Autores: Daniel Fortes Díaz, David Rodríguez Sola y Juan José Mellado Portero
RESUMEN
Los medicamentos que dañan el oído y provocan pérdida auditiva se conocen como medicamentos ototóxicos. Son una causa común de la pérdida de audición, especialmente en adultos mayores que tienen que tomar la medicación con regularidad.
En la mayoría de los casos, la pérdida de audición ocurre debido a que la medicación daña la cóclea en el odio interno.
La pérdida de audición provocada por los medicamentos ototóxicos tiende a presentarse rápidamente. Los primeros síntomas suelen ser zumbidos de oídos (tinnitus) y vértigo. La audición generalmente vuelve a ser normal una vez que se dejan de tomar los medicamentos. Sin embargo, algunos medicamentos pueden causar daños permanentes en el oído interno. Esto provoca pérdida de audición permanente incluso si se deja de tomar la medicación.
Palabras clave. Ototoxicidad, toxicidad vestibular, toxicidad coclear, medicamentos ototóxicos, hipoacusia.
INTRODUCCIÓN
Desde hace muchos años, se conoce la relación entre la utilización de algunos medicamentos y la aparición de pérdida auditiva, acúfenos o vértigo, como efecto secundario de dichos fármacos, los llamados ototóxicos.
Estamos viviendo en una época donde el mercado farmacéutico día a día nos presenta nuevas opciones terapéuticas que se presentan con múltiples ventajas sobre sus antecesores. Sin embargo, esto no ocurre con los aminoglucósidos y se han mantenido con vigencia en la práctica clínica pero que aún hay mucho que necesitamos saber de ellos debido a que están asociados a graves complicaciones que necesitamos reconocer en forma oportuna. El propósito de esta revisión es presentarles una puesta al día donde el uso de aminoglucósidos es frecuente, poniendo énfasis en su potencial daño cocleovestibular.
Los primeros casos de ototoxicidad se manifestaron tras la introducción en la clínica de la estreptomicina en 1944 y su aplicación en el tratamiento de la tuberculosis. Una gran parte de los pacientes tratados desarrollaron alteración vestibular y coclear, de carácter irreversible.
Este efecto aparecía al cabo de un mes de tratamiento cuando se utilizaba a la dosis de un gramo al día, y se presentaba antes si la dosis era de 3 gramos al día. Posteriormente la ototoxicidad también se demostró con otros antibióticos aminoglucósidos
Los fármacos más clásicos probablemente sean la quinina, utilizada desde hace muchos años con distintos fines, desde el tratamiento de la malaria hasta como reconstituyente; o los antibióticos aminoglucósidos, como la estreptomicina, ampliamente utilizada tras su descubrimiento en el tratamiento de la tuberculosis.
Después de que se asociara el uso de estos fármaco con la pérdida de audición, su uso quedo restringido a las situaciones y enfermedades de verdadera necesidad para la persona; sin embargo, a lo largo de los años, se han ido descubriendo nuevos fármacos tóxicos para el oído que se siguen utilizando ampliamente, y que no tienen fácil sustitución en el tratamiento de las enfermedades para las que son útiles dichos fármacos.
En este trabajo se realiza una revisión bibliográfica sobre los fármacos ototóxicos, se ha escogido por la importancia que actualmente existe por lo tanto es de gran interés realizar un estudio para observar y describir los problemas que acarrea estos fármacos, describir los inconvenientes de estos medicamentos.
Como cada día se conocen nuevos fármacos ototóxicos, es importante que las personas conozcan si los fármacos que se utilizan habitualmente pueden afectar a sus oídos, sobre todo si dichas personas padecen problemas de audición.
Los objetivos de este trabajo son los siguientes:
- Definir y conocer que es la hipoacusia.
- Definir y conocer los fármacos ototóxicos.
- Ver interacción de fármacos ototóxicos en personas.
METODOLOGÍA
Como punto de partida para realizar este trabajo se han analizado revisiones bibliográficas publicadas en los últimos años, ya que se considera para este trabajo que la búsqueda tiene que tener una información actualizada.
Tras la lectura, se ha realizado una revisión bibliográfica en las siguientes bases de datos electrónicas:
- The Cochrane Library.
- PubMed.
- Scielo.
- Dialnet plus.
Se han utilizado para la búsqueda bibliográfica términos MESH y palabras coloquiales. Las palabras clave que se han utilizado son: Ototoxicidad, toxicidad vestibular, toxicidad coclear, medicamentos ototóxicos, hipoacusia.
Se usaron como operadores booleanos: (AND), (NOT), y (OR) mediante cadenas de búsquedas adaptadas a cada base de datos.
Para los criterios de inclusión se han tenido en cuenta aquellos estudios más recientes, de mayor evidencia y aquellas definiciones que, aun teniendo más antigüedad los artículos, siguen estando vigentes ya que no existe una terminología mejor y exacta más reciente. Se han incluido: protocolos de actuación, revisiones bibliografías, portales web institucionales nombrados anteriormente y documentos de textos completos y resúmenes.
Para los criterios de exclusión no se han incluido aquellos artículos que no se basaban en la línea principal de este trabajo, por tanto se eliminaron artículos con más de 10 años de antigüedad, artículos y/o estudios que tienen una barrera idiomática (principalmente se han escogido artículos en inglés y español), bases de datos de pago, instrumentos para la lectura crítica poco concluyentes por CASPe y estudios no publicados en bases de datos con buen rigor científico.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
La primera parte del desarrollo se va a centrar en explicar que es la hipoacusia y sus diferentes variedades o formas ya suele ser una de las características más problemáticas de los fármacos ototóxicos.
Se puede definir la hipoacusia como la deficiencia registrada en la capacidad para percibir los sonidos en su intensidad habitual. Dependiendo del grado de pérdida de audición, puede ser leve, moderada o grave. Si afecta a un solo oído es unilateral, mientras que si afectan a los dos oídos, es bilateral. Además, hay que dejar bien claro que puede afectar a personas de cualquier edad, si bien son las personas adultas con edades superiores a los 50 años los que la padecen en mayor proporción.
A continuación se explican los diferentes tipos que existen de hipoacusia, en los cuales se distinguen 3 tipos, relacionados con el lugar del oído donde se presenta el daño que provoca esta pérdida de audición:
- Hipoacusia neurosensorial. Es aquella que describe dos problemas diferentes: pérdida sensorial que afecta al oído interno y pérdida neural que hace lo propio con el nervio auditivo. Las causas de este tipo de hipoacusia pueden ser congénitas, debido a motivos genéticos o por desarrollo anormal en las etapas de gestación del feto, o adquiridas, producidas tras el nacimiento y que aparecen por diferentes motivos: traumatismo, exposición continuada a niveles altos de ruidos o presbiacusia (pérdida de audición ligada al envejecimiento).
- Hipoacusia conductiva. Es aquella que afecta al oído externo y medio, impidiendo que las ondas sonoras pasen al oído interno. Para hacernos a la idea de lo que supone basta con que la gente se tape un oído. Las causas de su aparición pueden ser infecciones del oído medio (otitis media), tumores benignos (colesteatomas), tímpanos perforados, traumatismos y malformaciones del oído medio y oído externo.
- Hipoacusia mixta. Es una combinación de la hipoacusia conductiva y la hipoacusia neurosensorial, lo que implica que hay daños tanto en el oído externo o medio como en el oído interno. Las personas afectadas oyen los sonidos más bajos de volumen y les cuesta más entenderlos. En este caso las causas hay que buscarlas en factores genéticos o en sobreexposición a ruidos altos. (1)
Según la intensidad de la pérdida de audición que presente la persona se divide (según Bureau International d´Audiophonologie) en:
- Leve o ligera: pérdidas de 21 – 40 dB
- Moderada o mediana: pérdidas de 41 – 70 dB
- Severa: pérdidas de 71 – 90 dB
- Profunda: pérdidas de 91 – 119 dB
- Deficiencia auditiva total – cofosis: perdidas mayores de 120 dB (no se percibe nada)
Según la progresión en el tiempo, las hipoacusias pueden ser:
- Hipoacusias estables: son las que no modifican el umbral de audición con el paso del tiempo. Un ejemplo seria la hipoacusia neurosensorial aguda inducida por aminoglucósidos, que se establece en un momento dado tras la administración del antibiótico, y la perdida que se ha originado no se incrementa una vez metabolizado y retirado el agente toxico causal.
- Hipoacusias progresivas: aquellas en las que el déficit auditivo va aumentando con mayor o menor rapidez, pero inexorablemente, a lo largo de los años. Es lo más frecuente en las hipoacusias neurosensoriales.
- Hipoacusias rápidamente progresivas: son las que evolucionan con gran prontitud, profundizándose en el plazo de algunas semanas o pocos meses. Las hipoacusias autoinmunes suelen seguir este patrón.
- Hipoacusias bruscas: son procesos de variada etiopatogenia, en los que la hipoacusia se instaura de forma brusca, en un breve plazo de minutos u horas.
- Hipoacusias fluctuantes: determinados procesos evolucionan con una audición cambiante. Esta hipoacusia fluctuante aparecen en distintas alteraciones del oído y es característica del hidrops cocleovestibular. (2)
Después de explicar uno de los problemas de los fármacos ototóxicos, como es la hipoacusia, la segunda parte del desarrollo va a explicar que son los fármacos ototóxicos, cuales son y que interacción tienen en el oído.
Un fármaco ototóxico es aquel que tiene efecto nocivo, iatrogénico, con lesiones reversibles o permanentes, producido en el oído por diversas sustancias denominadas ototóxicos, y que afectan la audición, equilibrio, o ambos.
Se considera ototóxico, cualquier fármaco con potencial de causar reacciones toxicas a las estructuras del oído interno, incluyendo cóclea, vestíbulo, canales semicirculares, los atolitos, y en algunos casos, nervio auditivo. Clínicamente se presenta pérdida de audición, sordera, tinnitus y desequilibrio. (3)
Los antibióticos aminoglucósidos (AT-AG), se consideran los de uso más habitual, por vía sistémica, o local, en el oído medio. (4) La gentamicina o la estreptomicina tienen una especial selectividad por el oído interno, ya que actúan directamente sobre el laberinto posterior, mientras que la kanamicina y neomicina en el laberinto anterior. (5)
La toxicidad coclear que se manifiesta con acúfenos, perdida de la audición, y en ocasiones dolor en el oído, es más fácil de hacer un diagnóstico que la vestibular, la cual puede ocasionar vértigo, mareo, ataxia y nistagmos.
Por lo tanto, los acúfenos y la hipoacusia son una manifestación clínica de la ototoxicidad coclear o auditiva.
La ototoxicidad de un medicamento se puede ver aumentado por diversos factores:
- Duración del tratamiento, dosis cotidiana y dosis total: definidas para cada fármaco y estas deben de ser rigurosamente respetadas. La captación histológica se caracteriza por su rapidez y saturabilidad. Por lo tanto dosis elevadas importantes facilitaran la aparición de fenómenos de toxicidad celular. Importante destacar que incluso respetando las dosis establecidas existe el riesgo de producir ototoxicidad.
- Modalidad de administración, dosis únicas o múltiples: la modalidad de administración del antibiótico aminoglucósido representa un factor determinante. Se prefiere la vía intramuscular en monodosis, pues provoca picos menos bruscos que la vía endovenosa, que además, se recomienda administrar mediante perfusión durante 15 – 30 minutos.
- Tratamientos previos con antibióticos aminoglucósidos: La administración repetitiva de antibióticos aminoglucósidos conduce a un efecto acumulativo, esto explicado por su cinética de eliminación laberíntica extremadamente lenta.
- Asociación antibióticos aminoglucósidos y diurético de asa: En lo posible debe ser evitada y si se realiza esta asociación tomar la prudencia correspondiente y supervisión de la función cocleovestibular.
- Supervisión de la función cocleovestibular: El primer signo de toxicidad coclear es la afectación de la percepción de sonidos de alta frecuencia, la cual no es perceptible ni por el propio sujeto ni por el examen clínico, por lo que la forma más precoz de detectar la alteración es la audiometría de alta frecuencia. Lo anterior tiene múltiples Inconveniente: en primer lugar son escasos los audímetros de alta frecuencia (8.000-20.000 Hz) encontrándose mayormente difundidos los audímetros convencionales (250-8.000 Hz). En segundo lugar en nuestra realidad no se dispone de dicho examen en tal cantidad como se utilizan los antibióticos aminoglucósidos a diario. Por lo anterior, en la práctica diaria se debe tener presente la ototoxicidad medicamentosa y monitorizar clínicamente a todos nuestros pacientes, con una anamnesis y examen físico que sea lo más óptimo posible para un médico no especialista en otorrinolaringología (tanto un médico general como uno especialista de otra área), y a aquellos con mayor riesgo de ototoxicidad apoyar el monitoreo clínico con la audiometría.
- Concentración del fármaco en oído interno: probablemente constituye el factor más importante del daño ótico, se ha observado que es influido por dosis del fármaco, la vía de administración, duración del tratamiento y los factores relacionados con la eliminación.
- Características del paciente: se puede presentar un aumento de la sensibilidad por la susceptibilidad hereditaria, la edad (niños o edad avanzada), las enfermedades renales o hepáticas, el tratamiento prolongado (más de 10 días), audiograma alterado ( los problemas auditivos preexistentes, la exposición a ruido constante), la deshidratación y la septicemia. Se ha demostrado en las últimas investigaciones que existe un gen mitocondrial (A155G) que tiende a una predisposición a la ototoxicidad, incluso, en unas dosis bajas. (6)
Se ha determinado, Common Terminology Criteria for Adverse Events (CTCAE) los diferentes grados para definir la ototoxicidad:
- Grado 1. Cambio de umbral o pérdida de 15 – 25 dB con respecto a la línea de la base, promediada en dos o más frecuencias contiguas en al menos un oído.
- Grado 2. Cambio de umbral o perdida de mayor de 25 – 90 dB, con respecto a la línea de la base, promediada en dos o frecuencias contiguas en al menos un oído.
- Grado 3. Pérdida auditiva suficiente para poder indicar la intervención terapéutica, incluyendo unas prótesis auditivas (por ejemplo mayor de 20 dB bilaterales en las frecuencias del habla mayores de 30 dB unilateral, y que requieren servicios adicionales relacionados con el habla).
- Grado 4. Indicación para el implante coclear y que requiere servicios adicionales relacionados con el habla y en el lenguaje de la persona. (7)
Existen más de 200 medicamentos en el mercado que se sabe a ciencia cierta que son ototóxicos (medicamentos dispensados tanto con receta como por libre).
A continuación se va explicar los medicamentos ototóxicos más importantes en la actualidad. Estos incluyen medicinas utilizadas para tratar infecciones graves, cáncer enfermedades que afectan al corazón.
Los medicamentos ototóxicos que causan lesiones permanentes incluyen ciertos antibióticos aminoglucósidos, como la gentamicina (los antecedentes familiares pueden aumentar la vulnerabilidad a este medicamento) que causan toxicidad vestibular y coclear y producen deterioro en el equilibrio y la audición., y medicamentos para la quimioterapia contra el cáncer, como el cisplatino y el carboplatino que pueden causar acúfenos e hipoacusia. Esta última puede ser profunda y permanente, que aparece enseguida después de la primera dosis, o puede retrasarse hasta varios meses después de finalizar el tratamiento. La hipoacusia neurosensorial ocurre de manera bilateral, es progresiva y permanente. (8)
Antibióticos aminoglucósidos (AAG)
Esta familia merece ser mencionada en primer lugar por su importancia histórica e importancia clínica.
Los aminoglucósidos pueden causar ototoxicidad que, en ocasiones, pueden ser irreversible. Las alteraciones auditivas son consecuencia de la destrucción de las células sensoriales del oído interno, ya sea a nivel de la cóclea o de los órganos vestibulares.
En la actualidad, aunque pueden utilizarse en monoterapia, se utilizan fundamentalmente en combinación con betalactámicos en infecciones graves. Los conocimientos sobre los parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos han sugerido su uso en monodosis, cuya eficacia ha sido similar a la administración en multidosis además de presentar menos toxicidad. Los efectos adversos más comunes son la nefrotoxicidad y la ototoxicidad, de las cuales es esta ultima la que menos importancia se le presta, principalmente por desconocimiento.
Fue la tuberculosis la que originó, al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, el uso de la estreptomicina. Esta, en un comienzo, se usó en altas dosis en los pacientes con tuberculosis, que si bien conseguían sobrevivir presentaban oscilopsias y vértigos rotatorios, posteriormente aparecieron el resto de Integrantes de esta familia, todos ellos con un grupo amino, lo que les confiere su carácter básico, responsable de su actividad ante bacterias gram negativas, pero también de sus efectos tóxicos sobre oído interno y riñón.
Se ha visto que los diferentes antibióticos aminoglucósidos presentan cierto grado de toxicidad coclear y/o vestibular dependiendo del antibiótico aminoglucósido.
La ototoxicidad de los antibióticos aminoglucósidos es provocada primariamente por una destrucción selectiva de las células sensoriales del oído interno, ya sea nivel de la cóclea o de los órganos vestibulares. (9)
En el modelo de toxicidad coclear, la distribución de las lesiones en el órgano de Corti depende del tipo de antibiótico aminoglucósido, dosis diaria y tiempo de uso.
No obstante lo más frecuente es que la destrucción afecte a las células ciliares externas. Dentro de las células ciliares externas la primera hilera en afectarse es la interna, luego la del medio y finalmente la externa. Se ha observado que puede haber una reducción en 70% de las células ciliares externas sin alteraciones electrofisiológica, las que aparecen si se afecta el 30% restante. Este modelo de sordera es distinto a otros como el por ruido, donde el daño se produce en la hilera interna de las células ciliares externas y en las células ciliares internas.
De todos los medicamentos antibióticos, la neomicina es el que tiene mayor efecto cocleotóxico. Cuando se administran grandes dosis por vía oral o por irrigación colónica para la esterilización intestinal, puede absorberse una cantidad suficiente como para afectar a la audición, sobre todo si existen lesiones difusas de la mucosa colónica. La neomicina no debe utilizarse para la irrigación de herida ni para la irrigación intrapleural o intraperitoneal, porque grandes cantidades del fármaco pueden ser retenidas y absorbidas, causando en la persona sordera. (10)
La estreptomicina tiende a causar más daño en la porción vestibular que en la porción auditiva del oído interno. Si bien el vértigo y la dificultad para mantener el equilibrio tienden a ser transitorios, la perdida marcada de la sensibilidad vestibular puede persistir, a veces en forma permanente. Esta pérdida provoca dificultad para caminar, sobre todo en la oscuridad, y oscilopsia (sensación de que el entrono rebota con cada paso que se dé). Alrededor del 4 al 15 % de los pacientes que reciben un gramo al día durante más de una semana desarrolla hipoacusia mensurable, que en general sucede después de un periodo latente de unos 7 a 10 días aproximadamente y va empeorando si el tratamiento continua y esto puede llegar a producir una sordera completa y permanente en la persona. (11)
Fármacos antineoplásicos.
Se trata esencialmente de sustancias que pertenecen a la familia del cisplatino, aunque otras drogas como la vincristina, también pueden ejercer cierta acción ototóxica. (12)
Los principales síntomas que presentan los pacientes son acúfenos, anacusia y otalgia, destacando que este último síntoma no está presente en clínica de ototoxicidad producida por otros fármacos. En el caso de las hipoacusias se presenta en las frecuencias agudas y es bilateral. (13)
Los medicamentos que causan lesiones temporales (hipoacusia y acúfenos transitorios) incluyen los analgésicos de salicilato (la aspirina, utilizada como analgésico y para tratar condiciones cardiacas), la quinina (para el tratamiento de la malaria) y los diuréticos de asa (utilizados para el tratamiento de ciertas condiciones cardiacas y renales).
Diuréticos del asa
La ototoxicidad es una complicación que se veía mayormente con ácido etacrínico, actualmente en desudo, junto a otro diurético muy usado en la actualidad como es la furosemida. Ambos tienen en común el afectar el oído interno y al riñón. (14)
Existe un gran riesgo ototóxico al administrar en forma conjunta un antibiótico aminoglucósido y un diurético de asa debido a que diversos estudios han demostrado que la proporción de células destruidas por la kanamicina es mayor y por ende más importante, incluso con dosis más bajas de este antibiótico aminoglucósido cuando se suma con un diurético. (15)
En algunos casos, la exposición a los ruidos fuertes mientras se están tomando ciertos medicamentos ototóxicos intensifican los efectos nocivos del medicamento. Es muy importante estar informado y hablas con el medico sobre los posibles efectos nocivos que cualquiera de los medicamentos que se toma o usa pueda tener sobre el equilibrio y/o la audición. A veces no hay alternativa debido a que el tratamiento con un medicamento dado brinda la mejor opción para la cura de una enfermedad o infección mortal.
En la tabla 1 se puede apreciar los fármacos ototóxicos más comunes que tenemos hoy en día en nuestra actualidad.
Tabla 1. Medicamentos ototóxicos.
Antibióticos:
- Aminoglucósidos:
- Amikacina
- Gentamicina
- Kanamicina
- Neomicina
- Netilmicina
- Estreptomicina
- Tobramicina
- Ampicilina
- Capreomicina
- Cloramfenicol
- Colistina (polimixina E)
- Eritromicina
- Minociclina
- Polimixina B
- Rifampicina
- Vancomicina
- Teraciclinas
Antinflamatorios
- Fenoprofeno
- Ibuprofeno
- Indometacina
- Naproxeno
- Fenilbutazoria
- Salicicatos (aspirina, couldina, etc)
Antimaláricos
- Cloroquina
- Quinina
Agentes antitumorales
- Actinomicina
- Bleomicina
- Cisplatino
- Mostazas nitrogenadas ( mustina)
- Misonidazol
- Vincristina
- Vinblastina
Beta-bloqueantes
- Propanolol
Anticonceptivos
- Medroxiprogesterona
Diuréticos del ASA
- Bumetanida
- Ácido etacrínico
- Furosemida
Desinfectantes
- Cloruro de Benzalconio
- Cloruro de Benzetonio
- Clorhexidina y compuestos yodados
Otros (de aplicación tópica en el oído)
- Solución Bonain (Cocaína, Fenal y Timol)
- Formaldehído de Gelatín (Gelatina absorbible en esponja)
- Lignocaína
Antidepresivos tricíclicos
- Imipramina
- Nortripitilina
Miscelánea
- Alcohol
- Nicotina (en tabaco)
Elaboración propia. Fuente: FEDERACIÓN AICE.
Por lo general en la persona, el primer síntoma de ototoxicidad es el zumbido en los oídos (tinnitus). Con el paso del tiempo, es posible que el paciente también desarrolle pérdida de audición. La pérdida de audición puede pasar desapercibida hasta que afecte la habilidad de entender lo que le hablan a la persona.
Otro posible efecto de los medicamentos ototóxicos son los problemas de equilibrio, ya que la persona puede perder el equilibrio o sentirse inestable cuando se encuentre ésta de pie. A veces, estos problemas son temporales porque el cuerpo humano es capaz de aprender a adaptarse a la disminución de la capacidad para mantener el equilibrio. Los efectos de los medicamentos ototóxicos pueden afectar a la calidad de vida. Es posible que la persona deje de participar en sus actividades normales si siente un poco de mareo o si no oye bien al tratar de mantener una conversación. (16)
En el estadio de una afectación por la medicación ototóxica establecida, la exploración audiométrica muestra una hipoacusia perceptiva bilateral y simétrica en tono agudos de tipo endococlear, con concordancia de los datos de la audiometría tonal y verbal. (17)
La detección mediante pruebas auditivas sistemáticas y repetidas, en especial al comienzo del tratamiento, pero también durante el tratamiento y al término de éste y pasado un tiempo de su interrupción, así como la búsqueda periódica en la anamnesis de algunos síntomas que pueden anunciar una hipoacusia en la persona (acúfenos, pero también dificultades auditivas en ambientes muy ruidosos) debe de ser sistemática cuando se tomen tratamiento con potencial ototóxico. Este cribado es fundamental si existen antecedentes de enfermedades otológicas (otitis, crónica, presbiacusia, etc.) o de insuficiencia renal. Entre las pruebas del cribado, las más sensibles son las que exploran las frecuencias más altas: audiometría de altas frecuencias o de audiometría atomizada que explora también las frecuencias elevadas y es fácil de realizar (18)
Los registros de las otoemisiones acústicas se usan mucho en oncología pediátrica, porque son objetivos y fáciles de realizar. Son especialmente útiles para identificar variaciones mínimas cuando la audición es normal antes de iniciar el tratamiento. (19)
Hay que señalar que la afectación auditiva puede revelarse varios meses o años después de haber interrumpido el tratamiento de la quimioterapia, lo que explica el interés de un seguimiento prolongado, en especial si el paciente ha recibido un tratamiento mediante quimioterapia con sales de platino durante su infancia. (20)
En el contexto del desarrollo de nuevos fármacos en los que se sospecha una posible ototoxicidad, la realización de protocolos sistematizados durante las fases permite identificar de un modo precoz este efecto secundario. El diagnóstico de la afectación vestibular se basa en la realización de las pruebas en función de los conductos semicirculares: pruebas calóricas, rotatorias y prueba del impulso cefálico. Esta evaluación permite determinar La gravedad de la afectación vestibular. Su carácter uni/bilateral y el nivel de compensación. (21)
CONCLUSIONES
Los medicamentos conocidos considerados como ototóxicos son ampliamente utilizados para tratar distintas condiciones y enfermedades, y los médicos deben conocer el principal efecto de los medicamentos para compensar los efectos secundarios ototóxicos cuando eligen la medicación para tratar ciertas condiciones o enfermedades.
La pérdida de audición relacionada con los fármacos ototóxicos es más importante en las personas mayores respecto a las personas más jóvenes debido al alto uso de fármacos ototóxicos para tratar enfermedades crónicas que padecen y a una mayor vulnerabilidad a estos medicamentos debido a la insuficiencia renal relacionada con la edad.
Por lo tanto, los medicamentos diuréticos, AINES, antineoplásicos… deben de ser considerados como contribuyentes potencialmente modificables a la pérdida de audición relacionada con un aumento de edad en la persona. A las personas hay que educar para evitar la polimedicación o a la automedicación innecesaria para evitar reacciones adversas entre la mediación y un aumento de la toxicidad. Hay que tener una vigilancia en las personas mayores.
Este trabajo representa la actualización y la revisión de bibliografías sobre la medicación ototóxica y sus efectos secundarios no deseados en el campo de la audiología. El riesgo de efectos secundarios de la medicación ototóxica es un tema candente en la actualidad debido a un aumento de la población con problemas auditivos y también en la práctica clínica diaria.
Sin embargo se necesitan más estudios debido a que todavía no se han descubierto todos los efectos de los fármacos ototóxicos ni los fármacos ototóxicos ya que cada año se descubren nuevos fármacos ototóxicos dentro de las nuevas medicaciones creadas por las farmacéuticas.
También deben estudiarse las consecuencias a largo plazo de duración, ototoxicidad y dosificación relacionados con el consumo de drogas ototóxicos, especialmente a dosis más bajas que comúnmente cree que causa ototoxicidad, y los efectos de las condiciones para las que el fármaco ha sido prescrito ya que estas no se han estudiado adecuadamente.
BIBLIOGRAFÍA
- Benito Orejas JI, Silva Rico JC. Hipoacusia identificación e intervención precoces. Pediatría Integral. [Internet] 2013 [consultado 6 Marzo de 2019]; XVII: 330-42. Disponible en: https://www. pediatria integral. es/ wp-content/uploads/2013/xvii05/02/330- 342%20Hipoacusia.pdf
- Pinilla Urraca M. Hipoacusias en la infancia [Internet]. Archivos.fapap.es. 2017 [consultado 6 Julio de 2019]. Disponible en: http:// archivos .fapap.es /files/639-1509-RUTA/002_Hipoacusia.pdf
- Medicamentos que causan pérdida de audición | NorthShore [Internet]. Northshore.org. 2019 [consultado 3 de julio de 2019]. Disponible en https://www. northshore. org/healthresources/ encyclopedia/ encyclopedia. aspx?Docu ment Hwid=tf3092&Lang=es-us
- Centro de Información y Evaluación de medicamentos y productos Sanitarios de la Región de Murcia. Ototoxicidad por Medicamentos. Boletín Farmacovigilancia Región Murcia [Internet]. 2012 [consultado 3 de julio de 2019] ;(27). Disponible en: https://www. murcia salud. es/ archivo.php?id=253991
- Shearer AE, Hildebrand MS, Smith RJH. Hereditary Hearing Loss and Deafness Overview (Publicación inicial 14 de febrero 1999; actualizado 27 de julio 2017). In: Adam MP, Ardinger HH, Pagon RA, Wallace SE, Bean LJH, Mefford HC. GeneReviews® [Internet]; Seattle: University of Washington, 1993-2017 [consultado 3 de julio de 2019]. Disponible en: https://www. ncbi.nlm.nih.gov/ books/NBK1434/
- Quintero Noa J, Hernández Cordero M, de León Ojeda N, Meléndez Quintero L. Ototoxicidad y factores predisponentes [Internet]. Scielo.sld.cu. 2018 [consultado 10 de junio de 2019]. Disponible en: http:// scielo.sld.cu/ scielo.php?script= sci_arttext&pid=S0034-75312 0180001 00011
- National Institutes of Health. National Cancer Institute. Common Terminology Criteria for Adverse Events [Internet]; CTCAE, version 4.0 [consultado 10 de junio de 2019]. Disponible en: https:// evs.nci.nih.gov/ ftp1/CTCAE/CTCAE_4.03_2010-06- 14_QuickReference_5x7.pdf
- Mercado MV, Burgos SR, Muñoz VC. Ototoxicidad por medicamentos. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello [Internet]. 2007 [consultado 6 Abril de 2019]; 67(2): 167-177. Disponible en: https://scielo .conicyt.cl/ scielo.php? script=sci_arttext&pid= S0718- 48162007 000200013
- Rodríguez S, García del Barco D, Coro R, Gaya J, Harvey Y, Matos M. Efectos ototóxicos de los antibióticos aminoglucósidos. [Internet]. Redalyc.org. 2010 [consultado 9 de abril de 2019]. Disponible en: https://www. redalyc.org/ pdf/1812/181220 509019.pdf
- Dulon D, Mosnier I, & Bouccara D. Ototoxicidad farmacológica. EMC- Otorrinolaringología. [Internet] 2013[consultado 18 Abril de 2019]; 42(1): 1-13. Disponible en: https://www.em-consulte.com/es/article/782277/ototoxicidad- farmacologica
- Valete Rosalino C, Araujo Melo M, Bezerra D, Barcelos R, Melo Ferreira V, Torraca T, Salgueiro M. First report on ototoxicity of meglumine antimoniate. Revista do Instituto de Medicina Tropical de São Paulo. [Internet] 2014 [consultado 28 Mayo de 2019]; 56(5): 439-442. Disponible en: http://www. scielo.br/ scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-466520 140005 00439
- Caldas Érica Alessandra, Dias Rosane da Silva. Medicações ototóxicas utilizadas no tratamento oncológico pediátrico: uma revisão sistemática. Audiol., Commun. Res. [Internet]. 2018 [consultado 26 Julio de 2019]; 23: e2007. Disponible en: http://dx.doi.org /10.1590/2317-6431-2018-2007
- Almeida EOC, Umeoka WG, Viera RC, Moraes IF. Estudo audiométrico de alta frequência em pacientes curados de câncer tratados com cisplatina. Rev Bras Otorrinolaringol. [Internet] 2008 [consultado 28 Mayo de 2019];74(3):382-90. Disponible en: http://www.scielo.br /scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0034- 72992008000300012
- Schmitz, H, Shane B, Peter A. Kanamycin-furosemide ototoxicity in the mouse cochlea: a 3-dimensional analysis.» Otolaryngology–Head and Neck Surgery. [Internet] 2014 [consultado 9 Agosto de 2019]; 150 (4): 666-672. Disponible en : https://journals. sagepub.com/doi/ abs/10.1177/0194599813519071
- Oviedo Santos A. Evaluación de la ototoxicidad como factor de riesgo en el programa de Cribaje Universal de Hipoacusia Infantil del Complejo Hospitalario Materno-Infantil de Gran Canaria entre los años 2007-2009. [Internet] 2014 [consultado 18 Abril de 2019]. Disponible en: https://dialnet. unirioja. es/servlet/tesis? codigo =100158
- Los medicamentos ototóxicos. Amerian Speech – Language – Hearing Association [Internet] 2016 [consultado 6 Abril de 2019]. Disponible en: https://www. asha.org/ uploadedFiles/ AIS-Los-medicamentos-ototoxicos.pdf
- Mom T. Ototoxicité. En: Traité d’ORL. Paris: Flammarion Médecine-Sciences. [Internet] 2008 [consultado 6 Abril de 2019]; 108–13. Disponible en : https:// studylibfr.com/ doc/8719351/ ototoxicit%C3%A9- des-m%C3% A9dicaments- anticanc%C3%A9reux-en-h%C3%A9matologie–
- Knight KR, Kraemer DF, Winter C, Neuwelt EA. Early changes in auditory function as a result of platinum chemotherapy: use of extended high-frequency audiometry and evoked distortion product otacoustic emissions. [Internet] 2007 [consultado 17 Abril de 2019]; 25:1190–5. Disponible en : https:// www.ncbi. nlm.nih.gov/ pubmed/17401008
- Reavis KM, Phillips DS, Fausti SA. Factors affecting sensitivity of distorsion- product otoacoustic emissions to ototoxic hearing loss. [Internet] 2008[consultado 11 Mayo de 2019]; 29:875–93. Disponible en: https://www.ncbi. nlm.nih.gov/ pubmed/ 18753950
- Al-Khatib T, Cohen N, Carret AS, Daniel S. Cisplatinum ototoxicity in children, long term follow up. Int J Pediatr Otorhinolaryngol [Internet] 2010 [consultado 19 Julio de 2019]; 74:913–9. Disponible en : https://www. ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed/ 20846503
- Ahmed RM, MacDougall G, Halmagyi GM. Unilateral vestibular loss due to systemically administered gentamicin. OtolNeurotol [Internet] 2011[consultado 30 Julio de 2019]; 32:1158–62. Disponible en : https:// www.ncbi.nlm. nih.gov /pubmed /21844784