Riesgos psicosociales del personal auxiliar administrativo

Autora: Lucía Mínguez Pérez

Introducción

Los factores de riesgo psicosociales han sido definidos por la Organización Internacional del Trabajo como «las interacciones entre el contenido, la organización y la gestión del trabajo y las condiciones ambientales, por un lado, y las funciones y necesidades de los trabajadores, por otro. Estas interacciones podrían ejercer una influencia nociva en la salud de los trabajadores a través de sus percepciones y experiencias».

Son aquellas condiciones presentes en la situación laboral relativas a la organización y al contenido del trabajo. Estas condiciones pueden ser positivas o negativas. Si las condiciones son adecuadas, facilitan el trabajo. Si las condiciones son negativas pueden afectar a la salud y al bienestar de los trabajadores y al desarrollo del trabajo (baja productividad, absentismo, etc.).

Tradicionalmente la legislación de seguridad y salud ha pasado de puntillas en el tema de la salud psíquica de los trabajadores. Poco a poco esto va cambiando, aunque no hay una regulación específica sobre los riesgos psicosociales, al contrario que sucede con otros riesgos de seguridad o higiénicos.

La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de riesgos laborales recoge el principio de adaptar el trabajo a la persona, teniendo en cuenta sus características físicas y psíquicas, y de atenuar el trabajo monótono y repetitivo y reducir los efectos del mismo sobre la salud. También señala que la organización y ordenación del trabajo son potenciales factores de riesgo para la salud de los trabajadores.

Los trabajos del ámbito sanitario, como el del auxiliar administrativo, son unos de los más expuestos a este tipo de riesgos psicosociales por la exigencia emocional, ya que trabajan dando servicio a otras personas. Los más habituales son el estrés, la violencia, el acoso y el desgaste profesional o burnout.

El estrés

El estrés laboral es una consecuencia de distintas situaciones que se producen en nuestro día a día del trabajo y de distintos factores que afectan a su salud mental y física. Es el más habitual de los riesgos psicosociales.

Algunas de las causas del estrés laboral son las cargas excesivas de trabajo, ritmo de trabajo acelerado, la ausencia de incentivos, relaciones laborales conflictivas, etc.

publica-TFG-libro-ISBN

Todo esto llevo a unas consecuencias físicas como dolor de espalda, problemas cardiológicos e inmunitarios, etc. y psicológicas, como la depresión, alteración del sueño, tristeza, irritabilidad.

Para reducir el estrés laboral es conveniente priorizar tareas, tratar de no preocuparse en exceso y relativizar las dificultades, ser positivo, aprender a relajarse.

La violencia

La violencia en el trabajo, en sus diferentes formas (física, psicológica e institucional), es probablemente el segundo riesgo psicosocial en orden de importancia. Puede comprender desde amenazas e intimidaciones hasta agresiones y ataques, y puede suceder dentro del ámbito y jornada laboral y ser causada, entre otros, por algún compañero o superior jerárquico, o por usuarios del sistema sanitario.

Como manifestación de esta situación sobre el trabajador podemos observar: Ansiedad, desgana, tensión y depresión, incapacidad para concentrarse, enfermedades de origen psicosomático como trastornos gastrointestinales, alergias, etc.

Para reducir este tipo de violencia pueden seguirse unas pautas preventivas, unas relacionadas con la organización de los servicios (tolerancia cero, diseñar un protocolo de actuación, evitar salas de espera demasiado pequeñas, las interrupciones en las consultas y fallos burocráticos en los trámites administrativos) y otras pautas para detectar la hostilidad (lenguaje no verbal, identificar señales de ansiedad, etc.).

El acoso laboral

También es conocido como mobbing. Es toda situación o conducta que, por su reiteración en el tiempo, por su carácter degradante de las condiciones de trabajo y por la hostilidad o intimidación del ambiente laboral que genera, tiene por finalidad o como resultado atentar o poner en peligro la integridad del trabajador.

Las conductas más habituales de acoso laboral se pueden resumir en ocultación de información para desempeñar el trabajo, aislamiento laboral, disminución de las tareas asignadas, sobrecarga de trabajo, asignar funciones de categoría inferior, culpabilizar al trabajador, faltas de respeto e insultos, y por último, difamación profesional o personal.

El acoso laboral produce un deterioro de la autoestima, sentimientos de culpabilidad, falta de concentración, insomnio, ansiedad, trastornos orgánicos y funcionales. Genera consecuencias devastadoras sobre la salud física y psicológica del trabajador.

La mejor manera de evitar el acoso laboral es cortarlo de raíz en su inicio, atajar la situación inmediatamente desde el mismo momento en que vemos un comportamiento inadecuado. También fomentando buenas relaciones entre compañeros y creando un buen clima laboral. El propio trabajador puede contribuir a ello, si tiene una forma física y psicoemocional saludable que le ayude a afrontar mejor las tensiones y retos laborales.

El desgaste profesional o burnout

El síndrome de Burnout o síndrome de “estar quemado” consiste en un estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por el cansancio psíquico o estrés que surge de la relación con otras personas en un dificultoso clima laboral.

Un trabajador puede sufrir este desgaste al estar expuesto durante un largo periodo de tiempo a situaciones laborales que impliquen un estado de sobrecarga emocional por permanecer de forma continuada en contacto con personas enfermas, inmersos en climas laborales en los que predominan emociones como el sufrimiento, la desesperanza o la angustia. También por realizar trabajos bajo condiciones de presión y estrés, con elevado nivel de exigencia y ambientes laborales deteriorados.

Los principales síntomas del síndrome de burnout son: agotamiento físico y mental generalizado, falta de energía, pérdida de apetito, migrañas, dolores físicos, fatiga crónica, insomnio, ansiedad, depresión.

Las medidas para prevenir el burnout se pueden encuadrar en tres niveles distintos de actuación:

Nivel organizativo: Realizar la identificación y evaluación de riesgos psicosociales, modificando las situaciones específicas que promuevan su aparición.

Nivel interpersonal: Fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores, fomentar el trabajo en equipo y formar en cooperación grupal.

Nivel individual: Diversificar y rotar las tareas. Fomentar programas de formación continua y reciclaje.

Bibliografía

  • CEM Prevención de riesgos laborales (2013) Guía de prevención de riesgos psicosociales en el trabajo.
  • Merino Suárez, O. (2016) Manual para la gestión de los riesgos psicosociales en la empresa.
  • Girón Cónsul M. I., Fernández García, R. (2011). Los riesgos psicosociales en el personal administrativo.
  • Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (2018) El efecto sobre la salud de los riesgos psicosociales en el trabajo: una visión general.
  • Barreiro González, G. (2006) Las enfermedades del trabajo: Nuevos riesgos psicosociales y su valoración en el Derecho de la protección social.
  • Secretaria de Salud Laboral CC.OO. Castilla y León (2011) Guía básica de riesgos laborales específicos en el sector sanitario.