Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 1–Enero 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº1: 148
Autor principal (primer firmante): Alexandro Bailo Aysa
Fecha recepción: 19 de diciembre, 2022
Fecha aceptación: 16 de enero, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(1) 148
- Alexandro Bailo Aysa – Enfermero (Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza)
- María D´Izarbe Bailo Aysa – Enfermera (Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza)
- Sergio José Plaza Salguero – Enfermero (Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza)
- Marina Soto Bernal – Enfermera (Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza)
- Marta Ballarín Riazuelo – Enfermera (Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza)
- Elisa Arilla Francés – Enfermera (061 Aragón, Aragón)
Resumen
El litio es el estabilizador del estado de ánimo referente en el trastorno afectivo bipolar, pero su margen terapéutico es muy estrecho. Las manifestaciones clínicas de la intoxicación por litio dependen de la concentración de este en sangre y el tipo de intoxicación, aun así, puede aparecer sintomatología en niveles recomendados. Es importante la educación sanitaria para evitar llegar a la intoxicación por litio, el tratamiento de soporte es igual al de cualquier intoxicación: fluidoterapia y mantener la permeabilidad de la vía aérea, con la particularidad de que el carbón activado no es útil y el lavado gastrointestinal está en controversia, siendo la hemodiálisis el tratamiento de elección para eliminar el litio.
Palabras clave
Intoxicación, Litio, Trastornos Bipolares y relacionados, Trastornos mentales, Signos y Síntomas, Terapéutica.
Introducción
El trastorno afectivo bipolar (TAB) es una patología crónica y recurrente caracterizada por alteraciones del estado del ánimo. Las fases de esta patología incluyen episodios hipomaníacos, maníacos y depresivos. Estos episodios, obstaculizan de forma significativa la vida del paciente que presenta dicho trastorno. La organización mundial de la salud (OMS) ha realizado diversos estudios sobre la morbilidad mundial de las enfermedades, siendo esta alteración la que ocupa el sexto lugar entre todos los trastornos médicos, siendo una de las patologías mentales más comunes, severas y persistentes. El importante deterioro sobre la funcionalidad ocupacional y social que posee esta patología ha llevado a clasificarla como una de las patologías que produce mayor nivel de discapacidad (1).
El litio es el estabilizador del estado de ánimo de referencia en el TAB, en cambio, el rango terapéutico del litio es estrecho (0,6 a 1,2 mEq/l), pudiendo presentar graves reacciones adversas ante cualquier circunstancia que desencadene cambios leves en la ingesta o en la excreción del litio, pudiendo provocar un aumento en la concentración plasmática, lo que produce toxicidad, por lo que requiere monitorización periódica (1-3).
Hay 3 tipos de toxicidad en el uso del carbonato de litio: En primer lugar, la intoxicación aguda en pacientes que no están en tratamiento con litio. En segundo lugar, y más grave que la anteriormente mencionada, la intoxicación aguda cuando los pacientes están bajo tratamiento crónico y en tercer lugar, la intoxicación crónica (4).
Ante el problema presentado, se plantea realizar una revisión bibliográfica acerca de las manifestaciones clínicas y del tratamiento de la intoxicación por litio.
Objetivos
1- Describir las manifestaciones clínicas asociadas a la intoxicación por litio. 2- Describir el tratamiento de la intoxicación por litio.
Metodología
Se ha realizado una revisión bibliográfica en diferentes bases de datos como PubMed, Scielo, Elsevier, Dialnet y el recurso Google académico, acotando los resultados a artículos publicados en los últimos 10 años en castellano, inglés, portugués, francés y alemán.
Manifestaciones clínicas en intoxicación por litio
Aunque la toxicidad está relacionada con la concentración de litio en sangre, se puede observar sintomatología de toxicidad incluso en concentraciones plasmáticas recomendadas. Por lo tanto, el manejo clínico se debe basar tanto en la concentración plasmática, como en las manifestaciones clínicas (6).
En función de la gravedad de la toxicidad, los asociados con toxicidad leve son letargia, mareo, temblor distal fino, debilidad muscular, náuseas, vómito y diarrea. Los casos asociados con toxicidad moderada incluyen confusión, disartria, ataxia, mioclonías y cambios electrocardiográficos. Los casos asociados con toxicidad grave se caracterizan por compromiso severo del estado de conciencia, hiperreflexia, convulsiones, sincope, insuficiencia renal, coma y muerte (5).
La manifestación más común en la intoxicación, con independencia del grado de toxicidad, es la alteración del estado mental, seguido de la sintomatología gastrointestinal (5).
Si la intoxicación es aguda, la cual se da más frecuentemente en pacientes que no reciben tratamiento con litio, predomina la sintomatología neurológica, pudiendo aparecer desde temblores en las manos, rigidez, nistagmo y ataxia hasta alteración del nivel de conciencia y convulsiones. La intoxicación aguda en comparación con la intoxicación crónica es más grave, y puede darse por ingestión accidental o por tentativa autolítica (7).
Por otro lado, si la intoxicación es crónica, se da por un incremento de la dosis o ante disfunción renal. Además, las condiciones previas, como enfermedad renal crónica y los trastornos hidroelectrolíticos, pueden empeorar el cuadro o actuar como factor de riesgo frente a la intoxicación. En la mayoría de los casos, actúan como predisponentes la dieta hiposódica, pérdida de sodio relacionada con diarrea y vómitos, deshidratación, sudoración excesiva o interacción con fármacos (principalmente diuréticos tiazídicos o antiinflamatorios no esteroideos) que pueden provocar deterioro neurológico. Se caracteriza por un deterioro general con disminución del nivel de conciencia, desorientación en espacio y tiempo, temblor, ataxia, hiperreflexia, mutismo,
hipoprosexia, bradicinesia, bradipsiquia, y trastornos oculomotores como nistagmo, parálisis vertical unilateral de nervios craneales, crisis oculógiras, opsoclonus, dismetría ocular, astenia, apatía, entre otras (7).
Tratamiento en intoxicación por litio
La falta de educación al paciente o al cuidador por parte del personal sanitario, en lo referente a la posología de los fármacos que contienen litio, puede desencadenar cuadros de toxicidad. Si estos no son tomados correctamente, no tendrá efecto terapéutico y en ocasiones, el litio, al poseer un estrecho margen terapéutico, una sobredosis o dosis frecuentes pueden generar efectos negativos en los consumidores, ya que se produce acumulación en algunos órganos, favoreciendo la intoxicación (1).
El tratamiento de la intoxicación por litio se inicia con las medidas básicas en caso de intoxicación, como la protección y la permeabilidad de la vía aérea en caso de encontrarse el paciente estuporoso o comatoso (8).
Actualmente, no hay antídoto específico para la intoxicación por litio, y el carbón activado no es eficaz. La mayoría de los casos leves y moderados se pueden tratar con terapia de soporte, mediante infusión de cloruro sódico al 0.9% (150-200 ml/h), que mejora la perfusión renal, incrementa la excreción del metal y disminuye la reabsorción de litio a nivel tubular, ya que provee una carga adicional de sodio. Los diuréticos no están indicados porque empeora la depleción de volumen y los trastornos hidroelectrolíticos. La descontaminación gastrointestinal, el uso de lavado gástrico y las resinas de poliestireno permanecen en controversia. En intoxicaciones graves por litio, la hemodiálisis es el tratamiento de elección (3,5,8).
La hemodiálisis es el tratamiento de elección para eliminar el litio, consiguiendo disminuir los niveles séricos en 1 mEq/l de litio cada cuatro horas de hemodiálisis, requiriendo en algunas ocasiones sesiones repetidas para conseguir niveles séricos admisibles. Se debe iniciar el tratamiento si las concentraciones de litio son mayores a 4 mEq/l o superiores a 3 mEq/l con sintomatología grave y en otros casos donde la carga de volumen no pueda tolerarse (5,8).
Las técnicas actuales de este tratamiento consiguen una eliminación eficaz del litio usando dializadores de alta eficiencia y baño de diálisis con bicarbonato. Sin embargo, el grupo EXTRIP, en las recomendaciones de manejo de intoxicación por litio concluye que el tratamiento con hemodiálisis es sutil con niveles >5,0 mEq/l o > 4 mEq/l en intoxicación crónica con sintomatología objetiva de neurotoxicidad y complicaciones cardiacas, debiendo continuar hasta la mejoría clínica o la disminución de los niveles séricos mayores a 1 mEq/l en las primeras 36 horas de tratamiento con hemodiálisis (4,5).
Se deben realizar controles de litemia cada 2-3h, y, determinar la causa que desencadenó la intoxicación (8).
Conclusiones
- Las manifestaciones clínicas en la intoxicación por litio son diversas, con predominio de la sintomatología neurológica, y dependiente del tipo de intoxicación y la severidad de esta.
- El tratamiento en la intoxicación por litio depende de la concentración plasmática de este, no obstante, siendo la hemodiálisis el de referencia para reducir la litemia, se podrían prevenir algunos cuadros de intoxicación mediante la educación sanitaria al paciente o a su responsable legal.
Bibliografía
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