Índice
Justificación
Utilizar un lenguaje inadecuado e irreflexivo con los pacientes que padecen obesidad puede ser un gran problema a la hora de comunicarnos.
Objetivo
Se persigue analizar la importancia de un lenguaje adecuado, empático, reflexivo de los profesionales sanitarios para hacer constar la importancia que tiene y su impacto positivo en la salud de los pacientes.
Diseño
La investigación, estudio del lenguaje, y comunicación permitirá mejores pronósticos de la enfermedad
1º autora: María del Pilar Vicente del Barrio. TCAE. SESPA
2º autora: María del Carmen Flores Fernández. TCAE. Residencia Zarracina
Metodología
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Resultados principales
Para que se produzca una buena comunicación llegue al receptor el mensaje debe ser claro, conciso y empático.
Conclusión
La forma más adecuada de comunicación con los paciente es no clasificarlos con el “ser” sino con “el estar” un paciente no es obeso, el paciente tiene obesidad y el hecho de emplear bien el leguaje repercutirá en beneficio del paciente
Palabras clave
Lenguaje, empático, obesidad, comunicación, palabras
Nuestro organismo responde tanto con el lenguaje en que nos comunicamos como a nuestros pensamientos interiores. Ejemplo de palabras que nos tocan el espíritu y nos tocan las creencias: por favor, lo siento, puedes.
La cordialidad con las palabras genera endorfinas, que son las encargadas de disminuir el cortisol y aumentar la oxitocina, que es la hormona responsable de aumentar el amor y la confianza. Así, las palabras nos pueden conducir a llevar mejor cualquier enfermedad o cualquier tratamiento, el lenguaje adecuado conduce al equilibrio y al bienestar interior.
Debemos ser muy cuidadosos con las palabras, ya que las personas no son su enfermedad. Cuando decimos “es” estamos dando carácter de ser, y no tenemos previsto que cambie. La palabra identifica; por tanto, en las enfermedades no podemos utilizar el verbo ser.
La persona que tiene obesidad no es una persona obesa, es una persona que padece obesidad o cualquier otra enfermedad que escojamos.
Los profesionales de la sanidad debemos utilizar el lenguaje para que no sea estigmatizante.
En el consenso Español de obesidad 2011 ya se pidió que no se utilizara la palabra obeso para definir a una persona que padecía obesidad.
Se sabe que utilizar la palabra inadecuadas llamando “gordo” a una persona con obesidad no gusta y la persona posiblemente deje el tratamiento.
Se pueden utilizar a cambio muchas otras palabras para hablar del exceso de peso.
En consulta hay muchas personas que cuando acuden a controlar su peso, cuando suben a la báscula ni siquiera quieren saber el peso en el que se encuentran.
Mientras utilicemos el verbo ser para definir una enfermedad y no el verbo estar estaremos dando una categorización poniendo en esencia algo que no se puede cambiar. Una persona que padece obesidad le resultaría más grato y amable escuchar cómo es su índice de masa corporal que definirla como gordo u obeso
Ya que estaremos utilizando la profecía auto cumplida, repetir algo mucho puede hacer que se cumpla. Un mensaje emitido con palabras se convierte en causa de que se haga realidad. Pero podemos utilizar la profecía auto cumplida a nuestro favor con un lenguaje en positivo. Prueba de esto es que el investigador Robert K. Merton, sociólogo estadounidense, descubrió que inculcar con palabras una creencia puede ser concluyente en la conducta. El ejemplo que se suele utilizar en estos casos es que un profesor que cree en sus alumnos estos tendrán mejores resultados que con el profesor que los valora peor
El lenguaje forma parte de nuestra vida, existe un lenguaje psicológico en todos los ámbitos de nuestra vida que llega a influir en nuestros sentimientos y en nuestros actos.
En cualquier ámbito de la salud uno de los primeros estudios que se hacen es el lenguaje, como debemos comunicarnos con los pacientes. El código que utilicemos ayudara a nuestro paciente a mejorar con el cuidado recibido y a ser más receptivo. Cuando el sanitario es más empático y más comunicativo el paciente puede llegar a mejorar incluso la percepción del dolor.
En las universidades se imparten cursos de comunicación médica, por supuesto también en el temario incluido en la formación profesional para TCAES que están en continuo contacto con los pacientes. Así no solo se obtendrá una mejor comunicación sanitario-paciente, sino un mejor resultado de la evolución de la enfermedad, e incluso un mejor diagnóstico.
En el caso de las personas que padecen obesidad no podemos culpabilizarlas, ya que la sociedad obesogénica en la que vivimos contribuye en gran medida que esto suceda.
Como dice la Dra. Margaret Chan “las prácticas de la industria alimenticia promueve un marketing de alientos insanos”
La revista The Obesity Society publicó un artículo sobre la adecuación del lenguaje, con el empleo de un lenguaje adecuado podemos ser conscientes de las palabras para causar el mejor efecto en la los pacientes.
En el caso de los pacientes con obesidad viven con un “estigma de peso” con discriminación en nuestra sociedad, el hecho de ser etiquetado como gordo tiene consecuencia diez años después predisponiendo a la obesidad.
Pudiendo utilizar otro lenguaje los sanitarios debemos hacerlo, debemos emplear la empatía por que ya existen pruebas que aquello que le dices a alguien hace impacto en su salud.
Existen centros donde ya se está orientando a los profesionales, maestros, familias para orientar y desarrollar estrategias con el lenguaje mediante la educación.
Las palabras en positivo tienen el poder de aportar a nuestra vida salud y bienestar, pero no solo salud y bienestar, además nos aportan nuestra personalidad, nos dan la energía que viene de las palabras, las palabras hacen la historia y mella en nuestra vida.
Ya hemos dicho que las palabras en nuestro cerebro pueden tener un efecto positivo o un efecto negativo si son mal escogidas, las palabras pueden hacer mucho daño, las palabras duelen y sanan.
Hablando a nuestros pacientes en positivo con un lenguaje adecuado contribuimos a que su salud mejore.
En una encuesta realizada a 30 pacientes se demuestra la efectividad que tiene una escucha activa del paciente. La escucha activa, junto a un lenguaje adecuado, forma la comunicación correcta en la atención de los profesionales
Bibliografía
Como hacer que te pasen cosas buenas. Marian Rojas Estapé
wikipedia.org/wiki/Robert K. Merton
https://juliobasulto.com/ billete/
https://www.ncbi.nlm .nih.gov/pmc/ articles/PMC5241771/
https://juliobasulto. com/tag/lenguaje/
http://www. uconnruddcenter.org/ weight-bias-stigma
https://dialnet. unirioja.es/ servlet/articulo