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Autora: Zhor El Mazani El Mazani (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería)
Resumen
La infección urinaria (IU) nosocomial se relaciona principalmente con la utilización de la sonda urinaria. En la etiología de la IU del paciente portador de una sonda vesical intervienen múltiples microorganismos, lo cual dificulta la elección de un tratamiento empírico adecuado, en especial si se sospecha de una infección por microorganismos multirresistentes. En el paciente sondado, las manifestaciones clínicas son menos características y el diagnóstico a menudo es difícil.
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, como profesional de la salud que está más en contacto con los pacientes hospitalizados, debe detectar de forma inmediata cualquier alteración que se produce en el paciente portador de sondaje vesical.
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, como responsable del cuidado de la sonda vesical, tiene que seguir una estricta limpieza y precauciones con la misma, teniendo como principal objetivo prevenir la infección urinaria.
Palabras clave: infección urinaria, bacteriuria, sondaje vesical, TCAE.
Introducción
El sondaje vesical es una técnica que se basa en la introducción de una sonda hasta la vejiga urinaria atravesando el meato uretral para facilitar así el vaciado de la misma cuando el paciente por problemas patológicos no puede expulsar los desechos del metabolismo al exterior por sí solo, teniendo una finalidad terapéutica o diagnostica.
Los casos en los que se emplea un sondaje vesical suelen ser:
- Retención urinaria por obstrucción de la uretra.
- Intervenciones quirúrgicas: permitiendo la cicatrización de las vías urinarias después de la cirugía.
- Control de diuresis: permite conocer la cantidad de orina eliminada por el metabolismo.
- Tratamientos terapéuticos: mantiene la zona genital seca en pacientes incontinentes en casos especiales, como por ejemplo en el tratamiento de escaras, ulceras por presión o dermatitis de contacto en la región genitourinaria o sacra de difícil manejo.
- Recogida de muestras estériles.
- Introducción de medicamentos con fines exploratorios o terapéuticos.
La infección del tracto urinario (ITU) de origen nosocomial se relaciona con la presencia de una sonda urinaria (SU) en más del 80% de los casos, asociándose el resto con otras manipulaciones genitourinarias tales como cirugía urológica.
Las sondas urinarias siguen siendo las causas más frecuentes de infección del tracto urinario (ITU) nosocomial, aunque su frecuencia ha disminuido en los últimos años con la utilización de los sistemas de drenaje urinario cerrados. A pesar de ello, constituye un problema de salud pública, por su frecuencia y morbilidad, tanto en el hospital como en centros de larga estancia.
La prevalencia de infección nosocomial por sonda urinaria, que en la década de los sesenta era del 40%, se ha reducido de forma progresiva, y según los estudios realizados como el Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE) de 2015 el 19% de los pacientes hospitalizados eran portadores de una sonda vesical, siendo más del 80% con sistema cerrado. El 19,5% de los pacientes con infección nosocomial adquirida en el hospital eran del tracto urinario (ITU) asociadas a la cateterización vesical, intervención que altera los mecanismos de defensa y proporciona un acceso más fácil de uropatógenos a la vejiga.
La prevalencia del sondaje vesical varía mucho según los estudios y en el último estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Guía Práctica “Prevención de las Infecciones Nosocomiales”, indicaban que las infecciones urinarias causan menos morbilidad que otras infecciones nosocomiales pero, a veces, pueden ocasionar bacteriemia y potencialmente la muerte. Sin embargo, estas complicaciones adquieren cada día más importancia, resultado de la disminución de la efectividad de los antibióticos más utilizados en las infecciones habituales, según ha comunicado en marzo del 2017 la OMS, por primera vez en su historia, para concienciar de la necesidad de crear nuevos y más importantes fármacos.
Las ITU de origen nosocomial reflejan una pérdida de la calidad asistencial y la seguridad del paciente, motivo por el cual se hace evidente unos adecuados criterios de actuación en la inserción, mantenimiento y retirada del catéter vesical, con el objetivo de minimizar los potenciales factores que contribuyen a las infecciones urinarias.
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, como responsable de los cuidados del paciente y, por lo tanto, del catéter vesical, tiene que encaminar sus cuidados a conservar la integridad de la misma, proporcionando una limpieza adecuada, una manipulación correcta e intentando que el paciente se sienta con el mayor grado de confort posible.
Objetivos
- Analizar los principales factores de riesgo presentes para infección del tracto urinario (ITU) nosocomial asociada a sondaje vesical.
- Conocer los microorganismos más frecuentes en ITU por sondaje vesical, así como sus síntomas y diagnóstico.
- Conocer las medidas de prevención para evitar las infecciones del tracto urinario (ITU) en pacientes portadores de sonda vesical.
- Establecer un plan de mejoras y prevención para que el Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería pueda aplicarlo en pacientes portadores de sondaje vesical.
Metodología
Se ha llevado a cabo una búsqueda sistemática de la bibliografía realizando una síntesis de toda la información encontrada sobre la infección urinaria asociada a sondaje vesical, así como sus riesgos, beneficios, prevalencia, prevención y manejo del catéter. La búsqueda se ha realizado en diferentes bases de datos científicas como: Elsevier, Cuiden, Dialnet, Medline, PubMed y Lilacs, en las cuales se han encontrado numerosos artículos publicados en diferentes idiomas.
De este gran resultado encontrado, se han seleccionado todos aquellos artículos que se consideran que tienen una estrecha relación con el tema del trabajo a tratar, recolectando buena información de ellos. Se han empleado palabras clave como: sonda vesical, infección urinaria, TCAE, prevención.
Resultados
En condiciones normales, el tracto urinario tiene unos mecanismos de defensa innatos que evitan la colonización de la vejiga urinaria. Entre ellos se incluyen la longitud de la uretra y la propia micción. En el paciente portador de sondase vesical el bulbo de la sonda impide el vaciamiento completo de la misma, quedando orina residual.
Los microorganismos causales de la infección urinaria por sondado proceden de la propia flora del paciente, modificada frecuentemente por la presión antibiótica y la transmisión cruzada por las manos del personal sanitario.
La infección inicial en el paciente con sondaje corto suele ser monomicrobiana y es causada en la mayoría de las ocasiones por E. Coli u otras enterobacterias.
Con respecto al diagnóstico de infección urinaria sintomática es difícil en el paciente sondado, por lo inespecífico de los síntomas clínicos (sobre todo en pacientes de edad avanzada), por el hecho que el propio sondaje urinario puede causar un síndrome irritativo vesical, y por el escaso valor predictivo de infección clínica que tiene la presencia de piuria.
Las recientes guías de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) concluyen que son signos y síntomas compatibles con ITU la presencia de fiebre, escalofríos, alteración del estado mental, mal estado general o presencia de obnubilación sin otra etiología evidente, hematuria aguda, dolor en el flanco y/o en el ángulo costovertebral y, en pacientes en los cuales se ha retirado ya el catéter, presencia de disuria, urgencia, polaquiuria y/o presencia dolor o molestias suprapúbicos. Además, en el paciente lesionado medular un aumento de la espasticidad y signos de disreflexia autonómica hace indicar también síntomas compatibles con ITU.
En relación a la prevención de las ITU relacionadas con el catéter vesical se puede actuar a distintos niveles y existen factores de riesgo modificables.
Debe recordarse que la mayoría de las bacteriurias relacionadas con el catéter vesical son asintomáticas y, por lo tanto, las medidas de prevención tienen un impacto clínico mucho menor, ya que son pocos los pacientes que desarrollan una ITU sintomática.
Evaluación de la necesidad de inserción y retirada precoz del catéter
Es conocido que alrededor del 50% de las cateterizaciones son innecesarias, recordando que salvo circunstancias especiales, el sondaje vesical no está indicado para el control de la incontinencia urinaria. Por otro lado, su duración a menudo es excesiva y existen otras alternativas de drenaje vesical con menos riesgo de bacteriuria, como la sonda-condón en los varones y la cateterización intermitente en los lesionados medulares.
Por lo tanto, evitar la colocación de sondaje urinario y acortar la duración del sondaje son medidas primordiales para reducir la infección urinaria nosocomial Sin embargo, estas medidas preventivas no son eficaces para prevenir la bacteriuria en el sondaje permanente, donde la prevención irá encaminada a evitar la obstrucción y la infección clínica.
Inserción y cuidado del catéter
Con respecto a la inserción del catéter, el Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) procederá a la preparación del material necesario. Posteriormente, antes de iniciar la técnica, el TCAE debe confirmar la identificación del paciente mirando sus datos personales en la pulsera y preguntando su nombre y apellidos a él mismo o su familiar con los datos de la historia, durante el procedimiento estarán exclusivamente los profesionales necesarios. En caso de que hubiese profesionales en prácticas el paciente deberá dar
su conformidad. Se respetará en todo momento la intimidad del paciente, mediante biombos o cortinas en caso de compartir habitación, mantener puertas cerradas para garantizar la intimidad y evitar situaciones incomodas.
Existen diferencias entre el sondaje femenino, masculino y de niños. En todos los casos la parte no estéril la realizara el TCAE que consiste en el lavado de los genitales según protocolo de actuación dependiendo del paciente a sondar.
Una vez que se ha realizad el sondaje vesical por el/la enfermera, el TCAE limpiará la zona de trabajo, retira el material usado y colocará al paciente en una posición cómoda. Posteriormente, registrará la actividad realizada.
Las medidas generales destinadas a prevenir la bacteriuria en un sondaje de corta duración incluyen la utilización de un equipo estéril y una técnica aséptica en el momento de la inserción, reducir al mínimo las desconexiones de la sonda urinaria con el sistema colector, asegurándose que este último esté en una posición declive respecto a la vejiga, y evitar que el tubo caiga por debajo de la bolsa de recogida. También es importante el lavado de manos antes y después de vaciar el depósito de orina, minimizando así la contaminación exógena del mismo y el riesgo de transmisión cruzada de microorganismos resistentes.
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, como responsable del cuidado de la sonda vesical, tiene que seguir una estricta limpieza y precauciones con la misma, teniendo como principal objetivo prevenir la infección urinaria. Por ello, se deben cumplir unas rigurosas normas de higiene tanto para la limpieza de la piel cercana a la sonda como para el propio catéter, además de vigilar los posibles signos de infección urinaria. Los cuidados que el TCAE debe seguir serán:
Antes de manipular la sonda debe realizarse un cuidadoso lavado de manos. También haya que realizar le lavado de manos antes y después de cambiar la bolsa de orina.
Después de la limpieza se puede utilizar solución antiséptica (clorhexidina acuosa). La sonda puede rotarse para evitar adherencias.
- En mujeres, la limpieza se realizará de delante hacia atrás. En hombres, es importante retraer el prepucio para limpiar el glande y luego devolverlo a su posición para evitar lesiones. En ellos hay que limpiar desde la punta del pene hacia atrás, sin volver de zonas sucias a limpias
- Limpiar con una esponja o una toalla impregnada en jabón. Es muy importante aclarar y secar bien.
- Hay que eliminar cualquier incrustación que haya en la sonda o en la conexión con la bolsa.
- No aplicar polvos ni lociones a la piel que rodea la sonda.
- Vigilar regularmente que la sonda no se encuentra acodada y que la orina fluye normalmente hacia la bolsa colectora.
- Mantener la bolsa colectora por debajo del nivel de la vejiga.
- No tener tirante la bolsa y tener especial cuidado en no dar tirones bruscos ya que se puede soltar la bolsa o retirar la sonda.
El técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería debe detectar los posibles signos de infección, los cuales serán:
- Aparición de fiebre.
- Cambios en color u olor de la orina. Turbidez.
- Dolor costal o lumbar.
- Quemazón o dolor en la vejiga.
- Malestar general, confusión, apatía.
Además, como hemos mencionado anteriormente, otros aspectos de los que debe estar pendiente el TCAE son de los problemas mecánicos del sondaje, como: escape de orina alrededor de la sonda, obstrucción, heridas en el meato, etc. También si existen otros problemas como aparición de sangre en la bolsa, diuresis mayor de la esperada o cualquier otra preocupación.
Estrategias de prevención una vez colocada la sonda urinaria
La aplicación de antibióticos en la bolsa recolectora o los lavados vesicales con antibióticos o antisépticos locales, aunque pueden retrasar la aparición de la bacteriuria, no reducen el número de infecciones urinarias sintomáticas y en contraposición tienen como inconveniente facilitar el desarrollo de infecciones por microorganismos resistentes, puesto que el circuito cerrado se transforma en abierto. Son también estrategias de prevención las citadas anteriormente en el apartado de cuidados del catéter.
Según los estudios, la instauración de los sistemas de drenaje cerrado reduce la incidencia de bacteriuria e infección del tracto urinario (ITU) sintomática en pacientes portadores de sonda vesical corta o suprapúbica; sin embargo, la eficacia de esta medida en la prevención de ITU sintomáticas es menos clara en pacientes con sondaje vesical prolongado.
No es recomendable la utilización de sistemas de drenaje complejos, puesto que su coste es superior y no reducen la incidencia de bacteriuria de forma significativa.
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería debe mantener sesiones de formación de forma periódica para evitar violaciones del sistema de drenaje cerrado, como, por ejemplo, en la toma de un urocultivo que deberá obtenerse mediante punción de la sonda o del dispositivo pertinente, y nunca desempalmando la sonda de la bolsa recolectora.
Por otro lado, varios estudios tanto observacionales como controlados, han demostrado que la administración de antibióticos sistémicos reduce la incidencia de bacteriuria e infección urinaria en las 2 primeras semanas de la colocación del sondaje vesical. Sin embargo, la administración de antibióticos sistémicos se asocia a un riesgo de colonización por microorganismos resistentes.
Conclusiones
El Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería requiere de una cualificación en cuanto al sondaje vesical, puesto que es el profesional que más contacto tiene con el paciente, detectando de forma inmediata cualquier alteración que se produce en él tanto a nivel de cuidados como a nivel médico, ofreciendo unos cuidados integrales y de calidad tanto al paciente como a las familias.
Los cuidados realizados por el TCAE antes, durante y después del sondaje permiten evitar y detectar posibles infecciones nosocomiales en el paciente.
El plan de cuidados por parte del TCAE debe ser personalizado para cada paciente, intentando en todos los casos educar al paciente y/o a su cuidador en unos cuidados básicos, pero no siempre son efectivos. Por ello, un buen protocolo higiénico es fundamental para evitar las infecciones, aunque en ocasiones por diferentes causas no se consigue.
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