Relación de ayuda en la actividad enfermera-paciente

La relación terapéutica enfermera- profesional sanitario-paciente es el resultado de una actitud profesional y personal del enfermero basada en la aceptación del otro como persona y dirigida a las necesidades de ayuda del paciente. Por tanto, podemos definirla como una “relación de ayuda”.

La relación de ayuda se puede incluir en el ámbito de las psicoterapias inespecíficas”, que se sitúan entre las relaciones interpersonales espontáneas y las relaciones que establecen con sus pacientes los profesionales de las psicoterapias tradicionales.

Autoras: Sandra Fernández Fariña (1), Beatriz Busto López (1), Marina Rodríguez Suárez (1), María Menéndez Granda (1), Eva Vázquez Fernández (2), Laura Rodríguez García (3), María Gómez de Cos (1), Elena Sánchez Huerta (1), Alba Couce Pérez (3), Almudena Díaz González (4).

(1) Matrona en Hospital San Agustín (Avilés, Asturias) (2) Enfermera HUCA (Oviedo, Asturias) (3) Matrona en Hospital de Jarrio (Asturias) (4) Matrona Atención Primaria Gijón (Asturias)

INTRODUCCIÓN

Numerosos autores definen la Enfermería como una profesión basada en la relación de ayuda, entendida ésta como “acompañamiento a la persona enferma durante una experiencia de recuperación de la salud”. La ayuda, en este caso, no debe entenderse como una ayuda solamente asistencial, sino como una ayuda al proceso de desarrollo de la persona.

El concepto de “relación de ayuda” ha sido desarrollado especialmente por la psicología humanista, que la considera elemento facilitador fundamental del crecimiento personal e instrumento que permite descubrir al individuo recursos no conscientes cuando se encuentra en situación de crisis (1).

La Relación de ayuda consiste en establecer mediante recursos materiales, técnicos y relacionales, una relación terapéutica con el ayudado para que afronte los problemas lo más sanamente posible, creciendo en todo momento. En la Enfermería, la Relación de ayuda no se planifica, es propia de todo su ser, de sus cuidados. La hallamos en las actitudes, habilidades y relaciones que desarrolla en su profesión por el carácter interaccionista de los cuidados que otorga. 

Para Rogers, la Relación de ayuda requiere unas actitudes para que se establezca: empatía, autenticidad y la aceptación incondicional.Sin embargo, para su discípulo Charkhuff, faltarían la concreción, la inmediatez, la autorrevelación y la confrontación.

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Para crear una verdadera relación de ayuda es necesaria la escucha activa. Esta escucha activa, tantas veces nombrada pero tan poco practicada en nuestros días, consiste en poner en el centro de la comunicación a aquella persona que tiene algo que decir. Para ello, es necesario que el ayudado hable en libertad, y a su vez, un interlocutor que quiera escuchar y acoger su mensaje. Para escuchar es necesario callar, pero no solo de forma externa, sino en nuestro interior, pues lo importante de esta acción es el ayudado.Es una confianza plena en la cual lo que transmite la persona es verdad, por lo que yo callo para hacerlo mío.De tal forma que el ayudante calla, guarda silencio, controlando sus voces internas por la aceptación de sí mismo ante las reacciones que puedan acontecer y sin emitir juicios ante lo escuchado.Veamos a continuación los tipos de escucha según Charkhuff.

La primera de las formas es la atención física. Se centra en la postura física del ayudante, pues esta refleja el interés. Otra forma de escucha es la observación. Mediante esta, el ayudante obtiene la información de la comunicación no verbal. Por último, la escucha en sentido literal. Por ella, obtenemos la información de los mensajes verbales para comprender al ayudado y completar esta información con lo observado. El objetivo de esta escucha es comprender al ayudado, de lo contrario no tendría sentido escuchar.

La escucha activa está contemplada en la taxonomía enfermera NIC a través de la intervención (4920) Escucha Activa.Para llevarla a cabo, se proponen una serie de actividades (ver Tabla 1). (2)

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OBJETIVO

El objetivo de este trabajo es profundizar en la relación de ayuda con el paciente y aplicarla en la actividad profesional de enfermera y/o matrona.

METODOLOGÍA

Para realizar el presente trabajo, se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica de extensa documentación referente a comunicación terapéutica y empatía en diferentes bases de datos para obtener la información necesaria para abordar los objetivos prefijados.

Para la realización de ésta revisión bibliográfica, la información ha sido obtenida mediante el estudio sistemático de artículos y publicaciones científicas sobre los temas antes citados.

Para acceder a estos artículos y publicaciones se ha realizado una búsqueda en diferentes bases de datos, como por ejemplo: PubMed, Medline, Grateful Med, Embase, Cochrane, Dialnet, Scielo, UpToDate. También se ha utilizado el buscador Google Académico. Han sido también consultadas diferentes páginas web de asociaciones o sociedades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Instituto Nacional de Estadística (INE) y consulta de libros y revistas científicas relacionadas con el tema a tratar.

Las palabras clave que se utilizaron en español para realizar la búsqueda en las bases de datos anteriores, fueron: comunicación terapéutica, comunicación terapéutica en enfermería y relación de ayuda. Y en ingles se han utilizado: therapeutic communication, therapeutic communication in nursing y helping relationship.

La búsqueda se llevó a cabo mediante la lectura y síntesis de la información recogida y la selección de los artículos cuyo contenido estaba dotado de mayor relevancia, especificidad y evidencia científica.

Como criterios de inclusión/exclusión se ha utilizado el año de publicación del estudio o artículo, utilizando, en la medida de los posible, artículos posteriores a 2012. Se han utilizado también estudios anteriores a la fecha señalada por su importante relevancia con los temas a tratar.

Tras la lectura y aplicación de los criterios de exclusión se han utilizado para la redacción del presente trabajo un total de 6 artículos, que posteriormente serán referenciados bibliográficamente.

DISCUSIÓN

Las relaciones personales que ejerce enfermería con sus pacientes en la práctica de los cuidados son esenciales para el desempeño profesional. El personal de enfermería permanece las 24 horas al cuidado de los pacientes, brindan asistencia de naturaleza biológica, técnica, psicológica, social y espiritual y las relaciones personales sustentan la realización de sus actividades. Diversos autores consideran que la relación personal tiene un efecto terapéutico, en algunos casos afirman que esta puede ser determinante en el éxito de su desempeño (3).

El modelo de aproximación relacional entre un profesional sanitario y un paciente propuesto actualmente como deseable para la práctica clínica es el denominado CP. Este modelo conlleva unos valores para la práctica muy propicios de la cultura occidental actual, especialmente el de la autonomía del paciente, y pretende demostrar su eficacia en clínica mediante la evidencia científica. Una atención centrada en el paciente puede ser definida como aquella que “respeta y responde a los deseos de los pacientes, sus necesidades y preferencias, de modo que estos puedan tomar las decisiones para su atención sanitaria que mejor se adapten a sus circunstancias individuales”.

La incorporación de un modelo de práctica de estas características viene de la mano de una concepción filosófica de la atención clínica denominada “modelo biopsicosocial”, que, como reacción a las limitaciones del enfoque tradicional, entiende la existencia de múltiples niveles de organización que van desde lo molecular hasta lo medioambiental, que se influyen unos a otros y en el que existe una compleja relación entre los aspectos físicos y mentales. Dicho modelo incorpora la subjetividad y la experiencia del paciente y del profesional sanitario como necesarias para comprender su dolencia.

Para nuestros propósitos, baste decir aquí que para un profesional sanitario, trabajar bajo el marco del modelo biopsicosocial supone enfatizar una atención clínica basada sobre todo en: la individualización de la atención y relación clínica basada en una comunicación terapéutica (4).

En una reciente revisión, Bylun et al. (5) seleccionan un conjunto de teorías comunicativas basándose en tres aproximaciones diferentes que pueden ampliar y aclarar la comprensión de las interacciones interpersonales en el contexto sanitario. Así, estos autores distinguen entre: teorías centradas en el individuo, en la interacción y en las relaciones. Las primeras estudian la manera en que las actividades cognitivas de los sujetos influyen y dan forma a sus interacciones comunicativas, tratan de explicar cómo estos planifican y ponen en marcha mensajes y cómo procesan la información recibida y la incertidumbre. Teorías pertenecientes a este grupo son la teoría de Objetivos-Planes-Acción (Goals-Plans-Action), de la incertidumbre o la Assembly Action Theory. Las teorías centradas en la interacción, como son las de la “Acomodación de la Comunicación”, o la de los “Códigos de Conversación” (Speech Codes), se centran en la interacción misma o en la forma en que los participantes usan las conductas verbales y no verbales para afrontar el proceso comunicativo. Una premisa importante en este tipo de teorías es que la comunicación Finalmente, las teorías centradas en la relación(p. ej., las de la “Penetración Social y Norma de Reciprocidad” o la del “Manejo de la Comunicación Privada”) se centran en la forma en que la información es expresada en función del contexto en el que se produce la relación; por ejemplo, cómo se produce esto en un contexto de relaciones continuadas (p. ej., el ámbito de la atención primaria) o en otros más puntuales o específicos (p. ej; una asistencia esporádica y ofrecer un diagnóstico ominoso).

CONCLUSIONES

La palabra es un arma que puede ser letal o que puede ser curativa. Tiene un poder del que no somos conscientes. Tal letal puede ser una conversación o unas palabras que podemos provocar una situación personal demoledora, o incluso inducir un suicidio. Pero la palabra también es amor, dulzura, comprensión, y por qué no, compasión, además de aportar instrumentos de curación, en función del tipo de palabra que usemos, de su tono y de su momento (6)

Hoy en día ha desaparecido el contacto humano en la comunicación: visual, pues no vemos con quien estamos hablando por teléfono; auditivo, pues no oímos si utilizamos las redes sociales; ni el tacto en ninguna de ellas. Ni que decir del olfato, con olores tan profundos que muchas veces se procesan en nuestra parte más ancestral de encéfalo…..y recuerdan a la madre, a la infancia…

La palabra, junto al gesto, al lenguaje no verbal, el tono, el volumen, la mensura, la actitud de nuestro cuerpo, la ropa que llevamos… todo ello, es un conjunto que transmite y puede otorgar un poder sanatorio a lo que estamos expresando.

El cerebro del enfermo recibe un mensaje más o menos optimista, pero con una actitud de participación de la persona que lo expresa, con voz suave, sin estridencias y palabras bondadosas. Este mensaje estimula la producción hormonal y ayuda a la modulación de la inmunidad, lo que está demostrado que mejora el pronóstico de enfermedades y ayuda a que los enfermos la adopten con más resiliencia.

En la mayoría de situaciones, la comunicación será un proceso recíproco e interactivo, en el que los papeles de emisor y receptor se van intercambiando.

La medicina, fuertemente influenciada por la técnica, ha experimentado directamente los efectos negativos que conlleva fundamentar esta práctica exclusivamente en hechos objetivos. La atención a la subjetividad del individuo constituye un elemento clave, tan importante como lo objetivo, para la comprensión integral de la enfermedad, la cual debe ser entendida como un suceso que afecta a personas y no solo a cuerpos.

BIBLIOGRAFÍA

(1) Consejería de Sanidad. Comunidad de Madrid. Plan de Humanización de la asistencia sanitaria, 2016-2019. Madrid. 2016.

(2) Muñoz Devesa Aarón, Morales Moreno Isabel, Bermejo Higuera José Carlos, Galán González Serna José María. La Relación de ayuda en Enfermería. Index Enferm  [Internet]. 2014  Dic [citado  2018  Abr  10];  23 (4): 229-233. Disponible en: http://scielo. isciii.es/scielo. php?script=sci_artte xt&pid=S1132-1296 2014000 300008&lng=es.  http://dx. doi.org/ 10.4321/S 1132-12962014000300008.

(3) Watson J. Filosofía y teoría del cuidado transpersonal de Watson. En: Raile Alligood M, Marriner Tomey A, editores. Modelos y Teorías en enfermería. Séptima ed. Espa˜na: Elsevier Mosby; 2011. p. 91—112.

(4) Fuller J, Upshur REG. Logos, ethos and pathos in balance —the care of the patient and the soul of the clinic: person-centered medicine as an emergent model of modern clinical practice. EJPCH. 2013;2:22-9.

(5) Bylund CL, Peterson EB, Cameron KA. A practitioner’s guide to interpersonal communication theory: An overview and exploration of selected theories. Patient Educ Couns. 2012;87:261-7.

(6) Ayuso Murillo, Fernández Lobato. Comunicación terapéutica en el entorno sanitario, humanización del cuidado. Anexo 2: cursos FNN. Consultado en 17-abril-2018.