La importancia de adaptar el Mobiliario a las Necesidades de Personas Mayores con movilidad

Autor: Federico Sierra Jiménez

Con el paso del tiempo es inevitable que las personas que habitan los inmuebles vean mermadas sus capacidades físicas. Es obligado y bastante habitual que la vivienda se vaya adaptando a las diferentes necesidades de sus habitantes, especialmente en aquellas en las que viven personas mayores con movilidad reducida.

No se puede evitar, es ley de vida que las personas envejezcan y se vuelvan más dependientes, se pierde autonomía y capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas, moverse e incluso cuidar de sí mismas. Por este motivo, es interesante ir adecuando la vivienda y adaptando el mobiliario para garantizar la máxima seguridad y comodidad a medida que los síntomas propios de la edad vayan apareciendo. Se deberá planificar, con suficiente antelación, las posibles reformas que deban efectuarse en los entornos domésticos, de forma que ninguna persona anciana pueda sufrir una caída o un accidente por las barreras arquitectónicas habituales de los inmuebles.

No habrá que esperar a que las personas lleguen a un estado de movilidad reducida para acometer los cambios y adaptaciones necesarios con los que se les permita mantener una buena calidad de vida. El ajuste de la vivienda deberá ser progresivo, implementando sistemas y medidas de seguridad y confort, previendo el inevitable deterioro físico de las personas mayores que habiten estas instalaciones. Se tiene que considerar que las personas de edad avanzada, aunque se encuentren en plena forma, es susceptible de sufrir cualquier simple lesión producto de un golpe o de una caída, que a su vez podría tener consecuencias notables a posteriori, llegando a desencadenar situaciones permanentes de incapacidad.

Conceptos elementales para un hogar seguro para las personas mayores

En líneas generales, se debe pensar en la comodidad, seguridad, visibilidad… para los habitantes y en todos los lugares de la vivienda. La idea no es otra que la de aumentar el confort y mantener una calidad de vida digna.

Eliminación de obstáculos

Para comenzar a preparar una vivienda adecuada a las características especiales de las personas mayores con movilidad reducida, es fundamental eliminar los obstáculos estructurales y de enseres, dejando los caminos lo más libres al tránsito posible. Se aconseja eliminar del suelo macetas, alfombras, mesitas…

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Mobiliario apropiado

Será imprescindible que cuente con todos los muebles especialmente diseñados y adaptados para facilitar las tareas diarias y que sean, en la medida de lo posible, autosuficientes. De este modo, será necesario contar con asientos reclinables y elevadores que posean reposabrazos, un respaldo firme, con reposa pies y ruedas según las necesidades. Las camas articuladas o camas geriátricas son uno de esos elementos imprescindibles para que la persona pueda incorporarse fácilmente y conseguir posiciones que faciliten acciones como comer y asearse en el mismo lecho. Lo más aconsejable es que posean algún motor que permita su transformación simplemente pulsando un botón.

En términos generales, las características que deben presentar estos muebles son las de estar especialmente diseñados para facilitar movimientos cotidianos, como levantarse, mantener una buena estabilidad en la postura, que se adapte al tamaño del necesitado y de la propia vivienda. Así mismo, también deberá ofrecer la máxima seguridad en todas sus piezas y objetivos, poseer una estructura capaz de distribuir equitativamente y con precisión las zonas de presión. Por último, también deberá facilitar, en la medida de lo posible, el trabajo de la profesional encargada de cuidar al paciente o a la persona con inmovilidad reducida.

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La iluminación

Otro elemento de gran importancia es la iluminación con la que van a contar las habitaciones, pasillos y salas de la vivienda. Tendrá que proporcionar una buena visión con el objetivo de evitar tropiezos y caídas. Como cabe suponer, con una buena potencia lumínica, sin llegar a encandilar ni a molestar por exceso, se va a permitir la creación de ambientes y entornos mucho más cómodos y acogedores. Se recomienda, con el ánimo de ahorrar consumo eléctrico y pensando en la comodidad de estas personas, la instalación de sensores que detecten el movimiento.

Aumentar los espacios de entradas y salidas

Es muy probable que se utilicen de forma esporádica o permanente las sillas de ruedas para los traslados. Es fundamental, por tanto, revisar y adaptar en cada caso que corresponda los anchos de las puertas con el fin de permitir el tránsito fácilmente.

Reforma en el baño y en la ducha

El cuarto de aseo es un espacio especialmente delicado para una persona con movilidad reducida. Para que se puedan valer por sí mismas durante más tiempo y en estos momentos dedicados a la higiene íntima, lo que se deberá hacer es colocar ayudas para el baño y la ducha, entre otras acciones, eliminando la bañera y colocando un plato ducha y que esté adaptado, asideros en la pared para facilitar el movimiento a través de esta sala, un elevador de WC, una puerta en el baño de tipo corredera, suelos antideslizantes…

La cocina, el teléfono y otros electrodomésticos

Por último, se deberá rediseñar todo el espacio del hogar desde el punto de vista de estas personas, manteniendo el orden en los armarios de la cocina (y también del baño), colocando protectores en las esquinas. Así mismo, se deberá facilitar el acceso al teléfono y a otros electrodomésticos, como televisores, radiadores, estufas, aires acondicionados, para que no tengan que recurrir a la ayuda de nadie salvo fuerza mayor.