Muchas son las lecciones que el pasado 2020 nos ha dado. Lecciones que no olvidaremos ninguno de los que estamos viviendo estos momentos. Una de esas lecciones será sin duda, la importancia y el valor que las profesiones sanitarias tienen para el bienestar de la sociedad, ya que la investigación médica y el tratamiento de las enfermedades son, y deberían ser siempre, una prioridad para cualquier país que desee proteger la salud de sus ciudadanos.

Entre las enfermedades más temidas y que precisan de mayor investigación y tratamientos más complejos y especializados, se encuentra el cáncer.
El cáncer puede afectar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo y las armas fundamentales con las que contamos para luchar contra él son, además de las medidas de prevención evitando factores de riesgo, la quimioterapia y, por supuesto, la radioterapia.
La radioterapia actúa sobre las células tumorales destruyéndolas al aplicar sobre la zona a tratar la dosis necesaria de radiación, de forma que el tumor se reduzca o desaparezca al mismo tiempo que se produce el menor daño posible sobre el tejido sano, ya que no debemos olvidar que estamos administrando una potente radiación al organismo.
Podemos decir que la radioterapia es uno de los tratamientos más empleados para combatir el cáncer, a la vez que es uno de los más agresivos y que, por tanto, precisa ser administrado por personal con conocimientos y formación específica para ello. Por este motivo, el tratamiento radioterápico entraña una gran responsabilidad y debe ser aplicado por personal que haya recibido una formación especializada que le capacite para ser capaz de trabajar con aparataje de última generación y tecnología compleja.
El título que abarca la formación, conocimiento y capacita para trabajar, tanto en la sanidad pública como en la sanidad privada, en el campo de la radioterapia es el de Técnico Superior en Radioterapia y Dosimetría.

El Técnico Superior en Radioterapia y Dosimetría formará parte de un equipo multidisciplinar formado por médicos oncólogos, físicos, enfermeros y otros miembros del equipo de Oncología y Radioterapia, así como personal de laboratorio que será el encargado de realizar diferentes determinaciones a lo largo de todo el proceso.
Además de administrar de forma correcta el tratamiento prescrito sobre la zona a tratar, deberá tomar las medidas oportunas para proteger la zona circundante, evitando lesiones como enrojecimiento, sequedad, quemaduras, etc., al mismo tiempo que deberá ser capaz de trabajar en equipo y establecer una relación de empatía con los pacientes, dando apoyo y siendo capaz de explicar y tranquilizar al paciente y a su familia sobre el tratamiento administrado.
Desde luego, podemos afirmar que el campo de la Radioterapia es una especialidad con gran proyección de futuro tanto en el campo de la investigación como en el de la asistencia clínica que permite realizar una formación online e incluso realizar diferentes masters de postgrado con los que mejorar conocimientos, especialización y, al mismo tiempo, conseguir mejorar el currículum para poder trabajar en la sanidad pública al obtener puntos baremables en las diferentes bolsas de contratación.