Guía práctica sobre esquizofrenia para el TCAE en el servicio de Salud mental

Introducción

La esquizofrenia es una enfermedad cerebral compleja en la que existe un funcionamiento defectuoso en los circuitos cerebrales con un desequilibrio entre los neurotransmisores. Como resultado de ello, se verán afectadas algunas de las funciones que rigen el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta.

En cuanto a sus síntomas se engloba dentro de los trastornos psicóticos, aquellos en los que los pacientes pierden el contacto con la realidad.

Autora Principal: Victoria Fernández Entrialgo (TCAE)

Segundo autor: Roberto Toribio Valbuena (TCAE)

Tercera autora: Ana Belén Blanco Cabral (TCAE)

Palabras Clave: Esquizofrenia, Psicosis, Antipsicóticos, Psicosocial, Sintomatología

¿Cómo se manifiesta?

Cuando una enfermedad se localiza en el sistema nervioso central puede manifestarse con cambios de comportamiento, que pueden parecer “no correctos y poco habituales”, pero que no son más que el resultado de una alteración en la zona cerebral que controla el comportamiento y pensamiento coherentes.

Esta enfermedad incluye pues, síntomas que traducirán la existencia de una alteración en los pensamientos, el afecto, las percepciones y la conducta de la persona.

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Existe una gran variedad de manifestaciones clínicas, lo que en ocasiones puede hacernos pensar que diagnosticamos con el mismo nombre a pacientes que se parecen poco entre sí. Hasta el momento, existen diferentes subtipos de esquizofrenia descritos, según que predominen unos síntomas y signos más que otros, y según cómo se manifiesten en cada caso (paranoide, hebefrénica, simple, catatónica, etc…)

Sintomatología

Los síntomas se clasifican en dos apartados:

Síntomas positivos

Se conocen así las percepciones, ideas, comportamientos patológicos que presenta el enfermo, pero que no aparecen en la población general. No hay que atribuirlo a que “la persona diagnosticada se inventa cosas”, porque realmente él cree que está viviendo en esa nueva y propia realidad percibida. En este momento no tiene conciencia de la enfermedad y no es recomendable contraponer de forma drástica sus ideas frente a las de los familiares. Entre estos síntomas, destacan los que se exponen a continuación. Otros síntomas que provocan esta enfermedad y que no están incluidos en estas clasificaciones son; creer que la gente puede saber lo que piensan, que pueden imponerles determinados pensamientos, o robarles ideas propias, etc…

  • Ideas delirantes, son aquellas creencias personales que tiene el paciente, quien cree, con total convencimiento de la realidad, que están sucediendo, cuando no es así. Según la temática de lo que explique podemos tener diferentes ejemplos de ideación delirante; creer que lo persiguen, que es una persona escogida por dios, que todo el mundo lo observa…
  • Alucinaciones, son aquellas percepciones sensoriales que el enfermo tiene sin que exista un estímulo. Las más frecuentes son las alucinaciones auditivas (oír voces cuando nadie está hablando), aunque también pueden ser visuales, gustativas…
  • Desorganización del pensamiento, consiste en la incapacidad de organizar un pensamiento coherente, de manera que en muchas ocasiones el lenguaje resultará inconexo y carente de sentido.
  • Alteraciones de la conducta, pueden aparecer conductas extravagantes y erráticas, sin ninguna finalidad clara.

Síntomas negativos

Se llaman así porque las conductas habituales de la población general no afectada faltan o están disminuidas en el enfermo. A veces pueden ser más difíciles de detectar puesto que, en un primer momento, no llaman tanto la atención.

  • Apatoabulia, pérdida de la iniciativa para desarrollar propósitos y finalizarlos.
  • Anhedonia, pérdida de la capacidad de disfrutar con las cosas que habitualmente le gustaba hacer.
  • Aislamiento social, disminución del interés por las relaciones sociales, con tendencia a las actividades solitarias.
  • Afectividad aplanada, reducción de la intensidad de la expresión y de la respuesta emocional. Se manifiesta por expresión facial inmutable, disminución de los movimientos espontáneos, pobreza en la gesticulación, poco contacto visual, disminución del tono de la voz y de la cantidad de palabras cuando habla.
  • Otros: lentitud o bloqueo en la conversación, dificultades para establecer relaciones con otras personas, etc…

Subtipos de esquizofrenia

Los tipos de esquizofrenia son lo que durante mucho tiempo han servido para determinar la salud mental de los pacientes que presentan los síntomas.

El debate se centra en si es necesario diferenciar entre tipos de esquizofrenia o por el contrario hay que abordar el fenómeno de la esquizofrenia de manera global. A partir de la discusión en el manual de diagnóstico DSM-V ha dejado de diferenciar según subtipos esquizofrenia, aunque eso no significa que esa decisión haya recibido buenos niveles de aceptación por los psiquiatras en general. Así que se puede encontrar muchos especialistas que mantienen la categorización de subtipos, aunque en los últimos años han sido excluidos del DSM.

  • Esquizofrenia Catatónica, se caracteriza por las graves alteraciones psicomotoras que presenta el paciente. Las principales son la inmovilidad y la rigidez cérea, en las que la persona mantiene los músculos tensos de manera que parece una figura de cera, la incapacidad de hablar, y la adopción de posturas extrañas estando en pie o en el suelo.

Durante las fases en las que se presenta catatonia, también aparecen alteraciones en la consciencia y otras alteraciones como el mutismo, el estupor y la mirada fija, alternando estos síntomas de tipo negativo con otros como la agitación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que puede darse mucha variabilidad en el modo en el que se presenta la esquizofrenia catatónica y la mayoría de los pacientes no presentan a la vez todos los síntomas asociados a esta.

Finalmente, es necesario señalar que existe un debate acerca de si la catatonia es de hecho una de las manifestaciones de la esquizofrenia o si es otro fenómeno independiente.

  • Esquizofrenia paranoide, en este caso los síntomas tienden a ser más psíquicos que motores; de hecho, las personas diagnosticadas de este subtipo no tienen fallos en la capacidad motora o del habla. Entre estas señales de alteración en las funciones psíquicas se encuentra la manía persecutoria, la creencia de que otras personas quieren hacernos daño en el presente o en un futuro.

También es frecuente que en este tipo de esquizofrenia se den alucinaciones auditivas y delirios. Los delirios de grandeza, clásicos de las personas megalómanas, también pueden hacer su aparición aquí.

  • Esquizofrenia simple, este ha sido un subtipo en el que no hay tanto síntomas positivos, y sí síntomas negativos. Dicho de otro modo, este subtipo de esquizofrenia se caracteriza por los procesos mentales que se ven disminuidos, y no tanto por los excesos inusuales de actividad mental.

Las personas que presentan este subtipo de esquizofrenia muestran muchas formas de inhibición, aplanamiento afectivo, poca comunicación verbal y no verbal.

Este ha sido un subtipo propuesto por la OMS, ya que éste no aparecía en el DSM-IV.

  • Esquizofrenia Residual, este subtipo era usado como un tipo de esquizofrenia que se da cuando en el pasado ha habido un brote esquizofrenia, pero en el presente los síntomas positivos son muy moderados y de baja intensidad, mientras que lo que más llama la atención son los “restos” de síntomas negativos que han quedado. Así pues, para entender este subtipo es muy importante tener en cuenta el factor tiempo y realizar comparaciones entre el antes y el después.
  • Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica, la enfermedad se expresa a través del modo en que se organizan y se suceden las acciones de la persona. Es decir, que su característica principal es el modo desordenado en el que van apareciendo las acciones, en comparación con el resto. Conducta caótica y no está organizada alrededor de temas que se mantienen en el tiempo, no se construye una narrativa más o menos coherente que dé pie a la manía persecutoria o las alucinaciones que se tienen. La persona muestra desorganización en sus estados emocionales, en lo que dice y/o en su forma de moverse.
  • Esquizofrenia Indiferenciada, éste es un subtipo “cajón de sastre”, para poder clasificar aquellos casos que no encajan en los criterios diagnósticos del resto de subtipos. Por ello, no se puede considerar un subtipo de esquizofrenia consistente.

Causas y Factores de Riesgo

La esquizofrenia es el resultado de la interacción de numerosos factores. La teoría en la que se basan actualmente los científicos es que existiría una alteración en el desarrollo del sistema nervioso central, ya desde la vida prenatal, que podría explicar el funcionamiento anómalo posterior.

Los factores de riesgo que pueden predisponer a la enfermedad son:

  • Predisposición Genética, esta enfermedad es más frecuente entre los familiares de los pacientes diagnosticados con esta enfermedad. Aun así, incluso entre gemelos genéticamente idénticos, es posible que uno tenga la enfermedad y el otro no. Por lo tanto, la genética tiene un peso importante como factor que facilita o que predispone el desarrollo de la enfermedad, aunque no siempre es el único determinante.
  • Alteraciones durante el embarazo o nacimiento: anoxia (falta de oxígeno en el feto durante el embarazo o parto), infecciones víricas, traumatismos etc…
  • Alteraciones morfológicas, funcionales o bioquímicas en el cerebro; en este apartado juega un papel fundamental en el consumo de tóxicos y la exposición a situaciones estresantes ambientales. Están especialmente involucradas dos sustancias implicadas en la comunicación entre neuronas a nivel del cerebro. Se trata de dopamina y serotonina.
  • Edad adulta avanzada del padre.
  • Consumo drogas que alteran la mente (psicoactivas o psicotrópicas).
  • Aumento de la activación del sistema inmunitario.

Tratamiento

La esquizofrenia requiere tratamiento de por vida, incluso si los síntomas desaparecen. El tratamiento con medicamentos y terapia psicosocial puede ayudar a controlar la enfermedad. En algunos casos, puede ser necesario un ingreso.

Por lo general, es el psiquiatra quien guía el tratamiento. El equipo de tratamiento también puede incluir un psicólogo, un trabajador social, personal de enfermería, y posiblemente un encargado del caso para coordinar la atención.

  • Medicamentos, la farmacología es la base del tratamiento de la esquizofrenia; los antipsicóticos son lo que se recetan con más frecuencia. Estos medicamentos controlan los síntomas al actuar sobre la dopamina, un neurotransmisor cerebral.

El objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar los signos y síntomas de manera eficaz con la dosis más baja posible. El psiquiatra puede probar diferentes medicamentos, distintas dosis o combinaciones con el correr del tiempo a fin de lograr el resultado deseado. Los antidepresivos y ansiolíticos también pueden ser útiles. Hay que tener en cuenta que pueden pasar varias semanas hasta poder observar una mejora en la sintomatología.

Una situación que ocurre con bastante asiduidad es que el paciente se niegue a tomar la medicación, por diferentes motivos, el cansancio ante la necesidad de un tratamiento prolongado, la aparición de efectos secundarios, el estigma de estos medicamentos o la no aceptación de la enfermedad. La voluntad de cooperar con el tratamiento puede incidir en el medicamento que se receta.

  • Antipsicóticos de segunda generación, suelen preferirse porque tiene menor riesgo de efectos secundarios graves que los antipsicóticos de primera generación.
  • Antipsicóticos de primera generación, tienen efectos secundarios frecuentes y potencialmente significativos, entre ellos, la posibilidad de desarrollar un trastorno del movimiento (discinesia tardía), que puede o no ser reversible. Éstos suelen ser más económicos, en especial las versiones genéricas, lo que puede ser un factor de decisión importante cuando se necesita un tratamiento a largo plazo.
  • Intervenciones Psicosociales

Una vez desaparece la descompensación, además de continuar tomando los medicamentos, son importantes las intervenciones psicológicas y sociales. Estas pueden incluir las siguientes:

  • Terapia Individual, la psicoterapia puede ayudarte a normalizar los patrones de pensamientos. Además, aprender a sobrellevar el estrés y a identificar los signos tempranos de recaída puede ayudar a las personas con esquizofrenia a controlar su enfermedad.
  • Entrenamiento para las habilidades sociales, este se centra en mejorar la comunicación y las interacciones sociales, y mejorar la capacidad de participar en actividades cotidianas.
  • Terapia familiar, brinda apoyo e información a las familias que hacen frente a la esquizofrenia.
  • Rehabilitación vocacional y empleo con apoyo, esto se centra en ayudar a las personas con esquizofrenia a prepararse para un trabajo, buscar trabajo y mantenerlo.

La mayoría de las personas con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo diario. Muchas comunidades tienen programas para ayudar a personas con esquizofrenia con temas relacionados con trabajo, vivienda, grupos de autoayuda y situaciones de crisis. Un encargado del caso o alguien del equipo de tratamiento puede ayudarte a encontrar recursos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con esquizofrenia pueden controlar su enfermedad.

  • Hospitalización

Durante los periodos de crisis o de síntomas graves, es posible que se requiera hospitalizar al paciente para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e higiene básica.

  • Terapia Electroconvulsiva

En el caso de los adultos con esquizofrenia que no responden a la terapia farmacológica, la terapia electroconvulsiva podría ser una opción. La terapia electroconvulsiva podría ser útil para las personas que también tienen depresión.

Bibliografía

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