Educación sexoafectiva y su relación con la pornografía

Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 3–Marzo 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº3: 176.2

Autor principal (primer firmante): Alonso Picado María

Fecha recepción: 16 de febrero, 2023 

Fecha aceptación: 13 de marzo, 2023 

Ref.: Ocronos. 2023;6(3) 176.2

Autores: Alonso Picado, María; Barroso Bravo, Lidia Patricia; Trujillo Hernández, Jaime; Medina Miquel, Christian; Martín Díaz, Cristina.

Introducción

Que la pornografía se ha convertido en la «educación sexual» de las nuevas generaciones es un hecho inne­gable.

Ahora bien, ¿qué es lo que podemos encontrar a un clic de distancia en las páginas web de pornografía ¿En qué medida podemos decir que eso es «educación» o es «sexual» ¿Cómo repercutirá este aprendizaje en las relaciones sociales?

publica-TFG-libro-ISBN

La nueva pornografía y los cambios que se están produciendo en las relaciones interpersonales por el acceso de los adolescentes a dispositivos móviles, es un tema que crítico y que se debe poner encima de la mesa para el análisis y el debate.

La educación sexoafectiva forma parte de nuestras competencias como matronas, presentes en todas las etapas de la vida sexual y reproductiva de las mujeres.

Objetivo

El siguiente artículo es un análisis sobre el consumo de pornografía en adolescentes y su impacto en el desarrollo y el establecimiento de relaciones con iguales para lograr los siguientes objetivos:

  • Analizar la pornografía actual y su consumo entre los adolescentes.
  • Establecer una diferenciación clara entre sexo y violencia sexual.
  • Determinar las consecuencias de la nueva pornografía sobre sus consumidores.
  • Analizar la situación de la educación sexoafectiva en nuestro país.
  • Generar un necesario debate en nuestra sociedad sobre un problema que ya está aquí entre nosotros afectando a los y las adolescentes.

Metodología

Se ha realizado una revisión bibliográfica sistemática sobre la literatura científica disponible en diferentes bases de datos y buscadores como PubMed, Cochrane, UpToDate y Google Académico.

Se limitó la búsqueda a artículos en español o inglés publicados durante los últimos nueve años, utilizando palabras clave cómo “pornografía”, “nueva pornografía”; “educación sexoafectiva”.

Resultados / Discusión

La educación sexoafectiva, como contenido educativo, es una actividad pedagógica gradual, con contenidos rigurosos y objetivos, basados en la biología, anatomía, psicología y desarrollo social.

Según la UNESCO, esta educación dota a la infancia y adolescencia de conocimientos y habilidades que los empoderarán para tener una buena salud sexual y desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas.

Por ello, es esencial que sea un contenido reglado que comience en edades tempranas, adaptándose a la madurez y a las diferentes etapas educativas (de forma que, para cada edad, haya algo que aprender que los forme como individuos) con un enfoque claro en igualdad de género y en la diversidad sexual y de género.

Por lo tanto, la educación afectivo-sexual es una herramienta de prevención ante las distintas formas de violencia contra la infancia y adolescencia, que permite a cada individuo ser capaz de prevenir, detectar y reaccionar ante situaciones de riesgo. Es importante que sepan identificar la violencia. Y es en este contexto donde aparece la pornografía.

La pornografía tiene su origen en la llamada “revolución sexual”. En concreto hay unas décadas, de principios de los 80 a finales de los 60, a las que se denomina “edad de oro de la pornografía”.

Es en esta época cuando comienzan a comercializarse las revistas pornográficas en supermercados y quioscos y empezaron a visualizarse las primeras películas porno en los grandes cines.

Fue de esta manera cómo la pornografía se introdujo en el espacio público, en las calles. Sin embargo, no se puede comparar la pornografía convencional con la nueva pornografía.

La pornografía convencional se basaba en imágenes impresas o videos, distribuidos mediante revistas, con venta en sex-shops o en comercios de diversos productos (prensa y vídeo, especialmente). La dificultad de acceso, así como el coste de las imágenes, la exposición de quien la adquiere, además de otros factores, limitaban su impacto.

La nueva pornografía es aquella distribuida por Internet, de alta calidad, gratuita y disponible a través de cualquier dispositivo con conexión a la red. Es decir, la tecnología no ha generado la pornografía, pero sí la ha hecho más accesible. Se puede hablar de «nueva pornografía» a partir de cuatro notas características:

  1. Calidad de imagen: Se basa en videos con mejoras constantes en los niveles de calidad.

  2. Asequible: La oferta es mayoritariamente gratuita para el consumidor. Aunque se vincula a grandes empresas capitalistas y a mercados en expansión como el de la publicidad, el porno de pago o la prostitución.

  3. Amplia: Las dimensiones de la oferta son aparentemente ilimitadas, con producción y distribución constante en prácticamente todo el mundo y millones de videos constantemente ampliados. ¿Esto qué quiere decir? Que no se sustituyen los videos, no desaparecen, solo se acumulan cada vez más. Se pueden encontrar videos de hace cuarenta años en algunos servidores de internet.

    Uno de los portales de distribución mundial gratuita de vídeos pornográficos, PornHub, el único que realiza informes públicos de su actividad, permite hacerse una idea de las dimensiones de este negocio.

    PornHub es la segunda página de pornografía más visitada del mundo y la 72.ª página web más visitada de cualquier tema. El portal transmite cada día 5000 petabytes de vídeos (para tener una idea de lo que significa basta con saber que Facebook procesa cada día 600 petabytes).

    En el año 2017 recibió 28 500 millones de visitas, es decir, más de 3 millones por hora y unas 900 por segundo. Las dimensiones son astronómicas. Tampoco tienen límite las prácticas sexuales que se pueden observar, desde las más convencionales hasta prácticas de gran riesgo o directamente ilegales.

  4. Anónima o con intensa interactividad: Se pueden encontrar diversos niveles de interactividad, desde la mínima interacción (visualización de filmaciones), hasta la relación cara a cara a partir del contacto a distancia, en un nuevo contexto de acceso a la prostitución.

    En cuanto al análisis de su consumo más de la mitad de la población adolescente ha accedido por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7% antes de los 10 años. La edad media es de 12 años de manera global.

    El 62,5% de las personas adolescentes de entre 13 y 17 años ha visto pornografía alguna vez en su vida. Además, hay una clara diferencia según la identidad de género: mientras que el 87,5% de los chicos han visto porno, solamente el 39% de las chichas lo ha hecho.

¿Y cuáles son las fuentes principales de acceso a la pornografía?

Se diferencian dos grandes grupos: la búsqueda activa y el encuentro fortuito con pornografía.

Dentro de la búsqueda activa podemos incluir:

  • El acceso por grupo de iguales: El 51% de los adolescentes tiene acceso por primera vez a la pornografía a través de sus amigos. Si en las generaciones anteriores los adolescentes intercambiaban revistas o películas pornográficas, con la expansión de internet y los móviles este intercambio es de memes, gifs, fotos, enlaces a vídeos o directamente vídeos completos.
  • Acceso a través del cine y la televisión: El cine y la televisión han introducido elementos sexuales que anteriormente sólo aparecían en las producciones pornográficas. Este fenómeno se conoce como pornificación de la cultura.

El acceso a contenidos sexuales a través de productos culturales normalizados condiciona e incita futuras búsquedas: la intensidad del contenido pornográfico se incrementa cuando éste se busca activamente tras un primer contacto con imágenes sexuales a través de películas o series de televisión.

Es algo mucho más inquietante el encuentro fortuito en internet. Hasta en el 15% de los casos, el porno no se busca, el porno te encuentra.

Esto nos permite pensar en la política agresiva del negocio de la pornografía. Llega a los adolescentes a través de anuncios principalmente en dos sectores: las redes sociales y las plataformas de descargas de series y películas, a través de las famosas pop-ups o ventanas emergentes.

Este acceso accidental o exposición involuntaria, es un tipo de violencia online que ocurre cuando, al navegar por internet y realizar búsquedas o descargar archivos en principio completamente inocentes, se encuentran con material sexual.

¿Cuáles son las motivaciones que tiene la población adolescente para ver pornografía?

Los jóvenes coinciden en dos motivos principales: para masturbarse (43,9%) y por curiosidad (40,4%), siendo el tercer motivo aprender sobre sexo (25,4%).

Un dato muy alarmante es la diferencia del uso de la pornografía entre géneros: mientras que los chicos consumen una pornografía que está diseñada para ellos, a través de la que satisfacen su deseo sexual las chicas se adentran en la pornografía como método para «aprender» qué se espera de ellas (gestos, posturas, etc.)

En cuanto a la frecuencia, 7 de cada 10 adolescentes ha visto pornografía en los últimos 30 días, llegando a consumir ellos el doble que ellas (81,6% y 40,4% respectivamente). Los chicos confirman que buscan este tipo de material casi a diario mientras que las chicas lo hacen de manera semanal o mensual.

Los datos van más allá, un 30% de los jóvenes considera ser adicto, dejando de realizar actividades por ver pornografía. El porno es una droga muy poderosa, precisamente porque ataca a un soporte biológico (genera dopamina).

El patrón de conducta que desarrolla un adicto al porno es el mismo que el de un consumidor de alcohol, tabaco u otras drogas: se habitúan a ello y se produce una alteración cerebral que tiene consecuencias importantes en el individuo.

En cuanto al contenido, en la pornografía no se observan algunos de los componentes de las relaciones afectivo-sexuales. Es decir, no se observa la seducción, la relación afectiva, la comunicación verbal y no verbal para establecer un consentimiento explícito acerca de las prácticas sexuales… etc.

La gran mayoría de adolescentes coincide en que la pornografía es a veces violenta. Las chicas y quienes consumen la pornografía de manera poco frecuente lo afirman con mayor rotundidad, mientras que los consumidores frecuentes son más laxos con este término.

Esta violencia sexual es la característica principal de la pornografía. Según un análisis de contenido realizado en el año 2017 el 88% de los videos pornográficos contienen agresiones físicas. Hay escenas en las que directamente se pone en juego la integridad física de las mujeres.

Las consecuencias del consumo de pornografía son reales y se traducen en hechos en nuestra sociedad. El peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción.

La pornografía enseña a connotar eróticamente el ejercicio de la violencia sexual. Es decir, presenta la violencia sexual como excitante. Además, esta violencia escala de manera que cada vez necesitan videos más violentos para conseguir los mismos niveles de excitación.

Por ejemplo, recientemente se han publicado numerosos artículos que analizan las tendencias de búsquedas en Internet a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania. “Chica ucraniana”, “porno ucraniano” o “porno de guerra” son los términos que están siendo buscados de forma masiva en Google y Pornhub desde el comienzo de la guerra.

Esto significa que, tras la declaración de guerra de Rusia a Ucrania, la fetichización de las mujeres ucranianasse disparó. Esta situación, sin embargo, no es nueva. Desde al menos 2015, ha habido un aumento dramático en las búsquedas de «pornografía de refugiados».

El hecho de que estos videos abarquen varios años y se acumulen cientos de miles de vistas muestra que este tipo de contenido no solo está normalizado, sino que también es cada vez más popular.

La investigación actual en torno al porno tiende a mostrar que, debido al efecto de dependencia pornográfica en el cerebro del espectador.

El contenido al que accede debe ser cada vez más violento y degradante para mantener el «factor de novedad», lo que a su vez refuerza un círculo vicioso en el que se crean contenidos cada vez más violentos, para satisfacer la demanda de la audiencia.

Además de la exposición y la normalización de esta violencia sexual, otras consecuencias de la construcción del deseo sexual a partir de la pornografía son:

  • La familiaridad con prácticas de riesgo: más del 45% de los jóvenes reconoce que, tras ver pornografía, incrementó de algún modo su adopción de conductas sexuales de riesgo, es decir, aquellas en las que se pone en riesgo su salud. Por ejemplo, mantener relaciones sexuales sin preservativo (tónica habitual en las escenas de pornografía), sexo en grupo sin protección o actos sexuales con presencia de violencia abierta. La familiaridad con estas prácticas en la nueva pornografía es muy común y ha alterado la percepción sobre su aceptabilidad.

  • Refuerzo de los roles de género, en los que persiste la cosificación: Según el estudio de Save the children, al 55% de los adolescentes que han visto pornografía les gustaría poner en práctica lo que han visto en ella.

    En relación a este último punto, Save the Children considera especialmente preocupante que, cuando intentan imitar lo que ven, no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja. El 12,2% de los chicos lo ha hecho sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien.

  • La vinculación a nuevas modalidades de prostitución: La relación entre ambas es frecuente. La gran mayoría de la pornografía es gratuita. Sin embargo, al estar vinculada a grandes empresas, persigue, en última instancia, potenciar el pago de dichos contenidos, e incluso, incitar al consumo de prostitución.

    Además, la pornografía fomenta la prostitución como un medio para dar salida a conductas impracticables consensuadamente con las parejas.

  • Incide en el autoconcepto y autoestima de todos los adolescentes consumidores de pornografía: Los chicos dudan de su virilidad y las chicas se sienten físicamente inferiores a las mujeres que ven en los vídeos.

Si se acepta que los impactos de la nueva pornografía pueden ser diversos y la mayoría no especialmente positivos, debemos plantearnos qué puede hacerse. En relación con la pornografía, podemos seguir cinco líneas de actuación, en las que se pueden llevar a cabo multitud de acciones relevantes:

1.Educación afectivo-sexual: Las orientaciones más interesantes en este ámbito no tienen que ver con la prohibición sino con un uso adecuado. Prohibir no les protegerá eternamente.

En cambio, una actitud crítica ante la información que reciben, lo que ven y lo que comparten, es una herramienta que acompañará toda la vida. No censurar, sino crear capacidad crítica en los adolescentes para entender qué significa la pornografía, desde una perspectiva crítica, igualitaria y responsable.

Desde la etapa de educación infantil se deben incorporar contenidos y estrategias para la educación emocional y para la igualdad, y que la educación afectivo-sexual se implante como materia obligatoria durante la primaria y la secundaria.

2. Internet como aliado: Es totalmente inevitable que los jóvenes sigan conectados a internet y, por lo tanto, consumiendo pornografía. Internet puede ser una herramienta maravillosa para encontrar información. Algunas de las herramientas disponibles en Internet son:

La página web Porno educativo: es una página creada y probada por un grupo de profesionales de Valencia que se presenta como un proyecto educativo a nivel mundial de conocimientos y experiencias sexuales, enseñados de manera explícita y sin tabúes.

En esta página web pueden encontrar diferentes vídeos de contenido sexual explícito libres de violencia y que representan con diversidad las relaciones sexuales. Está liderado por profesionales de la psicología y la sexología que supervisan la validez técnica de todos sus contenidos.

The Porn Conversation: es una página web que contiene un conjunto de recursos para ayudar a los padres a dar un paso más en las conversaciones de sexo con sus hijos y hablar abiertamente de pornografía con ellos.

Ofrece tres guías sobre cómo mantener una conversación acerca de sexo con tus hijos en base a tres grupos de edad: de 8 a 11 años, de 12 a 15 años y más de 16 años.

En base a estos tres mismos grupos de edad, ofrece recursos teóricos y prácticos para educadores que buscan herramientas para dirigir un programa de educación sexual integral apropiado para la edad de sus alumnos. Está en inglés, pero se puede traducir al español directamente en Google.

Tenemos que hablar del porno: Guía para familias sobre el consumo de pornografía en la adolescencia: Como su propio nombre indica es una guía elaborada por Save The Children dirigida a los padres. En ella se tratan temas como qué debes contarles a tus hijos del porno, qué hacer si les pillas consumiendo pornografía o cómo regular el uso de pantallas.

3. Investigación: además de mejorar las investigaciones sobre tendencias y datos de consumo, se recomienda realizar una profunda investigación cualitativa sobre el tipo de relaciones interpersonales que tienen los adolescentes.

Llevar a cabo actividades de reflexión y concienciación del papel de la pornografía en sus vidas y sus relaciones, incluso desde el ocio y tiempo libre.

4. Control legal: Valoración y estudio de opciones de control legal para contenidos pornográficos especialmente violentos, o de riesgo, e investigar el acceso legal de menores a la pornografía.

Conclusiones

El entorno digital no escapa a los defectos de nuestra sociedad, marcada por la desigualdad y la violencia de género. La nueva pornografía de consumo masivo se caracteriza por ser gratis, accesible, ilimitada y violenta.

Los jóvenes la consumen de manera muy habitual y desde edades muy tempranas, llegando a ella a través de sus amigos o de forma accidental. El peligro no reside en su consumo, sino en sus consecuencias. El deseo sexual adolescente se construye sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales.

A día de hoy, no existe una educación afectivo-sexual reglada, por lo que los adolescentes necesitan herramientas y somos nosotros, los profesionales de la salud, quienes tenemos que seguir investigando y dárselas.

Bibliografía

  1. Adolescencia Y, Perazzo C, Del Moral C, Sanjuán C, Tejada B, Gullón G, et al. (DES)INFORMACIÓN SEXUAL: PORNOGRAFÍA [Internet]. Savethechildren.es. [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.savethechildren.es/sites/def ault/files/2020-09/Informe_Desinformac ion_sexual-Pornografia_y_adolescencia.pdf
  2. Ballester Brage L, Universitat de les Illes Balears, Orte Socías C, Pozo Gordaliza R, Universitat de les Illes Balears, Universitat de les Illes Balears. Estudio de la nueva pornografía y relación sexual en jóvenes. Anduli [Internet]. 2014;(13):165–78. Disponible en: https://institucional.us.es/revistas/and uli/13/10_Anduli_2014_Ballester_Orte_P ozo.pdf
  3. Socias CO. Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales. 2019.
  4. Política sexual de la pornografía [Internet]. Catedra.com. [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.catedra.com/libro/feminismos /politica-sexual-de-la-pornografia-mon ica-alario-9788437643328/
  5. Igualdad E en. El papel de la pornografía en la educación afectivo-sexual de los y las menores [Internet]. Educar en igualdad. 2019 [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.educarenigualdad.org/el-pape l-de-la-pornografia-en-la-educacion-af ectivo-sexual-de-los-y-las-menores/
  6. FESS. Salud sexual [Internet]. Org.es. [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.fess.org.es/salud-sexual
  7. LOMLOE. Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre [Internet]. FlippingBook. [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://documentos.anpe.es/ANPE_LOMLOE/5 4/
  8. Szil P. Los hombres, la pornografía y la prostitución [Internet]. Geo Violencia Sexual. Asociación La Sur – Feminicidio.net; 2015 [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://geoviolenciasexual.com/los-hombr es-la-pornografia-y-la-prostitucion/
  9. Montero T. ¿Está el porno educando a los adolescentes [Internet]. La Voz de Galicia. 2019 [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/so ciedad/2019/10/01/educacion-sexual-obl igatoria-aulas-porno-adolescentes/0003 1569939630138261116.htm
  10. Pornografía: acceso más temprano y a contenidos cada vez más machistas [Internet]. Observatorioviolencia.org. FUNDACIÓN MUJERES; 2019 [citado el 7 de febrero de 2023]. Disponible en: http://observatorioviolencia.org/pornogr afia-acceso-mas-temprano-y-a-contenido s-cada-vez-mas-machistas/