Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. IV. Nº 4–Abril 2021. Pág. Inicial: Vol. IV; nº4: 34
Autor principal (primer firmante): Elizabeth Regina Fernández Valdivia
Fecha recepción: 11 de Marzo, 2021
Fecha aceptación: 5 de Abril, 2021
Ref.: Ocronos. 2021;4(4): 34
Autoras
- Elizabeth Regina Fernández Valdivia. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa “
- Patricia Fernández Valdivia. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Universitario “Miguel Servet “
- Macarena Jiménez Martín. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa “
- Margarita Jiménez Moya. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa“
- Blanca Jimeno Sierra. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa“
- Amanda Cano Moreno. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Royo Villanova.
Resumen
El sueño es un estado fisiológico de gran importancia, activo, recurrente y reversible en el que tenemos disminuida la vigilancia, así como la capacidad de reacción a los estímulos externos y durante el cual se reproducen los patrones de aprendizaje, habilidades y conocimientos recientes, además de ser el estado donde se reafirman y reordenan nuestros recuerdos. (1)
La homeostasis (encargada de la durabilidad y profundidad del sueño), y el ritmo circadiano (que marca el cambio de la melatonina en las fases de sueño / vigilia y que depende del triptófano), son dos procesos fundamentales en el ciclo del sueño. (2)
Así, decimos que la melatonina también es la hormona que controla y regula la calidad del sueño y que empieza a aumentar cuando se va dando una disminución de la luz ambiental, llegando a alcanzar un pico máximo entre las 2 y 4 horas. (2)
Cuando el ciclo del sueño se ve afectado hablamos de insomnio, pudiendo existir varios tipos en relación a su duración y el número de veces del despertar nocturno, así como las características de cada uno en función de la etapa de la vida de la persona, además de tener en cuenta diversos aspectos como pueden ser la alimentación, acontecimientos vitales, enfermedades o el consumo de sustancias. (3,4)
Para poder evaluar el trastorno del sueño, contamos con dos herramientas importantes para ello, tales como el índice de Calidad del sueño de Pittsburg y la quita edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. (3,4)
Palabras clave
Insomnio, ritmo circadiano, alimentación, clasificación, tratamiento, calidad.
Objetivo
Realizar una revisión actualizada acerca de los efectos del insomnio para ayudar a los profesionales de la salud a su abordaje y tratamiento adecuado que permita mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo padecen.
Introducción
El insomnio, es un problema que acarrea grandes problemas de salud, generando gran impacto en la misma, sobre todo si se mantiene a lo largo del tiempo (2). Se acortan años de vida, afectando a nuestro sistema inmune y nervioso (5), incluyendo estrés, enfermedades vasculares y trastornos del ánimo. (6)
El sueño representa un importante reparador, que mantiene nuestro sistema inmunitario en buenas condiciones a la vez que recuperamos energía durante el mismo y su falta conlleva a la aparición de problemas importantes a corto y largo plazo (nombrados anteriormente).
A corto plazo podemos nombrar la dificultad para el recuerdo, concentración, aprendizaje, pensamiento y creatividad. (7, 8, 9, 10)
Todo ello ocasiona un deterioro y malestar importante en las áreas social, laboral, educativa, académica y conductual, así como otras esferas de funcionamiento del ser humano, tanto físicas como psicológicas. (2,11)
La dificultad de conciliar el sueño y sostenerlo representan una clara definición de lo que es padecer insomnio, siendo el trastorno más común y cada vez más visto en la población adulta. El paciente puede manifestar la dificultad de conciliar el sueño, despertares de madrugada, movimientos y agitaciones nocturnas, ansiedad y nerviosismo ante la imposibilidad de no poder dormir e incluso la percepción acerca de tener o no un sueño profundo, lo que le lleva a pensar y expresar la típica frase de “no duermo bien”. (12,13)
Se levantan con una sensación importante de cansancio para afrontar lo que conlleva las obligaciones de la vida diaria. Obtienen pues como resultado un sueño de poca calidad.
Aunque predomina en mujeres también se ve en hombres, en cualquier grupo de edad siendo más frecuente en la etapa del envejecimiento, viéndose incluso en la infancia. Por ello es importante realizar un diagnóstico correcto y temprano de este desarreglo, así como su tratamiento para restablecer y mejorar la calidad de vida de estos pacientes. (11,14)
Así, podemos distinguir entre el paciente con insomnio crónico y el que padece insomnio de corta duración En el primero se quejan de no poder iniciar el sueño, o la dificultad para poder mantenerlo y para calificarlo como tal esto debe suceder más de tres veces por semana y al menos tener una duración de tres meses. Sin embargo, cuando hablamos de insomnio de corta duración se observan las mismas quejas que en el crónico, pero su duración es menor de tres meses. (15)
Métodos
Se realizó una revisión bibliográfica de los artículos científicos que trataban el tema del insomnio como centro de atención, disponibles a texto completo y gratuito.
Las bases de datos electrónicas utilizadas fueron PUBMED, SCIELO, SCIENCE DIRECT.
Diagnóstico y tratamiento
El trastorno del sueño es bastante complejo a la hora de fijar sus causas. En base a esto el Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5) y la Clasificación Internacional de los Trastornos del sueño, coinciden en que debe haber una gran insatisfacción relacionada con la calidad y cantidad de sueño, relacionado con la dificultad en mayor o menor grado para iniciarlo o mantenerlo, número de despertares nocturnos, poder conciliarlo después de un despertar, ocasionando alteraciones importantes en el ser humano, ya nombradas anteriormente. (11,14)
En este sentido podemos destacar, la terapia cognitivo conductual enfocada al insomnio (TCC). Las intervenciones psicológicas y técnicas educacionales en cuanto a normas higiene del sueño, control de estímulos y técnicas de relajación deben estar enfocadas de manera individualizada valorando sus beneficios, y evitar en la medida de lo posible las recaídas. (14,16)
La intervención cognitiva a través de la terapia psicoterapéutica, sería una alternativa para aquellos pacientes que tiene contraindicado tratamiento medicamentoso o que éstos les provoquen efectos secundarios. Los pacientes con insomnio tienen ideas y creencias equivocadas acerca del sueño que les produce ansiedad y preocupación. (17)
Educar en la higiene del sueño para mejorarlo, resulta insuficiente por si sola. No hay evidencias suficientes sobre su eficacia. (17)
Podemos finalizar diciendo que existen además terapias como la acupuntura, como alternativa a la medicina natural y tradicional. (18)
Si hablamos de intervención farmacológica, numerosos estudios muestran que un gran porcentaje de la población toman de manera prolongada benzodiacepinas para tratar su problema de insomnio, aumentando el riesgo de sufrir demencias, deterioro cognitivo y mortalidad general. (16,19)
Para la inducción y mantenimiento del sueño se utilizan fármacos restringidos como la quetiapina, risperidona y olanzapina, que son prescritos con de forma especial por su alto riesgo de muerte súbita sobre todo en pacientes mayores. La inquietud nocturna, aumento de los niveles de triglicéridos o el aumento de peso son efectos nada beneficiosos de la quetiapina. (20)
Los efectos adversos y secundarios de este tipo de fármaco son numerosos, lo cual debe suponer una alarma suficiente para ralentizar y frenar su uso generalizado, especialmente en personas de edad avanzada donde se ha puesto de manifiesto el cociente riesgo / beneficio, inclinando la balanza hacia el primero si su uso se prolonga en el tiempo. (21)
La melatonina es una hormona que se encuentra de forma natural en nuestro cuerpo y que se produce a partir del triptófano. Se transforma en el cerebro concretamente en la glándula pineal, transformando la serotonina en melatonina. (21)
Cuando escasea en nuestro organismo la podemos tomar de forma oral, y a diferencia de las benzodiacepinas, es muy difícil que creen dependencia. (21)
La melatonina de liberación prolongada (MLP), se comercializa en formato de 2 mg y avalan su eficacia sobre todo en mayores de 55 años diversos estudios clínicos realizados. De hecho, mantiene niveles similares de secreción de melatonina endógena, y es la única aprobada en España y Europa. (15,22,23)
El tratamiento con MLP de 2 mg, ayudó al 77 % de los pacientes a poder interrumpir el uso de hipnóticos, donde se observó que los efectos de la melatonina persistían en el tiempo y que
había una tasa de rebote baja, según un estudio realizado en España (24). Por ello es importante destacar y mencionar que se incorporó en las Guías de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología como tratamiento de primera elección en personas de edad avanzada. (25)
Pautas de actuación
La World Sleep Society (WSS), en colaboración con la Sociedad Española del sueño (SES, ses.org.es), celebraron el día Mundial del Sueño el 15 de marzo de 2019. En él, se elaboraron una serie de recomendaciones denominadas “los diez mandamientos del sueño “, teniendo como idea de base “sueño saludable, envejecimiento saludable”. (2)
Entre éstas y otras recomendaciones como los criterios de Actuación y Seguimiento del Insomnio en España, y otros autores, podemos concretar en:
- Tener horarios regulares en cuanto a comidas, siestas, tiempo de permanencia en la cama.
- Condiciones ambientales adecuadas.
- Evitar actividades excitantes como ver la televisión, uso de tabletas e incluso hablar por teléfono, así como las físicas cercanas a la hora de dormir. Las bebidas y sustancias estimulantes sobre todo a partir de las 5 de la tarde tampoco benefician la conciliación del sueño nocturno.
- Establecer un ritual de preparación para ir a la cama (ponerse el pijama, lavarse los dientes, prepara lo que se necesite el día siguiente etc…
- Realizar técnicas de relajación favorece el descanso. (26,27,28,29)
Prevalencia
En la etapa del envejecimiento los trastornos del sueño son bastante frecuentes, y están asociados en la mayoría de los casos a una mala calidad del sueño. Aumentan con la edad (30,31), siendo más predominante en mujeres por la incidencia de tener hijos, en particular si son pequeños, situación laboral, así como los problemas personales y situaciones de estrés (32), pero no se ha podido demostrar una relación significativa entre estas dos variables. (30,31,33)
Diversos estudios realizados en ancianos no institucionalizados sí que demuestran una clara relación entre edad y calidad del sueño. Por ello se da un porcentaje de insomnio crónico entre un 6 y un 10% de la población. (14,34)
Aunque la prevalencia es mayor en mujeres cada vez y de forma más frecuente aparece en hombres, niños y adolescentes relacionado en estos casos con sus hábitos sociales. (14,35, 36)
Acostarse tarde, acudir a fiestas nocturnas, uso de instrumentos electrónicos, relacionarse con amigos, hace que con el tiempo la incidencia del insomnio haya aumentado, durmiendo por el día lo que deberían dormir en horario nocturno. (14,35, 36)
Los despertares nocturnos en niños y adolescentes, así como en personas de mediana edad y personas mayores tiene significado clínico según el tiempo que tardan en despertar después de haber iniciado el sueño, siendo mayor de 20 minutos en los primeros y mayor de 30 en los segundos. (37)
Conclusiones
Detectar el problema del insomnio de forma precoz es muy importante, cobrando especial importancia el profesional de Atención Primaria, diseñando un plan individualizado para cada paciente valiéndose de sus conocimientos y experiencia previa y práctica de su día a día.
Al tratarse de un problema del que no se ha descrito una causa concreta, su abordaje debe ser multifactorial y centrado en el paciente.
Si se identifica la causa, que es el principal obstáculo, el insomnio es más fácil de resolver. En este caso el tratamiento sería la causa.
Son de gran interés las campañas sobre la buena higiene del sueño en el entorno socio sanitario.
Evitar su cronificación, conllevaría a reducir en gran medida el uso de hipnóticos y ansiolíticos.
Son medicamentos que no están libres de efectos secundarios además de estar asociados a un riesgo para la salud y a un gasto farmacéutico innecesario.
No obstante, es importante examinar siempre el riesgo/beneficio para el paciente.
En los últimos diez años se ha incrementado el uso de hipnóticos y ansiolíticos en España, que es incluso mayor que el de Europa.
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