Se trata de un síndrome clínico descrito en el año 1974, como un síndrome de agotamiento emocional, de despersonalización y baja realización personal, ocurriendo entre individuos que trabajan con personas.
El agotamiento emocional es debido a la disminución y pérdida de recursos emocionales.
Autores: Jesús Román Domínguez, Aránzazu Gutiérrez Ríos, María Luz Riestra Martinez, María Jesús Arbolea Fernández, María Cristina Riestra Martinez
La despersonalización o deshumanización, consiste en el desarrollo de actitudes negativas o de insensibilidad hacia los receptores del servicio prestado.
La falta de realización personal, se deriva de tendencias a evaluar el propio trabajo de forma negativa y baja autoestima personal.
Síntomas físicos de estrés, debido al cansancio y malestar general.
La primera causa de este síndrome es el estrés, así como la insatisfacción laboral. La edad parece no influir, aunque el profesional es especialmente vulnerable en los primeros años de su carrera.
En cuanto al sexo, son más vulnerables las mujeres debido a su doble carga de trabajo que con lleva la práctica profesional y la tarea familiar, prolongando el rol de la mujer.
El estado civil también se ha asociado a este síndrome, afectando más a las personas solteras debido a un mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor despersonalización.
La turnicidad laboral y el horario también es una causa, siendo en Enfermería de mayor influencia.
De sobra es conocida la relación entre Burnout y sobre carga laboral en los profesionales asistenciales, así como el salario también se reconoce como factor que afecta al desarrollo de este síndrome en estos profesionales.
Las manifestaciones clínicas pueden ser;
Manifestaciones mentales tales como agotamiento, fracaso, impotencia, baja autoestima…
Manifestaciones físicas padeciendo cefaleas, insomnio, alteraciones gastrointestinales…
Manifestaciones conductuales aumentando consumo de café, alcohol, fármacos, distanciamiento afectivo.
Como se podría prevenir y tratar;
A nivel individual habría que aprender a manejar las emociones y sobre todo en las profesiones sanitarias deberíamos equilibrar nuestras áreas vitales;
FAMILIA-AMIGOS-AFICIONES-DESCANSO-TRABAJO evitando a toda costa que la profesión absorba.
A nivel de equipo;
Aquí los compañeros tienen un papel vital en el Burnout, son los primeros en darse cuenta, antes que el propio interesado y son una fuente importante de apoyo.
A nivel de empresa;
Minimizar la sensación de falta de control y de trabajo en cadena.
Minimizar la burocracia.
Coordinación con los especialistas.
Formación continuada.
Lo ideal sería que el departamento de medicina preventiva tuviese asesoramiento psicológico para los profesionales con síntomas de Burnout. Y que cada 5 -7 años de asistencia, liberar al profesional unos meses de asistencia para la formación continuada reglada y así aumentar su competencia y motivación.
FUENTES:
. ENFERMERÍA DE SALUD MENTAL Y PSIQUIÁTRICA 7ª EDICIÓN. ED. MASSON 2001
. ENFERMERÍA EN PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL. EDAE (PARADIGMA) 2000.