes por movilización de pacientes suponen un 24% del total de los accidentes de trabajo, siendo en su mayoría causados por sobreesfuerzos que afectan a la espalda (44%) y extremidades superiores (35%), siendo los celadores y los auxiliares de Enfermería los trabajadores con mayor tasa de incidencia.

Los accidentes por movilización de pacientes son una de las principales causas de siniestralidad laboral, siendo los periodos de baja más prolongados y suponiendo mayores costes respecto al total de accidentes.

La falta de formación específica y llevar a cabo movilizaciones sin la ayuda de equipos de trabajo son los principales factores determinantes de riesgo.

Palabras Clave: trastorno musculo-esquelético, sobreesfuerzo, manipulación de pacientes, celador, movilización.

Introducción

La aparición de trastornos músculo-esqueléticos es el problema de salud laboral más frecuente en Europa. El 24% de los trabajadores de la Unión Europea afirman sufrir dolor de espalda y un 22% se quejan de dolores musculares.

En España estas cifras aumentan puesto que, según la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo, un 32,9% de los trabajadores confirmaron dolores dorsolumbares de origen laboral.

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En el caso de la actividad sanitaria contamos con unos índices de absentismo laboral que triplican la media de la población activa general, en gran medida debido a accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, siendo los problemas músculo-esqueléticos la principal causa de ausencia al trabajo.

La movilización manual de pacientes es una tarea frecuente en el ámbito sanitario incluida dentro de la asistencia y cuidados a las personas enfermas, que al ser ingresadas en los centros hospitalarios ven reducidas por diferentes motivos su capacidad motora. Esta atención resulta básica para recibir unos cuidados de calidad y favorecer la recuperación y rehabilitación del paciente.

Sin embargo, esta tarea tan habitual es, según el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de Estados Unidos, es uno de los principales factores de riesgo que se asocian a la aparición de lesiones de la columna vertebral en los celadores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también identifica estas lesiones como una de las áreas de riesgo especialmente a considerar en este sector. Así mismo, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo indica que, en base a las estadísticas de siniestralidad, es factible estimar las actividades sanitarias como de alto riesgo para los trabajadores.

Objetivo

Analizar la problemática asociada a las tareas de movilización de pacientes que realizan los celadores y su relación con los trastornos musculo-esqueléticos.

Metodología

Para la realización de este trabajo se ha llevado a cabo una búsqueda bibliográfica sistemática sobre los artículos científicos publicados en diferentes bases de datos como PubMed, Cuiden y Medline, donde se han empleado filtros de búsqueda y palabras claves relacionadas con el tema a tratar. De los numerosos resultados encontrados se han seleccionado los que se ajustaban al criterio establecido para la elaboración de esta revisión, los cuales quedan reflejados en la bibliografía.

Resultados

En España, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y el conjunto de todas las normas legales que la desarrollan y que regulan sobre cómo deben ser las condiciones de trabajo en nuestro país, manifiestan la preocupación social que existe por la protección de la salud de los trabajadores y el deseo de reducir los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que se producen a diario, suponiendo además un coste alto a nivel humano y económico para nuestra sociedad. Por tanto, esto supone la inserción de una serie de cambios importantes para todas las empresas que tienen la obligación de preservar la salud de sus trabajadores.

A diferencia de otros países europeos, en España se cuenta con una trayectoria insuficiente en lo que respecta al tratamiento de los riesgos asociados a la movilización de pacientes desde un enfoque de la prevención de riesgos laborales, puesto que en la Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo para la aplicación del Real Decreto 487/1997 sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas, sólo se hace referencia a la movilización de pacientes como una tarea incluida dentro de la manipulación de cargas, pero no existe un planteamiento sobre un tratamiento de evaluación específica de las mismas, siendo las únicas orientaciones preventivas que se ofrecen las de carácter genérico.

Es por esto, que se destaca la reciente publicación de la guía ISO/TR 12296 Ergonomics – Manual handling of people in the healthcare sector, constituida como una herramienta y guía fundamental para la gestión preventiva de los riesgos asociados a la movilización manual de pacientes en el sector sanitario.

Esta guía presenta diversas metodologías para evaluar las actividades de ergonomía vinculadas a los servicios sanitarios de diferentes comunidades autónomas, tratándose de un método que plantea un análisis integrado de todos los factores de riesgo asociados a la movilización de pacientes, facilitando y agilizando la evaluación de tareas complejas.

La preocupación por la salud del trabajador surge en el siglo XVIII cuando el médico Bernardino Ramazzini, considerado como el fundador de la medicina ocupacional, publicó el primer tratado sobre las enfermedades de origen laboral que presentaban artesanos de diferentes oficios. Todo esto ha ido evolucionando hasta ser una cuestión fundamental que ha despertado el interés de las instituciones públicas.

Los trastornos musculo- esqueléticos son procesos que afectan principalmente a las partes blandas del aparato locomotor como: músculos, tendones, nervios y otras estructuras próximas a las articulaciones. Al realizar ciertas tareas, se producen pequeñas agresiones mecánicas: estiramientos, roces, compresiones. etc que cuando se repiten durante largos periodos de tiempo (meses o años), acumulan sus efectos hasta causar una lesión manifiesta. Estas lesiones se manifiestan con dolor y limitación funcional de la zona afectada, dificultando o impidiendo realizar el trabajo.

Los problemas de salud que acarrean estas lesiones van desde incomodidad, molestias y dolores hasta cuadros médicos mucho más graves que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, tanto el tratamiento como la recuperación suelen ser insatisfactorios y el resultado puede ser una discapacidad permanente o pérdida del empleo.

Estos problemas musculo-esqueléticos que sufren los celadores se deben, en gran medida, a la realización de levantamientos incorrectos, adoptar posturas incorrectas a la hora de movilizar a pacientes como levantarles, trasladarles o cambiarles de posición, así como la existencia de equipos insuficientes o inadecuados y a la movilización de pacientes en espacios reducidos.

Para evitar estos problemas se realiza el estudio ergonómico del puesto de trabajo del celador y de esta manera se puede llegar a la conclusión si esos trastornos musculo-esqueléticos que el trabajador refiere son a consecuencia de una mala realización de la movilización de los pacientes y de la adopción de posturas incorrectas a lo largo de su jornada laboral.

La Asociación Española de Ergonomía define la ergonomía como “el conjunto de conocimientos de carácter multidisciplinar aplicados para la adecuación de los productos, sistemas y entornos artificiales a las necesidades, limitaciones y características de sus usuarios, optimizando la eficacia, seguridad y bienestar”. Señala, además, que su principal objetivo es adaptar el trabajo a las capacidades y posibilidades del ser humano.

Es evidente que una alta carga de trabajo incrementa el riesgo de trastornos musculo-esqueléticos y, en concreto, en el ámbito sanitario es destacable el aumento del número de pacientes, sobre todo ancianos con altas demandas asistenciales, que sumado a la reducción del número de profesionales, los problemas de espacio y la falta de tiempo para desarrollar de las tareas, conlleva a que este sector se vea profundamente afectado por la problemática que supone ese tipo de lesiones.

Es amplia la bibliografía encontrada a nivel nacional e internacional sobre el estudio de trastornos musculo-esqueléticos entre celadores y su asociación con las tareas de movilización de pacientes. Los estudios evidencian el incremento del riesgo de sufrir estas lesiones entre los celadores que realizaban tareas de movilización de pacientes más de una vez por turno, constatándose además que un 20% de la muestra estudiada había sufrido alguna lesión de espalda en los 12 meses anteriores, pero que en el 95% de los casos dicha lesión no había sido comunicada a la empresa. Además, los resultados revelan que los efectos de las tareas de movilización de pacientes eran menores entre los celadores que utilizaban equipos de transferencia y que habían recibido formación para la utilización de dichos equipos.

La información hasta aquí presentada se centra principalmente en cómo las tareas de movilización de pacientes afectan a la zona de la espalda, pero ha de tenerse presente que este tipo de tareas pueden afectar otras zonas corporales como hombro, cuello y rodilla.

Los factores que determinan el incremento del riesgo de sufrir lesiones musculo-esqueléticas cuando se realizan tareas de movilización de pacientes son:

– Número y características de los pacientes que deben ser movilizados: va a estar determinado tanto por el número de pacientes a movilizar, como por la presencia o ausencia de sus capacidades motoras, puesto que esto también determina el tipo de movilizaciones que puedan requerir.

– Posturas y fuerza aplicada: el peso de la mayoría de los pacientes sobrepasa habitualmente los límites establecidos para la manipulación de cargas, suponiendo que las fuerzas aplicadas durante las tareas de movilización puedan ser consideradas como elevadas. El celador tiene que adaptarse a las condiciones en las que debe realizar las movilizaciones determinando también la adopción de posturas, como tener que movilizar al paciente en zonas alejadas del cuerpo y/o con el tronco flexionado, considerándose desde el punto de vista ergonómico inadecuadas.

– Ausencia o equipos inadecuados de trabajo: la realización de técnicas de transferencia de pacientes de forma manual y sin equipos de ayuda, aunque se apliquen técnicas posturales adecuadas, supone siempre un incremento del riesgo de sobrecarga biomecánica. Esto supone que todo el esfuerzo de la movilización y, en consecuencia, el peso del paciente debe ser asumido por el celador. Sólo mediante el uso de los equipos de ayuda se puede reducir las fuerzas de compresión que se producen a nivel de la columna vertebral.

– Problemas de espacio en la zona donde se movilizan los pacientes: la ausencia o incompetencia de los espacios de trabajo dificultan siempre la realización de las tareas. Este es un aspecto fundamental que va a determinar las posturas a adoptar por el celador durante las movilizaciones, que incluso puede acarrear otros riesgos de accidente además de los sobreesfuerzos como son golpes y caídas.

– Falta de formación específica para el correcto desarrollo de estas tareas: el celador que realiza las movilizaciones debe contar con formación para el desarrollo de las mismas, siendo fundamental, y no sólo para proteger la seguridad y salud de los trabajadores, sino también por la seguridad del paciente. Trabajar de forma correcta implica conocer las técnicas de movilización, mantener una buena higiene postural, tener un adecuado conocimiento de los equipos de trabajo utilizados para conseguir limitar el nivel de riesgo y trabajar en condiciones de seguridad.

Con respecto a la prevención de las lesiones musculo-esqueléticas en los celadores, es fundamental que este colectivo adopte una serie de medidas preventivas a la hora de realizar la movilización de pacientes como:

– Enseñanza al cuerpo de celadores de técnicas seguras de manipulación de pacientes y de cargas.

Realizar una técnica adecuada de levantamiento cuyo principio básico es mantener la espalda recta y hacer el esfuerzo con las piernas.

– Utilización de ayudas mecánicas como grúas, tablas de transferencia, discos giratorios, etc. y solicitar ayuda a un compañero cuando sea necesario.

– Realización de ejercicios de fortalecimiento muscular de extremidades y tronco, así como aprovechar las pausas de descanso establecidas en el trabajo para relajar los músculos que son sometidos a mayor nivel de tensión.

Conclusión

El celador es el profesional que se encuentra más expuesto a sufrir trastornos músculo-esqueléticos en el entorno hospitalario, ya que una de sus tareas fundamentales es movilizar y manipular a los pacientes.

Para realizar correctamente la evaluación de los riesgos a los que se expone un celador es importante tener en cuenta una serie de factores, entre los cuales destaca el número de movilizaciones que ha de realizar a lo largo de su jornada laboral, número de pacientes no colaboradores, la formación que haya sido recibida del trabajador en cuanto a prevención, la utilización de equipos auxiliares de movilización y el ambiente de trabajo. Todos estos factores pueden afectar en cierta manera de una forma negativa tanto para la salud del celador, como para la realización de las tareas.

La prevención, educación e información al celador es fundamental para evitar las lesiones en este colectivo.

La prevención cobra una importancia mayor para evitar los riesgos. Generalmente las prisas y la carga de trabajo hace que el celador quiera hacer todo lo más rápido posible, dejando en cierto modo a un lado el daño que puede ocasionarle en su salud.

El daño o las lesiones que tenga el celador en el hospital no solo van a condicionar su salud, sino que van a condicionar el trabajo y la manera de ofrecer cuidados a las personas que lo necesitan, puesto que sufriendo una lesión la calidad de la tarea prestada no será la adecuada.

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