El órgano más grande del cuerpo humano, pero también uno de los más resistentes y al que más descuidamos. Por extraño que parezca, no hablamos de los intestinos ni nada por el estilo, hablamos de la piel. La encargada de cubrir todo nuestro cuerpo está siempre expuesta a agentes externos, y eso hace que, tarde o temprano, se manifiesten algunas anomalías derivadas del contacto con sustancias nocivas o que generen reacciones alérgicas. Episodios que, generalmente, derivan en lo que se conoce como eccemas de contacto.
Eccema de contacto: lo que debes saber
Antes de ahondar en ello, es importante subrayar que eccema de contacto y dermatitis por contacto son cosas distintas. Aunque suelen emplearse como sinónimos, esta última, la dermatitis puede ser irritativa, alérgica, fototóxica o fotoalérgica. Además, se puede manifestar con distintos patrones, como liquenoide o urticariforme. El eccema es mucho más limitado y único, aunque tenga similitudes con la dermatitis.
El eccema es un proceso que aparece en la piel, generalmente descamativo y con picores. En el caso del eccema de contacto, este se caracteriza sobre todo porque la descamación se manifiesta en forma de placas que aparecen en la superficie cutánea. Se identifica fácilmente ya que siempre, o casi siempre, viene acompañado de picores y sequedad en la piel de la zona cercana, máxime en la afectada.

¿Qué diagnóstico seguir?
El diagnóstico, al igual que el tratamiento, dependerá principalmente de la historia clínica de la persona afectada. Por lo general, el eccema de contacto puede ser irritativo, causado por el contacto de una sustancia tóxica para el paciente, o alérgico, generado por una reacción alérgica a sustancias que han estado en contacto con la piel. Debido a esto, por ejemplo, hay que realizar pruebas epicutáneas para determinar cuál ha sido el alérgeno causante de la reacción en el caso de un eccema alérgico de contacto.
El procedimiento depende, aunque generalmente se requiere un tratamiento con corticoesteroides, cremas hidratantes, antibióticos o incluso antihistamínicos. También suele ser aconsejable proteger las zonas afectadas para evitar el contacto y que se sigan acentuando estos daños y eliminar por completo el factor desencadenante para evitar que el episodio se repita.
Los eccemas de contacto pueden ser especialmente molestos por la sensación de picor que producen en el paciente y el estado en el que dejan la piel afectada. Por ello, es importante dar con el diagnóstico acertada a tiempo y tomar medidas que ayuden a reducir los efectos de esta patología. Si necesitas conocer más información acerca de este tipo de eccema te recomendamos acudir a portales como el blog Microbiota y Bienestar, se trata de un blog especializado y orientado a profesionales del sector sanitario en el que podrás encontrar más información acerca de sus síntomas, alergias de contacto cómo son y cuales existen o tratamientos recomendados.
Todos los consejos y cuidados para salud y bienestar que puedas encontrar en él están escritos por expertos en salud, lo que le da notoriedad y lo convierte en una fuente fiable.