Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 9–Septiembre 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº9: 91
Autor principal (primer firmante): Alba Lucía Noguera López
Fecha recepción: 8 de agosto, 2023
Fecha aceptación: 5 de septiembre, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(9) 91
Autores:
- Alba Lucía Noguera López. Diplomada en Enfermería.
- Elena Marco Santos. Graduada en Enfermería.
- Jorge Carbó Cortés. Graduado en Enfermería.
- Lucía Bolea Murillo. Diplomada en Enfermería.
- María José Letón Lavilla. Diplomada en Enfermería.
- María Orruño Paesa. Graduada en Enfermería.
Resumen
La mastitis puede ser una experiencia dolorosa y frustrante que puede afectar profundamente a las mujeres.
Es importante que las madres sepan cómo reconocer los signos tempranos de mastitis, estancamiento de la leche y conductos bloqueados y que haya profesionales de la salud quienes comprendan la condición y puedan brindar la ayuda adecuada con información clara y coherente, así como apoyo emocional.
Palabras clave: mastitis; mama; absceso
Introducción
La mastitis puerperal o de la lactancia es la inflamación de uno o más lóbulos de la glándula mamaria, que puede o no ir acompañada de una infección.
Esta condición se observa con mayor frecuencia durante el puerperio, que es el período que sigue inmediatamente al parto y generalmente dura de seis a ocho semanas o 40 días. Durante este tiempo, el cuerpo materno (hormonas y sistema reproductivo) regresa a sus condiciones pregestacionales.
La mastitis puede ser una experiencia dolorosa y frustrante que puede afectar profundamente a las mujeres.
Es crucial contar con un sólido apoyo emocional durante este tiempo. La persistencia del dolor puede aumentar aún más la frustración, y la confusión causada por consejos contradictorios puede llevar a la mujer a considerar dejar de amamantar.
Es importante que las madres sepan cómo reconocer los signos tempranos de mastitis, estancamiento de la leche y conductos bloqueados y que haya profesionales de la salud quienes comprendan la condición y puedan brindar la ayuda adecuada con información clara y coherente, así como apoyo emocional.
Objetivo
Este artículo tiene como objetivo describir las características principales de la mastitis puerperal incluyendo su clínica, síntomas, clasificación y tratamiento.
Se proporcionará información detallada sobre esta condición para comprender mejor sus síntomas, identificarla de manera precisa y brindar las opciones de tratamiento adecuadas.
Método
En la elaboración de este artículo, se llevó a cabo una exhaustiva revisión bibliográfica que incluyó la consulta de varios estudios, artículos científicos, protocolos y guías de actuación relevantes en el campo de la mastitis puerperal.
Además, se recurrió a bases de datos como Scielo, PubMed y Google Académico.
Resultados
Clínica
Existen diversos factores asociados con la estasis láctea durante la lactancia. Estos factores incluyen:
- Heridas en el pezón, especialmente si están colonizadas por Staphylococcus aureus.
- Patrón de alimentación infrecuente del bebé.
- Apego materno deficiente durante la lactancia.
- Técnica de succión inadecuada del bebé.
- Anormalidades en la cavidad oral del bebé, como frenillo corto, paladar hendido o labio leporino.
- Hiperproducción de leche materna.
- Bloqueo en los conductos de leche o en los poros del pezón.
- Experiencia previa de mastitis.
- Edad siendo más común entre los 21 y 35 años.
Síntomas
Los síntomas de la mastitis incluyen dolor en la mama y signos de inflamación como calor, enrojecimiento y eritema.
Además, pueden presentarse síntomas sistémicos que incluyen fiebre, sensación de debilidad, dolores en las articulaciones, escalofríos y náuseas similares a los síntomas gripales.
Para realizar el diagnóstico clínico de mastitis, se sugiere la presencia de al menos dos síntomas en la mama (dolor, enrojecimiento o bulto) y al menos un síntoma general, como fiebre o síntomas gripales. Estas características tienen una buena precisión diagnóstica.
Durante una infección aguda, es posible que se experimente una disminución en el volumen de leche producida.
Sin embargo, esto puede mejorar gradualmente una vez que la infección se resuelva.
Aunque algunas mujeres pueden experimentar una disminución continua en la producción de leche o incluso el cese prematuro de la lactancia.
Clasificación
- Mastitis aguda: La estasis láctea generalmente se produce debido a una técnica de amamantamiento deficiente, falta de experiencia y dificultad en el drenaje adecuado de la glándula mamaria. Esto puede resultar en la acumulación de leche estancada y posterior sobreinfección bacteriana.
Ocurre principalmente durante las primeras 12 semanas después del parto, especialmente entre la segunda y tercera semana. Con frecuencia, se pueden observar ganglios linfáticos inflamados en la axila del lado afectado por la mastitis.
Puede ser de etiología no infecciosa la cual la acumulación de leche puede desencadenar una respuesta inflamatoria debido al aumento de la presión resultante o infecciosa que es el resultado de la estasis de una mastitis no infecciosa que crea condiciones favorables para el crecimiento bacteriano.
En otras palabras, cuando la leche se acumula y no se drena correctamente, se crea un ambiente propicio para que las bacterias proliferen y causen una infección en la glándula mamaria. El Staphylococcus aureus es responsable de la mayoría de las mastitis lactacionales.
El Staphylococcus epidermidis es causante, principalmente, de las mastitis subagudas y subclínicas. Los Streptocococcus S. agalactie, S. viridans, S. mitis, S. salivarius y S. pneumoniae son el segundo grupo bacteriano responsable de infección.
- Mastitis subaguda: La estasis láctea se caracteriza por una sensación de disminución en la producción de leche y se asocia con tomas prolongadas y escasa ganancia de peso del bebé.
A diferencia de la mastitis aguda, esta forma no presenta toxinas, por lo que no se presentan síntomas sistémicos ni enrojecimiento pronunciado, y los síntomas locales tienden a ser más leves. Los síntomas característicos incluyen un dolor punzante en la mama, calambres y sensación de ardor. - Mastitis crónica: La mastitis crónica suele ser el resultado de una mastitis aguda que no fue tratada adecuadamente. Al igual que la mastitis aguda, la mastitis crónica puede tener causas tanto infecciosas como no infecciosas.
En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia para descartar un origen neoplásico. En caso de que la causa sea una infección, se debe administrar un tratamiento antibiótico basado en los resultados del cultivo durante al menos dos semanas.
Si hay recurrencia debido a agentes multirresistentes, se puede considerar el ingreso hospitalario para recibir tratamiento intravenoso.
Tratamiento
Los principales objetivos son mejorar la extracción de la leche de la mama y eliminar el microorganismo responsable, continuar con la lactancia materna, especialmente desde el seno afectado, para asegurar un buen drenaje.
Si el dolor causado por las fisuras del pezón dificulta esto, se puede amamantar desde el seno opuesto y realizar extracción manual y vaciado del seno afectado.
Si los síntomas persisten después de 12 a 24 horas de un enfoque conservador y se presentan síntomas como fiebre, síntomas sistémicos o la formación de un absceso, será necesario el uso de antibióticos como parte del tratamiento dirigidos a los microorganismos encontrados más comúnmente:
Staphylococcus y Streptococcus. En situaciones más graves, cuando la infección presenta complicaciones, puede ser necesario hospitalizar a la paciente y administrar tratamiento antibiótico a través de una vía intravenosa.
Los antiinflamatorios no esteroideos pueden resultar útiles en este caso, ya que el dolor puede tener un impacto negativo la lactancia.
Unas de las complicaciones de la mastitis es el absceso mamario. Los abscesos mamarios generalmente requieren drenaje quirúrgico para su tratamiento extrayendo el contenido purulento por aspiración por aguja o drenaje.
Pequeños abscesos pueden ser drenados mediante una punción, pero a menudo esta técnica no es suficiente. Después de algunos días, la pared fibrosa del absceso puede impedir que se colapse por sí solo.
En la mayoría de los casos, se requiere cirugía para vaciar el pus, limpiar la cavidad y colocar un drenaje blando de tipo penaros
La incisión adecuada es aquella que permite un amplio vaciamiento del absceso, limpieza de la cavidad e inserción de drenajes realizando una eliminación del tejido mamario afectado y lavado de la cavidad con solución salina.
Se realizarán curas hasta que cese la superación y la cavidad y la herida cierren, además de administrar antibióticos como complemento para combatir la infección.
Si no hay presencia de secreción purulenta en el pezón, es posible amamantar en el seno afectado durante la lactancia materna.
Conclusiones
La mastitis es una enfermedad caracterizada por la inflamación de la mama, que ocurre con mayor frecuencia en mujeres durante la etapa de amamantamiento, especialmente en la segunda y tercera semana después del parto.
Por lo general, los síntomas se limitan al área afectada y pueden incluir enrojecimiento, calor y dolor. El conocimiento de la mastitis orienta facilita hacer un diagnóstico rápido y certero y con ello establecer un tratamiento oportuno para evitar complicaciones.
Es fundamental destacar que, ante la presencia de mastitis, nunca se debe interrumpir la lactancia materna en ninguno de los senos, ya que la extracción regular de leche ayuda a prevenir la acumulación de esta en los conductos lactíferos.
La lactancia continua y la extracción de leche son importantes para aliviar la congestión y promover una recuperación más rápida de la mastitis.
Además, si una mujer detiene la lactancia antes de sentirse emocionalmente preparada, puede experimentar una alteración emocional significativa.
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