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Hay quien piensa que el trabajo de oficina es mucho menos sacrificado físicamente que otras ocupaciones. Al final, pasar muchas horas a cubierto y sentados puede traducirse en un mayor nivel de calidad de vida a nivel de salud, pero, ¿ocurre siempre así?
El simple hecho de pasar muchas horas sentado puede acabar en descuidar por completo el estado físico y la salud en general. Aspectos relevantes como la postura, la alimentación, la temperatura ambiental, la iluminación y la falta de aireación pueden provocar problemas de salud a largo plazo.
Los expertos en salud laboral insisten en hacerse con buenos materiales y un buen equipamiento, especialmente de mobiliario, para alejar lo máximo problemas de salud lumbar y otros asociados a las malas posturas.
Hoy te vamos a mostrar en qué debes fijarte para adquirir una silla que mejore tu salud física y te permita sentirte cómodo y productivo, además, en la web a la que dirige el siguiente enlace puedes encontrar las mejores sillas para la espalda.
¿Cómo debe ser una silla de oficina ergonómica?
Ergonómico es el término que se utiliza para referirse a los lugares de trabajo, herramientas, mobiliario y tareas que están diseñados para coincidir con las características fisiológicas, anatómicas y psicológicas de los trabajadores.
Si hablamos de sillas de este tipo, lo lógico será pensar que están construidas para mejorar la postura corporal de los empleados. En este caso, un elemento fundamental es que sean asientos con soporte lumbar, que va más allá de un respaldo con acolchado.
Los verdaderos soportes lumbares son los que mantienen la curvatura natural del hueco que hay entre la espalda y la silla. A su vez, al mismo tiempo que logran esto son sillas suficientemente cómodas para pasar horas sentados en ellas pero atendiendo a que su uso es laboral, ya que no debe permitir un grado extra de relajación que lleve a una pérdida de productividad.
Otro apunte interesante es la base de cinco puntos. La movilidad en la silla es clave, por ello con cinco puntos de apoyo ganamos en estabilidad, firmeza y seguridad cuando hay que realizar un desplazamiento. Siguiendo con esta misma idea, lo normal es que las sillas de oficina tengan ruedas, también es esencial que estén bien fijadas al resto de la estructura.
Un tercer factor relevante es la posibilidad de ajustar la silla e incluir un reposabrazos. Tanto la altura como el ángulo deben ser acoplables a cada usuario y al resto de elementos, la mesa de oficina y la altura de la pantalla. Los reposabrazos, aunque no son obligatorios, son recomendables porque posibilitan un mayor descanso y liberan de presión tras muchas horas trabajando.
Finalmente, hay que estar muy pendiente de los materiales. Habitualmente los fabricantes acuden a la malla o propuestas similares que favorecen la transpiración, ya que esto es sinónimo de comodidad. En la elección de material hay que tener en cuenta el aspecto presupuestario y condiciones ambientales como la humedad o la temperatura, para que el trabajador no sude en exceso.

¿Qué ventajas ofrece una silla de oficina de calidad?
Las sillas de oficina regulables en altura, que respetan la curvatura natural de la espalda e incluyen reposabrazos y ruedas para girar ofrecen importantes beneficios a nivel corporal. En primer lugar, evitan los dolores lumbares.
Pasar muchas horas sentados frente a una pantalla puede tener importantes consecuencias: dolores de espalda, fatiga visual, problemas en el cuello. Con las sillas ergonómicas atrasamos en gran medida esos problemas e inducimos a un grado más alto de productividad en el trabajo.
Muy asociado a esto está el tema de la postura. El simple hecho de mantener una buena posición al trabajar implica que, cuando no estamos en la oficina, intentemos mantener un comportamiento similar. Los empleados de oficina pasan muchas horas sentados, pero cuando están fuera del trabajo pueden cometer errores, de modo que adaptarse a una posición cómoda y saludable va a inducir el mismo hábito en el tiempo de ocio.
El último beneficio de contar con materiales y mobiliario ergonómico en el puesto de trabajo tiene que ver con la eficiencia y la productividad, que ya hemos citado. A más confort por parte del empleado, menos opciones de que sufra algún episodio que le lleve a pedir la baja. Además, las tareas se ejecutan con un mejor estado de ánimo.