Índice
Autora: Evangelina Suárez García. Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA)
Introducción
Al cabo del día pasamos muchas horas en el trabajo y para muchas personas gran parte de su jornada la desarrollan sentados.
En sanidad la mayoría de los trabajos relacionados con administración requieren pasar largas horas sentados en una silla, delante del ordenador, atendiendo al teléfono o preparando documentación.
Pero no solo afecta a personal de administración, también trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras atienden a los pacientes tras una mesa y así podríamos seguir con una larga lista de profesionales que sentados o de pie apenas tienen movilidad a lo largo de su jornada laboral.
Existen muchos riesgos para la salud causados por el sedentarismo que se deben de evitar buscando formas de mantenerse activo.
El sedentarismo es uno de los factores de riesgo modificables de mayor prevalencia en la población.
Y afecta no solo al trabajo sino también al tiempo de ocio. La forma de ocio basado en juego o descanso pasado delante del ordenador, la televisión, sentados a una mesa o en un sillón incrementa el sedentarismo.
Por otra parte, un estilo de vida activo mejora la salud y la sensación general de bienestar.
Sedentarismo y salud
Disminuir el sedentarismo incrementa la calidad de vida, ayuda a sentirnos mejor e incluso contribuye a lograr un mejor rendimiento laboral.
Por el contrario, la falta de ejercicio físico favorece la aparición de diversas enfermedades.
Se ha demostrado que permanecer sentados durante un tiempo prolongado está relacionado con patologías como la obesidad, la diabetes, enfermedades coronarias, cardiovasculares, cáncer, etc. Además, reduce la esperanza de vida y aumenta la posibilidad de muerte prematura.
Algunas enfermedades relacionadas directamente con el sedentarismo pueden ser:
Obesidad
El estilo de vida sedentario está indudablemente ligado con los altos índices de obesidad. El sobrepeso y el exceso de grasa acumulada en el cuerpo correlaciona con otras enfermedades como cáncer, problemas de corazón y presión arterial alta.
Diabetes
La diabetes es una enfermedad relacionada con el estilo de vida, consecuencia de factores como la mala alimentación, el tabaquismo, el sobrepeso y el sedentarismo. El consumo de grasas y azúcares y la falta de ejercicio físico implica alto riesgo de diabetes, que a su vez puede traer problemas del corazón, ceguera y daño en distintos órganos.
Enfermedades coronarias
El sedentarismo genera un altísimo riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La salud del corazón se perjudica también cuando se pasan muchas horas al día sentado, ya que se afecta la circulación sanguínea y la presión arterial, aumentando el riesgo de infarto, trombosis y la formación de coágulos arteriales.
Cáncer
La obesidad generada por el estilo de vida sedentario es uno de los factores de riesgo para muchos tipos de cáncer: próstata, colon, mamas, páncreas entre otros. El sedentarismo implica por tanto aumentar las posibilidades de sufrir cáncer.
Enfermedades metabólicas
El estilo de vida sedentario genera también desordenes metabólicos, como pueden ser niveles anormales de lípidos y triglicéridos, aumento de colesterol malo o síndrome de fatiga crónica.
Fibromialgia
Esta enfermedad se relaciona con el estilo de vida sedentario. Genera dolor crónico en articulaciones y músculos. La ausencia de ejercicio físico regular ayuda a su cronificación.
Depresión
El ejercicio físico produce endorfinas, las hormonas que generan buen ánimo y relajación mental. El sedentarismo en cambio contribuye a los síntomas de depresión y ansiedad.
Pautas saludables
Si bien la actividad física regular es clave, existen ciertos hábitos cotidianos sencillos que también ayudan en el día a día para combatir el sedentarismo.
Cambiar por tanto nuestro estilo de ocio y tiempo libre, y aplicar determinadas pautas en el trabajo ayudan a mejorar la salud.
Algunas de estas pautas o cambios de hábito cotidianos pueden ser:
Ir caminando al trabajo, bajarse una o dos paradas antes o aparcar un poco más lejos.
Intentar caminar durante el tiempo de trabajo. Por ejemplo, caminando mientras se habla por teléfono, usando las escaleras en los desplazamientos entre las distintas plantas, siempre y cuando las distancias no sean excesivas, o al llegar o al salir del trabajo.
También levantarse aproximadamente cada hora y realizar pequeños paseos por la oficina o consulta para activar la musculatura de las piernas y activar el riego sanguíneo.
Aprovechar los tiempos de espera para estirar las piernas en vez de permanecer sentados.
Cambiar de postura cada cierto tiempo: Se puede organizar el espacio de trabajo de forma que permita al cuerpo variar de posiciones y también levantarse.
Realizar estiramientos sencillos: Por ejemplo, estirar la espalda con los brazos entrelazados, expandir y contraer los dedos durante 10 segundos, etc.
Realizar pequeños ejercicios de estiramiento y movilidad de las articulaciones de cuello, manos, brazos, piernas y espalda, así como descanso de los ojos.
Existen varios ejercicios para realizar en tiempos breves, como girar la cabeza arriba y abajo y hacia los lados, encoger y estirar los hombros, estirar los brazos, realizar movimientos circulares de cadera, muñecas y tobillos, descansar los ojos de la vista de pantallas de visualización de datos, etc.
Y por supuesto, tratar de mantener un estilo de vida activo fuera del trabajo.
Conclusiones
No realizar actividad física de forma regular afecta en muchos ámbitos de la vida diaria, y uno de ellos es el ámbito laboral. En sanidad hay muchas tareas que requieren elevado esfuerzo mental, pero movimiento físico reducido.
Cuando no se requiere grandes demandas de esfuerzo físico en el trabajo y no se realiza actividad física fuera de él de forma regular, aparece el sedentarismo.
El sedentarismo está ligado a diversos problemas tanto de salud como de calidad y esperanza de vida.
En la sociedad actual, se trata de un grave problema de salud pública, y que por tanto debe de ser abordado.
Se hace necesario fomentar hábitos saludables de vida, promoviendo el ejercicio físico, alimentación equilibrada, etc. Pero no se puede olvidar que uno de los ámbitos donde se produce sedentarismo es el laboral.
Potenciar también hábitos y entornos de trabajo saludables es fundamental.