Índice
Autor: Yasir Moubarik González (Enfermero)
Resumen
La familia es el entorno natural y fundamental donde el recién nacido crece y se desarrolla desde su nacimiento. Los recién nacidos prematuros o enfermos que se ven obligados a permanecer ingresados en UCIN deben mantener, en la medida de lo posible, este vínculo familiar, de forma que su evolución y desarrollo se produzcan en una situación lo más natural y normal posible.
Gracias al desarrollo tecnológico y la especialización de los profesionales sanitarios, la supervivencia de gran número de prematuros y recién nacidos con patología grave ha aumentado considerablemente.
Palabras Clave: Enfermería Neonatal, Cuidados, Neonato, Familia.
Introducción
El gran avance tecnológico y la especialización de unos profesionales adecuados para la asistencia neonatal, en un principio se centró únicamente en la supervivencia de los recién nacidos, dejando al margen los aspectos psicosociales que afectaban a la familia.
Actualmente, se ha puesto de manifiesto la necesidad de atender también las necesidades psicosociales de los padres. Los profesionales de Enfermería de las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) contribuyen en esto guiando a los padres para que puedan establezcan una relación adecuada con sus hijos y puedan con ello superar el periodo estresante de la hospitalización.
Los cuidados centrados en la familia hacen que los padres puedan participar activamente en el cuidado de los recién nacidos hasta el momento del alta y, en otros casos, afrontar las secuelas de la enfermedad o la pérdida del bebé.
Es fundamental que los profesionales de Enfermería conozcan los mecanismos involucrados en el establecimiento del vínculo materno y la importancia del apego de los padres con el recién nacido, promocionando y apoyando la integración de los padres en el cuidado y recuperación de su hijo.
Objetivo
Establecer las intervenciones de Enfermería adecuadas para responder a las necesidades psicosociales y emocionales de los padres de bebés ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
Metodología
Los datos científicos para llevar a cabo este artículo se han obtenido de una revisión sistemática de publicaciones científicas en bases de datos como Medline, Cochrane, Cuiden, Lilacs y Elsevier, así como en el buscador Google Académico, introduciendo los términos de búsqueda combinados con filtros y descriptores como: Enfermería Neonatal, Cuidados, Neonato, Familia.
También se han consultado publicaciones científicas difundidas en diferentes revistas Españolas de Enfermería, Proyectos y Guías de prácticas Clínicas.
Análisis y discusión
El número de muertes neonatales en España ha decrecido progresivamente en los últimos 20 años. Según el informe “Born too soon”, en 2010, en España se registraron un total de 498.300 nacidos vivos de los que 37.100 corresponden a nacimientos pretérmino (7,45%) y 400 a muertes por complicaciones, lo que supone un porcentaje de variación anual estimada de las tasas de nacimientos prematuros del 2,2 entre 1990 y 2010. Las principales causas de muerte de neonatos en España son las respiratorias, neurológicas, sepsis y malformaciones congénitas asociadas con el bajo peso al nacer y la edad gestacional.
Gráfica 1.
Distribución global de muerte neonata según causas.

Las tasas de mortalidad neonatal en Europa varían entre los distintos países. Alrededor del 40% de todas las muertes neonatales se deben a bebés nacidos antes de las 28 semanas de edad gestacional.
Asentar buenas prácticas de atención centrada en la familia en la UCIN, destaca como un aspecto importantísimo para la evolución y desarrollo del recién nacido, el cual se encuentra obligado a permanecer ingresado lejos de su entorno familiar natural.
Para ello, es vital facilitar y fomentar la permanencia del padre y la madre junto a sus hijos durante las 24 horas, respetando y protegiendo la privacidad de las familias.
La Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) deberá observar y respetar los derechos del recién nacido y familiares, recogidos en la legislación vigente y, concretamente, en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciesen y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, así como en la Carta Europea de los Derechos de las niñas y niños hospitalizados.
De forma general, los padres esperan un bebé normal, saludable y a término y no están preparados para enfrentar un desenlace distinto.
El ingreso del neonato en la UCIN provoca en los padres duelo por la pérdida del niño sano y normal, obligándoles a afrontar problemas nuevos y desconocidos.
La estructura y organización de la UCIN provoca factores estresantes que afectan emocionalmente a los padres, entre los cuales se encuentran:
- Factores auditivos y visuales.
- Aspecto y comportamiento de recién nacido.
- Tratamientos médicos.
- Pérdida del rol parental.
- Comportamiento del personal sanitario.
- La separación que comporta la hospitalización.
- Probabilidad de supervivencia del recién nacido con secuelas.
- Riesgo de fallecimiento del niño.
Los padres precisan de apoyo por parte del equipo sanitario encargado del cuidado del recién nacido para afrontar estas situaciones desde los ámbitos psicológico, psiquiátrico y/o social, así como brindar actividades de formación que fomenten su participación en los cuidados dentro de la Unidad.
La relación establecida por los padres con los profesionales sanitarios va a influir en su estado emocional, en su capacidad para obtener información y recursos, además de en el cuidado del neonato.
Los profesionales de Enfermería son una de las principales fuentes de apoyo para los padres, puesto que establecen una relación más cercana con ellos, facilitando la reducción del estrés, el afrontamiento de la enfermedad y ayudándoles a entender y cuidar de su hijo.
En aquellos casos que exista la posibilidad de pérdida del bebé, se considera relevante realizar acciones encaminadas a establecer un vínculo del padre y la madre con el neonato.
Existen intervenciones de Enfermería encaminadas a restaurar las relaciones entre el recién nacido y sus padres:
Acogida en el momento del ingreso
El ingreso del recién nacido en la UCIN sucede de forma rápida debido al estado crítico del niño, no pudiendo informar a los padres de lo que sucede de manera inmediata. Cuando los padres pueden ver por fin al niño les invade sentimientos de diversa índole:
- Sensación de desamparo.
- Sentimientos de culpa.
- Ansiedad: preguntan mucho, en un primer momento, sobre el tiempo que puede durar la hospitalización.
- En muchas ocasiones presentan cuadros de inhibición intelectual provocados por la angustia que están pasando y esto se traduce en una dificultad para entender la información dada.
Todos estos sentimientos colaboran al aumento del estrés y dificultan la relación parental. Es en este momento crítico donde el personal de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) debe ayudar a los padres a superar estas etapas mediante el trabajo multidisciplinar.
Los cuidados centrados en la familia favorecen la reducción del estrés de los padres y una relación más positiva entre éstos y el recién nacido. Los profesionales de Enfermería pueden promover de manera positiva esta relación mediante sus intervenciones, tales como:
- Enseñar a los padres el recién nacido lo antes posible. La visualización asegura a los padres que su hijo está vivo y ayuda a promover el afecto inicial. Hay que acompañarles durante esta primera visita para ofrecer soporte y explicarles la situación y el entorno del niño.
- Favorecer la expresión de sentimientos y emociones, atendiendo a las demandas expresadas y resolviendo dudas.
- Presentación del equipo sanitario y explicación de la dinámica de la unidad.
Durante la hospitalización o el establecimiento de vínculos
La hospitalización supone un factor de estrés importante para los padres, donde el eje central es el duelo y los mecanismos psicológicos implicados para su elaboración normal o patológica. Todo ello, se agrava por el tiempo de hospitalización, la separación del niño y la dependencia de máquinas, monitores y otros medios técnicos empleados para el cuidado del recién nacido.
Las intervenciones de Enfermería en estos montes serán:
- Promover y mantener el sentimiento de acogida a los padres en la unidad.
- Hablar con los padres asegurándoles que todo el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), tanto técnico como especializado será utilizado en el cuidado de su hijo. Con este diálogo se pretende ayudar a los padres a desarrollar confianza y a darles esperanza, contribuyendo a reducir la ansiedad.
- Estar disponibles para responder a las preguntas de los padres o para transmitir éstas a otros profesionales. Hay que mostrarse amables aunque las preguntas sean reiterativas. Los padres presentan estrés y éste disminuye la capacidad de aprendizaje, haciendo necesaria la repetición de la información.
- Animar a los padres para que toquen al recién nacido, enseñándoles la forma correcta de hacerlo sin alterar el estado del neonato. El contacto forma parte del mecanismo de apego y debe ser incentivado de acuerdo con las condiciones del niño.
- Involucrar a los padres desde el principio en los cuidados básicos: cambiar de pañales, higiene corporal, alimentación, etc. Esta colaboración promueve la aproximación y el aprendizaje, proporcionando un sentimiento de participación que los identifica con el papel de padres.
- Ayudar a que los padres desarrollen una percepción realista de la evolución y pronóstico del recién nacido.
- Facilitar la expresión de las creencias religiosas. Aporta esperanza y reduce la ansiedad relacionada con un futuro incierto.
- Animar y enseñar a los padres los cuidados más complejos que precisen de algún entrenamiento antes del alta hospitalaria como por ejemplo: colostomías, gastrostomías, etc. Con este conocimiento previo los padres se sienten capaces de proporcionar atención segura y manifiestan menos ansiedad a la hora de prestar estos cuidados en su domicilio.
- Enseñar a los padres a reconocer las distintas formas en las que se expresa el recién nacido.
- Mostrar a los padres gestos, posiciones en las que está más cómodo, cómo suele dormir, si le gusta que lo acaricien, si quiere el chupete, cómo calmarlo cuando está alterado etc.
- Facilitar las visitas de los padres en horarios flexibles, fortaleciendo así los lazos afectivos y
- ayudando a participar en la recuperación de su hijo. Es importante que el equipo de Enfermería esté presente durante la visita para responder a las preguntas que surjan o para escuchar sus preocupaciones y sentimientos.
- Permitir la visita de los abuelos y hermanos del recién nacido. La visita de los familiares más íntimos ayuda a la integración de la familia y aproxima al neonato al seno familiar.
- Dejar que los padres puedan traer algún objeto familiar para colocarlo cerca del neonato, reforzando así la sensación de que su hijo no está solo y que parte de la familia está con él. Permitirles también hacer fotografías a su hijo, en las condiciones indicadas por el personal de la UCIN. Esto ayuda a promover el afecto incluso cuando el bebé está lejos de sus padres.
- Promocionar el amamantamiento y/o la extracción artificial de leche materna, haciendo partícipes a las madres de forma activa en la recuperación de sus hijos e indirectamente perciben que esto es lo único que pueden hacer para colaborar en el crecimiento, desarrollo y recuperación de su hijo. El equipo de Enfermería gracias al contacto cercano con los padres, es el profesional ideal para fomentar y ayudar a la mujer que decide dar lactancia materna a su hijo.
- Incentivar y promover el contacto “piel a piel” temprano, prolongado y continuo entre la madre y el recién nacido, cuando éste cumpla los criterios necesarios. El “método canguro” es fácil, eficaz y agradable. La mayoría de padres se sorprenden al saber que su hijo puede salir de la incubadora y que, además, pueden tenerlo en sus brazos. Esto derivará en un aumento de motivación e implicación en los cuidados del recién nacido, haciendo de los padres un miembro más del equipo que trabaja en la recuperación del neonato.
Planificación al alta
La comunicación de forma continuada entre los profesionales de Enfermería y la familia permite a éstos desarrollar un plan de cuidados multidisciplinar e individualizado que incluye la planificación al alta. La implicación que tiene la familia en el desarrollo del plan de cuidados mejora las posibilidades de éxito al aumentar la sensación de control de los padres.
El cambio al domicilio puede ser fluido incluso con los casos más complejos, siempre y cuando se realice una planificación precoz, haya una enseñanza continuada y se atiendan las necesidades y recursos de la familia.
Las intervenciones de Enfermería para planificar el alta serán:
– Promover y evaluar las habilidades y capacitación de los padres para los cuidados, reforzando en todo momento aquellos aspectos que sean necesarios.
– Ayudar a los padres a afrontar los sentimientos de incapacidad o dependencia
– Facilitar el seguimiento hospitalario y/o desde atención primaria, dependiendo de cada caso.
– Entregar junto con el informe médico un informe de Enfermería con las pautas de cuidados a seguir en el domicilio.
– Escuchar y transmitir las dudas respecto a problemas médicos: pronóstico de normalidad o recuperación total, posibles secuelas, controles y revisiones posteriores, etc.
– Aportar información sobre los recursos sanitarios y sociales disponibles.
Durante la agonía y muerte del recién nacido o el proceso del duelo
La muerte de un recién nacido apenas iniciada su vida es impactante y traumática. Es un momento muy triste y de desesperación.
Ante la pérdida perinatal, todo el equipo sanitario debe centrarse en la atención individualizada de
la familia, guiándola en las distintas etapas de la pérdida y el duelo. Las intervenciones de Enfermería en estos casos serán:
– Procurar que los padres dispongan de un interlocutor, que por vinculación afectiva, proximidad o simpatía hayan escogido para expresar sus sentimientos. La compañía de los profesionales más implicados en el cuidado del recién nacido, también es importante.
– Controlar en todo momento, el dolor y los síntomas de agonía del neonato.
– Atender las necesidades de los padres y ofrecerles soporte emocional.
– Respetar la voluntad y capacidad de afrontamiento de los padres en cada caso, sin poner obligaciones ni restricciones innecesarias.
– Si se solicita, ofrecer información sobre el estado y evolución del niño.
– Respetar los momentos de intimidad sin forzar la comunicación, mostrando respeto, comprensión, afecto y cariño.
– Facilitar la expresión de creencias religiosas y proporcionarles asistencia espiritual si lo solicitan.
– Apagar las alarmas de los monitores.
– Preparar el cuerpo del neonato: retirar todos los elementos técnicos, asearlo, vestirlo y envolverlo, manipulándolo con cuidado y respeto, antes de que lleguen los padres.
– Facilitar el contacto físico si así lo desean los padres.
– Proporcionar un espacio privado y el tiempo necesario para que estén tranquilamente con el niño y puedan despedirse de él.
– Dar las instrucciones necesarias para la ejecución de los trámites administrativos que se requieran en cada caso.
Conclusión
Los lazos afectivos entre el recién nacido y sus padres comienzan a desarrollarse durante el embarazo, aunque es después del nacimiento cuando se establece una relación recíproca entre ellos que irá fortaleciéndose día a día.
Cuando en este periodo inicial existe una separación, hay una interferencia en el proceso de apego que afectará a la futura relación entre padres e hijos.
El ingreso en la UCIN de un recién nacido prematuro, con algún defecto congénito o enfermedad grave, provoca en los padres sentimientos de frustración, incapacidad, culpa, miedo y un gran estrés.
Los profesionales de Enfermería, por su relación cercana con los padres, deben proporcionar cuidados centrados en la familia estableciendo una relación de ayuda terapéutica efectiva, reforzando actitudes y comportamientos positivos que ayuden a los padres en la adaptación a la hospitalización, a aprender a cuidar de su hijo y en algunos casos, a afrontar la pérdida y el duelo.
La atención centrada en la familia está orientada a mantener el entorno natural de desarrollo del recién nacido, favoreciendo la implicación y responsabilidad de lo padres en los cuidados de su bebé, así como incrementar su confianza y seguridad en la participación sus cuidados, de forma que el ingreso del bebé en una UCIN impacte lo menos posible en el desarrollo de las interacciones y vínculos familiares.
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