Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad que se realizaron ecografía de tiroides en el Centro Medikar, Ibarra, Ecuador versus hallazgo de incidentaloma tiroideo en noviembre 2016 a abril 2017

Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 3–Marzo 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº3: 77

Autor principal (primer firmante): Paúl Aldaz

Fecha recepción: 7 de febrero, 2023 

Fecha aceptación: 4 de marzo, 2023 

Ref.: Ocronos. 2023;6(3) 77

Autores:

Dr. Paúl Aldaz 1, Dr. David Vallejo 4, Dr. Douglas Barros 2, Dra. Karina Terán 3, Dra. Judith Cadena 5, Dra. Jimena Molina 5

  1. Residente Hospital de Especialidades de las Fuerzas Armadas Nº 1. Quito – Ecuador.
  2. Cirujano oncólogo CENTRO MEDIKAR, IBARRA, ECUADOR
  3. Imagenóloga CENTRO MEDIKAR, IBARRA, ECUADOR
  4. Residente CENTRO MEDIKAR, IBARRA, ECUADOR
  5. Médico General, Universidad Central del Ecuador, Iquique 132, Quito 170136, Ecuador.

Resumen

En los últimos años se ha incrementado la detección de nódulos tiroideos incidentales, de los cuales se ha comprobado que el riesgo de malignidad va del 5% al 13% (Russ, Leboulleux, Leenhardt, & Hegedüs, 2014) y en edades tempranas este porcentaje aumenta llegando incluso al 26   (Kunz Martínez et al., 2010).

Por esta razón si bien no se puede realizar una ecografía tiroidea a toda la población como método de screening, es importante una amplia investigación e identificación de los factores de riesgo para poder seleccionar adecuadamente que pacientes son los mejores candidatos para someterse a una ecografía en edades tempranas.

Objetivo: Buscar la relación entre los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a los 28 años que se realizaron una ecografía de tiroides versus hallazgo de incidentaloma.

Metodología: El estudio que se realizó es transversal con revisión de ecografías de las historias clínicas, la población que se estudió fue un grupo de pacientes hombres y mujeres entre los 18 a 28 años de edad que acudieron a un chequeo de rutina entre noviembre del 2016 a abril de 2017 como parte de una campaña de detección oportuna de Cáncer realizada por el Centro de diagnóstico ecográfico y tratamiento del Cáncer “MEDIKAR”.

Se utilizó los resultados de las ecografías y su clasificación TIRADS, además a cada paciente se le aplicó una encuesta sobre los factores de riesgo de cáncer de tiroides y se correlacionó con pacientes que presentaron incidentalomas, en el estudio se incluyó 353 pacientes.

Una vez recogidos los datos se trasladaron al paquete estadístico SPSS 23 para realizar el cálculo de las distribuciones de frecuencias de las variables, así como el chi², O.R., valor de p e intervalos de confianza para los factores de riesgo.

Además, a los pacientes que presentaron nódulos sospechosos de malignidad, se les realizó una punción por aguja fina guiada por Eco (PAAF) con su adecuado estudio citológico, valor que fue cubierto en su totalidad por el equipo de investigación.

Resultados: De los 353 casos, se encontró un 14.2% (n=50) de incidentalomas tiroideos, de los cuales según su categorización TIRADS, 13 cumplieron criterios para PAAF, de ellos 2 no aceptaron someterse a la punción, de los 11 restante 3 fueron BETHESDA VI con citología compatible para cáncer papilar de tiroides, los cuales representan el 6% de la totalidad de los incidentalomas encontrados.

Al analizar los factores de riesgo las variables que tuvieron relación con presentar incidentaloma tiroideo fueron Peso aumentado OR= 3.42 IC 95% (1.85-6.33) p<0.0001, sobrepeso OR = 3.10 IC 95% (1.56-6.12) p 0.0007, obesidad OR= 4.28 IC 95% (1.80-10.15) p 0.0004 y por último antecedentes familiares de cáncer tiroideo OR= 2.42 IC 95% (1.26-4.68) p 0.0067.

Por otro lado, no se encontró relación estadísticamente significativa con sexo, el consumo de tabaco, consumo de alcohol, ejercicio físico, dieta, exposición a radiación, antecedentes familiares de alteraciones funcionales de la tiroides, antecedentes de cáncer en general y por ultimo consumo de anticonceptivos orales (ACO).

Conclusiones: Nuestros hallazgos indican que hay una importante prevalencia de incidentalomas tiroideos en paciente jóvenes y los factores de riesgo que más se asocian al desarrollo de nódulos tiroideos son el sobrepeso, la obesidad y antecedentes familiares de cáncer de tiroides.

Palabras clave: Incidentaloma tiroideo, factores de riesgo, TIRADS

Introducción

Un incidentaloma tiroideo se define como una tumoración tiroidea no esperada, asintomática, fortuitamente descubierta durante la investigación de una condición no relacionada. Su prevalencia varía dependiendo del método de imagen mediante el cual se lo descubrió, siendo esta 67% por ultrasonografía (Russ et al., 2014).

El hallazgo incidental de nódulos tiroideos se ha convertido en un tema importante, por el uso cada vez más frecuente de estudios de imágenes y su alta prevalencia en la población. (Mahana, 2013). Los nódulos tiroideos son un problema clínico común y la prevalencia de cáncer tiroideo diferenciado se ha visto en aumento, encontrándose que va del 7% al 15%. (Haugen et al., 2016).

El ultrasonido (US) es el estudio tiroideo de primera línea frente a patología nodular (Horvath, 2012; Sipos, 2009).

Existen diferentes tipos de nódulos tiroideos benignos o malignos, para lo cual se usa varios métodos de reporte como la escala TIRADS. (Horvath, 2012). Siendo la categoría TIRADS 1 (normal) hasta llegar a la TIRADS 6 (maligno) (Leoncini et al., 2014) (Mansilla, Legorburo, Legorburo, & Heras, 2014), por lo que la pauta para la punción por aguja fina (PAAF) va a depender de las características clínicas de cada paciente (Horvath et al., 2009).

La recomendación diagnostica dependiendo la categoría TIRADS es la PAAF por ecografía, según las guías ATA 2016, amerita punción todo nódulo mayor a 1 cm (Haugen et al., 2016). En el sistema TIRADS es el aspecto ecográfico el que prevalece al momento de solicitar una punción (Horvath, 2012).

La citología define la estirpe del nódulo, la cual es reportada mediante el sistema BETHESDA, Gold estándar para diagnóstico y caracterización del nódulo. (Rosario, Penna, & Calsolari, 2014).

En Ecuador, la incidencia de neoplasia maligna tiroidea al año es de 9 por cada 100 000 habitantes, el sexo femenino es el predominante (Cueva Patricia, 2014).

El origen del cáncer de tiroides puede ser en cualquiera de las células de la tiroides. Según su tipo histopatológico y frecuencia: papilar (88%), folicular (3%), medular (3%), de células de Hurtle (1%), anaplásico (1%) y otros, o no clasificados (4%) (Califano, 2009).

Existen varios factores de riesgo para el desarrollo de nódulo tiroideo, como el género, en la cual la prevalencia fue mayor en las mujeres (Jiang et al., 2016). Esto podría ser debido al efecto combinado de estrógeno y progesterona (Sungwalee, Vatanasapt, Kamsa-Ard, Suwanrungruang, & Promthet, 2013). Además, la prevalencia de múltiples nódulos aumentó con la edad. (Jiang et al., 2016).

En cuanto al índice de masa corporal (IMC) el desarrollo de nódulo tiroideo aumenta con el sobrepeso y obesidad. (Han et al., 2013; Kitahara et al., 2015; Marcello et al., 2012; Zhang et al., 2014).

Los pacientes con nódulos malignos reportaron una historia familiar de cáncer de tiroides con más frecuencia (Hwang, Kim, Moon, Yoon, & Kwak, 2016). Existe riesgo aumentado de desarrollar nódulos tiroideos en los fumadores (Galanti, Granath, Cnattingius, Ekbom-Schnell, & Ekbom, 2005).

Con respecto al alcohol, en el estudio (Knudsen et al., 2001) los participantes con consumo moderado o alto tuvieron una prevalencia más baja de anomalías tiroideas.

En la dieta se ha encontrado relación protectora con los alimentos del mar, y riesgo aumentado con el consumo de goitrógenos y carnes rojas (W. J. Choi & Kim, 2014; Liu & Lin, 2014).

La actividad física ha mostrado ser un factor protector contra el desarrollo de nódulos tiroideos. (Cash et al., 2013) (Leitzmann et al., 2011) (Schmid, Behrens, Jochem, Keimling, & Leitzmann, 2013). Mientras que el uso de anticonceptivos orales (OC) representa un factor que aumenta su desarrollo (Sungwalee et al., 2013).

La duración de uso de OC está inversamente asociada con el riesgo de nódulos tiroideos (Lee & Kwak, 2010; Wu & Zhu, 2015). La radiación es un factor de riesgo para el desarrollo de tumores benignos y malignos (K. H. Choi et al., 2013)(Aschebrook-Kilfoy, Ward, Della Valle, & Friesen, 2014) (Sholl, Barletta, & Hornick, 2017).

Materiales y métodos

Es un estudio transversal con revisión de casos clínicos. La población que se estudió fue un grupo de pacientes hombres y mujeres entre los 18 a 28 años de edad que acudieron a un chequeo de rutina entre noviembre del 2016 a febrero de 2017 como parte de una campaña de detección oportuna de Cáncer realizada por el Centro de diagnóstico ecográfico y tratamiento del Cáncer “MEDIKAR”.

Para la recolección de la muestra se utilizó el resultado de la totalidad de las ecografías realizadas durante esta campaña enfocada a jóvenes en su mayoría universitarios, el estudio incluyo 400 pacientes, de los cuales se excluyeron 6 pacientes que ya contaban con un diagnóstico de alteración tiroidea previa, 17 pacientes que superaban el rango de edad dentro de los criterios de exclusión (pacientes sanos, entre los 18 a 28 años de edad), 24 pacientes no desearon participar en el estudio.

La base de datos fue conformada por las variables: edad, sexo, etnia, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol, ejercicio físico frecuente, consumo de carnes rojas, consumo de productos del mar, consumo de vegetales crucíferos, consumo de yuca, exposición a radiación, anticonceptivos orales, antecedentes de alteraciones funcionales de la glándula tiroidea, antecedentes familiares de cáncer, antecedentes familiares de cáncer tiroideo, TIRADS (thyroid image reporting and data system), BETHESDA de tiroides, citología.

Una vez recogidos los datos se trasladó al paquete estadístico SPSS 23 para realizar el cálculo de las distribuciones de frecuencias de las variables, así como el chi², O.R., valor de p e intervalos de confianza para los factores de riesgo. Como protocolo del centro “MEDIKAR” para manejo de nódulos tiroideos sospechosos de malignidad, se recomendó previo a la explicación de los potenciales riesgos y beneficios la realización de la punción por aguja fina del nódulo para su estudio histopatológico, valor que será cubierto en su totalidad por el equipo de investigación, por lo que no existe ninguna finalidad de lucro.

Resultados

Análisis demográfico

Participaron un total de n=353 pacientes (edad media 21 años ± 2 DS); de los cuales existió un predominio del género femenino, con el 83% (n=293), mientras que los hombres representaron el 17% (n=60), en cuanto a la etnia el 96,6% fueron mestizos (n=341), el 2,8% afro ecuatorianos (n=10) y caucásicos 0,6% (n=2).

FIGURA 1: PROPORCIÓN DE INCIDENTALOMAS TIROIDEOS

Ver: Anexos – Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad – ecografía de tiroides, al final del artículo

FUENTE: ELABORADO POR LOS AUTORES

De la totalidad de los pacientes n=353, no presentaron incidentaloma tiroideo el 85,8% (n= 303), dentro de los cuales TIRADS 1 fueron el 91,4% (n= 277), TIRADS 2 “patrón de tiroiditis de Hashimoto” fueron el 8,2% (n=25) y TIRADS 2 “patrón de tormenta tiroidea” el 0,33% (n=1), por el otro lado el 14,2% (n=50) presentaron incidentaloma tiroideo en la ecografía dentro de los cuales, TIRADS 2 Nódulos quísticos representaron el 42% (n=21), TIRADS 3 el 32% (n=17), TIRADS 4A el 12% (n=5), TIRADS 4B el 8% (n=4) y TIRADS 5 el 6% (n=3), es así que según TIRADS requirieron punción, los nódulos, TIRADS 3 (n=1) por antecedente familiar en primer grado de cáncer tiroideo, TIRADS 4A, TIRADS 4B y TIRADS 5, de los cuales 2 pacientes TIRADS 4B no accedieron a la punción tras firmar el consentimiento informado, siendo así la totalidad de nódulos puncionados (n=11), de los mismos según BETHESDA se encontraron, BETHESDA II 72,7% (n=8) con características citológicas de nódulo hiperplásico, BETHESDA VI 27,2% (n=3) con características citológicas de cáncer papilar de tiroides.

Análisis descriptivo

En cuanto al sexo la prevalencia de nódulos tiroideos fue mayor en las mujeres 90% (n=45) en relación a los hombres 10% (n=5), sin embargo, esta relación no fue estadísticamente significativa (p= 0,155).

Al momento de analizar por separado el índice de masa corporal (IMC), se encontró que, de la totalidad de la muestra, los pacientes con sobrepeso (IMC 25-29,9 Kg/m²) representaron el 23,2% (n=82), de los cuales el 5,4% (n=19) presentaron incidentaloma tiroideo, siendo esta relación estadísticamente significativa (p= 0,001), en cuanto a los pacientes con Obesidad (IMC >30Kg/m²), los cuales representan el 9,6% de la totalidad de la muestra, de estos, el 2,8% presentaron incidentaloma tiroideo, siendo esta relación estadísticamente significativa (p= 0,0001).

FIGURA 2: RELACIÓN ENTRE INCIDENTALOMA TIROIDEO, PESO NORMAL, SOBREPESO Y OBESIDAD

Ver: Anexos – Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad – ecografía de tiroides, al final del artículo

Fuente: Elaborada por los autores

De la totalidad de la muestra (n=353), los pacientes que presentan consumo de tabaco representan el 22,1% (n=78), de los cuales 4% (n=14) presentaron en menor proporción incidentaloma tiroideo en relación con los pacientes que no consumen tabaco que representan el 77,9% de los cuales el 10% (n=36) lo presentaron, sin diferencia estadísticamente significativa entre estos dos grupos (p= 0,277).

En cuanto al consumo de alcohol el mayor porcentaje de incidentalomas tiroideos se registró en el grupo que no consumen alcohol, los cuales representan el 45,9% (n=162) de la totalidad de la muestra, de estos el 7,6% (n=27) presentaron incidentaloma tiroideo, en relación a los pacientes que consumen alcohol que conforman el 54,1% de la muestra, de los cuales el 6,5% (n=23) presentó incidentaloma tiroideo, sin embargo, esta relación no mostró diferencia estadísticamente significativa (p= 0,214)

Para el análisis de los hábitos dietéticos, al momento de la recolección de la información lo hicimos a modo de frecuencia de consumo a la semana, para posteriormente agrupar las variables en consumo frecuente (3 a 7 veces a la semana) y consumo infrecuente (0-2 veces a la semana).

En cuanto al consumo de carnes rojas, encontramos que los pacientes que consumen carnes rojas infrecuentemente los cuales representan el 57,2% (n=202), de ellos 9,3% (n=33) presentaron incidentaloma tiroideo, en comparación con los pacientes que consumen frecuentemente carnes rojas, los cuales representan el 42,8% (n=151), de los cuales 4,8% (n=17) presentaron incidentaloma tiroideo, siendo así mayor el porcentaje de pacientes que presentan incidentaloma tiroideo en los pacientes que consumen infrecuentemente carnes rojas, sin embargo esta asociación no es estadísticamente significativa (p= 0,176).

En cuanto a la exposición a radiación, se encontró que el 36,8% (n=130) presentaron antecedente de exposición a la misma, de los cuales 5,9% desarrollaron incidentaloma tiroideo, por el otro lado los pacientes sin antecedentes de exposición a radiación los cuales representan el 63,2% (n=223), de ellos el 8,2% presentaron incidentaloma tiroideo, encontrándose mayor porcentaje de incidentaloma tiroideo en los pacientes que no presentaron ninguna exposición a radiación, sin encontrar significancia estadística en esta diferencia (p= 0,413).

En relación al uso de anticonceptivos orales, se encontró que del 53,3% (n=188) pacientes, el 8,2% (n=29) presentaron incidentaloma tiroideo, en comparación con el 32,9% (n=116) de pacientes que usan anticonceptivos orales, de los cuales 4,5% (n=16) presentaron incidentaloma tiroideo, observándose mayor porcentaje de nódulos tiroideos en las mujeres que no usan anticonceptivos orales, sin embargo, esta relación no es estadísticamente significativa (p= 0,891)

Dentro de los factores de riesgo estudiados tenemos los antecedentes familiares, los cuales se analizan a continuación: Los pacientes con antecedentes familiares de alteraciones funcionales de la tiroides (hipotiroidismo/hipertiroidismo) que representan el 25,5% (n=90), presentaron incidentaloma tiroideo en un 5,1% (n=18), en comparación con los pacientes que no presentaron ningún antecedente de alteración funcional de la tiroides, los cuales corresponden al 74,5% (n=263), de ellos el 9,1% (n=32) presentaron incidentaloma tiroideo, observándose mayor porcentaje de incidentalomas en los pacientes sin ningún antecedente familiar funcionar tiroideo, esta relación no es estadísticamente significativa (p= 0,066)

FIGURA 3: RELACIÓN ENTRE INCIDENTALOMAS TIROIDEOS Y ANTECEDENTES FAMILIARES DE ALTERACIONES FUNCIONALES DE LA TIROIDES

Ver: Anexos – Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad – ecografía de tiroides, al final del artículo

Fuente: Elaborada por los autores

Por último, en cuanto a los antecedentes familiares de cáncer tiroideo, de la totalidad de pacientes con antecedentes de cáncer tiroideo el 24,3% (n=17) tuvieron incidentaloma tiroideo, mientras que el 11,7% (n=33) de los pacientes sin antecedentes de cáncer tiroideo tuvieron incidentaloma, siendo esta relación estadísticamente significativa (p= 0,007)

FIGURA 4: RELACIÓN DE INCIDENTALOMAS TIROIDEOS Y ANTECEDENTES FAMILIARES DE CÁNCER TIROIDEO.

Ver: Anexos – Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad – ecografía de tiroides, al final del artículo

Fuente: Elaborado por los autores.

CORRELACIÓN DE LOS FACTORES DE RIESGO

Encontramos que los pacientes que tienen peso aumentado (índice de masa corporal (IMC) > 24,9Kg/m²) tienen más riesgo de presentar nódulo tiroideo que los pacientes con peso normal (IMC 17,9-24,9 Kg/m²) OR 3,42 (IC95% 1,85-6,33) p= <0,0001, al momento de segmentar la variable peso aumentado en sobrepeso y obesidad (IMC > 30Kg/m²), se encontró que el sobrepeso es un factor de riesgo independiente para presentar nódulo tiroideo OR 3,10 (IC 95% 1,56 – 6,12) p= 0,0007, por el otro lado la obesidad es también un factor de riesgo independiente para presentar nódulo tiroideo OR 4,28 (IC 95% 1,80-10,15).

Pudimos ver además que los pacientes con antecedentes familiares de cáncer tiroideo tienen más riesgo de desarrollar un nódulo tiroideo que los pacientes sin antecedentes familiares de cáncer de tiroides OR 2,42 (IC95% 1,26-4,68) p= 0,0067.

En cuanto al resto de factores de riesgo no observamos asociación estadísticamente significativa para desarrollar nódulo tiroideo.

Discusión

En el abordaje clínico de los incidentalomas tiroideos en pacientes jóvenes sanos es fundamental la investigación de diferentes factores de riesgo asociados a la formación de nódulos tiroideos. Si bien es cierto que el progreso de un nódulo tiroideo a cáncer de tiroides es de alrededor de 5% a 6% (Mahana, 2013), la detección oportuna de los incidentalomas tiroideos, siendo estos asintomáticos, nos permite su rápida estatificación a través del TIRADS y según este la actitud terapéutica correcta.

Nuestro estudio se enfocó en buscar la asociación de factores de riesgo en pacientes jóvenes sanos, con la aparición de incidentalomas tiroideos. Si bien el ultrasonido de tiroides como método de tamizaje no está indicado, en el estudio de (Russ et al., 2014) del Journal europeo de tiroides, se manifiesta que todo incidentaloma debe ser estratificado según el TIRADS.

La prevalencia de nódulos tiroideos en adultos es alta, en el estudio de (Mahana, 2013), reportan prevalencia de 26% hasta el 72%, sin embargo los incidentalomas dependen del método de pesquisa que se utilice, en el caso de la palpación la prevalencia es de 3% a 7% (Russ et al., 2014), porcentaje extremadamente bajo, y es debido a la palpación de nódulos de gran tamaño o superficiales, mientras que con el ultrasonido el porcentaje de hallazgos sube al 67%, método que se ha transformado en el de elección para su manejo.

En nuestro estudio en pacientes jóvenes utilizando ecografía tiroidea como método de hallazgo se encontró un porcentaje de incidentalomas del 14.2%, dato que concuerda con el estudio de (Russ et al., 2014) en donde encontraron una prevalencia de 10% al 30%; de los pacientes con incidentaloma tiroideo 24% cumplieron con criterios de PAAF, de este porcentaje 2 pacientes se negaron a la punción, de los incidentalomas se encontró según reporte BETHESDA que un 6% (n=3) citología positiva para cáncer papilar de tiroides, datos que concuerdan con el estudio (Russ et al., 2014) en donde se describe que la prevalencia de cáncer tiroideo en incidentalomas es de 5% al 13%, según la literatura el cáncer papilar de tiroides es el de estirpe celular más común en nuestro medio (Cueva Patricia, 2014), de estos nódulos malignos es importante recalcar que uno tuvo un tamaño de 9 x 8 x 8 mm, es decir menor a un centímetro, existen dos escuelas según el ATA los nódulos menores de 1 cm no son candidatos a PAAF y el manejo consiste en observación y seguimiento estrecho del mismo (cada 6 meses ecografía, más pruebas funcionales), y la asociación europea de tiroides conjuntamente con la asociación americana de imagenología, quienes prefieren estadificar al nódulo en base a la escala ecográfica TIRADS y la presencia de factores de riesgo, de tal manera que el tamaño per se no es un indicador absoluto para decidir si se realiza PAAF o no.

Todos los estudios sobre incidentalomas tiroideos (Haugen et al., 2016; Russ et al., 2014; Starker et al., 2016; Sungwalee et al., 2013) tienen como factor de riesgo al sexo femenino, en el artículo de (Jiang et al., 2016) las mujeres tuvieron una prevalencia mucho más alta de nódulos tiroideos que los hombres (52.5% vs 42.7%, p< 0.001), en nuestro estudio las mujeres representaron 83% mientras que los hombres el 17% de la población, de las cuales el 12.7% de mujeres y el 1.4% de hombres presentaron incidentaloma tiroideo, si bien la relación entre mujer y hombre se mantiene igual a la de los estudios, estadísticamente en nuestro estudio no fue significativa, debido a la desproporción entre sexos en la muestra e imposibilidad de seleccionar los participantes del estudio, puesto que se tomó la totalidad de pacientes que acudieron a realizarse la ecografía de tiroides, como parte de la campaña de detección oportuna de cáncer de tiroides, realizado por el centro de diagnóstico y tratamiento del cáncer “MEDIKAR”.

En cuanto al sobrepeso y a la obesidad tanto en los estudios de su relación con nódulos tiroideos y cáncer de tiroides (Jiang et al., 2016; Zhang et al., 2014), concluyen que son factores de riesgo independientes. En el presente estudio analizamos pacientes con peso normal (IMC hasta 24.99) y peso aumentado (índice de masa corporal (IMC) > 24.99), siendo el peso aumentado factor de riesgo asociado al desarrollo de nódulos tiroideos con OR 3.42 (1.85-6.33) P <0.0001, por otro dividimos según el IMC a los pacientes con sobrepeso (IMC >24.99 y <29.99) y obesidad (IMC > 30), en nuestro análisis estadístico estas variables fueron registradas aisladamente, obteniendo para obesidad un OR 4.28 (1.80-10.15) P<0.0004, mientras que para sobrepeso OR 3.10 (1.56-6.12) P<0.0007, valores que son estadísticamente significativos, siendo estos factores de riesgo establecidos para desarrollar nódulos tiroideos.

El antecedente familiar de cáncer de tiroides, según varios estudios (Jiang et al., 2016; Lei et al., 2015; Russ et al., 2014) constituye un factor de riesgo muy importante para nódulos tiroideos. Los pacientes en nuestro estudio que tuvieron antecedentes familiares de cáncer de tiroides tienen más riesgo de presentar incidentalomas tiroideos, con un OR 2.42 (1.26-4.68) P< 0.0067.

Otros factores de riesgo como el uso de anticonceptivos orales que en el estudio (Wu & Zhu, 2015), representa ser factor protector cuando existe un consumo de ACO por largo tiempo, en nuestro estudio las jóvenes que usan ACO representaron el 4.5% de los incidentalomas, mientras que las que no usan representan el 8.2%, mostrando así ninguna significancia estadística.

Por otro lado se encontró que los pacientes que no realizan ejercicio físico tuvieron más presencia de incidentaloma tiroideo (8.2%), mientras que los que realizan ejercicio físico el (5.9%) presentaron incidentalomas tiroideos, aunque la asociación estadística no fue significativa concuerda con el artículo de (Jiang et al., 2016) en cual se encontró una débil relación con esta variable, aunque concluye que los pacientes que realizan menos ejercicio físico presentan un aumento en la prevalencia de nódulos tiroideos.

El consumo de tabaco en el estudio de (Jiang et al., 2016) constituye un factor de riesgo fuerte con un OR 1,24 (1.046-1.483), debido principalmente al tiocinato, que actúa como inhibidor de la absorción de yodo, siendo el mayor mediador del efecto goitrogénico del humo de tabaco, en nuestro estudio no hubo relación con un OR 1.45 (0.75-2.85). Al igual que el tabaco existen alimentos que presentan el mismo efecto goitrogénico como los vegetales crucíferos tales como repollo, col, brócoli y yuca que al igual que en el estudio (Liu & Lin, 2014) en donde no existe una relación significativa con su consumo con OR 0.93 (0.66-1.29), en nuestro estudio tampoco existió significancia estadística.

Los pacientes que en el análisis consumieron infrecuentemente productos del mar representaron tener más riesgo de desarrollar nódulo tiroideo que los que si consumen frecuentemente, aunque no tuvo una relación estadísticamente significativa, en el estudio (Jiang et al., 2016) a pesar de que existió la diferencia de porcentajes tampoco fue estadísticamente significativa la variable.

En el estudio de (Trerotoli, Ciampolillo, Marinelli, Giorgino, & Serio, 2005) la radiación es factor de riesgo muy importante para la formación de nódulos tiroideos y su progresión a cáncer de tiroides, en nuestro estudio no encontramos que la radiación sea estadísticamente significativa para constituirle como un factor de riesgo, debido principalmente a que no existe un método de medición exacto pero en los pocos estudios elaborados se ha reportado una mínima relación.

Conclusiones

  • Se encontró un 14,2% de incidentalomas tiroideos en paciente sanos de 18 a 28 años de edad que se realizaron una ecografía de tiroides en el centro “MEDIKAR”, Ibarra-Ecuador.
  • Los pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad que presentaron peso aumentado y fueron clasificados según su IMC en sobrepeso y obesidad tienen mayor probabilidad de presentar incidentaloma tiroideo en relación a los no expuestos a estos factores de riesgo.
  • De los pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad que presentaron como factor de riesgo el tener antecedente de cáncer tiroideo en la familiar, tuvieron mayor probabilidad de presentar incidentaloma tiroideo en relación a los que no tuvieron este antecedente.
  • En nuestra población joven el sexo, consumo de tabaco, consumo de alcohol, dieta, radiación, ejercicio físico, uso de ACO, antecedentes de cáncer en la familia, antecedentes de alteraciones familiares funcionales de la tiroides, tuvieron la probabilidad de presentar incidentaloma tiroideo, que aquellos que no estuvieron expuestos a estos factores.
  • De los incidentalomas tiroideos encontrados con características de malignidad el 6% resulto ser cáncer tiroideo y el 100% de estos corresponden a cáncer papilar de tiroides en una población joven.

Anexos – Relación de los factores de riesgo en pacientes sanos entre los 18 a 28 años de edad – ecografía de tiroides.pdf

Bibliografía

  1. Aschebrook-Kilfoy, B., Ward, M. H., Della Valle, C. T., & Friesen, M. C. (2014). Occupation and thyroid cancer. Occup Environ Med, 71(5), 366–380. https://doi.org/10.1038/nature13314.A
  2. Ba uer, A. J. (2014). Thyroid nodules and Differentiated thyroid cancer. Endocrine Development, 26, 183–201. https://doi.org/10.1159/000363164
  3. Bauer, A. J., & Francis, G. L. (2016). Evaluation and management of thyroid nodules in children. Current Opinion in Pediatrics, 28(4), 536–544. https://doi.org/10.1097/MOP.000000000000 0364
  4. Bigot, M. A. S. (2008). DE NÓDULO TIROIDEO (Revisión Bibliográfica), (586), 371–375.
  5. Brunicardi, F. C. (2016). SCHWARTZ: Principios de cirugía 9 Edición. (F. C. Brunicardi, Ed.) (NOVENA EDI).
  6. Califano, I. (2009). Cáncer de tiroides avanzado. Revista Argentina de Endocrinologia Y Metabolismo, 46(SUPPL.), 38–40.
  7. Cash, S. W., Ma, H., Horn-Ross, P. L., Reynolds, P., Canchola, A. J., Sullivan-Halley, J., … Bernstein, L. (2013). Recreational physical activity and risk of papillary thyroid cancer among women in the California Teachers Study. Cancer Epidemiology, 37(1), 46–53. https://doi.org/10.1016/j.canep.2012.09. 003
  8. Choi, K. H., Ha, M., Lee, W. J., Hwang, S. S., Jeong, M., Jin, Y. W., … Kim, H. (2013). Cancer risk in diagnostic radiation workers in korea from 1996-2002. International Journal of Environmental Research and Public Health, 10(1), 314–327. https://doi.org/10.3390/ijerph10010314
  9. C hoi, W. J., & Kim, J. (2014). Dietary Factors and the Risk of Thyroid Cancer: A Review. Clinical Nutrition Research, 3(2), 75. https://doi.org/10.7762/cnr.2014.3.2.75
  10. Cueva Patricia, Y. J. (2014). Registro Nacional De Tumores / National Cancer Registry. (Y. J. Cueva Patricia, Ed.) (Edicion 15). Quito, Ecuador: Sociedad de lucha contra el cancer, SOLCA Quito.
  11. Frates, M. C., Benson, C. B., Charboneau, J. W., Cibas, E. S., Clark, O. H., Coleman, B. G., … Tessler, F. N. (2010). Management of Thyroid Nodules Detected at US: Society of Radiologists in Ultrasound Consensus Conference Statement. Radiology, 237(3), 794–800. https://doi.org/10.1148/radiol.237305022 0
  12. Galanti, M. R., Granath, F., Cnattingius, S., Ekbom-Schnell, A., & Ekbom, A. (2005). Cigarette smoking and the risk of goitre and thyroid nodules amongst parous women. Journal of Internal Medicine, 258(3), 257–264. https://doi.org/10.1111/j.1365-2796.2005 .01523.x
  13. Gardner, D. G. (2015). GREENSPAN: ENDOCRINOLOGIA BASICA Y CLINICA (NOVENA EDI). Mc Graw Hill.
  14. Han, J. M., Kim, T. Y., Jeon, M. J., Yim, J. H., Kim, W. G., Song, D. E., … Kim, W. B. (2013). Obesity is a risk factor for thyroid cancer in a large, ultrasonographically screened population. European Journal of Endocrinology. https://doi.org/10.1530/EJE-13-0065
  15. Haug en, B. R., Alexander, E. K., Bible, K. C., Doherty, G. M., Mandel, S. J., Nikiforov, Y. E., … Wartofsky, L. (2016). 2015 American Thyroid Association Management Guidelines for Adult Patients with Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer: The American Thyroid Association Guidelines Task Force on Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer. AMERICAN THYROID ASSOCIATION, 26(1), 1–133. https://doi.org/10.1089/thy.2015.0020
  16. Ho rvath, E. (2012). Clasificación TIRADS – una herramienta útil en la selección de nódulos tiroídeos que requieren punción diagnóstica. Contacto Científico, 29–38.
  17. Horvath, E., Majlis, S., Rossi, R., Franco, C., Niedmann, J. P., Castro, A., & Dominguez, M. (2009). An ultrasonogram reporting system for thyroid nodules stratifying cancer risk for clinical management. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, 94(5), 1748–1751. https://doi.org/10.1210/jc.2008-1724
  18. Hwa ng, S. H., Kim, E. K., Moon, H. J., Yoon, J. H., & Kwak, J. Y. (2016). Risk of thyroid cancer in euthyroid asymptomatic patients with thyroid nodules with an emphasis on family history of thyroid cancer. Korean Journal of Radiology, 17(2), 255–263. https://doi.org/10.3348/kjr.2016.17.2.25 5
  19. Imaizumi, M., Ohishi, W., Nakashima, E., Sera, N., Neriishi, K., Yamada, M., … Hida, A. (2014). Association of Radiation Dose With Prevalence of Thyroid Nodules Among Atomic Bomb Survivors Exposed in Childhood (2007-2011). JAMA Internal Medicine, 175(2), 228–36. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.20 14.6692
  20. Jiang, H., Tian, Y., Yan, W., Kong, Y., Wang, H., Wang, A., … Mu, Y. (2016). The Prevalence of Thyroid Nodules and an Analysis of Related Lifestyle Factors in Beijing Communities. International Journal of Environmental Research and Public Health, 13(4), 442. https://doi.org/10.3390/ijerph13040442
  21. K eraliya, A. R., Howard, S. A., Krajewski, K. M., Braschi-amirfarzan, M., Hornick, J. L., & Tirumani, S. H. (2015). Current Concepts in the Molecular Genetics and Management of Thyroid Cancer : An Update for, (3), 1478–1493. https://doi.org/10.1148/rg.2016150206
  22. Ki tahara, C. M., Mccullough, M. L., Franceschi, S., Rinaldi, S., Wolk, A., Neta, G., … González, B. De. (2015). Anthropometric factors and thyroid cancer risk by histological subtype : pooled analysis of 22 prospective studies Cari Meinhold Kitahara, PhD, MHS Division of Cancer Epidemiology and Genetics Financial disclosures : This work was supported in part by t. National Cancer Institute, 1–50. https://doi.org/10.1089\thy.2015.0319
  23. Kn ox, M. A. (2013). Thyroid nodules. American Family Physician, 88(3), 193–6. https://doi.org/10.1016/j.mcna.2012.02.0 02
  24. Knudsen, N., Bülow, I., Laurberg, P., Perrild, H., Ovesen, L., & Jørgensen, T. (2001). Alcohol consumption is associated with reduced prevalence of goitre and solitary thyroid nodules. Clinical Endocrinology, 55(1), 41–6. https://doi.org/10.1046/j.1365-2265.2001 .01325.x
  25. Kunz Martínez, W., Mizmar, A., Wille, G., Ahmad, R., ++ P. M., & Jordania, J. (2010). Manejo actualizado del nódulo tiroideo. Anales Medicos, Centro Medico ABC, 55, 195–206.
  26. Langman, S. (2015). Embriología médica con orientación clínica. In Intergovernmental Panel on Climate Change (Ed.), Climate Change 2013 – The Physical Science Basis (Vol. 1, pp. 1–30). Cambridge: Cambridge University Press. https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324 .004
  27. Lee, S.-M., & Kwak, K.-H. (2010). Risk factors and a predictive model for thyroid cancer in Korean women. Cancer Nursing, 33(4), 310–9. https://doi.org/10.1097/NCC.0b013e3181cd 2844
  28. Lei, S., Wang, D., Ge, J., Liu, H., Zhao, D., Li, G., & Ding, Z. (2015). Single-center study of familial papillary thyroid cancer in China: surgical considerations. World Journal of Surgical Oncology, 13(1), 1–7. https://doi.org/10.1186/s12957-015-0519- 4
  29. Leitzmann, M. F., Brenner, A., Moore, S. C., Koebnick, C., Hollenbeck, A., Schatzkin, A., & Ron, E. (2011). Prospective study of body mass index, physical activity, and thyroid cancer. International Journal of Cancer. Journal International Du Cancer, 126(12), 2947–2956. https://doi.org/10.1002/ijc.24913.Prospe ctive
  30. Leoncini, E., Ricciardi, W., Cadoni, G., Arzani, D., Petrelli, L., Paludetti, G., … Boccia, S. (2014). Characterization of thyroid nodules using the proposed thyroid imaging reporting and dta system (TI-RADS). Head and Neck, 36(10), 1391. https://doi.org/10.1002/HED
  31. Liu, Z.-T., & Lin, A.-H. (2014). Dietary Factors and Thyroid Cancer Risk: A Meta-Analysis of Observational Studies. Nutrition and Cancer, (October), 1–14. https://doi.org/10.1080/01635581.2014.95 1734
  32. M. Dvorkin. (2012). Bases fisiológicas de la práctica médica BEST AND TAYLOR (14 edición). Editorial Panamericana.
  33. Mahana, D. (2013). Incidentaloma tiroideo. Revista Argentina de Endocrinologia Y Metabolismo, 39(SUPPL.), 36–37.
  34. Mansilla, M. D. C., Legorburo, F. M., Legorburo, M. D. M., & Heras, G. (2014). Clasificación TIRADS ¿ Herramienta útil en el manejo de nódulos tiroideos? Sociedad Española de Radiologia Medica, 1–17. https://doi.org/10.1594/seram2014/s-0743
  35. Marcello, M. A., Sampaio, A. C., Geloneze, B., Vasques, A. C. J., Assumpção, L. V. M., & Ward, L. S. (2012). Obesity and excess protein and carbohydrate consumption are risk factors for thyroid cancer. Nutrition and Cancer, 64(8), 1190–5. https://doi.org/10.1080/01635581.2012.72 1154
  36. Mungu, L. (2015). Abordaje quirúrgico de nódulos tiroideos con lesión folicular de significado indeterminado, 83, 1–7.
  37. Roccatagliata, G., Elías, N., Morán, M., Peña, S., Curriá, M., & Iotti, A. (2016). Utilización del Sistema Bethesda para punciones tiroideas : Experiencia en el Hospital Británico, 2–6.
  38. Rosario, P. W., Penna, G. C., & Calsolari, M. R. (2014). Predictive factors of malignancy in thyroid nodules with repeatedly nondiagnostic cytology (bethesda category i): Value of ultrasonography. Hormone and Metabolic Research, 46(4), 294–298. https://doi.org/10.1055/s-0034-1367044
  39. R ossing, M. A., Remler, R., Voigt, L. F., Wicklund, K. G., & Daling, J. R. (2001). Recreational physical activity and risk of papillary thyroid cancer (United States). Cancer Causes Control, 12(10), 881–885.
  40. Russ, G., Leboulleux, S., Leenhardt, L., & Hegedüs, L. (2014). Thyroid incidentalomas: Epidemiology, risk stratification with ultrasound and workup. European Thyroid Journal, 3(3), 154–163. https://doi.org/10.1159/000365289
  41. Schmid , D., Behrens, G., Jochem, C., Keimling, M., & Leitzmann, M. (2013). Physical activity, diabetes, and risk of thyroid cancer: A systematic review and meta-analysis. European Journal of Epidemiology, 28(12), 945–958. https://doi.org/10.1007/s10654-013-9865- 0
  42. Sholl, L. M., Barletta, J. A., & Hornick, J. L. (2017). Radiation-associated neoplasia: clinical, pathological and genomic correlates. Histopathology, 70(1), 70–80. https://doi.org/10.1111/his.13069
  43. Sipos, J. A. (2009). Advances in Ultrasound for the Diagnosis and Management of Thyroid Cancer. Thyroid, 19(12), 1363–1372. https://doi.org/10.1089/thy.2009.1608
  44. St arker, L. F., Prieto, P. A., Liles, J. S., Tran Cao, H. S., Grubbs, E. G., Lee, J. E., … Graham, P. H. (2016). Endocrine incidentalomas. Current Problems in Surgery, 53(5), 219–246. https://doi.org/10.1067/j.cpsurg.2016.04 .001
  45. Sungwalee, W., Vatanasapt, P., Kamsa-Ard, S., Suwanrungruang, K., & Promthet, S. (2013). Reproductive risk factors for thyroid cancer: a prospective cohort study in Khon Kaen, Thailand. Asian Pacific Journal of Cancer Prevention : APJCP, 14(9), 5153–5. https://doi.org/10.7314/APJCP.2013.14.9. 5153
  46. Trerotoli, P., Ciampolillo, A., Marinelli, G., Giorgino, R., & Serio, G. (2005). Prevalence of thyroid nodules in an occupationally radiation exposed group: a cross sectional study in an area with mild iodine deficiency. BMC Public Health, 5, 73. https://doi.org/10.1186/1471-2458-5-73
  47. Wu, L., & Zhu, J. (2015). Linear reduction in thyroid cancer risk by oral contraceptive use: A dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. Human Reproduction, 30(9), 2234–2240. https://doi.org/10.1093/humrep/dev160
  48. Zhang, W., Bai, X., Ge, H., Cui, H., Wei, Z., & Han, G. (2014). Meta-analysis in the association between obesity and risk of thyroid cancer. International Journal of Clinical and Experimental Medicine, 7(12), 5268–5274.
Salir de la versión móvil