Incluido en la revista Ocronos. Vol. V. Nº 9–Septiembre 2022. Pág. Inicial: Vol. V; nº 9: 147-3
Autor principal (primer firmante): María Del Carmen Ferrer Heredia
Fecha recepción: 12 de septiembre, 2022
Fecha aceptación: 17 de septiembre, 2022
Ref.: Ocronos. 2022;5(9): 147-3
Autores:
María Del Carmen Ferrer Heredia
Laila Amar Achor
Margarita Algarra Guerrero
José David Romero Sánchez
Nora Salah Sardani
Melani Cobo Mariscal
Introducción
Las enfermedades de origen infeccioso están presentes en los niños y algunas son inevitables, en la mayoría etapa de la infancia a causa de sus sistemas inmunológicos inmaduros, más sensibles a los agentes infecciosos y debido
a rutinas antihigiénicos como el uso de chupetes o algún juguete que han tenido previamente en la boca, lo que contribuye a que estas infecciones se difundan de manera más rápida.
La mayor parte de las enfermedades de origen infeccioso que atacan a los niños son causadas por los virus. Esto significa que no son necesarios los antibióticos para tratarlas, sino que solo son necesarias medidas preventivas para colaborar con el niño a adaptarse y superar el desarrollo junto con los síntomas de tal manera que sea conveniente para ellos. Los niños a veces también pueden contraer infecciones bacterianas; En tales casos, el médico siempre prescribirá un tratamiento antibiótico. Además, tenga en cuenta que algunas infecciones pueden transmitirse incluso antes de que aparezcan
los síntomas, durante el llamado período de incubación, lo que hace que sea aún más difícil controlar su propagación.
Hay cuatro formas principales de infección:
- Sistema respiratorio: Cuando tosemos, estornudamos, hablamos, escupimos… soltaremos gotitas diminutas que contienen partículas de virus. Más común en niños.
- Vía fecal-oral: transmisión por bacterias o virus que se excretan en las heces. Se infectan cuando se ingieren, por ejemplo, a través de agua o alimentos contaminados.
- A través del contacto directo: de un niño a otro o a través de objetos que compartimos.
- Contacto con fluidos orgánicos como sangre o saliva.
Objetivos
Conocer las enfermedades infecciosas de los niños. Conocer las medidas preventivas. Dar algunos consejos para que los que estén a cargo del bebé sean conscientes de las infecciones.
Metodología
La elaboración de este capítulo de libro se ha realizado mediante la consulta de la literatura, tanto científica como textual, mediante bases científicas y libros bibliotecarios. Se han establecido filtros de búsqueda por años, especialmente actuales. Idioma del texto, tanto en inglés como español. Y acceso completo a los artículos científicos.
Resultados
Las enfermedades infecciosas más comunes en la infancia son:
- Rubéola. Agente infeccioso: togavirus. En general, la rubéola es una enfermedad leve; se transmite a través de las llamadas «gotitas de Flügge», y por contacto con la persona infectada (heces, orina). Período de incubación de 12-14 días y contagiosa desde 1 semana hasta 5 días después de la erupción. Se caracteriza por un exantema extendido maculopapular eritematoso (se inicia en la cara y se propaga a todo el cuerpo para desaparecer en el mismo orden), linfadenopatía generalizada (habitualmente suboccipital, auricular posterior y cervical) y fiebre leve.
- Sarampión. Agente infeccioso: virus ARN paramixovirus. Enfermedad aguda que se transmite por contacto directo por microgotas aéreas. Período de incubación entre 10-20 días y puede contagiar desde 4 días antes de la erupción hasta 5 días después de la misma. Caracterizada clínicamente por fiebre, triple catarro (tos, coriza y conjuntivitis), un exantema maculopapular eritematoso que aparece primero en la cara para ir bajando al resto del cuerpo. Dos días antes de la misma aparece un exantema patognomónico, manchas de Koplik (pequeñas manchas rojas con un punto blanco en el centro, que se observa en la mucosa oral en región molar).
- Escarlatina. Agente infeccioso estreptococo beta hemolítico del grupo A o S. pyogenes, productor de una o varias exotoxinas eritrogénicas. Se transmite por contacto, o a través de gotitas del tracto respiratorio. Se incuba durante 2-4 días y es contagiosa durante los períodos de incubación y enfermedad. Clínicamente, el primer hallazgo es una amigdalitis eritematopultácea (aumento del tamaño de las amígdalas con placas de exudado purulento). Además, es típico que la lengua esté cubierta, primero de una capa blanca (lengua de fresa blanca), y después de una capa rojiza (lengua en fresa roja o aframbuesada).
- Varicela. Agente infeccioso: virus varicela-zóster. Se transmite a través de contacto directo con las lesiones de la piel y por vía respiratoria. Tiene un período de incubación de 2-3 semanas y es contagiosa desde 1 día antes de la erupción hasta que todas las lesiones estén en forma de costra. Clínicamente se manifiesta a través de un exantema vesicular generalizado (de inicio en el tronco y se extiende hacia cara y extremidades) y muy pruriginoso.
- Diarrea severa del lactante. El rotavirus es un virus que causa diarrea severa.
También puede causar vómitos, fiebre (38 días) y deshidratación. Es la principal causa de diarrea entre los bebés y niños pequeños. Se transmiten por la ruta fecal oral, infectando células del intestino delgado, provocando una gastroenteritis causante de la diarrea y la deshidratación. Las infecciones ocurren casi siempre en invierno o en primavera. Es muy fácil que los niños con este virus se lo contagien a otros niños y, en algunas ocasiones, a los adultos. Una vez que un niño adquiere el virus, transcurrirán unos dos días antes de enfermarse. Los vómitos y la diarrea pueden durar entre tres u ocho días
Conclusión
Una forma de evitar o lidiar con estas infecciones es mediante las vacunas.
Las vacunas funcionan mediante el uso, generalmente mediante inyección, de un virus o bacteria atenuados para crear inmunidad contra ellos. El sistema inmunitario de la persona considera que las sustancias inmunizadas son extrañas y las combate defendiéndose. Los agentes infecciosos, cuando están debilitados, no son capaces de causar infección, pero nuestros cuerpos están listos para atacar con éxito virus o bacterias si nos infectan en el futuro, previniendo enfermedades.
En algunos países, las vacunas han erradicado muchas enfermedades como la viruela, y para otras enfermedades como la poliomielitis, el número de casos ha disminuido significativamente. Cabe recalcar que el problema no es que desaparezca el virus o la bacteria que provocó la patología, sino que las personas vacunadas estén protegidas frente a ellos.
Bibliografía
- Asociación Española de Pediatría de Atención primaria (AEPap).
- Guía ABE. Tratamiento de las infecciones en Pediatría.
- Revista de Pediatría integral de la SEPEAP. Volumen XXII Número 5; Volumen XXII. Número 1; y Volumen XXI. Número 7.
- Veritas. (2020). Enfermedades infantiles más comunes, sus causas y como prevenirlas.