Incluido en la revista Ocronos. Vol. III. Nº 8– Diciembre 2020. Pág. Inicial: Vol. III;nº8:257
Autor principal (primer firmante): María Belén Martínez Álvarez
Fecha recepción: 22 de diciembre, 2020
Fecha aceptación: 28 de diciembre, 2020
Ref.: Ocronos. 2020;3(8):257
Autores:
María Belén Martínez Álvarez, María Alicia Argüelles Rozada, Josefa Elena Menéndez Paz
Categoría profesional
Celador, auxiliar de clínica
Resumen
La COVID-19 es una enfermedad infecciosa en el que los jóvenes juegan un papel destacado tanto en la prevención como en el control de la misma, siendo fundamental una información verídica para así poder actuar de una forma más responsable.
Metodología
A través del buscador google se ha obtenido información y también a través de diversas páginas web que se pondrán en la bibliografía.
Las palabras que se utilizaron para buscar la información han sido “juventud”, “coronavirus”, “consecuencias del coronavirus” y “juventud y coronavirus”.
Introducción
La involucración de los jóvenes en relación a la pandemia es fundamental, aunque la mayor parte de ellos no sufren las consecuencias del COVID-19 de forma severa, si son una pieza clave a la hora de evitar la transmisión de la enfermedad.
Palabras clave
Empatía, asertividad, jóvenes, pandemia, COVID-19
Objetivos
- Determinar la importancia de la actuación de los jóvenes, en cuanto a cumplimiento de las medidas establecidas para la población en general, al objeto de controlar la pandemia y su transmisión.
- Valorar la influencia de la falta de responsabilidad de los jóvenes comprendidos entre los 15 y los 30 años.
Desarrollo
Las personas tienen que ser conscientes de que pueden sufrir la enfermedad de manera grave.
Ha quedado demostrado que cuando una de estas personas ha estado en contacto con un afectado o ha padecido la enfermedad, su capacidad de empatía y comprensión del sufrimiento respecto de los demás mejora.
No se trata de culpar a este grupo de edad como principal foco de transmisión, debido a su falta de experiencia y comprensión de la situación, en parte por su juventud. Se hace necesario un tratamiento específico en cuanto a la información que reciben.
Ha quedado de manifiesto, que una parte importante de los jóvenes no ha sido capaz de cumplir las normas establecidas para evitar contagios.
Han sido múltiples las fiestas y reuniones multitudinarias sin cumplir las normas básicas, que han generado una falta de empatía en estos adolescentes y jóvenes que priman el disfrutar y pasárselo bien antes que la salud de sus propios familiares y del resto de personas.
Ciertamente puede ser que la falta de disciplina en las familias y en los centros educativos pueden dar a lugar comportamientos irresponsables.
También se ha visto que se han desarrollado campañas específicas de publicidad e informativas, con el objetivo de aleccionar del peligro a los jóvenes que todavía parecen insensibles ante esta situación de pandemia.
Si bien dentro del confinamiento el comportamiento de los niños y jóvenes ha sido considerado como modélico al haber sido capaces de responder de una forma muy positiva frente a los retos que se presentaban, una vez pasado ese confinamiento y comenzado otra vez la actividad normal, en cierto modo sí se han visto comportamientos que les han puesto en el punto de mira de la sociedad.
No nacemos asertivos y empáticos. La asertividad y la empatía es un proceso que se desarrolla con el tiempo y el paso de los años.
Nuestros principales maestros en este proceso son nuestras familias y las personas con las que nos relacionamos a lo largo de nuestra vida.
Según algunos estudios a través de encuestas, se han obtenido resultados que demuestran que más de la mitad de los jóvenes participantes eran conscientes de las normas de seguridad frente al COVID-19.
Resulta interesante saber que un porcentaje importante de los jóvenes (en torno a un 40%) consideran que ellos mismos habían incumplido normas en cuanto al confinamiento y horarios existentes.
Durante esta situación de pandemia las personas jóvenes están demostrando gran responsabilidad y compromiso social a través de iniciativas que refuerzan el tejido social y la empatía entre personas a través del voluntariado, colaboraciones desinteresadas como puede ser la ayuda a domicilio de personas afectadas por la enfermedad, en la compra de alimentos, fármacos o cualquier otra necesidad del día a día.
Conclusiones
La conclusión es que la empatía supone una gran mejora para las persona a la hora de afrontar las relaciones personales en la vida diaria.
Bibliografía
- https://xarxajove.info/ es/noticias/laboratorio-de- politicas-municipales- de-juventud/