Autora: Marta Quesada de la Fuente
Coautoras: Raquel Blanco Quesada, Josefa Luisa Álvarez Alonso
Resumen
Las infecciones del tracto urinario constituyen una de las infecciones más comunes que afecta a la calidad de vida de las personas que la padecen. Es considerada la segunda infección más habitual en ancianos institucionalizados y su prevalencia aumenta con la edad, puesto que el envejecimiento produce una alteración de los mecanismos defensivos frente a la infección.
Los factores de riesgo descritos en residencias geriátricas para las infecciones urinarias son: accidentes cerebrovasculares previos, deterioro mental y funcional, sondaje vesical y tratamiento antibiótico previo.
Diversos estudios revelan que en los centros residenciales la infección del tracto urinario (ITU) representa entre el 30% y el 40% de todas las infecciones asociadas a los cuidados sanitarios realizados.
Palabras Clave: infección urinaria, anciano, residencia, bacteriuria.
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades infecciosas forman una de las principales causas de mortalidad en las residencias y uno de los principales motivos de hospitalización. En concreto, la infección del tracto urinario (ITU) es sumamente frecuente en el anciano institucionalizado.
Aunque la mayoría de las infecciones urinarias son asintomáticas, los episodios de infección sintomática colaboran con la morbilidad de esta población.
Los factores de riesgo favorecedores de estos procesos infecciosos incluyen:
- Trastornos neurológicos que producen incontinencia o retención urinaria.
- Uso de fármacos con efecto anticolinérgico.
- Comorbilidad.
- Retención urinaria o residuo producido por hipertrofia benigna de próstata.
- Sequedad vaginal.
Dentro de las principales vías de infección podemos encontrar:
- Ascendente: es la vía más frecuente, con la colonización periuretral y del vestíbulo vaginal como principales puntos de procedencia de los gérmenes. La presencia de sondas, traumatismos o estasis urinaria provoca una migración de las bacterias por la uretra, conduciendo una colonización y multiplicación vesical que puede alcanzar al riñón. El hecho de que la uretra en la mujer sea más corta que en el varón, unido a la menor distancia existente entre meato uretral y ano, justifican que las infecciones urinarias sean más frecuentes en mujeres, apoyando al mismo tiempo, la importancia de esta vía.
- Hematógena: vía de infección a causa de una sepsis, siendo poco común en ancianos.
- Por contigüidad: la infección es producida a través del personal y de equipos instrumentales contaminados.
Desde el punto de vista clínico, la expresividad de la infección sintomática oscila desde síntomas limitados al tracto inferior que interfieren con las actividades de la vida diaria, hasta cuadros que precisan la hospitalización del paciente.
La incidencia de bacteriuria asintomática aumenta con la edad y es más común en ancianos con limitaciones funcionales. Aparece aproximadamente en el 35% de los ancianos institucionalizados no portadores de sonda urinaria y en el 100% de los pacientes sondados.
En la mujer, la vía ascendente demuestra la mayoría de las infecciones urinarias, mientras que en el hombre, la diferencia anatómica, hace que las otras vías de infección sean más importantes y que incluso se registren múltiples mecanismos, por lo que las infecciones urinarias en varones son más complicadas, debido a que se ven alteradas estructuras del tracto urinario.
OBJETIVO
Con este artículo se pretende establecer una relación de causalidad entre la infección urinaria y los ancianos institucionalizados, evidenciando así la gran prevalencia de bacteriuria que padece este colectivo.
METODOLOGÍA
Los datos científicos para llevar a cabo este artículo se han obtenido tras una búsqueda bibliográfica de forma sistemática de artículos relacionados en diferentes bases de datos electrónicas como PubMed, Medline, Cuiden y Elsevier, así como en el buscador Google Académico, introduciendo los términos de búsqueda combinados con los filtros y palabras claves. También se han consultado publicaciones científicas difundidas en diferentes revistas de Enfermería Geriátrica, revistas españolas de Geriatría y Gerontología y en Guías de prácticas Clínicas.
RESULTADOS
Con el presente artículo se pretende evidenciar la existencia de causalidad que existe entre la infección del tracto urinario y el anciano institucionalizado.
En la población general, la infección urinaria es típica en mujeres sexualmente activas, con una proporción de 10:1 frente a varones. A medida que aumenta la edad, se incrementa la prevalencia de tales infecciones, pasando la relación a 2:1 para las mujeres.
La infección del tracto urinario es el proceso infeccioso más prevalente en ancianos institucionalizados, alcanzando unas cifras de prevalencia que oscilan entre el 20 y el 50%. La prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 17- 55% en mujeres, entre el 15- 31% en varones y casi el 100% en portadores de sonda urinaria permanente, y aumenta progresivamente con la edad puesto que el envejecimiento produce una alteración de los mecanismos defensivos frente a la infección.
Existen diversos estudios que avalan la elevada prevalencia de la infección del tracto urinario (ITU) en centros residenciales, como el estudio desarrollado por Beobide y col. realizado entre 2006 y 2009 en cuatro centros gerontológicos de la Fundación Matía, cuyos resultados demuestran que durante el primer año el 20% de los residentes que padecieron ITU presentaron 2 infecciones al año y el 14% presentó 3 o más. Otro estudio reciente realizado por Faus y col. observaron que las infecciones urinarias en un centro gerontológico prevalecieron en el 32% de los residentes, presentando al menos 2 episodios de ITU al año.
Las infecciones del tracto urinario provocan la mayoría de las bacteriemias por gramnegativos en ancianos institucionalizados, siendo la pielonefritis la causa más frecuente de bacteriuria y shock séptico.
Numerosos factores contribuyen a la alta frecuencia de infecciones del tracto urinario (ITU) en ancianos institucionalizados, pero según los distintos individuos estos factores tienen una mayor o menor importancia. Los factores de riesgo descritos en residencias para las infecciones urinarias son los siguientes:
- Accidentes cerebrovasculares previos.
- Deterioro mental y funcional.
- Sondaje vesical.
- Tratamiento antibiótico previo.
La patogénesis de las infecciones urinarias en los ancianos se relaciona con los cambios fisiológicos ocasionados por el envejecimiento, siendo los siguientes:
- En el hombre, la actividad bactericida de las secreciones prostáticas disminuye.
- La orina tiene cierta actividad antibacteriana, perdiendo importancia en la edad avanzada.
- La proteína de Tam Harsfall reduce la adherencia de las bacterias al urotelio y ésta está disminuida en los ancianos.
- En el hombre puede existir mayor capacidad de adherencia de Escherichia coli al urotelio.
- En la mujer, debido al descenso del nivel de estrógenos tras la menopausia, la ausencia de lactobacilos provoca el aumento del pH vaginal y un descenso del peróxido de hidrógeno, favoreciendo la colonización de la vagina por E. coli y otros enteropatógenos.
Por otro lado, la comorbilidad es el principal factor predisponente para la bacteriuria en el anciano institucionalizado. Las patologías más frecuentemente asociadas son enfermedades neurológicas como el Parkinson o el Alzheimer. También la diabetes predispone a la infección urinaria a través de la neuropatía diabética. La hipertrofia benigna de próstata también incrementa el riesgo de bacteriuria debido al incremento de presión intravesical que ocasiona.
Las infecciones en el paciente mayor presentan una menor expresividad clínica y suelen desarrollarse de forma atípica, con una sintomatología más larvada que en los pacientes jóvenes. La fiebre, síntoma clásicamente asociado a infección, puede no existir o apenas percibirse en el anciano, y ello es debido a la existencia de cambios en el mecanismo de termorregulación de diversa etiología. En los ancianos es muy frecuente la bacteriuria asintomática, definida por la presencia de bacterias en el urocultivo en un paciente sin sintomatología urinaria, y es casi constante en los pacientes con sonda urinaria.
Ante la sospecha de una infección urinaria en el anciano, el diagnóstico debe confirmarse a través del laboratorio, puesto que con el tratamiento basado únicamente en la sintomatología, la tasa de errores terapéuticos suele ser muy alta. La piuria es un indicador sensible de infección del tracto urinario, y según algunos autores es el test más sensible para distinguir entre colonización e infección; de todas formas, este parámetro tiene un carácter inespecífico en los pacientes geriátricos y puede estar presente hasta en el 30% de enfermos con urocultivo negativo. Otras pruebas diagnósticas serían las tiras con esterasa leucocitaria y el test de nitritos.
Las manifestaciones clínicas que pueden aparecer en la infección del tracto urinario en la población geriátrica son: bacteriuria asintomática, cistitis y pielonefritis, infección urinaria asociada a sondaje vesical, infección urinaria recurrente en la mujer posmenopáusica e infección urinaria en el anciano institucionalizado.
Los microorganismos aislados en las ITU de pacientes institucionalizados tienden a presentar una mayor resistencia antimicrobiana en relación a aquellos aislados en ancianos de la comunidad. Este hecho es reflejo de la repetida exposición a antibióticos de individuos con infección recurrente, así como del uso intensivo de antibióticos en las residencias, aunque en el medio residencial se ha apuntado como principal factor que afecta a la extensión de las resistencias la diseminación del patógeno por contacto entre residentes. Además, los microorganismos aislados en la infección del tracto urinario en pacientes institucionalizados presentan una mayor heterogeneidad en la etiología de la infección.
En el tratamiento de los procesos infecciosos es importante valorar la procedencia del anciano, puesto que los diferentes estudios revelan que los ancianos institucionalizados en centros sociosanitarios ó residencias incrementa la incidencia (10-20 infecciones por cada 100 residentes y mes) y precisa de un abordaje específico, debido a la diferente flora bacteriana existente en estos centros.
CONCLUSIÓN
Las enfermedades infecciosas constituyen uno de los principales motivos de hospitalización y una de las principales causas de mortalidad en los ancianos institucionalizados. Aunque la mayoría de las infecciones urinarias son asintomáticas, los episodios de infección sintomática contribuyen a la morbilidad de esta población.
Se puede concluir que en los ancianos institucionalizados son más frecuentes las infecciones urinarias por bacterias gramnegativas diferentes de E. coli, enterococo y Candida, siendo el principal motivo de hospitalización en este colectivo.
El continuo incremento de población geriátrica institucionalizada en España hace necesario el análisis de las condiciones en las que se desarrolla su asistencia sanitaria.
BIBLIOGRAFÍA
- Telleria, I. B., Trueba, J. A., Goena, M. I. G., Manchola, E. A., Arrechea, I. I., Vitoria, M. Á. D. A., & Isasi, B. M. (2011). Epidemiología infecciosa en centros gerontológicos. Revista Española De Geriatría Y Gerontología, 46(2), 63-67..
- Alós, J. I. (2005). Epidemiología y etiología de la infección urinaria en el anciano. González JL, Pigrau C (coordinadores). Guía de buena práctica clínica en Geriatría: infecciones urinarias. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, 9-16.
- FELIPE, V. F., LAFUENTE, R. A., MARTÍ, J. P., ORTEGA, A. D. L. V., & MARTÍNEZ, M. M. (2003). Infecciones de tracto urinario en pacientes ancianos institucionalizados. Incidencia y factores de riesgo de resistencias bacterianas. Farmacia Hospitalaria, 2003(27/5), 298.
- de las Cuevas, G. M., Alonso-Gutiérrez, J., & de las Cuevas, C. C. (2014). Protocolo de tratamiento empírico de las infecciones en ancianos internados en centros asistenciales. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 11(57), 3394-3399.
- Gómez-Busto, F. (2007). Infecciones urinarias en residencias de ancianos. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 42, 39-50.
- García García, L. R., & Gascón Catalán, A. M. Las infecciones de orina en ancianos institucionalizados.
- García García, T. (2014). Clínica y aspectos sociosanitarios de las infecciones urinarias en ancianos institucionalizados.
- López Caler, I. (2011). Infecciones urinarias en el anciano institucionalizado.
- Herrán, M. L. D., Peñas, M. D. M. V., & Balsalobre, E. L. (2018). Las infecciones urinarias en pacientes mayores de 65 años. Investigación en Salud y Envejecimiento Volumen V, 63.
- Martínez Gistau, M. (2017). Protocolo de prevención de las infecciones del tracto urinario en personas mayores institucionalizadas (Bachelor’s thesis)