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La eyaculación precoz es la disfunción sexual más frecuente en el hombre. Se calcula que aproximadamente un 30% de los hombres se han visto afectados por este problema en algún momento de su vida. A pesar de tratarse de una afección bastante frecuente, suele generar gran preocupación, vergüenza y ansiedad a la hora de volver a mantener relaciones sexuales. Estos sentimientos de vergüenza y ansiedad suelen contribuir a que el problema se vea perpetuado en el tiempo.
Muchos hombres no se deciden a dar el paso de buscar ayuda para evitar la eyaculación precoz. Esto es claramente un error, ya que mantener esta situación suele empeorar el problema provocando falta de sensación de control, pérdida de autoestima y afectación a la relación de pareja.
Es interesante destacar que no hay un perfil prototipo de hombre que pueda padecerla. Puede afectar a cualquier hombre de cualquier edad independientemente de cuál sea su condición física.

Causas de eyaculación precoz
En la mayor parte de las ocasiones, cerca del 98%, la causa de la eyaculación precoz obedece a factores psicológicos. Solamente en un 2% de los casos existe una causa física. Entre las principales causas psicológicas de esta disfunción se encuentran:
- Mal aprendizaje del control de la eyaculación
- Malos hábitos de masturbación
- Ansiedad y estrés relacionado con el rendimiento sexual
- Falta de información sexual
- Problemas de autoestima
- Culpabilidad
- Miedo al fracaso
También es interesante distinguir entre eyaculación precoz primaria y secundaria. La eyaculación precoz primaria es cuando nunca se ha llegado a tener control de la respuesta eyaculatoria y la secundaria es cuando sí se tuvo y se ha perdido.
En busca del tratamiento adecuado
Al ser un problema de causa fundamentalmente psicológica, muchos hombres no responden de forma positiva al tratamiento farmacológico ni al empleo de geles retardantes. El tratamiento adecuado en la mayoría de los pacientes es el tratamiento psicológico mediante terapia cognitiva-conductual. Los dos tipos de eyaculación precoz, es decir, primaria y secundaria, pueden ser tratados con éxito siguiendo una serie de pautas y técnicas destinadas a conseguir que el hombre consiga recuperar el control sobre su reflejo eyaculatorio.
Las técnicas destinadas a lograr resolver definitivamente este problema se enfocan, fundamentalmente, en:
- Reprogramar hábitos inconscientes aprendiendo a reducir la ansiedad ante el encuentro sexual. Las personas con más problemas de ansiedad y estrés suelen ser más propensas a padecer este problema.
- Aprender a detectar el reflejo eyaculatorio
- Reforzar la musculatura del suelo pélvico, ya que el músculo pubocoxígeo, situado entre el escroto y el ano, es clave en el control de la micción y la eyaculación.
¿Cuándo se consiguen resultados?
Esta terapia basada en el aprendizaje de diferentes técnicas de control y también de gestión de la ansiedad tiene una elevada tasa de éxito siempre que se siga el programa de forma adecuada, ya que la constancia es imprescindible para modificar los hábitos que pueden llegar a ser la causa de esta disfunción sexual.
El tiempo necesario para conseguir resultados positivos dependerá, lógicamente, de las características personales de cada paciente y su grado de adhesión al tratamiento, pero debemos tener siempre muy claro que se trata de un problema muy frecuente y que existe una solución.