Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. III. Nº 7– Noviembre 2020. Pág. Inicial: Vol. III;nº7:49
Autor principal (primer firmante): Cleofé Garvi Tortajada
Fecha recepción: 15 de noviembre, 2020
Fecha aceptación: 20 de noviembre, 2020
Ref.: Ocronos. 2020;3(7):49
Autora: Cleofé Garvi Tortajada
Odontóloga
Introducción
Los nevus o nevos (del latín naevus, que significa lunar) son agrupaciones de células nevosas, muy similares a los melanocitos (por lo que son lesiones generalmente pigmentadas) con excepción de perder las prolongaciones dendríticas y de la tendencia a agruparse en nidos o tecas. Su origen no es muy bien conocido, pero se sospecha que derivan de células pigmentadas que migran desde la cresta neural a los epitelios y la dermis (submucosa) o que se desarrollan a partir de melanocitos alterados. La mayoría se presentan en la piel, sin embargo en ocasiones aparecen en la mucosa oral (nevus intraorales)
Se consideran una tumoración benigna asintomática pudiéndose dar el caso que su hallazgo sea de manera casual en una revisión rutinaria.
Los nevus intraorales son relativamente raros, apareciendo en aproximadamente un 0,1% de la población general. Son más frecuentes en mujeres que en hombres en una proporción 2 a 1. Se pueden ver a cualquier edad, pero tienen mayor incidencia entre la 3ª y 4ª década de vida.
Pueden ser adquiridos o congénitos, aunque se cree que la mayoría de ellos son adquiridos.
Suelen aparecer como lesiones de pequeño tamaño, con un tamaño promedio de entre 1 y 6 milímetros. Entre el 85% al 98% son lesiones pigmentadas, con una tonalidad que varía de marrón a negro o de azul a grisácea.
Clínicamente se presentan como lesiones solitarias, y excepcionalmente múltiples, bien circunscritas. Generalmente son pápulas ligeramente elevadas y a veces pólipos sésiles o pedunculados. En una cuarta parte de los casos se presentan como máculas planas. Los nevus no pigmentados suelen presentarse con una morfología elevada.
Las localizaciones más frecuentes son: en el paladar duro (40%), en la mucosa yugal (20%) y la zona retromolar (10%). Otras localizaciones serían la encía y los labios. En la lengua y el suelo de la boca es infrecuente su aparición.
Palabras clave: Nevus intraorales; pigmentaciones orales.
Objetivos
Conocer los tipos de nevus intraorales existentes más comunes, y conocer la manera de actuar ante la presencia de algunos de ellos.
Discusión / Resultados
Microscópicamente, se reconocen varios subtipos de nevus. Esta clasificación depende de la localización.
Nevus intramucoso
Es el nevus más frecuente. Corresponde al 55% – 63% de los nevus intraorales. Es de lento crecimiento, y aparece a cualquier edad. Clínicamente se observa una mácula marrón o pápula cupuliforme. Las células névicas proliferan en la lámina propia.
Nevus juncionales o de la unión
Las células névicas se sitúan en la región basal del epitelio, sobre todo en los extremos de las crestas epiteliales. Corresponden al 2% de los nevus intraorales.
Nevus compuesto
Combina características del nevus juncional y del intramucoso. Histológicamente se observan células névicas en la capa basal y la lámina propia. Un 5%-9% de los nevus intraorales corresponden a este tipo de nevus.
Nevus azul
Está constituido por células fusiformes en la profundidad del tejido conectivo. Clínicamente se representa como una mácula, pápula cupuliforme o nódulo de borde regular, recubierto por mucosa normal azul oscuro. Suele presentarse en el paladar duro. Existen dos subtipos histológicos diferentes: nevus azul común y nevus azul epiteloide.
Aparece entre la 3ª y 5ª década de vida, y corresponden al 19%- 32% de los nevus intraorales.
Nevus combinado
Presenta características histológicas de los nevus intramucosos y de los azules. Son los nevus menos frecuentes. Es muy raro su presencia en la mucosa oral.
Ante la presencia de una pigmentación en la cavidad oral, debemos realizar un diagnóstico diferencial con tatuajes por amalgama, máculas melanóticas, lesiones pigmentadas de origen hematógeno, melanosis del fumador, pigmentación inducida por medicamentos (ketoconazol, clorpromazina, anticonceptivos orales, entre otros) y melanoma.
El potencial de malignización de los nevus orales es desconocido. Pero sí se sabe que es escaso. Aun así, debemos estar alerta ante la presencia de una pigmentación, sobre todo en el paladar, que es la localización más frecuente de aparición del melanoma. Toda lesión pigmentada solitaria en la mucosa oral, especialmente en el paladar duro, debería ser extirpada y remitida para un examen histopatológico, ya que clínicamente no es posible diferenciarlos de un melanoma.
Conclusión
Es recomendable la excisión y estudio histológico de todas las lesiones pigmentadas en la que sospechemos el diagnóstico de un nevus, ya que aunque gran parte sea de naturaleza benigna, podríamos evitar aquellas que presentan potencial maligno.
Bibliografía
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