Ictus, la pandemia silenciosa

Autores: Antonia Álvarez Nieto, Mª Isabel Álvarez Fernández, Mónica Ares Díaz

Introducción

En Asturias se producen 3500 casos de ictus al año. De ellos un 80% podrían evitarse solo con modificar los malos hábitos diarios.

Es la segunda causa de muerte en España y en el caso de las mujeres la primera.

Así mismo es la primera causa de discapacidad entre los adultos y la segunda causa de demencia tras la enfermedad de Alzheimer.

De las 120.000 personas que según la Sociedad Española de Neurología sufren un ictus en España un 50% quedan con secuelas que les producen discapacidad o fallecen.

El daño cerebral que puede causar un ictus depende del tiempo que se tarde en reaccionar y el tiempo que una persona esté sufriendo el mismo. Por ello es importante saber identificar sus síntomas para acudir cuanto antes al hospital y ayudar a prevenir secuelas mayores.

Síntomas

Principales síntomas:

  • Alteración brusca en el lenguaje, con dificultad para hablar o entender el lenguaje.
  • Pérdida de fuerza o debilidad, adormecimiento, hormigueo o entumecimiento en un lado del cuerpo, generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.
  • Alteración de la visión que provoca la pérdida de la misma en un eje, visión doble, o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual.
  • Pérdida brusca de coordinación o equilibrio.
  • Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros habituales.

En ocasiones se presentan varios de estos síntomas pero tan solo con que uno de ellos se manifieste es motivo de peso para buscar atención médica.

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Diagnóstico

El cerebro es un órgano que controla la mayor parte de las funciones de nuestro organismo. Para ello es necesario un aporte constante de oxígeno y alimento que recibe a través de la sangre.

Cuando se produce un ictus es porque una zona del cerebro ve alterada su circulación.

Puede ser de dos tipos:

  • Ictus isquémico: producido por una disminución del flujo sanguíneo del cerebro causado por la obstrucción de una arteria por un trombo o un coágulo. Es el más frecuente.
  • Ictus hemorrágico: producido por la rotura de una arteria cerebral. Suele ser menos frecuente pero de mayor gravedad. La causa más frecuente es la hipertensión arterial no controlada.

Los síntomas pueden ser muy similares en ambos casos y es necesario un escáner o TAC craneal para distinguirlos y poder comenzar el tratamiento adecuado.

Factores de riesgo

Factores de riesgo no modificables

  • Edad: a partir de los 65 se duplica cada década.
  • Sexo: más frecuente en varones. La mortalidad derivada de la enfermedad es mayor en mujeres.
  • Ictus recurrente: el riesgo de sufrir un ictus aumenta si la persona ya ha sufrido uno previamente.
  • Etnia: mayor en afroamericanos.
  • Historia familiar de ictus: sobre todo si se trata de progenitores o hermanos.

Factores de riesgo modificables

  • Sedentarismo: las personas físicamente activas, independientemente de su edad tienen hasta un 30% menos de riesgo de moriste por un ictus.
  • Alimentación inadecuada: se recomienda una alimentación equilibrada, pobre en grasas y azúcares y rica en vegetales y fruta.
  • Consumo de tabaco: los componentes del humo del tabaco favorecen la arteriosclerosis. El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo.
  • Consumo de alcohol y drogas: se recomienda el completo abandono del consumo de alcohol. Las drogas ilegales son una de las principales causas del ictus en personas jóvenes.
  • Estrés emocional: existen herramientas para afrontar tanto el estrés agudo como el crónico.
  • Hipertensión arterial: es el factor de riesgo más potente. Se puede padecer durante años sin saberlo ya que no suele producir síntomas y va erosionando las arterias y la arteriosclerosis avanza, motivo por el que se le ha llamado “el asesino silencioso”.
  • Diabetes mellitus: los niveles elevados de glucosa en sangre son muy dañinos para los vasos sanguíneos y ocasionan problemas en muchos órganos.
  • Niveles en sangre de colesterol y triglicéridos: ya que aceleran la arteriosclerosis
  • Enfermedades del corazón: normalmente es en el corazón donde se forman los coágulos que acabarán en las arterias cerebrales. De los trastornos cardiacos que contribuyen a la formación de trombos el más frecuente es la fibrilación auricular.
  • Obesidad: ya que aumenta el riesgo de convertirse en hipertensas, diabéticas o desarrollar enfermedades cardiacas.
  • Tratamiento con estrógenos: los anticonceptivos orales parecen aumentar el riesgo de ictus.
  • Apnea del sueño: al detenerse la respiración durante el sueño se deteriora la oxigenación de la sangre.
  • Contaminación ambiental: sobre todo los gases emanados por vehículos de motor.
  • Condiciones de vida: las personas con peores condiciones sociales y ambientales tienden a acumular gran parte de los factores de riesgo.

Conclusiones

El reconocimiento de los síntomas del ictus tiene una enorme importancia, ya que su rápida identificación va a permitir abordar el tratamiento de modo urgente y aumentando así las probabilidades de recuperarse. Llame inmediatamente al 112 donde le darán las indicaciones a seguir en ese momento.

Debido al envejecimiento de la población el número de casos de ictus será cada vez mayor.

Bibliografía

  • https://www. lavozdeasturias.es
  • Escuela del Ictus del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias