Índice
Autoras: María Cristina Menéndez Vázquez, Mayra Fernández Menéndez, Iván Pereira González
Introducción
Al igual que ocurre en otros ámbitos laborales, en el de la Sanidad y en lo que al personal no sanitario se refiere, en concreto al auxiliar administrativo, y más concreto el eventual, las situaciones de estrés a las que se enfrenta a menudo en el desarrollo de su trabajo hace que viva momentos de mucha tensión, lo que puede ocasionar cambios de carácter, irritabilidad etc.
Causas que originan dicha tensión
- El personal eventual está cambiando constantemente de puesto de trabajo. Contratos de días, o semanas como mucho, en puestos diferentes y con muy diversas tareas.
- En Sanidad existen un sinfín de puestos tanto en Atención Primaria como en Especializada con tareas muy diferentes y diferentes programas informáticos, que el personal tiene que ir aprendiendo sobre la marcha y a base de equivocarse y aprender de sus errores, o con ayuda de compañeros si tiene la suerte de tenerlos cerca y que estén dispuestos a echarle una mano.
- Cuando hay escasez de personal y el trabajo tiene que salir, sí o sí, se sufre la presión de los superiores, o de otros compañeros más veteranos que también se sienten desbordados porque a ellos también les presionan. Se tiene la sensación de que más que ayudar, a veces entorpecemos su labor contribuyendo a aumentar el problema porque hay demasiada información para procesar y muy poco tiempo para hacerlo.
- La presión que supone estar cara al público, sumando a la exigencia de los superiores, las demandas del paciente con el que a veces un error en nuestra labor puede tener consecuencias.
- La sensación que se siente a veces frente a compañeros con un puesto fijo, de que el eventual está de paso y le importa poco su situación. Por suerte no siempre es así y también se encuentran con compañeros muy dispuestos a echarle una mano y ayudarle en todo lo que puedan.
- La incertidumbre en la que vive siempre el personal eventual por el horizonte tan corto que tiene en sus expectativas laborales porque nunca sabe cuándo volverá a tener otro contrato de trabajo, cuál será su próximo destino y por cuánto tiempo. Y por supuesto no sabe cuándo podrá disfrutar de unos días de descanso ni hacer planes de viaje porque tiene que estar pegado al teléfono si no quiere perderse la siguiente oportunidad de trabajar. Se puede pasar un año entero trabajando, pero al ser con multitud de contratos, no puede disfrutar de unos días de descanso, ni unas mini-vacaciones de verano.
Según la O.I.T., el estrés laboral “es una enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vía de desarrollo que perjudica a la producción, al afectar a la salud física y mental de los trabajadores” y así mismo la Organización Mundial de la Salud nos advierte que ”la riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores” porque estamos ante una de las enfermedades del siglo XXI.
Resumen
El estrés laboral se produce por muy diversos factores como pueden ser:
- Niveles de exigencia muy elevados.
- Dificultades relacionadas con la función que debe cumplir el trabajador.
- Falta de control de las tareas que tiene que realizar.
- Horarios.
- Turnicidad.
- Inestabilidad de los contratos.
- Poca colaboración por parte de los jefes inmediatos o de compañeros de trabajo.
- Ambiente físico de trabajo (calor, humedad…etc.).
Conclusión
El estrés puede llegar a convertirse en enfermedad si no observamos a tiempo su trayectoria que según Melgosa consta de tres fases:
Fase de alarma (aviso)
Fase de resistencia:
El sujeto se enfrenta y:
Resuelve
No resuelve
Fase de agotamiento
- Fatiga
- Ansiedad
- Depresión
Es importante recordar que el 51% de los trabajadores denuncia sufrir estrés laboral y que este “trastorno” supone el 30% de las bajas laborales.
Bibliografía
- “La organización del trabajo y el estrés”, Organización Mundial de la Salud (2004)
- “Sin estrés”, Julián Melgosa (2006)
- “Estrés en el trabajo. Un reto colectivo”, Organización Internacional del Trabajo (2016)
- “Empresas humanas y saludables”, Fundación Mashumano