Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 8–Agosto 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº8: 379
Autor principal (primer firmante): Rebeca Marbán Fernández
Fecha recepción: 1 de agosto, 2023
Fecha aceptación: 28 de agosto, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(8) 379
Autores:
- Rebeca Marbán Fernández, enfermera del Hospital General San Jorge De Huesca.
- Sara Gimeno Lechón, enfermera del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa De Zaragoza.
- Carolina Berbés López, enfermera del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa De Zaragoza
- Silvia Aznar Arévalo, enfermera del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa De Zaragoza.
- Fátima Martínez Alfonso, enfermera del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa De Zaragoza.
Resumen
La parada cardiorrespiratoria es una situación sanitaria que lleva asociada una alta mortalidad.
La principal causa de muerte en pacientes que han sufrido una parada cardiorrespiratoria (PCR), son los graves daños neurológicos que presentan. La hipotermia inducida es una de las terapias utilizadas para minimizar esos daños.
El análisis de los estudios revisados muestra que existen diferentes modalidades de aplicación de la técnica de hipotermia y que la aplicación de esta constituye una intervención segura.
Se describe y compara la información más significativa de los artículos seleccionados, de manera que la hipotermia terapéutica tiene efectos beneficiosos mejorando los resultados neurológicos y de supervivencia.
El mecanismo por el cual la hipotermia moderada otorga neuroprotección o reduce la lesión neurológica parece ser la reducción del metabolismo cerebral.
Está demostrado que la HT tiene beneficios frente a la normotermia debido a su efecto neuroprotector tras una parada cardiaca a pesar de que pueden surgir diversas complicaciones de esta.
Palabras clave: hipotermia inducida, parada cardiaca, daños neurológicos, neuroprotección, isquemia
Introducción
La supervivencia tras una Parada Cardíaca es baja y una cuarta parte lo hacen con secuelas neurológicas.
El control estricto de la temperatura (TTM por sus siglas en inglés, Targeted Temperature Manageament) se considera un tratamiento de primera línea para disminuir el daño neurológico en pacientes recuperados de una PCR. Pese a estar recomendado en las guías de cuidados post resucitación, es muy variable su grado de aceptación.
La hipotermia terapéutica (HT) con cifras entre los 32 y 34ºC se ha empleado en pacientes que se encuentran en coma tras haber sufrido una parada cardiaca para minimizar el daño cerebral que originan tanto la isquemia y anoxia como la reperfusión, pudiendo así reducir la mortalidad y la morbilidad neurológica.
El término “manejo con control de temperatura” (MCT) o control de la temperatura corporal que se introdujo en las guías de reanimación cardiopulmonar de 2015 amplía los rangos de temperatura objetivo a manejar en los pacientes recuperados de una parada cardiaca.
La guía europea del Consejo Europeo de Resucitación de 2015 incluye como novedad con respecto a las anteriores recomendaciones establecer una temperatura objetivo mayor de 36ºC. La postura de la Guía AHA 2015 también es similar.
El “International Liaison Committee of Resuscitation” (ILCOR) también publicó en 2015 sus recomendaciones en cuanto al manejo con control de temperatura, al igual que las dos guías anteriores recomienda el MCT entre 32 y 36ºC durante al menos 24 horas en aquellos pacientes que permanecen en coma tras ser reanimados.
Desde el punto de vista de la Enfermería es importante abordar el manejo de la hipotermia terapéutica puesto que serían los profesionales encargados de mantener estos cuidados en los pacientes que hayan sobrevivido a una PCR y minimizar así los daños neurológicos.
Así como establecer una serie de guías y protocolos universales para su utilización.
Objetivos
El objetivo principal de esta revisión bibliográfica es profundizar en la evidencia científica que existe en la actualidad sobre la efectividad del uso de la hipotermia inducida en pacientes que han sufrido una parada cardiorrespiratoria.
Como objetivo secundario, intentar conocer la mejor técnica para aplicar de manera eficaz y segura la hipotermia terapéutica, ya que el manejo de la temperatura sería llevado a cabo por el personal de Enfermería.
Metodología
Se lleva a cabo un revisión bibliográfica en las bases de datos de PubMed, utilizando una búsqueda de palabras clave basándose en los términos Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) y Medical Subject Headings (MeSH).
Las estrategias de búsqueda utilizadas son las siguientes:
- Heart arrest hypothermia induced neuroprotection Filters: in the last 5 years, Humans, Adult: 19+ years, English.
- Heart Arrest»[Mesh] and «Hypothermia, Induced»[Mesh] and «Neuroprotection»[Mesh] Sort by: Most Recent.
Resultados
Se analiza de forma general el manejo de la hipotermia terapéutica para la neuroprotección abordado desde la regulación redox en pacientes post parada cardíaca y lesión cerebral traumática.
Estudios clínicos revelaron que el manejo de la hipotermia leve (en comparación con un manejo de la temperatura objetivo de 36°C) no contribuyó a un mejor resultado para los pacientes con lesión cerebral traumática o síndrome postparo cardíaco.
Por lo tanto, existe una clara controversia entre los estudios experimentales y clínicos acerca del manejo de la hipotermia terapéutica.
Sin embargo, en otro de los estudios analizados la hipotermia terapéutica es uno de los principales métodos y más importante de la neuroprotección posterior a la reanimación.
La hipotermia terapéutica leve es el único método de la terapia posterior a la reanimación para el que existe evidencia real.
El tratamiento orientado a la temperatura objetivo es alcanzar 32-36ºC y mantenimiento durante 12-24 horas, luego mantenimiento de normotermia durante 72 horas.
En la misma línea en otra de las revisiones sistemáticas, se encontraron seis ECA (1412 participantes en general) realizados para evaluar los efectos de la hipotermia terapéutica: cinco sobre el resultado neurológico y la supervivencia, uno solo sobre el resultado neurológico.
La calidad de los estudios incluidos fue generalmente moderada y el riesgo de sesgo fue bajo en tres de seis estudios.
Cuando comparamos los métodos de enfriamiento convencionales versus ningún enfriamiento (cuatro ensayos; 437 participantes), se encontró que los participantes del grupo de enfriamiento convencional tenían más probabilidades de alcanzar un resultado neurológico favorable (cociente de riesgos (CR) 1,94; intervalo de confianza (IC) del 95% 1,18 a 3,21). La calidad de la evidencia fue moderada.
En todos los estudios que utilizaron métodos de enfriamiento convencionales en lugar de ningún enfriamiento (tres estudios; 383 participantes), se encontró un beneficio de supervivencia del 30% (CR 1,32; IC del 95%: 1,10 a 1,65). La calidad de las pruebas fue moderada.
Esta evidencia de calidad moderada sugiere que los métodos de enfriamiento convencionales para inducir hipotermia terapéutica leve mejoran el resultado neurológico después de un paro cardíaco.
Específicamente si se comparan con ningún manejo de la temperatura, pero no existente evidencia suficiente acerca de la temperatura objetivo ideal ni tampoco un protocolo de enfriamiento óptimo, por lo que se necesita más investigación.
Conclusiones
Después de haber realizado el análisis de los diferentes artículos utilizados en esta revisión, se ha llegado a la conclusión de que hay diferencias significativas.
Pero a pesar de ello en la mayoría de los estudios si que se mantiene una idea común y es que la hipotermia terapéutica tiene beneficios para la salud tras una parada cardiorrespiratoria debido a que una bajada de temperatura leve tiene un efecto neuroprotector lo que pronostica una recuperación neurológica.
Otro punto común para los diversos autores es afirmar que la aplicación de la técnica de hipotermia es segura, aunque puede producir eventos adversos asociados a su uso.
Los estudios analizados en este trabajo muestran una diferencia entre la temperatura objetivo que se debe alcanzar.
Algunos de ellos, establecen que la temperatura objetivo que se debe conseguir es 33ºC, la cual debe mantenerse durante 24 horas, otros, sin embargo, presentan un margen de temperatura objetivo reflejado entre 32-34ºC,discrepando de otros artículos que lo establecen entre 32-36ºC.
Esta diferencia de temperaturas objetivo se debe a la falta de evidencia, por lo que se abre una línea de investigación futura, pero además para conseguir dicha temperatura, existen diferentes métodos y tampoco hay una evidencia clara sobre que método de aplicación de la técnica de hipotermia es mejor.
Finalmente, podemos afirmar que falta evidencia en cuanto al uso de la hipotermia terapéutica, para conseguir neuroprotección en los estados de postparada cardíaca.
La creación de protocolos y guías nos permitiría que la aplicación de esta terapia fuese más sistemática, permitiendo así conocer cómo funciona la terapia y las estrategias de manejo de esta.
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