Índice
Autoras: (1) Beatriz García Meré, trabajadora social; (2) Rebeca Juesas Celorio, trabajadora social; (3) Moisés Álvarez Alonso, trabajador social, (4) Benito Otero del Castillo, trabajador social.
Resumen
En este artículo se pone énfasis en describir a través de la metodología de revisión bibliográfica, la evolución histórica de la relación de los conceptos de salud, trabajo social y trabajo social sanitario, además de enmarcar a este último en la legislación española más reciente.
La evolución histórica del trabajo social va intrínsecamente unida, por tanto, a la evolución del concepto de salud incluyendo en esta el aspecto social y es por ello que la inclusión y el protagonismo de la profesión dentro del ámbito sanitario ha ido en aumento en las últimas décadas.
Introducción
Debido al fenómeno que nos acontece, en el que el envejecimiento de la población y el consecuente aumento de las personas dependientes se va haciendo más patente, la necesidad de intervención sociosanitaria en nuestra sociedad se ha visto incrementada en las últimas décadas. Ello requiere por tanto ensalzar la relevancia de la labor profesional del trabajo social en general y del trabajo social en el ámbito sociosanitario y de la salud, en particular.
Las políticas públicas, sociales y sanitarias, no deben obviar la importancia del papel que en la salud cobra, el bienestar social de las personas, grupos y comunidades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ya incluyó en su definición de salud de 1948 el concepto “social” definiéndola como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». En el año 1978, durante la Conferencia Internacional de Atención Primaria de Alma Ata, la OMS reafirma con decisión la definición de la salud adoptada en 1948, y declara además en relación a la importancia del factor social en la misma que “la salud es un derecho humano fundamental y la consecución del nivel de salud más alto posible es un objetivo social prioritario en todo el mundo, cuya realización requiere la acción de muchos otros sectores sociales y económicos, además del sector sanitario”, ratificando además que “la responsabilidad de la salud de las poblaciones corresponde a los gobiernos y que puede ser conseguida sólo mediante la provisión de unas medidas sanitarias y sociales adecuadas”.
Este acontecimiento histórico, supuso, por un lado, destacar el carácter social de las disciplinas sanitarias y por otro dar relevancia a la interdisciplinariedad de las intervenciones en la salud. A partir de ahí muchos estados asumen esta nueva concepción de la salud reorganizando parte de la estructura de sus sistemas sanitarios y dando lugar a la inclusión del Trabajo Social en los mismos.
Si atendemos a la última definición global de Trabajo Social, que fue consensuada en Melbourne en julio de 2014 por el Comité Ejecutivo de la Federación internacional de Trabajadores Sociales y por la Junta de la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social, el trabajo social se constituye como:
“una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar”.
El trabajo social como disciplina científica y profesión, guarda con la medicina y atención sanitaria una relación histórica, tal y como describe el Consejo General del Trabajo Social, creándose en los años 50 en España los primeros Servicios de Asistencia Social en los hospitales y constituyéndose las primeras Asociaciones Profesionales, que pasarán a formar más tarde los Colegios Profesionales actuales.
En España, la Reforma Psiquiátrica de 1984, supone en el contexto de la reconstrucción democrática de la sociedad el reto de atención a nuevas cronicidades surgidas con la desinstitucionalización y la necesidad de utilización de nuevas técnicas y de la integración de equipos profesionales multidisciplinares para afrontarlas. Este hecho impulsa el Trabajo Social Sanitario dentro del ámbito de los servicios de Salud Mental incluyendo a las y a los trabajadores sociales en los equipos multiprofesionales, una vez comprobados y validados los efectos positivos que el tratamiento social ejerce sobre estas personas y sus familias.
El Trabajo Social Sanitario ha sido definido por Amaya Ituarte como “la actividad profesional de tipo clínico que implica por una parte, el diagnóstico psicosocial de la persona afectada como aportación al diagnóstico global y al plan de tratamiento y por otra parte el tratamiento (individual, familiar o grupal) de la problemática psicosocial que incide o está relacionada con el proceso de salud-enfermedad, siempre dentro de un contexto general de tratamiento y en el orden de objetivos de salud a conseguir”.
La enfermedad o la pérdida de la salud en un momento dado, puede tener consecuencias directas en el ámbito individual, familiar y social de la persona afectada, por lo que, si no existen los apoyos necesarios para prevenirlas o paliarlas, la vida de las personas se puede ver muy desequilibrada y desestructurada, si bien no lo estaba ya previamente a la entrada en los sistemas de salud, como es el caso de muchas personas debido a otras diversas variables.
Las trabajadoras y trabajadores sociales del ámbito sanitario, se encargan, por tanto, de atender las demandas y necesidades sociales que puedan darse iniciándose así el proceso de intervención y de atención social.
Dolors Colom Masfret expone que la vida de aquellas personas que padecen enfermedades agudas graves, crónicas y/o degenerativas se va deshaciendo y la vida de quienes forman parte de su núcleo directo de convivencia se puede ver seriamente afectada si no se previene(…).Para que los problemas cotidianos simples no se conviertan en patologías es preciso trabajar sobre ellos muy llanamente y ésta es una de las funciones del trabajo social sanitario, la intervención sobre lo básico para mantener a las personas en su máxima autonomía e independencia social.
En el estado español, dando un salto cuantitativo y cualitativo en el tiempo, si atendemos al marco legal en el que se mueve a nivel nacional, será en la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, donde se haga referencia específica al trabajo social y a la atención sociosanitaria en los siguientes artículos:
El artículo 7 establece el catálogo de prestaciones del Sistema Nacional de Salud, mencionando, entre otras, la atención sociosanitaria.
El artículo 12 establece que “la atención primaria es el nivel básico e inicial de atención que garantiza la globalidad y la continuidad de la atención a lo largo de toda la vida del paciente, actuando como gestor y coordinador de casos y regulador de flujos. Comprenderá actividades de promoción de la salud, educación sanitaria, prevención de la enfermedad, asistencia sanitaria, mantenimiento y recuperación de la salud, así como la rehabilitación física y el trabajo social”.
El artículo 14 especifica el contenido general de la atención socio sanitaria que la ley contempla, estableciendo que la misma comprende: “el conjunto de cuidados destinados a aquellos enfermos, generalmente crónicos, que por sus especiales características pueden beneficiarse de la actuación simultánea y sinérgica de los servicios sanitarios y sociales para aumentar su autonomía, paliar sus limitaciones o sufrimientos y facilitar su reinserción social”. En el ámbito sanitario, la atención sociosanitaria se llevará a cabo en los niveles de atención que cada comunidad autónoma determine y en cualquier caso comprenderá:
a) Los cuidados sanitarios de larga duración
b) La atención sanitaria a la convalecencia.
c) La rehabilitación en pacientes con déficit funcional recuperable. La continuidad del servicio será garantizada por los servicios sanitarios y sociales a través de la adecuada coordinación entre las Administraciones públicas correspondientes.
Conclusiones
La evolución histórica del trabajo social va intrínsecamente unida, por tanto, a la evolución del concepto de salud incluyendo en esta el aspecto social y es por ello que la inclusión y el protagonismo de la profesión dentro del ámbito sanitario ha ido en aumento en las últimas décadas.
El trabajo social sanitario es por tanto una disciplina y herramienta necesaria en el contexto social y sanitario, constituyéndose como potenciadora de la salud a nivel individual, familiar y comunitario.
Tal y como recoge el Consejo General de Trabajo Social, “el trabajo social sanitario supone un ejercicio profesional diferenciado del de otros entornos y caracterizado por ejercer de forma cotidiana funciones de apoyo y ayuda a personas y familias inmersas en procesos de dificultades de salud, dirigiendo sus intervenciones a la recuperación, normalización y adaptación social, centrando su práctica asistencial en el incremento de la autonomía y la recuperación de la salud, y garantizando la toma de decisiones responsable, respetuosa con la autodeterminación, individualización y al ritmo que el proceso de cada individuo requiera desde el respeto a las particularidades”.
Las políticas públicas han de dar la debida respuesta ante los problemas sociosanitarios que se presentan con cada vez mayor frecuencia en el contexto de una sociedad envejecida y con mucha población dependiente. Es por ello, que al existir sobradas evidencias de que la salud no se limita a aquello puramente biológico, se ha de potenciar el trabajo social en el ámbito sanitario, reconociéndolo como tal e impulsando la labor que este desempeña en la vida de las personas que atraviesan dificultades de salud unidas a necesidades sociales.
BIBLIOGRAFÍA
Abreu Velázquez, Mª C.,(2009). “El trabajo social sanitario en la atención primaria de salud. ENE. Revista de enfermería”. ISSN-e 1998-348X.
Consejo General del Trabajo Social. Revista Servicios Sociales y Política Social Nº105. 2014.
Colom Masfret, D., (2008).” El trabajo social sanitario: Atención primaria y atención especializada, teoría y práctica”. Editorial Siglo XXI.
Colom Masfret, D. “El trabajo social sanitario como herramienta de gestión”. ISSIS (Institut de Serveis Sanitaris i Socials).
Colom, D. (2006) “La planificación el alta hospitalaria: el primer eslabón en la continuidad asistencial”. Sedisa. Número 3.
Colomer, M. (1974) Método de Trabajo Social. “Experiencias de aplicación del Método de Trabajo Social: Clínica Mental”. RTS. Número 55. Barcelona.
Consejo General de Trabajo Social. (2014).El trabajo social y su relación con la salud. Una relación histórica.
Desviat, M. (2011). La reforma psiquiátrica 25 años después de la Ley General de Sanidad. Revista Española Salud Pública, 2011; 85: 427-436. N º 5 – Septiembre-Octubre 2011;
Ituarte Tellaeche, A. (1992) Procedimiento y proceso en el Trabajo social clínico. Siglo XXI.
Ley 16/2003 de 28 de mayo de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud. Recuperado a partir de https://www.boe.es/buscar/pdf/2003/BOE-A-2003-10715-consolidado.pdf.
Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, Nueva York. 22 de julio de 1946.