Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 9–Septiembre 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº9: 229
Autor principal (primer firmante): Isabel Morer Calvo
Fecha recepción: 20 de agosto, 2023
Fecha aceptación: 17 de septiembre, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(9) 229
Autores:
- M.ª Isabel Morer Calvo
- M.ª Carmen Marco Villarroya Daniel Sanz Gómez
- Jessica Palos Sevil
- María José Fernández Macarro
Categoría: TCAE
Palabras clave: autismo, Asperger, síndrome de Heller, DSM-5, CIE-11, TEA, condición neurológica.
Introducción
En este artículo trataremos el tema del autismo. Daremos la definición general del autismo, veremos los tipos o grados de autismo; de cada uno de ellos daremos una breve explicación y para finalizar explicaremos como debemos tratar o dirigirnos a personas afectadas por este trastorno.
El autismo, también conocido como trastorno del espectro autista (TEA), es una condición neurológica que afecta el desarrollo y la comunicación social de una persona.
Se caracteriza por una serie de síntomas que pueden variar ampliamente en cada individuo, lo que da lugar al término «espectro» en el nombre.
Los síntomas del autismo generalmente aparecen en la infancia temprana y persisten a lo largo de la vida, aunque pueden manifestarse de diferentes maneras y en distintos grados en cada persona.
Algunos de los síntomas comunes del autismo incluyen dificultades en la comunicación verbal y no verbal, dificultad para comprender y responder a las interacciones sociales, comportamientos repetitivos o estereotipados, intereses o actividades restringidas y una sensibilidad atípica a estímulos sensoriales, como ruidos fuertes o luces brillantes.
Clasificación de los principales tipos de autismo
El autismo se considera un trastorno del espectro debido a que existen diferentes formas y niveles de afectación.
No hay una única clasificación universalmente aceptada para los tipos de autismo, pero algunos de los términos que se han utilizado para describir diferentes presentaciones dentro del espectro incluyen:
- Trastorno autista (autismo clásico): Se solía utilizar este término para describir a individuos con síntomas más severos y significativos en áreas de comunicación, interacción social y comportamiento repetitivo.
- Síndrome de Asperger: Este término solía utilizarse para describir a personas con habilidades lingüísticas preservadas, pero con dificultades en la interacción social y comportamientos repetitivos. Actualmente, en muchos sistemas de clasificación, el síndrome de Asperger ya no se considera una categoría diagnóstica separada y se encuentra dentro del espectro autista.
- Trastorno desintegrativo infantil (síndrome de Heller): Se utilizaba para describir a niños que desarrollaban habilidades sociales y de comunicación normalmente durante los primeros años de vida, pero luego experimentaban una pérdida significativa de esas habilidades antes de los 10 años.
- Trastorno generalizado del desarrollo no específico: cuando los signos y síntomas de la persona afectada son demasiado heterogéneos y no encajan en su totalidad con los tres tipos anteriores, se le denomina con este nombre se emplea la etiqueta diagnóstica de “trastorno generalizado del desarrollo no especificado”.
Hoy en día, con las revisiones del manual de diagnóstico DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), estas categorías se han integrado bajo el término general «Trastorno del Espectro Autista» (TEA).
El TEA incluye una amplia gama de características y niveles de afectación, desde formas más leves a formas más severas.
Tratar a una persona con autismo requiere un enfoque individualizado y comprensivo, ya que cada persona en el espectro autista es única y puede tener diferentes necesidades y habilidades.
Algunas pautas generales que pueden ser útiles para interactuar y apoyar a una persona con autismo
- Educarse sobre el autismo: Es fundamental aprender más sobre el autismo y cómo puede afectar a la persona en sus habilidades de comunicación, interacción social y comportamiento. Cuanto mejor se entienda el autismo, más fácil será adaptarse y brindar un apoyo adecuado.
- Comunicación clara y concisa: Usar un lenguaje simple y claro al hablar con la persona, evitando jergas o expresiones ambiguas. Ser paciente y dar tiempo para que la persona pueda procesar y responder adecuadamente.
- Respetar sus intereses y necesidades: Reconocer y respetar las áreas de interés y pasatiempos de la persona con autismo. Estas actividades pueden ser importantes para su bienestar emocional y pueden ser una forma de conectar con ellos.
- Fomentar la comunicación: Utilizar diferentes formas de comunicación, como el uso de imágenes, pictogramas o sistemas de comunicación alternativa, si es necesario, para ayudar a la persona a expresar sus necesidades y deseos.
- Crear un ambiente estructurado: Proporcionar rutinas claras y consistentes para reducir la ansiedad y el estrés.
- Evitar estímulos sensoriales abrumadores: Las personas con autismo pueden ser sensibles a ciertos estímulos sensoriales, como luces brillantes, ruidos fuertes o texturas inusuales. Identificar y evitar o reducir estos estímulos cuando sea posible.
- Brindar apoyo social: Facilite oportunidades para que la persona interactúe socialmente, pero sea consciente de sus necesidades y límites. Tenga en cuenta que el contacto visual directo o el contacto físico pueden ser incómodos para algunas personas con autismo.
- Enfocarse en habilidades y fortalezas: Animar y elogiar los logros y habilidades de la persona, independientemente de cuán pequeños puedan parecer.
- Utilizar el juego y actividades como herramienta de aprendizaje: El juego puede ser una forma poderosa de enseñar nuevas habilidades y fomentar la interacción social.
- Trabajo en equipo y apoyo profesional: Trabajar en colaboración con profesionales de la salud y educadores especializados en el autismo para diseñar un plan de tratamiento y apoyo adecuado a las necesidades de la persona.
Cada persona con autismo es única, y lo que funciona para una persona puede no ser efectivo para otra.
Escuchar a la persona y a sus cuidadores para entender sus necesidades y preferencias específicas y adapte su enfoque en consecuencia.
Ser empático, paciente y comprensivo son elementos clave para brindar un apoyo efectivo y positivo a las personas con autismo.
Conclusión
Cada persona en el espectro autista es única y presenta una combinación distinta de síntomas y habilidades.
El enfoque actual se centra en el reconocimiento de las fortalezas y necesidades individuales, así como en proporcionar apoyos y tratamientos adecuados para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA.
Bibliografía
- https://www.psicologia-online.com/como-t ratar-a-un-nino-autista-3255.htmlfía:
- https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/auti sm/facts.html
- https://www.cun.es/enfer medades-tratamientos/enfermedades/auti smo
- https://psicologiaymente.com/clini ca/tipos-autismo
- https://psicologiayme nte.com/clinica/como-tratar-nino-autista