Índice
Autores: David Pérez Lorenzo, Andrea Ramos Campo, Beatriz Tuñón Fueyo, Marisol Martínez Chacón, Natalia Pérez Lorenzo
Introducción
Una causa muy común de consulta médica en el Servicio de Urgencias es la disnea, un síntoma manifestado por el paciente, una sensación subjetiva que él percibe.
Los signos que en la exploración indican que el paciente tiene dificultad respiratoria son tiraje, trabajo respiratorio o taquipnea entre otros.
Su etiología es muy diversa, puede deberse a alteraciones de la función pulmonar o cardiaca, no relacionadas con estos como pueden ser anemia, ansiedad o alteraciones del equilibrio ácido-base e incluso mecanismos no patológicos como el ejercicio (1).
Una de las patologías que puede cursar con disnea es la insuficiencia respiratoria aguda (IRA), situación en la que se produce una alteración del intercambio gaseoso y que se caracteriza por presentar niveles de presión parcial arterial de oxígeno (PaO2) inferiores a 60 mmHg, considerándose el rango normal entre 80-100 mmHg, se denomina hipoxemia a una situación previa en la que los niveles de PaO2 serían menores de 80 mmHg. Teniendo en cuenta además los niveles de presión parcial de dióxido de carbono (PCO2), puede producirse una IRA hipercápnica si estos son mayores de 45 mmHg. Se puede presentar además IRA sin disnea, como puede ocurrir en una situación que se produzca hipoventilación, como por ejemplo por administración de opiáceos (2 y 3).
Una parte esencial del tratamiento de estos procesos va dirigida al aporte extra de oxígeno, el cual se puede realizar con diferentes mecanismos que permiten flujos de oxígeno bajos o altos, estos últimos serían mayores de 6 litros por minuto (lpm de aquí en adelante). Los dispositivos tradicionales mediante los cuales se suele administrar oxigenoterapia son las gafas nasales y mascarillas con o sin reservorio, que no permiten administrar flujos mayores de 15 litros por minuto. En la oxigenoterapia de alto flujo (OAF) a diferencia de los dispositivos tradicionales, se administra aire humedecido y caliente, lo que permite este aumento del flujo debido a la mejor tolerancia por parte del paciente y la disminución de los efectos adversos (4 y 5).
Objetivos
Objetivo general
Conocer el estado actual del uso de nuevos métodos de aplicación de oxigenoterapia utilizados en los servicios de urgencias, en este caso, de las cánulas nasales de alto flujo.
Objetivos específicos
- Conocer los métodos de oxigenoterapia utilizados en los servicios de
- Determinar las principales enfermedades subsidiarias a oxigenoterapia de alto
- Comparar las ventajas de la oxigenoterapia de alto flujo (OAF) frente a otros métodos de
- Describir las situaciones en las que la oxigenoterapia de alto flujo (OAF) está
- Analizar las posibles
Metodología
Se realizó una revisión sistemática de artículos de bases de datos y documentos de revistas electrónicas del ámbito de la salud.
Se efectuó una búsqueda bibliográfica de artículos en español, publicados en los últimos seis años, en bases de datos (ClinicalKey, Ciberindex, UpToDate, PubMed, Cochrane, etc.) y revistas electrónicas (Enfermería Intensiva y Medicina Intensiva), utilizando las palabras clave: oxigenoterapia, cánulas nasales, alto flujo y ventilación no invasiva. Se extrajeron un total de diez artículos, de los cuales se seleccionaron ocho de ellos por ser de mayor interés para la revisión teórica.
Resultados y discusión
Se está implantando en los Servicios de Urgencias para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria un nuevo método de oxigenación de alto flujo con cánulas nasales como interfase (OCNAF), que permiten administrar el flujo de oxígeno humedecido y caliente (1).
Para este método de oxigenación se precisa una toma de oxígeno y una de aire, un mezclador de gases, un mecanismo de humidificación y un calentador con control de temperatura, un caudalímetro que permita flujos altos y bajos, una tubuladura, unas cánulas nasales y un sistema de suministro de alto flujo con calor y humedad (4).
La oxigenoterapia de alto flujo (OAF) mejora la oxigenación de los pacientes con hipoxemia debido a que se administra el oxígeno menos diluido, llegando a alcanzar un flujo que alcanza el pico de demanda inspiratoria del paciente y consiguiendo que la FiO2 administrada se aproxime más a la real que recibe el paciente. Esta mejora de la oxigenación también se consigue ya que produce una disminución del espacio muerto anatómico, de la frecuencia respiratoria, del trabajo respiratorio y a que genera una cierta presión positiva en la vía aérea (CPAP) que favorece el reclutamiento alveolar (6 y 7).
Está indicado en situaciones de IR moderada-severa, hipoxemia refractaria a tratamiento de oxigenoterapia habitual, como alternativa a ventilación mecánica no invasiva (VMNI), en el destete de ventilación mecánica invasiva (VMI) y no invasiva, apneas obstructivas del sueño, asma, neumonía, bronquiolitis e insuficiencia cardíaca, entre otras (4).
Se han demostrado beneficios del uso de oxigenoterapia de alto flujo (OAF) en pacientes con insuficiencia cardiaca aguda que no responden a la oxigenoterapia convencional, en los que el uso de estos dispositivos mejora la hipoxemia y la frecuencia cardíaca (8).
Es un buen método de suministro de oxígeno previo y durante la intubación orotraqueal (IOT), ya que la interfase nasal no impide la introducción del laringoscopio ni del tubo endotraqueal, pudiendo seguir suministrando oxigenoterapia de alto flujo durante esta maniobra para evitar la hipoxemia del paciente, lo que era inviable con el resto de dispositivos de oxigenación de alto flujo (6).
Se debe usar con precaución en pacientes con hipercapnia, algunos estudios demuestran que puede ser útil la administración de altos flujos de gas ya que producirían una reducción de la PaCO2 y mejora del pH, pero utilizando una FiO2 baja para evitar la hipercapnia (6).
Efectos secundarios descritos no son muy importantes, puede dar lugar a heridas en las fosas nasales, distensión abdominal por meteorismo, rinorrea y riesgo de infección nosocomial entre otras (4 y 5).
Conclusión
La utilización de las gafas nasales como interfase mejora la comodidad del paciente frente a las mascarillas faciales, permite la comunicación oral, la ingesta, genera menos ruido y menor sequedad de las mucosas.
Varios estudios han demostrado que la utilización de oxigenoterapia de alto flujo (OAF) podría reducir la necesidad de uso de ventilación mecánica no invasiva (VMNI) y ventilación mecánica invasiva (VMI) en los pacientes con IRA, aunque todavía son necesarios más estudios.
Bibliografía
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- Cánulas nasales de flujo alto para la asistencia respiratoria en pacientes adultos con cuidados intensivos (Revisión Cochrane traducida). Corley A., Rickard C.M., Aitken L.M., Johnston A., Barnett A., Fraser J.F., et al. Cochrane Database of Systematic