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Incluido en la revista Ocronos. Vol. IV. Nº 1– Enero 2021. Pág. Inicial: Vol. IV; nº1:43
Autor principal (primer firmante): Paula Porrón Aristu
Fecha recepción: 20 de octubre, 2020
Fecha aceptación: 10 de enero, 2021
Ref.: Ocronos. 2021;4(1):43
Autoras: Porrón Aristu P, Muñoz Jiménez N, Irisarri Mayor A. Soto Lorenzo T. Diplomadas Universitarias de Enfermería. Complejo Hospitalario de Navarra.
Resumen
La enfermedad vascular es una verdadera epidemia. Es la primera causa de muerte en los países desarrollados, responsable de más de una cuarta parte de las muertes documentadas a nivel mundial y la primera causa de discapacidad grave en el adulto.
Es muy importante la formación de la población general para aumentar su conocimiento sobre los factores de riesgo, facilitar la identificación de los signos y síntomas de alarma y fomentar entre los pacientes el concepto del ictus como urgencia neurológica.
El Código Ictus permite un rápido proceso de identificación, notificación y traslado de los pacientes a los servicios de urgencia hospitalarios para poder así beneficiarse de una terapia de reperfusión (fibrinolisis intravenosa o endovascular), de otras terapias médicas o quirúrgicas específicas y de los cuidados especiales de una Unidad de Ictus (UI). Facilita la coordinación entre los profesionales implicados para lograr la máxima calidad, eficiencia, rapidez y seguridad en el tratamiento de los pacientes con ictus.
Palabras clave: Ictus, tiempo, eficacia, fibrinólisis.
Introducción
El ictus, es una lesión brusca debida a la alteración de la circulación cerebral. Se puede dividir en dos grandes grupos según su mecanismo de producción: La isquemia cerebral y la hemorragia intracraneal. (Figura 1).
Los ictus isquémicos representan entre el 80 y el 85% de todos los ictus, mientras que el 15-20% restante obedecen a una hemorragia. A su vez, dentro de la isquemia cerebral se puede distinguir entre la isquemia cerebral focal, que afecta a una sola zona del encéfalo, y la isquemia cerebral global, que afecta al encéfalo de forma difusa. Por otra parte, dentro de los ictus hemorrágicos se diferencian los hematomas cerebrales de la hemorragia subaracnoidea (6), (Figura 2, 3).
El ictus, es la primera causa de muerte en los países desarrollados, responsable de más de una cuarta parte de las muertes documentadas a nivel mundial y la primera causa de discapacidad grave en el adulto (1). En España es la primera causa médica de discapacidad y la segunda de demencia (2), además de representar un importante coste personal, familiar y social (3).
Esta morbimortalidad ha propiciado la puesta en marcha de planes integrales de actuación, como por ejemplo, el CÓDIGO ICTUS (CI). (2).
Exposición del tema analizado
Se denomina Código Ictus (CI), al procedimiento de actuación basado en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un Ictus, con la consiguiente priorización de cuidados y traslado inmediato a un hospital con Unidad de Ictus (UI), de aquéllos pacientes candidatos a beneficiarse de una terapia de reperfusión (fibrinolisis intravenosa o endovascular), de otras terapias médicas o quirúrgicas específicas y de los cuidados especiales de una (UI).
La efectividad de los tratamientos neurológicos específicos está condicionada por su estrecho margen de riesgo/beneficio, (<4,5 horas en fibrinolisis intravenosa y < 6 horas en tratamiento endovascular) lo que obliga a reorganizar los recursos y circuitos asistenciales para acortar el tiempo que transcurre desde que el paciente sufre un ictus, hasta que recibe asistencia médica (2).
Una manera sencilla de identificar un posible Ictus y por consiguiente un Código Ictus es por la Escala internacional de CINCINNATI: (Figura 4)
- Movimientos faciales: NUEVA asimetría en mueca facial (sonreír, enseñar los dientes)
- Movimiento de brazos: Mantener brazos en alto, 90º si sentado, 45º si tumbado, durante al menos 10 segundos. Qué lado claudica o cae.
- Lenguaje: Asegurarse que la alteración es NUEVA Dificultad en la articulación “borracho”. Dificultad en la nominación de objetos cercanos (que vea o toque).Dificultad en la comprensión (órdenes sencillas)
Tipos de Código Ictus
Se pueden clasificar dos tipos de Código Ictus:
Código extrahospitalario
Hace referencia a la actuación coordinada de los servicios de urgencias extrahospitalarios con los centros hospitalarios que atenderán al paciente. Protocolos consensuados, reconocimiento de la urgencia y organización del transporte a centros capacitados (dotados con neurólogo de guardia, UI y posibilidad de aplicar tratamientos específicos como la trombólisis o rescate endovascular) con preaviso a los mismos.
Código intrahospitalario
Pone en funcionamiento un equipo de facultativos específico y supone la puesta en marcha de actuaciones y procedimientos pre-fijados en el Hospital (4).
Objetivos del Código Ictus (2)
Principales objetivos
- Desobstruir el vaso afectado para restablecer el flujo sanguíneo.
- Rescatar el mayor área de penumbra.
- Disminuir las secuelas.
Objetivos secundarios
- Incrementa el número de pacientes que puedan acceder a los cuidados en una Unidad de Ictus (UI).
- Incrementa el número de pacientes con infarto cerebral que puedan beneficiarse del tratamiento trombolítico intravenoso o tratamiento endovascular.
- Sensibilizar a la población general para aumentar el conocimiento sobre el ictus y la detección precoz del mismo.
- Fomentar actividades formativas para la difusión y conocimiento sobre el ictus entre los profesionales para una atención en mejora continua.
- Facilitar la coordinación entre los profesionales implicados para lograr la máxima calidad, eficiencia, rapidez y seguridad en el tratamiento de los pacientes con ictus .
Objetivos a conseguir por tiempo
Inicio-Puerta: Tiempo (en minutos) desde el inicio de los primeros síntomas hasta el momento de llegada al hospital. Menos de 3-4,5 horas.
Puerta-Aguja: Tiempo (en minutos) para iniciar trombolisis intravenosa desde la llegada del paciente al hospital. Menos de 30 minutos.
Inicio-Aguja: Tiempo (en minutos) para iniciar trombolisis intravenosa desde que se produce el inicio de los primeros síntomas. Menos de 154 minutos.
Puerta-TAC: Tiempo (en minutos) para realizar la primera valoración de diagnóstico por imagen desde la hora de llegada al hospital del paciente. Menos de 20 minutos.
El proceso asistencial al ictus ha experimentado una mejoría drástica tras la implantación de las Unidades de Ictus (UI). Las UI se organizan como una unidad de cuidados intermedios durante la fase aguda y representan una intervención coste-efectiva al disminuir la mortalidad, las secuelas neurológicas y la necesidad de institucionalización (3). Deben aplicarse cuidados generales para mantener la homeostasis (tratar la tensión arterial sistólica > 185 mmHg o diastólica > 105 mmHg, evitar hiperglucemia > 155 mg/dl y controlar la temperatura, tratando con antitérmicos cifras > 37,5 °C), y prevenir y tratar las complicaciones (4).
Este efecto beneficioso de las Unidades de Ictus (UI) es independiente de la edad, sexo, subtipo etiológico y la gravedad del ictus. La trombolisis intravenosa es la segunda medida terapéutica que es capaz de mejorar el pronóstico funcional del paciente, aunque requiere de neurólogos entrenados en la asistencia a pacientes con ictus en fase aguda, para garantizar su uso seguro y la indicación adecuada. En pacientes que no se han beneficiado de la trombolisis intravenosa o en aquellos en los que está contraindicada, se puede recurrir a las técnicas endovasculares (intervencionismo neurovascular) mediante la trombolisis intraarterial o mediante trombectomía mecánica: (3).
Criterios de inclusión y exclusión. (Figura 5)
Los estudios de «neuroimagen avanzada» mediante la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) permiten valorar el tejido cerebral en riesgo, lo que es útil en la toma de decisiones para el tratamiento trombolítico en supuestos como el ictus del despertar o para ampliar la ventana terapéutica. La telemedicina es un recurso que permite valorar a distancia a los pacientes y así favorecer el acceso al tratamiento trombolítico en aquellos pacientes en que lo tienen limitado por razones geográficas.
De esta manera se puede valorar tanto el examen clínico del paciente como los estudios radiológicos realizados in situ. Finalmente, otra intervención que ha demostrado beneficio en la asistencia al ictus es el empleo de la craniectomía descompresiva en el tratamiento del infarto maligno de la cerebral media, entidad en la que se ha conseguido reducir la alta mortalidad y la discapacidad asociadas (3).
Conclusiones de los principales elementos de la exposición
La activación del Código Ictus ha demostrado reducir los tiempos de latencia tanto pre- como intrahospitalarios, permitiendo así el tratamiento de reperfusión con (fibrinolisis, rt-PA o endovascular) a un mayor porcentaje de pacientes de forma más precoz, apreciándose una reducción progresiva de los ingresos hospitalarios, de la estancia hospitalaria, de la mortalidad y de la necesidad de institucionalización (5).
Reconocimiento precoz de un posible ictus: mediante formación específica del personal sanitario y de la población favorece el reconocimiento precoz y la consiguiente puesta En marcha del CÓDIGO ICTUS (CI).
Metodología
Se ha realizado una búsqueda de literatura científica para identificar todos los estudios relevantes descritos en inglés o español sin aplicar restricciones por fecha. Se ha realizado la búsqueda en las siguientes bases de datos: PubMed (MEDLINE), CINAHL (Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature), Cochrane Library (CENTRAL, Cochrane Central Register of Controlled Trials)
Anexos – Código Ictus, patología urgente y tiempo dependiente
Bibliografía
- Gállego J., Herrera M., Jericó I., Muñoz R., Aymerich N., Martínez-Vila E.. El ictus en el siglo XXI: Tratamiento de urgencia. Anales Sis San Navarra [Internet]. 2008 [citado 2019 Mayo 15] ; 31( Suppl 1 ): 15-29. Disponible en: http://scielo.isciii.es/ scielo.php?script=sci_ arttext&pid=S1137-6627200800 0200003 &lng=es.
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