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Autora: Ana Elvira González Díaz
Introducción
La asertividad es una habilidad social de gran ayuda en nuestra vida personal y laboral, que nos permite comunicarnos de forma clara y directa, respetando los derechos de nuestro interlocutor. Esta característica es aún más importante cuando hablamos de la relación con el paciente, debiendo aplicarla desde su primer contacto con el ámbito sanitario, que en muchas ocasiones se establece a través del personal administrativo.
Además, nuestro lenguaje corporal durante la interacción personal aporta tanta o más información que las palabras que decimos, repercutiendo en todo acto de comunicación, incluidos los que se producen en el entorno laboral, donde es tan importante que la comunicación con el paciente se produzca de manera satisfactoria.
Por todo esto, es importante comunicarnos de una manera asertiva en nuestro trato con pacientes, familiares y compañeros, cuidando tanto la parte verbal como no verbal de la comunicación.
Elementos de la comunicación no verbal
Aproximadamente un 65% de la información se transmite a través de la comunicación no verbal, lo que pone de manifiesto su importancia. Aunque la comunicación no verbal se produce de una manera más inconsciente que la verbal y depende en mayor medida de la interpretación del receptor, la identificación de los distintos elementos que la componen nos permitirá cierto control en nuestras interacciones sociales.
- Expresiones faciales: son el primer punto de atención durante la interacción cara a cara, indican sin palabras el estado de ánimo del interlocutor.
- Gestos: refuerzan el mensaje y le aportan credibilidad, su significado tiene un elevado componente cultural.
- Postura corporal: una postura erguida y abierta expresa interés, transmitiendo confianza y seguridad.
- Apariencia personal: uno de los componentes más influyentes, aporta información sobre la edad, sexo, cultura, condición socioeconómica, etc.
- Háptica: contacto físico que se establece entre los interlocutores, marca el grado de intimidad y compromiso.
- Proxémica: distancia entre los individuos, nos muestra cercanos o distantes, no debe llegar a crear incomodidad.
- Paralenguaje: relacionado con la voz. La entonación, los silencios y la fluidez verbal enfatizan y clarifican el mensaje.
- Contacto visual: demuestra seguridad en el mensaje que se transmite.
Comunicación asertiva
El establecimiento de una comunicación asertiva se caracteriza, a grandes rasgos, por una serie de pautas que se relacionan a continuación:
- Mirar al nuestro interlocutor, mostrando interés y manteniendo una postura corporal abierta, lo que aumenta la confianza.
- Controlar nuestros gestos, reforzando el mensaje a transmitir.
- Modular la voz, cuidando la entonación, expresándonos de forma convincente y tranquila.
- Conocer bien la información que estamos dando y expresarla con fluidez, transmitiendo un mensaje claro y sincero.
- Equilibrar el tiempo que escuchamos y el que somos escuchados, para mejorar el impacto del mensaje.
- Analizar posteriormente nuestras intervenciones para mejorar su calidad en el futuro.
Estas técnicas de comunicación se pueden practicar y entrenar para mejorar nuestras relaciones interpersonales y asegurar la eficacia del mensaje que queremos transmitir.
Conclusiones
La asertividad es una habilidad valiosa para cualquier trabajador, y fundamental en el ámbito sanitario, dada la delicadeza de la relación que se establece entre el personal y los usuarios, que confiere una mayor importancia, si cabe, a la efectividad en la transmisión.
El componente no verbal de la comunicación es tan importante como el verbal, aportando gran parte del significado a la información que se quiere trasladar, por lo que se hace necesario controlarlo para garantizar que el receptor/paciente entienda exactamente lo que queremos decir.
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