Índice
Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 5–Mayo 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº5: 185
Autor principal (primer firmante): Raquel Andreo Única
Fecha recepción: 18 de abril, 2023
Fecha aceptación: 15 de mayo, 2023
Ref.: Ocronos. 2023;6(5) 185
Autores
- Raquel Andreo Única, Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
- Antonio Lafuente Arrieta, Enfermero de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
- María de los Remedios Blanco Ortega, Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
- Virginia Ariño Trasobares, Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
- Noelia Suárez Martínez, Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
- Ana Belén Gimeno Martínez, Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España.
Palabras clave
Cáncer de útero, cáncer de cérvix, anticonceptivos de liberación hormonal, factores de riesgo.
Resumen
Cada vez son más las mujeres que usan anticonceptivos orales (ACO) dada la reversibilidad, eficacia y facilidad de su uso para el control de la natalidad e incluso para el control de la dismenorrea y otras complicaciones. Este uso tan extendido ha generado interés en conocer sus efectos secundarios como lo es su asociación con el riesgo de cáncer.
Para ello se ha realizado esta revisión bibliográfica con la que se determina que el uso continuado de los anticonceptivos orales influye con la aparición del cáncer de útero.
Por una parte se puede afirmar que los anticonceptivos hormonales protegen a las usuarias contra el cáncer de útero y, por otra parte parece ser que pueden aumentar a su vez el riesgo de padecer cáncer de cérvix aunque es un tema controvertido entre los autores porque no se sabe si es por la liberación hormonal en sí o por la conducta sexual de las usuarias al no usar métodos anticonceptivos de barrera además de los hormonales y ser más susceptibles de contraer el VPH que sí está demostrado científicamente que está relacionado con el cáncer de cuello de útero.
Introducción
La elaboración de este trabajo se justifica por el uso extendido de los anticonceptivos de liberación y la preocupación surgida sobre el papel que tienen las hormonas en la aparición de algunos tipos de cáncer (1).
Los anticonceptivos hormonales combinados contienen dos versiones sintéticas de las hormonas femeninas naturales (estrógeno y progesterona) que son semejantes a las hormonas producidas normalmente por los ovarios (1).
La progesterona sintética o gestágeno es el responsable del efecto anticonceptivo, mientras que el estrógeno controla el ciclo endometrial (2).
Por otro lado, la anticoncepción hormonal no combinada es menos efectiva que la combinada para impedir el embarazo, por esta razón se receta con menos frecuencia (1). Su ventaja fundamental se basa en la indicación en mujeres fumadoras, hipertensas y en el periodo de lactancia materna (2).
Existen diferentes formas de presentación como la píldora, parche anticonceptivo, anillo anticonceptivo, minipíldora, inyectable, implante subcutáneo y dispositivo intrauterino o DIU. De todas ellas la más extendida es la anticoncepción oral o píldora anticonceptiva (2).
La anticoncepción de liberación hormonal no solo se usa con esa finalidad sino también para la mejoría de la sintomatología producida por la dismenorrea, disminución del sangrado menstrual, protección frente a la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), reducción de la pérdida de mineralización ósea y eficacia en el tratamiento del acné leve y moderado. (3)
El hecho de que este tipo de anticoncepción sea tan generalizado cabe preguntarse si es un factor de riesgo en la aparición o desarrollo del cáncer de órganos reproductores femeninos entre ellos el de útero.
El cáncer uterino es una lesión maligna del aparato genital femenino que supone la segunda neoplasia más frecuente en la mujer, después del cáncer de mama a nivel mundial y la causa más frecuente de muerte por cáncer en las mujeres en los países en desarrollo (4).
El cáncer uterino es, ciertamente, una enfermedad multifactorial (5)
Entre los factores de riesgo relacionados con la aparición y desarrollo del cáncer de útero se pueden destacar: (4)
- Inicio temprano de relaciones sexuales.
- Promiscuidad, posibilidad de infección virus del papiloma humano (VPH).
- Tabaco
- Infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
- Historia de enfermedad de transmisión sexual (ETS).
- Uso prolongado de anticonceptivos hormonales.
- Multiparidad.
- Historia previa de displasia vulvar o vaginal.
- Antecedentes familiares
- Condición socioeconómica baja.
En los últimos 50 años se ha producido un descenso en la incidencia y mortalidad de estos tumores en los países desarrollados. Se debe al desarrollo de programas de diagnóstico precoz (4, 5).
El abordaje preventivo del cáncer de cérvix debe tener en cuenta tanto los aspectos incluidos en prevención primaria como los incluidos en la prevención secundaria.
Evitar factores de riesgo fundamentales como la promiscuidad y la administración de la vacuna VPH en junio de 2006 forman parte de la prevención primaria.
Dentro de la prevención secundaria o diagnóstico precoz, la prueba más utilizada es la citología cervical periódica. La frecuencia de realización va a depender de los factores de riesgo. En la mayoría de los casos se recomienda la citología anual (4).
Hipótesis
El consumo de anticonceptivos hormonales es un factor de riesgo en la aparición del cáncer de útero.
Objetivo
Conocer si el consumo de anticonceptivos hormonales es un factor de riesgo en la aparición del cáncer de útero.
Metodología
Las bases de datos empleadas son:
- Elsevier,
- Scielo,
- BVS,
- Science Direct
- Cuiden Plus.
Palabras clave utilizadas: anticoncepción hormonal, cáncer de útero, factores de riesgo, cáncer de cérvix, terapia hormonal, anticonceptivos orales.
Se plantea la búsqueda de artículos publicados desde 2002 y que recojan el objetivo planteado en el estudio.
Se han encontrado 15 artículos de los cuales hemos seleccionado 9 que corresponden a los criterios de la búsqueda: publicados a partir de 2002 y recogen el objetivo de estudio.
Discusión
Cáncer de endometrio
El Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute y Hannaford P.C. y cols. coinciden en sus artículos publicados en 2004 y 2007 respectivamente en que los resultados de los informes de los investigadores muestran que el uso de anticonceptivos de combinación puede proteger contra el desarrollo de cáncer de colon y recto, endometrio y ovario.
El nivel de reducción del riesgo es mayor en mujeres que han usado los anticonceptivos hormonales por un tiempo más largo, y la protección continúa aparentemente después de que las mujeres dejan de usarlos (1, 6).
I. Lete y cols. confirman en su artículo de 2009 esta hipótesis recogiendo en su artículo una referencia a la publicación en el año 1997 de los resultados de u metaanálisis en le que se estableció que la reducción del riesgo de padecer cáncer de endometrio se reducía conforme aumentaban los años de ingesta de anticonceptivos orales. Así mismo esta protección se mantiene 20 años después de suspender el uso de los mismos (3).
El Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute señala que los investigadores creen que los anticonceptivos hormonales reducen el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio sólo cuando su contenido de estrógeno está balanceado con el contenido de progestágeno en la misma píldora (1).
A. Morales Martínez y cols. señalan en su artículo de 2009 que los anticonceptivos con sólo gestágeno, los efectos secundarios relevantes son mucho menores. La única contraindicación absoluta para el uso de gestágenos es el cáncer de mama actual (2).
Cáncer de cérvix
En cuanto al cáncer de cérvix (la parte estrecha, más baja, del útero) el Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute y Hannaford P.C. y cols. vuelven a coincidir en que hay alguna evidencia de que el uso prolongado de anticonceptivos hormonales (10 años o más) puede estar relacionado con un riesgo mayor de este tipo de cáncer (1, 6).
El Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute refieren en su artículo de 2004 que los datos sugieren que el riesgo de cáncer cervical puede disminuir después de que se dejan de usar los anticonceptivos hormonales, pero se necesita más investigación para determinar qué cantidad de riesgo siguen teniendo estas mujeres después de haber dejado de usar los anticonceptivos hormonales (1).
M. Marzo Castillejo defiende en su artículo de 2005 que el VPH es un factor causal y necesario para el desarrollo del cáncer de cérvix. Es necesario el contacto sexual para adquirir el VPH en el tracto genital (7).
El Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute, P. Rojas Quintana y cols. y Y. Schmolling Guinovart, en 2004, 2007 y 2005 respectivamente coinciden en que aproximadamente 15 virus del papiloma humano causan cáncer cervical. Es posible que las mujeres que toman anticonceptivos hormonales no usen métodos de control de la natalidad de barrera (como son los preservativos).
Como los preservativos son efectivos en parte para impedir la infección de los virus del papiloma humano, quienes usan anticonceptivos hormonales y no usan preservativos pueden tener un riesgo mayor de una infección del virus de papiloma humano (VPH). Por esto el riesgo mayor de cáncer cervical que según algunos estudios es causado por el uso prolongado de anticonceptivos hormonales, en realidad puede ser el resultado del virus de papiloma humano (VPH) (1, 5, 8).
Los resultados muestran que las mujeres diagnosticadas con VPH que usaron anticonceptivos hormonales no tenían un riesgo mayor de cáncer cervical que las mujeres que no usaron los anticonceptivos hormonales. Es difícil determinar el papel exacto que pueden tener los anticonceptivos hormonales en el desarrollo del cáncer cervical porque el comportamiento sexual puede ser diferente entre mujeres que los usan y mujeres que no los han usado nunca (1, 5, 8).
Sin embargo, A. Morales Martínez y cols. refieren que los anticonceptivos hormonales podrían modificar la respuesta inmunitaria local y favorecer la integración del ADN del virus del papiloma en el cérvix con el tiempo de uso (2).
Por otra parte, M. Martín Angulo en 2009 sugieren que la incidencia de adenocarcinoma ha aumentado en los últimos 30 años, sobre todo en mujeres menores de 35 años, en particular debido al incremento de la prevalencia de la infección por VPH (4). P. Rojas Quintana y cols. afirman que tras un diagnóstico de displasia, en aquellas mujeres que consumen anticonceptivos hormonales, la progresión a carcinoma in situ es más rápida (5).
M. Marzo Castillejo en 2005 defiende que a pesar de la baja incidencia y de la mortalidad por cáncer de cerviz en España, en el curso de las últimas 3 décadas se ha producido una tendencia paulatina la aumento, aunque esta tendencia no es homogénea (7).
P. Sánchez-Seco Higuera escribe en su artículo de 2002 que el uso prolongado de anticonceptivos orales puede resultar un factor que favorece la persistencia de infección por VPH y de la progresión de ésta a lesión neoplásica. Además, se ha visto en algunos estudios que existía una exacerbación de las infecciones benignas del VPH durante el embarazo, lo cual habla en favor de una modulación de la infección vírica por el ambiente hormonal (9).
Departamento de Salud y Servicios Humanos del National Cancer Institute y Y. Schmolling Guinovart coinciden en que los cambios anormales en el cérvix pueden con frecuencia detectarse con la prueba de Papanicolaou y tratarse antes de que se desarrolle el cáncer.
Es un método no invasivo cuyo principal uso es el cribado de mujeres asintomáticas. Es el principal responsable del descenso en la incidencia y mortalidad del cáncer escamoso cervical observado en los países desarrollados (1, 8).
P. C. Hannaford en 2007 defiende que a primera citología estaría indicada a los 3 años del inicio de las relaciones sexuales y su repetición dependería de las indicaciones del programa de cribado de cáncer de cérvix, no de la toma de anticonceptivos (6).
En el artículo de 2002 de Y. Schmolling Guinovart y cols., se aconseja que los profesionales de atención temprana deben informar sobre el uso del preservativo, hacer una búsqueda activa de las mujeres con mayor riesgo y promover el cribado entre las mujeres de riesgo medio que nunca o durante los últimos 5 años no se hayan realizado una citología (8).
Conclusiones
Con esta revisión bibliográfica se puede concluir que el uso continuado de los anticonceptivos de liberación hormonal está estrechamente ligados a las neoplasias de órganos genitales femeninos.
Por una parte se puede afirmar que los anticonceptivos hormonales protegen a las usuarias contra el cáncer de útero y, por otra parte parece ser que pueden aumentar a su vez el riesgo de padecer cáncer de cérvix aunque es un tema controvertido entre los autores porque no se sabe si es por la liberación hormonal en sí o por la conducta sexual de las usuarias al no usar métodos anticonceptivos de barrera además de los hormonales y ser más susceptibles de contraer el VPH que sí está demostrado científicamente que está relacionado con el cáncer de cuello de útero.
De todas formas, los anticonceptivos de liberación hormonal tienen sus indicaciones, sobre todo en el caso de los embarazos no deseados. Su prescripción está basada en la valoración individual según las posibles contraindicaciones y características clínicas.
Se debe informar a cada paciente acerca de los riesgos y los beneficios de estos anticonceptivos, de manera que éste pueda tomar una decisión individual y apropiada sobre el uso o no uso de estos tratamientos.
Bibliografía
- Departamento de Salud y Servicios Humanos. Las píldoras anticonceptivas y el riesgo de cáncer. Cancer Facts 3.13s. 2004: 1-12.
- A. Morales Martínez, V. Díez Díez, C. Morales Martínez. Anticonceptivos hormonales en el día a día. FMC. 2009;16(7):393-401
- I. Lete, J.L. Dueñas, I. Serranc, J.L. Doval, E. Pérez-Campo, J. Martínez-Salmeán C. Coll. Efectos beneficiosos no anticonceptivos de la píldora anticonceptiva. SEMERGEN. 2009;35(10):505-10
- Martin Angulo, M. Martinez-Amores Martinez, B. Navarro Expósito, F. Alvarez-Mon Soto, M. Cancer de cérvix. Medicine.2009;10(24):1606-12
- P. Rojas Quintana, D. González Díaz, C. Pérez Velásquez. Carcinoma epidermoide de cuello uterino y embarazo. Presentación de un caso. Medisur. 2007; 5(3): 107-110
- Hannaford PC, Selvaraj S, Elliott AM, Angus V, Iversen L, Lee AJ. Contraceptivos orales y riesgo de cáncer. FMC. 2008;15(5):327-52
- M. Marzo-Castillejo, P. Cierco Peguero, I. del Cura González. Evidencias en Medicina de Familia. Prevención del cáncer de cérvix. Aten Primaria 2005;36(6):328-33
- Y. Schmolling Guinovart, J.J. Barquín Solera, A. Zapata Ingelmo, R. Merino Segovia, B. Rodríguez Martínez y cols. Anomalías citológicas de cérvix y lesiones precancerosas subsecuentes en un área sanitaria. Aten Primaria. 2002; 29 (4): 223-229
- P. Sánchez-Seco Higuera y cols. Cáncer de cérvix uterino. SEMERGEN 2002;28(3):145-51