Autores: María Antonia López Bas, Daniel Ardura Calvo, Rosario Calvo García, Jamilhé Naomi Prats Díaz
INTRODUCCIÓN
Una osteoplastia es una técnica habitual utilizada en cirugía reparadora. Se realiza sobre un hueso con la intención de remodelarlo, siendo necesario utilizar fragmentos de otro para poder llevarla a cabo. Es una técnica aplicable en patologías como mucoceles, sinusitis crónica, tumores óseos o lesiones por metástasis óseas, entre otras.
Bajo anestesia general, se accede al frontal mediante una incisión generalmente realizada en las cejas y el puente nasal respetando en lo posible las líneas naturales con el fin de preservar la estética. . Se procede a la apertura del seno frontal, y se trata la enfermedad. Este procedimiento puede complementarse con una endoscopia que permite realizar la intervención de forma completa y facilitar el drenado de las secreciones nasales. A veces, se debe clausurar el seno frontal introduciendo grasa que se obtiene del lado izquierdo del abdomen.
Según lo dicho, cuando recibamos al paciente, nos encontraremos con una herida abdominal y, en la mayoría de las ocasiones, un drenaje. En la herida frontal tendrá un vendaje compresivo. El paciente requerirá curas diarias y el alta irá en función del momento en que se retire el drenaje.
PLANIFICACIÓN ENFERMERA. FASE PREQUIRÚRGICA.
La actuación enfermera comienza ya en la consulta externa, cuando las circunstancias y el entorno son todavía favorables para una mejor percepción de las indicaciones posteriores. Se trata de un primer contacto del paciente con el personal sanitario, que aprovecharemos para crear una relación enfermera/o – paciente basada en la empatía y en la visión de la figura enfermera como el elemento principal encargado de la protección y el cuidado del paciente durante todo el proceso de enfermedad.
La actuación de Enfermería en el hospital comienza ya en el momento del ingreso con la recepción del paciente en la unidad. Este momento, que a ser posible será el mismo día de la intervención, lleva consigo una carga emocional importante. El entorno se convierte en hostil por el desconocimiento del medio y su encuadre dentro del contexto de asociación a la enfermedad y a la dependencia. Por todo ello, actuaremos siempre con actitud expectante para percibir todo aquello que nos indique preocupación o malestar por parte del paciente, y así incluir modificaciones en nuestro plan de actuación.
Procederemos, en regla general, a las siguientes actuaciones:
- Se recibe al paciente en la unidad de hospitalización. Recordemos siempre que saludar y presentarnos es el primer paso, por supuesto imprescindible, para situarnos ante el paciente como la persona de referencia que le acoge en su entorno y servirá de guía desde ese momento. Se comprueba que los datos corresponden fehacientemente con el paciente citado para ser intervenido. Tras acompañarle a su habitación, se le facilita información sobre el funcionamiento de la unidad, horarios de visitas, información facultativa a familiares, etc. Recordemos que la situación de estrés a la que está sometido necesitará que esta información sea la precisa para el momento quirúrgico y que, además, figure por escrito, para que el paciente pueda acceder a ella en el momento preciso y con la calma que requiera.
- Por regla general, contaremos con programas informáticos que nos ayuden a cumplimentar los ítems necesarios para la comprobación quirúrgica. Pero recordemos que es importante dar confianza y seguridad al paciente, por lo que a veces seguiremos una guía mental del cuestionario a cubrir y que procederemos a completar posteriormente sin el paciente presente, para eliminar la barrera ambiental que puede crearse cuando nos refugiamos tras un ordenador.
- Por otra parte, daremos explicación razonada de las indicaciones dadas en cada momento. Recordemos que la seguridad empieza por el conocimiento pleno. La información se realizará siempre en términos comprensibles para el paciente y sus familiares, verificando en cada momento que la información ha sido captada y comprendida de forma correcta.
- Se utilizará un sistema de identificación inequívoca del paciente que no permita ningún tipo de error en los procesos de comprobación quirúrgica intraoperatoria. Pongamos, por ejemplo, doble pulsera identificativa situada en miembros distintos. El método de identificación será, en todo caso, el exigido por el centro sanitario
- Se verifica que el paciente ha realizado un aseo adecuado a la intervención que se va a realizar y que no ha ingerido alimento ni líquido de ningún tipo desde, al menos, ocho horas antes.
- Se hace una toma de constantes y somatometría que se registrarán según esté establecido en el servicio correspondiente.
- Se cumplimenta un formulario de preintervención donde se confirma el ayuno, el aseo, la retirada de objetos metálicos, prótesis, la administración o no de premedicación, la administración o no de medicación habitual, etc. En este momento comprobaremos que la información obtenida a través de la observación y la entrevista es la requerida para cumplimentar todos los datos del formulario.
- Se establecen los planes de cuidados prequirúrgicos que, básicamente son, “disminución de la ansiedad” y “preparación quirúrgica”.
- Se administra la medicación previa a la intervención si estuviese indicada. Se informa al paciente y a la familia de los posibles efectos para que no se generen dudas ni miedos infundados.
- Se traslada el paciente al antequirófano. Es importante que vaya acompañado de la familia hasta la entrada al bloque quirúrgico para sentirse seguro en todo momento. No descuidaremos la atención a la familia que. en todo momento, conocerá la ubicación del paciente y la ubicación de espera hasta la finalización de la intervención.
- Se traslada la HCE (si la hubiese) al antequirófano.
PLANIFICACIÓN ENFERMERA. FASE POSTQUIRÚRGICA TARDÍA
Una vez finalizada la intervención, el paciente se traslada a la URPA (Unidad de Recuperación Post Anestésica) o a la Unidad de Reanimación según corresponda o según protocolo del hospital. Allí permanecerá el tiempo que el anestesista considere oportuno. Cuando el paciente esté estable, será dado de alta en dicho servicio y volverá a la planta de hospitalización donde ingresó. Empieza de nuevo nuestra actividad:
- Recibir al paciente procedente de URPA o REA. Haremos una toma de constantes vitales y una primera valoración fruto de la inspección, la observación y la entrevista si fuera posible. Posteriormente valoraremos la necesidad de administrar al paciente algún cuidado o tratamiento que sea de necesidad inmediata.
- Cumplimentar el formulario de comprobación postintervención reflejando los datos recogidos referentes a consciencia, orientación, si es o no portador de drenajes, de catéteres, de sondas, si presenta apósitos, tolerancia, sedestación, y en definitiva, todos los ítems reflejados en el protocolo hospitalario y, que nos permitan elaborar posteriormente junto con la información aportada por las órdenes de tratamiento, la planificación de cuidados individualizados para el paciente en concreto.
Según lo mencionado anteriormente, cuando recibamos al paciente, nos encontraremos con una herida abdominal y, en la mayoría de las ocasiones, un drenaje. En la herida frontal tendrá un vendaje compresivo. El paciente requerirá curas diarias y el alta irá en función del momento en que se retire el drenaje.
- Finalizar los cuidados preintervención que habíamos establecido a su ingreso así como los posquirúrgicos propios de la unidad de reanimación.
- Procederemos a una nueva valoración del paciente. Seguiremos las indicaciones del centro teniendo en cuenta que la valoración ya sea por dominios o patrones de salud, recogerá minuciosamente todos los datos necesarios para llegar a la emisión de diagnósticos correspondientes a dicha patología y a la circunstancia personal del paciente.
- Establecer nuevos planes de cuidados. Concretamente, en este caso, los referidos al riesgo de infección como consecuencia de la existencia de un acceso venoso periférico: “mantenimiento del acceso venoso”, “cambio del sistema de infusión-llaves”, “cambio de conector” y “manejo del dolor”. Y los referidos a la curación de heridas por primera intención: “cuidado del sitio de incisión”, “retirada de puntos de sutura”, “control de infecciones” y “cuidados del drenaje”. Lógicamente, añadiremos los referentes a las necesidades de autocuidado del paciente, y todos los necesarios para que tanto la enfermera como la técnico en cuidados auxiliares lleven a cabo y puedan justificar, la realización de las actividades propias de su categoría encaminadas a conseguir los objetivos establecidos en el plan de actuación.
Hacer un registro de la herida quirúrgica según protocolo del servicio, donde haremos constar aspecto de la incisión, tipo de exudado (si lo hubiere), tipo de cura a realizar, frecuencia de las curas, etc. Según lo mencionado anteriormente, cuando recibamos al paciente, nos encontraremos con una herida abdominal y, en la mayoría de las ocasiones, un drenaje. En la herida frontal tendrá un vendaje compresivo. El paciente requerirá curas diarias y el alta irá en función del momento en que se retire el drenaje.
- El paciente podrá levantarse y deambular
- Iniciará tolerancia oral transcurridas unas 6 horas desde su llegada a URPA o REA comenzando con una dieta de transición que se irá progresando.
- Cuando la tolerancia oral es positiva, se retira sueroterapia permaneciendo el acceso venoso.
Al día siguiente, primer día del postoperatorio, en colaboración con el otorrino, nuestra labor consiste en:
- Curar la herida quirúrgica y registrar dicha cura en el formulario según protocolo del hospital. Aquí registraremos que la herida necesita seguimiento para que sea atendida en su centro de atención primaria. Recordaremos que son dos las heridas a vigilar: La frontal y la ventral.
- Retirar el catéter de acceso venoso.
- Retirar, si así está indicado, el drenaje.
- Finalizar los cuidados de Enfermería “mantenimiento del acceso venoso”, “cambio del sistema de infusión-llaves”, “cambio de conector”, “cuidados del drenaje” y “manejo del dolor”.
- Mantener activas los cuidados de Enfermería: “cuidado del sitio de incisión”, “retirada de puntos de sutura” y “control de infecciones”.
- Realizar el informe de cuidados de Enfermería postquirúrgicos al alta.
- Imprimir el informe de cuidados de Enfermería donde se harán constar los cuidados que el paciente precisará por parte de su enfermera de atención primaria (curas, retirada de suturas,…) y entregar al paciente antes de abandonar el servicio. Nos encargaremos de que todas las indicaciones adjuntadas en el informe han sido entendidas.
BIBLIOGRAFÍA
- SS. Image Diagnosis: Frontoethmoidal Mucocele. Perm J. 2019;23:18-288
- JW; Rossi. NA; Chaaban. MR; Brindley. P. Intraseptal Mucocele as a Long- term Complication of Revision Septorhinoplasty: A Case Report and Review of a Rare Entity. Allergy Rhinol (Providence). 2019; 10.
- S; Sellami. M. Osteoblastoma of the middle nasal concha: a rare tumor of the facial massif that should be taken into consideration. Pan Afr Med J. 2019; 16:32