Índice
INTRODUCCIÓN
La operación de prótesis total de cadera es una intervención de rutina en la sociedad actual. Tanto los traumatismos como las enfermedades degenerativas pueden provocar diferentes problemas como dolor o limitación de la movilidad, incluso impidiendo la deambulación. Por ello surge la necesidad de la sustitución de la articulación propia del paciente por una prótesis.
Autoras: Ana López García, Sonia Sobrino Losada
OBJETIVO
Conocer la importancia de la movilización precoz en las cirugías de prótesis total de cadera (PTC)
MATERIAL Y MÉTODOS
Revisión bibliográfica de distintos medios como PubMed, Cuiden, Dialnet y distintas revistas electrónicas como Fisterra.
PALABRAS CLAVE
Prótesis total de cadera, artroplastia de cadera, movilización precoz, cirugía ortoprotésica.
PROCEDIMIENTO
Antes de la cirugía se debe instruir al paciente en las precauciones a tener tras la intervención, así como informarle de las posibles complicaciones derivadas de una cirugía de gran envergadura como es ésta.
El primer día tras la cirugía se debe guardar reposo, con el miembro intervenido bien recto y estirado, habitualmente se utiliza un dispositivo antiequino para tal efecto.
El segundo día se comenzará con la explicación de cómo levantarse de la cama o cómo sentarse para evitar la luxación de la prótesis. Se debe iniciar la deambulación, unos primeros pasos asistidos por andador o dos bastones ingleses, y siempre acompañado. Deben ser recorridos cortos, preferiblemente dentro de la habitación.
En los días sucesivos se debe ir alargando el recorrido, pero siempre supervisados.
A partir del séptimo día se comienza con la flexión pasiva de la cadera. Abducción y adducción de la pierna afectada, sobre la cama, con el miembro bien estirado, pero sin hacer rotación, ya que puede producirse la luxación.
A partir del quinceavo día se añaden ejercicios propioceptivos para facilitar el equilibrio.
Cuando la evolución del paciente lo propicie, o más o menos al mes de la intervención se intentará deambular sólo con un bastón inglés. Se debe ir incorporado a la actividad de la vida cotidiana, de forma progresiva, respetando ciertas recomendaciones, como evitar movimientos bruscos, usar asientos altos (incluido en el inodoro), y evitar ponerse en decúbito lateral sobre la cadera afectada, agacharse o ponerse en cuclillas.
PROBLEMAS
La principal y más frecuente complicación es la luxación de la cadera. Para evitar esto debemos seguir las recomendaciones tanto del facultativo, como de los fisioterapeutas encargados de la movilización.
También debemos tener en cuenta el tromboembolismo venoso, tanto por su incidencia, como por las complicaciones asociadas que conlleva. Su prevención se consigue con la movilización y carga precoz de la pierna afectada, además de la inyección subcutánea de heparina de bajo peso molecular durante un tiempo prudencial. Este tiempo varía en función de los antecedentes del paciente, así como de los factores propios del individuo (edad, sexo, raza, movilidad previa…)
CONCLUSIONES
Se puede concluir que la deambulación precoz es la mejor arma tanto para la buena evolución favorable del paciente, como para prevenir las posibles complicaciones derivadas de la intervención quirúrgica.
BIBLIOGRAFÍA
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– Avellana JA, Fernández L. Guía de buena práctica clínica en Geriatría. Anciano afecto de fractura de cadera. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
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