Alzheimer

Incluido en la revista Ocronos. Vol. VI. Nº 3–Marzo 2023. Pág. Inicial: Vol. VI; nº3: 227

Autor principal (primer firmante): Sonia Armendariz Gambart

Fecha recepción: 20 de febrero, 2023 

Fecha aceptación: 17 de marzo, 2023 

Ref.: Ocronos. 2023;6(3) 227

Autores

  1. Sonia Armendariz Gambart
  2. Rebeca Keren Chavez Batres
  3. Noelia Campo Monreal
  4. Arancha Morella Larraz
  5. Beatriz Monge Terrer
  6. Scarley Acosta Valladolid

Categoría: TCAE

Introducción

El Alzheimer es la forma más habitual de demencia en la tercera edad, pudiendo afectar a en edades medias de manera más escasa. Es una enfermedad progresiva con un deterioro neurodegenerativo que puede ser lento o muy rápido, prolongándose en el tiempo de dos a veinte años.

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Algunos factores que influyen en su avance son la edad, la salud general de la persona (padecer otras patologías) y la predisposición genética. La SEN (Sociedad Española de Neurología) estima que unas 800 mil personas en España padecen Alzheimer y menos de 300 mil estarían diagnosticadas y por lo tanto sin tratamiento específico.

El enfermo de Alzheimer con el paso del tiempo perderá habilidades y capacidades intelectuales que irán afectando en sus rutinas diarias (AVD, actividades de la vida diaria), a su conducta y perjudicando sus funciones sociales.

El proceso degenerativo se clasifica en tres fases. el primero suele ser en los primeros 2 a 5 años en donde los efectos de la enfermedad se ven en la pérdida de memoria, deterioro del tiempo y espacio, pierde capacidad de concentración y aumenta el cansancio físico y mental.

En la segunda fase puede darse de dos a diez años. En esta fase el daño se agrava a una gran velocidad la memoria se ve gravemente dañada con problemas del habla; afasia, agnosia y apraxia.

Desatienden la higiene y tienden a negarse a colaborar, comienzan a sufrir trastornos psiquiátricos, tienen visiones, escuchan sonidos y voces irreales. Se cierran emocionalmente a su alrededor y tienden a permanecer apáticos por no reconocer e interpretar su medio.

En la tercera fase, es la final también denominada terminal en la que los síntomas y el declive intelectual aumentan de manera masiva. Padecen temblores, rigidez muscular, se resisten a cambiar de posición o moverse, padecen temblores y posibles casos de crisis epilépticas.

Se ven incapacitados de reconocer familiares, amigos e incluso a sí mismos. Por miedo tienden a enmudecer y/o agredir e insultar a modo de defensa por lo desconocido. En ocasiones pierden respuesta y sensibilidad al dolor.

En el inicio y durante el avance de la enfermedad es muy importante quién se va ha hacer cargo de la persona enferma. De primeras es la familia o cónyuge quien va a ejercer la asistencia, está proporciona una importante función al buscar cuidados sanitarios y sociales.

La sombra del cuidador

Se vuelven indiferentes hacia el mundo exterior y se vuelven dependientes del cuidador hasta el punto de no poder separarse de éste, si no se maneja bien puede acabar sintiéndose como una situación de persecución para el cuidador.

Conforme avanza la enfermedad algunas situaciones pueden resultar estresantes como la alteración de los ritmos del sueño, vagabundeo, la conducta que va adquiriendo, momentos angustia y agresión, …

El enfermo de Alzheimer se sentirá mucho más a gusto y cómodo en su casa, siendo un entorno conocido y de cercano afecto familiar, aunque tenga momentos en los que no lo sienta así.

Cuanto más se retrase su institucionalización mejor será para la persona y más se retrasarán las consecuencias negativas de un traslado como ese.

Si se precisa que la persona enferma se quede sin un cuidador durante un tiempo existen centros de unidades de estancias diurnas (UED), en ellos se les puede proporcionar diversos tratamientos al ser multidisciplinares psicológicos, fisioterapia, … También podrían proporcionar apoyo, información y formación a los cuidadores familiares habituales.

Se suelen usar como medio para que el cuidador descanse de la atención al enfermo y como medio de paso a centros institucionalizados.

El cuidador o cuidadores pasan por diferentes fases de adaptación conforme la enfermedad avanza. De manera esencial deberán buscar información para intentar comprender en qué situación se encuentran y buscar maneras de afrontar la enfermedad.

Algunos cuidadores pueden sentir frustración al no saber manejar la situación adecuadamente llegando incluso a enfadarse. Es importante que sepan manejar estos sentimientos por su propio bienestar y el de su familiar enfermo.

Conclusión

Suele venir bien buscar personas que se encuentren en situaciones similares y buscar apoyo. Existen diversas asociaciones que ayudan en el tratamiento y cuidados de enfermos de Alzheimer como la FAE – Fundación Alzheimer España. CEAFA – Confederación Española de Alzheimer.

Bibliografía

  1. https://www.ceafa.es/es
  2. https://www.alzh eimers.gov/es/Alzheimer-demencias/enfe rmedad-Alzheimer
  3. https://www.mayoclini c.org/es-es/diseases-conditions/alzhei mers-disease/symptoms- causes/syc-20350447
  4. https://medlineplus. gov/spanish/alzheimersdisease.html