Índice
Autoras:
Nuria Martínez Ramírez (Hospital Universitario Central de Asturias)
Carmen Casariego Magadán (Hospital Universitario Central de Asturias)
Palabras clave: úlcera por presión, calidad asistencial, indicadores de calidad, movilización de pacientes.
Introducción
En el medio hospitalario, las úlceras por presión se consideran un problema sanitario grave, directamente relacionado con la calidad asistencial, la incidencia de úlceras por presión es un indicador vinculado con la calidad de los cuidados de enfermería ya que no se consideran como una enfermedad en sí mismas, sino como un accidente asistencial donde de ver claramente el fracaso o el éxito del equipo asistencial, es importante que dicho equipo trabaje unido para que la asistencia sea adecuada.
Si tenemos en cuenta que estas úlceras son áreas de la piel lesionada por permanecer mucho tiempo en la misma posición, veremos que los profesionales que atienden a estos enfermos tienen una gran responsabilidad, ya que gran parte de estas lesiones se producen durante su hospitalización y la gran mayoría de ellas son evitables. Algunas veces los factores que predisponen al paciente a padecer estas lesiones son intrínsecos pero muchas otras son factores extrínsecos y que pueden ser evitables con unos buenos cuidados por parte del equipo.
Objetivo
Describir la importancia de una buena calidad asistencial para evitar este tipo de lesiones en la piel y concienciar así a los profesionales de la importancia de la prevención como medida principal.
Metodología
Revisión bibliográfica en la que se han utilizado una serie de bases de datos y bibliotecas electrónicas tales como PubMed, Cuiden y Scielo.
De los 12 artículos seleccionados 5 fueron adecuados para la elaboración de este trabajo, en el cual hemos empleado palabras clave como “úlcera por presión”, “calidad asistencial”, ”indicadores de calidad”, ”movilización de pacientes”.
Resumen
Las úlceras por presión constituyen uno de los problemas más frecuentes en un centro sanitario dado que pueden causar infecciones graves, algunas de las cuales pueden poner incluso la vida en peligro constituyendo un problema para las personas que se encargan de su cuidado. Es frecuente en pacientes que no pueden valerse por sí mismos y que pasan la mayor parte de su tiempo en la cama, el cuidado de estos enfermos constituye un reto para los profesionales sanitarios, ya que una buena evolución de las úlceras nos indica que existe una buena calidad asistencial tanto dentro como fuera del hospital.
Estas lesiones se manifiestan como zonas localizadas de necrosis isquémica, sobre todo en aquellos tejidos que cubren prominencias óseas o en zonas donde existe un apoyo prolongado. Es un problema que puede surgir por varias causas: Falta de oxígeno, falta de nutrientes, falta de riego sanguíneo por presión prolongada en una zona…
Se da por la combinación de los factores intrínsecos del paciente y de los extrínsecos.
Los factores intrínsecos son los que se pueden considerar por la edad del paciente, por una pérdida de la función sensitiva y motora, por el estado general de salud del paciente, por una disminución de la percepción, un déficit de proteínas, déficit de vitamina C, nivel de hidratación de la piel, por sufrir de sobrepeso o una excesiva delgadez.
Los factores extrínsecos podemos nombrar principalmente 4:
- Presión, es el peso o fuerza ejercida de forma perpendicular sobre un tejido. Al producirse esta presión se deforma la piel y el tejido formándose isquemia y necrosis en la zona de apoyo, que normalmente suele ser en una zona de prominencia ósea.
- Fricción, se produce por el roce entre la piel y la superficie donde se apoya. La fricción entre el tejido y la superficie de contacto puede provocar el deterioro de las capas de la piel, por eso es importante evitar las arrugas en la superficie de la cama.
- Cizalla, es una combinación de los efectos de la fricción y la presión donde el cuerpo sufre un deslizamiento, como por ejemplo cuando el paciente se desliza hacia abajo en la cama desde la posición Fowler.
- Humedad y microclima, estos dos factores juntos predisponen a la maceración de los tejidos, ya que una temperatura muy alta aumenta la actividad metabólica, la cual facilita la sudoración y con la aparición del sudor aumenta el nivel de humedad, con la aparición de la humedad se debilita la piel debido a la maceración, aumenta el riesgo de erosión y fricción ya que hay un nivel mayor de adhesión a la superficie de contacto y todo esto favorece a la descamación de la piel y por lo tanto el riesgo de úlcera.
Para el mantenimiento adecuado de la piel, a parte de una valoración frecuente, debemos evitar dicha maceración con el aseo diario y cambio de pañal frecuente tantas veces sea necesario, es de gran ayuda masajear las zonas de piel que no están lesionadas con una crema hidratante adecuada y aplicar una crema con base grasa en las zonas de piel más seca, así como la utilización de absorbentes y protectores de colchón en pacientes con incontinencia urinaria para evitar la anteriormente citada maceración.
Cuando una persona tiene movilidad reducida, el cambio postural es la principal medida para prevenir este tipo de lesiones, realizar estas movilizaciones con frecuencia es una excelente medida preventiva y debemos hacerlo a diario no sólo para garantizar comodidad, sino por los beneficios a nivel físico y emocional. Es aquí donde el celador, junto con el resto del equipo juega un papel importante, porque si los cambios posturales no se hacen adecuadamente se pueden producir dichas úlceras, para aliviar la presión continúa en las personas encamadas la forma correcta de hacer estos cambios será movilizar al paciente cada 2 o 3 horas y alternando ambos lados (izquierda-derecha), la colocación del paciente boca arriba (o supino) y la postura semi -sentada.
Para mover al paciente, es importante valorar cuál es su estado para tener en cuenta si puede o no colaborar en la realización del cambio postural.
Las posiciones principales para evitar lesiones son:
- Decúbito supino, se trata de la colocación del paciente boca arriba y lo acomodaremos colocando cojines debajo de la cabeza, debajo de las rodillas y debajo de los pies.
- Decúbito lateral izquierdo o derecho, debemos situar a la persona de costado (izquierdo o derecho e ir alternando). Para acomodarlo colocamos una almohada debajo de la cabeza y otra detrás de la espalda, un cojín entre las piernas para prevenir el rozamiento y flexionar la pierna superior. Es importante colocar los pies formando un ángulo recto.
- Posición Fowler, debemos colocar la cabecera de la cama con un ángulo de entre 45°- 60° de manera que la persona quede medio sentada. Debajo de las piernas podemos colocar una almohada para que las rodillas queden flexionadas.
En las personas que puedan estar sentadas los cambios de postura se harán cada hora.
Junto con estas movilizaciones, que como hemos dicho anteriormente deben hacerse cada 2-3 horas por regla general, debemos llevar a cabo otra serie de medidas, como por ejemplo una buena higiene es imprescindible, otra medida importante es inspeccionar la piel e hidratarla de forma adecuada a diario, llevar una dieta equilibrada con un aporte adecuado de proteínas y vitaminas(carnes, pescado, frutas, cereales y procurar reducir la sal para evitar la retención de líquidos),otra medida importante es la de beber aproximadamente 2 litros diarios de agua para tener una buena hidratación, facilitar la eliminación de toxinas y mejorar la digestión de los alimentos .
Otras medidas importantes a tener en cuenta es la utilización de dispositivos que sirven para mejorar la calidad asistencial y la acomodación del paciente, como son:
Camas y colchones especiales
Cama Roto -Rest, que permite giros y cambios de posición lateral y longitudinal y se utiliza para prevenir la aparición de úlceras por presión.
Colchón alternating o anti escaras, es cada vez más utilizado, se coloca sobre el otro colchón, y se retira cuando finaliza su uso. Consta de una serie de tubos o bolas neumáticos que se hinchan y deshinchan alternativamente, por medio de un motor. De esta forma se evita la presión y realiza un masaje continuo al paciente.
Almohadas y cojines
La almohada se coloca debajo del cuello del enfermo, y además cada paciente dispondrá de varias almohadas y cojines para facilitar los cambios posturales que precise y con ello evitar las úlceras por presión.
Arco protector de cama
Sirve para evitar el rozamiento de la ropa con la piel del paciente, sosteniendo el peso de la ropa de la cama. Es necesario forrarlo para que quede acolchado y para ello se utiliza algodón y venda.
Apósitos hidrocelulares
Son unos apósitos especiales que aceleran el proceso de curación
Junto con todas estas medidas es muy importante seguir unos procesos curativos y una adecuada valoración de las úlceras utilizando unos índices de gravedad.
Los objetivos de este tratamiento son la estimulación de la herida formada, es necesario acelerar el proceso de reparación del tejido, debemos desbridar el tejido que está necrosado, eliminando las escaras que normalmente se realiza con un procedimiento de quirúrgico, para así prevenir posibles infecciones y evitar que aparezcan nuevas lesiones.
Es importante usar indicadores de calidad que nos permitan valorar aspectos importantes de la asistencia, poder comparar, proponer objetivos y evaluar, consiguiendo así una mejora de la asistencia, y por lo tanto de la calidad de vida de estos pacientes.
Para valorar los riesgos y tener unos planes de actuación adecuados, hoy en día existen diferentes escalas que nos permiten detectar de una manera precoz el riesgo de padecer dichas úlceras y es una herramienta muy útil para el equipo que atiende a este tipo de pacientes ya que permite planificar adecuadamente y de forma personalizada los cuidados asistenciales.
Dentro de las escalas más empleadas en la actualidad está la de Doreen Norton y la de Braden.
La escala de Doreen Norton valora 5 aspectos en la situación del paciente: Su estado físico general, la incontinencia, la movilidad, su estado mental y la actividad que realiza.
A cada una de estos aspectos se le da una puntuación para valorar si el riesgo es alto, medio o bajo. Si el riesgo es medio o bajo se aplicarán las medidas preventivas adecuadas, y volverá a repetirse la valoración del paciente a los 14 días.
La escala de Braden valora 6 aspectos del paciente: la percepción sensorial, la exposición a la humedad, la actividad, la movilidad, la nutrición y el riesgo de las lesiones cutáneas.
Aquí también se realiza una puntuación para valorar el tipo de riesgo, pero dicha valoración se realiza con más frecuencia, en función del riesgo del paciente a sufrir la lesión. Si el riesgo es alto se valora a diario, si el riego es moderado la valoración se hará cada 3 días y si el riesgo es bajo se valorará a los 7 días.
Conclusión
Para conseguir una buena calidad asistencial es importante medir nuestra actuación como profesionales, fomentar la formación continuada, actualizar nuestros conocimientos y trabajar en equipo para conseguir un objetivo común, que es el de garantizar una buena calidad asistencial y el bienestar de las personas a cargo de dichos profesionales.
Es por eso hay que resaltar la importancia de que todos los profesionales del equipo trabajen unidos para conseguir unos resultados óptimos: médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería, celadores… ya que, aunque la calidad asistencial pueda parecer un concepto subjetivo, en realidad es algo que se puede medir, por lo tanto, es importante que cada profesional sea capaz de valorar su propia actuación.
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