Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 10–Octubre 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº10: 161
Autor principal (primer firmante): Irene Figuer Enciso
Fecha recepción: 17 de septiembre, 2023
Fecha aceptación: 12 de octubre, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(10) 161
Autores:
- Irene Figuer Enciso (Fisioterapeuta)
- Carlos García Ruiz (Celador)
- Francisco Delgado Quintana (Celador)
- Carlos Enrique Rastrero (Celador)
- Nuey Montero Sanz (TCAE)
- Diego Jeria Ordóñez (Enfermero)
Resumen
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
A medida que la enfermedad progresa, los pacientes experimentan una pérdida gradual de la memoria y la función cognitiva, lo que puede dificultar su capacidad para llevar una vida independiente.
Si bien no existe una cura definitiva para el Alzheimer, se ha demostrado que una alimentación adecuada puede tener un impacto positivo en la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.
Palabras clave: Alzheimer, nutrición, dieta mediterránea
Importancia de la alimentación en el Alzheimer
La alimentación desempeña un papel crucial en la salud en general, y no es diferente en el caso del Alzheimer.
Una dieta equilibrada y nutritiva puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad, mejorar la función cognitiva y reducir los síntomas conductuales. Aquí hay algunas pautas sobre la alimentación beneficiosa para las personas con Alzheimer:
Desarrollo
Antioxidantes y ácidos grasos Omega-3
Los antioxidantes, como las vitaminas C y E, pueden ayudar a proteger las células cerebrales del daño causado por los radicales libres. Los alimentos ricos en antioxidantes incluyen frutas y verduras de colores brillantes, como las bayas, las espinacas y el brócoli.
Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado graso (como el salmón y el atún), las nueces y las semillas de lino, también son beneficiosos para el cerebro. Se ha demostrado que estos ácidos grasos reducen la inflamación y promueven la salud cerebral.
Dieta mediterránea
La dieta mediterránea es conocida por sus beneficios para la salud del corazón, pero también se ha relacionado con una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Esta dieta se caracteriza por el consumo de aceite de oliva, pescado, frutas, verduras, nueces y granos enteros. Limitar el consumo de carne roja y azúcares refinados es una parte fundamental de esta dieta.
Hidratación adecuada
La deshidratación puede afectar negativamente la función cognitiva. Es importante asegurarse de que las personas con Alzheimer estén bien hidratadas.
A menudo, los pacientes pueden olvidar beber suficiente agua, por lo que es fundamental ofrecerles líquidos regularmente.
Comidas pequeñas y frecuentes
En lugar de tres comidas grandes al día, es beneficioso ofrecer comidas más pequeñas y frecuentes. Esto puede ayudar a mantener un nivel de energía constante y evitar la irritabilidad y la confusión que pueden surgir cuando se tiene hambre.
Evitar el alcohol y la cafeína en exceso
El alcohol y la cafeína pueden afectar negativamente la cognición y el comportamiento de las personas con Alzheimer.
Es importante limitar o eliminar el consumo de estas sustancias, especialmente si se observa que tienen un impacto negativo en el individuo.
Adaptarse a las preferencias individuales
Cada persona es única, y lo que funciona para una persona con Alzheimer puede no ser adecuado para otra. Es importante adaptar la alimentación a las preferencias y necesidades individuales.
Algunas personas pueden tener dificultades para masticar o tragar, por lo que es esencial ofrecer alimentos que sean fáciles de consumir.
Suplementos básicos
A veces, puede ser necesario considerar suplementos vitamínicos o minerales si la persona con Alzheimer tiene deficiencias nutricionales. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplemento.
Conclusiones
En resumen, la alimentación desempeña un papel vital en la calidad de vida de las personas con Alzheimer.
Una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y basada en la dieta mediterránea puede ayudar a mejorar la función cognitiva y reducir los síntomas conductuales.
Además, mantenerse hidratado y adaptarse a las preferencias individuales son elementos clave para garantizar una nutrición adecuada.
Siempre es aconsejable trabajar con un profesional de la salud o un dietista registrado para desarrollar un plan de alimentación personalizado para las personas con Alzheimer, ya que cada caso es único.
Si bien la alimentación por sí sola no puede curar el Alzheimer, puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de quienes lo padecen.
En última instancia, el objetivo es proporcionar una alimentación que no solo nutra el cuerpo, sino también el cerebro, ayudando así a las personas con Alzheimer a mantener la mayor independencia y calidad de vida posible a medida que enfrentan los desafíos de esta enfermedad devastadora.
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