Índice
INTRODUCCIÓN
El duelo es un proceso que forma parte de la vida. Es un estado de ánimo que condiciona toda nuestra actividad y que se produce como consecuencia una pérdida: pérdida de una persona, cosa, estatus, etc muy importante y valorado por nosotros; esta pérdida conlleva síntomas físicos y emocionales.
AUTORES
Miriam Villadangos Fernández, María Argüelles Sampedro, Yolanda Zapico Sánchez, José Antonio Gayol Suarez.
Una pérdida siempre es algo doloroso, se necesita un tiempo y un proceso para volver al equilibrio normal. Cada persona afronta este proceso de una manera diferente, en algunas ocasiones requiere la intervención de los servicios sanitarios, tanto si hablamos de un duelo normal como de un duelo patológico. Hay que distinguir entre proceso de duelo y elaboración del duelo, entendiendo como proceso de duelolas emociones y conductas vinculadas a la pérdida y la elaboración del duelo como una serie de procesos psicológicos que comienzan con la pérdida y terminan con la aceptación de la nueva realidad
La actitud que hay que tomar ante el duelo es verlo desde la perspectiva del crecimiento, verlo como una posibilidad de aprendizaje, recordemos diferentes problemas vividos a lo largo de nuestra experiencia vital, lo duro de la experiencia y la satisfacción que sentimos cuando lo hemos resuelto ya, así como el aprendizaje que el pasar por esta experiencia nos ha proporcionado de cara a experiencias similares que podamos vivir en el futuro; podemos decir que es una experiencia vital que nos ayuda a crecer como personas.
Que el duelo sea más o menos doloroso depende, entre otros factores de:
- Nuestra vinculación y proximidad con lo perdido,
- La forma en que esto se ha perdido (repentina, paulatina…)
- Del momento vital en el que nos encontremos
- De la red de apoyos con la que contemos
Palabras clave: vida, duelo patológico, pérdida, sano, momento vital, red de apoyo.
FASES DEL PROCESO DE ELABORACIÓN DEL DUELO
Las fases hasta llegar a la recuperación son muy parecidas a las de curación de una herida, en el que al final del proceso, queda una cicatriz. Estas fases pueden darse de forma simultánea o sucesiva, puede que alguna de las fases predomine sobre las otras o que estas se sucedan de forma escalonada. Se pueden distinguir en el proceso de elaboración del duelo 4 etapas o fases:
FASE I. Impacto, perplejidad, shock.
Se inicia cuando nos enfrentamos a la noticia de la pérdida. Puede tener una duración que va desde varios minutos, días e incluso hay diversas teorías que recogen la posibilidad de que esta fase se extienda hasta los 6 meses. Caracterizan a esta fase la incredulidad ante lo que ha sucedido, la confusión, la parálisis emocional, y el comportamiento semi-autómata, todo esto ayuda a amortiguar el impacto y a asimilar la noticia. Solemos obsesionarnos y sólo pensar en la pérdida, sentirnos inseguros, a veces desolados y suele aparecer el llanto.
FASE II. Rabia y Culpa.
Es en esta fase cuando aparece el sentimiento de culpa, la angustia acompañada del auto reproche, tendemos a pensar que no hicimos lo suficiente, que quizás pudimos evitar esa pérdida. De forma esquemática sería así:
Pérdida + dolor + culpa
Durante esta etapa, la persona suele sumirse en un caos emocional y en la rabia por no entender la pérdida.
FASE III. Desorganización del Mundo, Desesperación y Retraimiento.
Esta fase, según diversos estudios, puede durar hasta 2 años. Se caracteriza por un sentimiento de debilidad, incapacidad para afrontar nuevas situaciones o para tomar decisiones. Se intensifica la pena y llanto y se busca el aislamiento, la persona prefiere estar sola y tomarse su tiempo, aunque lo recomendable es abrirse y relacionarse con otras personas aunque no nos apetezca.
Pueden aparecer síntomas físicos como falta de apetito, trastornos del sueño, falta de energía, desinterés sexual,…
FASE IV. Afirmación de la realidad y Recuperación.
En esta fase se produce una mejora a nivel emocional, se es consciente de la pérdida, se acepta el vacío y se afronta la realidad. Esta fase se caracteriza por retomar las riendas de la propia vida y se busca un significado. Ayuda contar con el apoyo de otras personas y retomar actividades que para nosotros tengan un sentido y nos ayuden a mejorar nuestro nivel de autoestima
No podemos olvidar que no todas las personas pasan por todas las fases ni todas lo hacen durante el mismo tiempo.
Cuando hemos aceptado la pérdida y el recordarlo no causa dolor, podemos hablar de elaboración del duelo. Esto nos permite expresar abiertamente la pena sentida como algo natural.
SÍNTOMAS DEL DUELO
Los principales síntomas que caracterizan al proceso de duelo son los siguientes y aparecen a lo largo de las diferentes fases del proceso:
- Enlentecimiento generalizado de las respuestas motoras.
- Desmotivación.
- Culpabilizarse de forma obsesiva.
- Falta de apetito.
- Falta de sueño (insomnio)
- Depresión.
- Aislamiento social.
- Apatía o en algunas personas, todo lo contrario, hiperactividad.
- Pensamientos negativos recurrentes, llegando en algunos casos a la desesperación.
- Ideas de muerte.
- Otros.
Todos los síntomas detallados aparecen en las distintas fases del proceso, algunos pueden darse de forma simultánea y algunos no aparecer, el duelo no es algo estandarizado e igual para todas las personas.
OBJETIVOS QUE PERSIGUE EL DUELO
Lo que se persigue con este proceso es:
- Aceptar la pérdida.
- Identificar y comprender los sentimientos para poderlos aceptar y canalizar.
- Adaptarse a la nueva realidad tras la pérdida, buscando nuevos roles y ocupaciones.
DUELO NORMAL Y DUELO PATOLÓGICO
El duelo es una respuesta normal y natural a la pérdida, la ausencia de respuesta sería lo anormal o antinatural, cada persona lo experimenta a su modo aunque tiene características comunes. El duelo normal posibilita la maduración y la adaptación a la pérdida, es un proceso sano que finaliza cuando la persona puede hablar de la pérdida sin dolor y aceptándola.
Hay personas que parecen no experimentar ningún tipo de duelo, no lloran, evitan hablar del tema y regresan a su vida normal muy rápidamente, por otro lado, hay otras personas que pueden sufrir síntomas físicos extraños o episodios repetidos de depresión.
En el duelo patológico las tareas del proceso no han sido vividas y finalizadas. Este tipo de duelos se caracterizan por una serie de manifestaciones:
- Poca o ninguna reducción de la aflicción.
- Exacerbación de respuestas somáticas o psicosomáticas.
- Negación de la pérdida.
- Mantener en el tiempo expresiones de culpa, cólera, tristeza o llanto.
- Alteración del sueño o de los hábitos alimentarios.
- Ausencia de contactos sociales.
Se pueden diferenciar varios tipos de duelo patológico:
Duelo complicado o no resuelto
Es el que se produce cuando se dan alteraciones en el curso e intensidad del duelo, bien por exceso (manifestaciones excesivas o atípicas) o bien por defecto (ausencia de manifestaciones). Dentro de este duelo complicado o no resuelto, están el duelo ausente o retardado que es aquel que carece de manifestaciones o que estas se dan muy tarde en el tiempo, duelo inhibido que es aquel que la persona no se permite tener, el duelo prolongado o crónico es aquel que tiene una duración excesiva o cuyas manifestaciones nunca llegan a desaparecer, muy similar al duelo no resuelto; el duelo intensificado es el que tiene unas manifestaciones y reacciones desmesuradas, el duelo enmascarado es aquel en el que la persona presenta problemas físicos o tiene conductas que le causan problemas en su día a día sin darse cuenta que están relacionadas con una pérdida no superada ya que pueden llegar a producirse incluso varios años después y finalmente se recogen en este apartado también las reacciones de aniversario anormalmente dolorosas.
Duelo psiquiátrico
Es aquel en el que se produce la aparición de un verdadero trastorno psiquiátrico, cumpliendo todos los criterios para su diagnóstico. Varios autores señalan la predisposición de determinadas personalidades a este tipo de duelo, como son las narcisistas, ya que son particularmente sensibles a la pérdida de las cosas y personas que valoran y aman.
Existen distintos tipos de duelo psiquiátrico: Histérico, es más frecuente en la pérdida de seres queridos, es el que se produce cuando la persona se identifica con la que ha perdido e intenta parecerse a él; Obsesivo, es aquel en el que el sentimiento de culpa se intensifica patológicamente; Melancólico es el que lleva a una depresión muy intensa o excesivamente duradera; Maníaco es aquel en el que el dolor se considera inútil y se afirma que la pérdida sufrida no tiene ninguna importancia.; Delirante consideran que la pérdida no se ha producido y actúan como ta, en el caso de las pérdidas por defunción de un ser querido, suele ir asociado la propia angustia ante la muerte.
Cuando nos encontramos ante un duelo patológico es importante identificar en la persona las necesidades más afectadas para incidir o trabajar sobre ellas (alimentación, relaciones sociales, …); controlar el uso que la persona hace de los medicamentos, identificar las conductas auto lesivas o las ideas auto líticas, hay que intentar favorecer en estas personas la expresión de sentimientos, respetar y apoyar sus creencias así como movilizar recursos y redes sociales y familiares.
CONCLUSIÓN
A lo largo de nuestras vidas todos pasamos por múltiples procesos de duelo de mayor o menor intensidad en función del tipo y la magnitud de la pérdida: pérdida de un trabajo, ruptura de pareja, desahucio, muerte de un ser querido…, así como de otros factores tal y como hemos visto a lo largo del artículo, por ejemplo nuestra vinculación con lo perdido o el momento vital o emocional en el que se produzca esa pérdida, tenemos que entender el duelo como un proceso lógico, sano y natural que nos lleva a la superación y aceptación de la pérdida, saber que no es un proceso estándar y que cada persona vive los procesos de duelo a su manera, no perdiendo de vista que tiene unas características generales, dentro de las cuales se encuadran las diferentes fases, y que traspasar esos límites hace que el duelo se convierta en algo patológico, requiriendo de una intervención de mayor intensidad, incluyendo en ella a los profesionales sanitarios y sociales.
Es fundamental que estos profesionales conozcan las fases del proceso de elaboración del duelo para poder identificar los signos de alerta ante procesos que puedan convertirse en patológicos y requieran de una intervención mayor.
BIBLIOGRAFÍA
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