La alimentación durante el primer año de vida y su relación con el desarrollo de la alergia alimentaria

Autora: Nuria Huerta González

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Ecuaciones de búsqueda bibliográfica utilizadas y número de trabajos recolectados de la base de datos PubMed. Fuente: elaboración propia.

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura  1. Diagrama de flujo llevado a cabo para la selección de los 11 estudios que integran la presente revisión. Fuente: elaboración propia.

RESUMEN

La alergia alimentaria constituye un grupo de reacciones adversas que se producen frente a los alimentos, teniendo su origen en un mecanismo de tipo inmunitario y, en las últimas décadas, las tasas de incidencia y prevalencia de esta patología están viéndose incrementadas. La importancia de la alergia alimentaria radica en la gravedad de sus síntomas en ocasiones, pudiendo llegar a ser mortales, así como en los gastos sociosanitarios que implica y, además, en la inexistencia de tratamiento frente a ella y desconocimiento de su etiología. Como consecuencia de todo ello, la prevención de su aparición se torna un foco álgido de investigación en la actualidad, siendo demostrado en los últimos años la importancia que parece tener la alimentación en los niños menores de 1 año al respecto. Así, el objetivo general del presente trabajo es conocer cómo está la cuestión actual en la literatura publicada en los últimos 5 años respecto a la relación entre la alimentación de los niños menores de 1 año y la aparición de alergia alimentaria.  Para ello, se ha realizado una revisión bibliográfica basada en la búsqueda en bases de datos electrónicas (PubMed, MedlinePlus, MEDES y Cochrane Library), uso de términos MeSH (del inglés “Medical Subjects Headings”) y palabras clave, e implementación de criterios de selección. Once son los estudios que forman parte de la revisión, y las principales conclusiones derivadas de sus resultados son que, en la actualidad no existe consenso en la literatura sobre la relación entre el desarrollo de alergia alimentaria con factores como el tipo y duración de lactancia que reciben los niños menores de 1 año, el momento de la introducción de alimentos y el patrón de alimentación, y la introducción de alérgenos y el momento. Aún queda mucha investigación por realizar para poder alcanzar a conclusiones determinantes y consensuadas sobre la posible relación entre la alimentación en los menores de 1 año y el desarrollo de alergias alimentarias.

Introducción

Las alergias alimentarias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son reacciones adversas que se producen frente a los alimentos, teniendo su origen en un mecanismo de tipo inmunitario. 1 Dentro de la agrupación de alergia alimentaria se integran tanto las reacciones de patogenia inmunitarias que se encuentran mediadas por la inmunoglobulina (Ig) de tipo E (IgE), las cuales se denominan hipersensibilidad o alergia de tipo inmediato, como aquellas que se producen a través de otro mecanismo inmunitario conocido, denominadas reacciones no mediadas por IgE.2

En la actualidad, son numerosas las clasificaciones de las reacciones adversas a los alimentos, si bien se considera que una de las más aceptadas es la propuesta por la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), la cual diferentes dos grandes grupos: 3

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Reacciones tóxicas: pueden, a su vez, clasificarse en tóxicos internos y tóxicos externos.

Reacciones no tóxicas:

  • No inmunológica (intolerancia): enzimática, metabólica, farmacológica o indeterminada.
  • Inmunológica (alergia o hipersensibilidad): mediada por IgE o no mediada por IgE.

Este tipo de patologías ha aumentado en los países desarrollados en las últimas dos décadas. 4,5 Entre 1997 y 2007, la prevalencia de alergia alimentaria aumentó de 3,9% a aproximadamente 5,0% en los Estados Unidos. 6 Además, cabe indicarse que niños menores de 6 años de edad, especialmente, tienen una mayor prevalencia de alergia alimentaria en comparación con los niños de 6 a 17 años (4,7% frente a 3,7%).7 En 2016, un estudio realizado en niños de hasta 5 años de edad, la alergia alimentaria tuvo una prevalencia de 6.7%, observándose el acusado incremento acontecido en los últimos años. 8

Los síntomas clínicos de la alergia alimentaria varían en su gravedad, desde picazón leve hasta anafilaxia severa que podría ser mortal. Además, los niños con alergia alimentaria también tienen un aumento del riesgo de sufrir asma y sibilancias. Por otro lado, la compra de alimentos para manejar la alergia es económicamente costoso, así como el manejo por parte de la salud pública. 6,7 El manejo actual de la alergia alimentaria consiste en evitar estrictamente el alimento culpable y tratar cualquier reacción adversa por ingestión involuntaria de alimentos. La creciente prevalencia de esta patología alentó la investigación y los ensayos clínicos en el campo de la inmunoterapia con alérgenos específicos (IAE) que representan un enfoque atractivo, especialmente en la edad pediátrica. La IAE consiste en la administración gradual de cantidades crecientes del alérgeno causante para inducir la desensibilización de los alimentos, que es un aumento en el umbral de reactividad mientras se continúa con la exposición regular al alergeno. Además, también se están estudiando otros enfoques terapéuticos junto con la inmunoterapia, como proteínas modificadas, probióticos, suplementos herbales chinos, terapias biológicas y vacunas de ADN. 9,10 Sin embargo, a día de hoy, aún no existe cura para la alergia alimentaria. 6

En los últimos años, como consecuencia de la mayor prevalencia de alergia alimentaria a nivel global, siendo considerada una afección médica potencialmente mortal y un problema de salud pública importante en todo el mundo, la investigación no sólo apunta hacia el mejor manejo posible de la alergia alimentaria, sino también hacia la prevención de la patología, para lo cual, es necesario conocer qué factores podrían estar influyendo en la aparición de la alergia. Sin embargo, si bien se sabe que es causada por una interacción compleja de exposiciones ambientales, variantes genéticas, interacciones genético-ambientales y alteraciones epigenéticas. Actualmente aún no se conocen ni entienden exhaustivamente los mecanismos. 6,11

Son numerosos los factores que se están sometiendo a investigación recientemente, con objeto de dilucidar qué causas podrían estar generando este tipo de patologías alérgicas para, en última instancia, tratar de controlar el aumento de incidencia y prevalencia que lleva décadas aconteciendo. Así, en este contexto, la alimentación de los niños durante su primer año y su posible relación con la aparición de alergia alimentaria se están instaurando como un foco de estudio de gran importancia en los últimos años. Aunque algunos estudios sugieren un efecto protector de lactancia materna, 8,12-18 la relación entre diferentes patrones de alimentación en niños y el riesgo de alergia alimentaria es controvertida en la actualidad. 19-21

El objetivo principal del presente trabajo es conocer cómo está la cuestión actual en la literatura publicada en los últimos 5 años respecto a la relación entre la alimentación de los niños menores de 1 año y la aparición de alergia alimentaria. Además, se ha considerado la implementación de una serie de objetivos secundarios que permitan ir proyectando el trabajo hacia el alcance del principal, siendo estos los que se exponen a continuación:

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  • Recopilar los estudios publicados en la literatura científica en los últimos 5 años en los que se aborde la relación existente entre la alimentación de los niños menores de 1 año y el desarrollo de alergia alimentaria.
  • Analizar los datos existentes sobre las prácticas de alimentación que representan un riesgo, así como evaluar el riesgo de síntomas de alergia alimentaria en niños menores de 1 año.
  • Dilucidar la influencia de los tipos de lactancia (materna y de fórmula) exclusiva y/o complementada en la aparición de alergia alimentaria.
  • Estudiar la relación entre el momento de introducción de alimentos sólidos en los niños menores de un año y el desarrollo de alergia alimentaria.

Material y método

Con objeto de poder abordar y, finalmente alcanzar, los objetivos propuestos en el presente estudio, se ha considerado la realización de un estudio de diseño revisión bibliográfica. A continuación, se exponen las diferentes fases metodológicas que se han llevado a cabo para el desarrollo de la misma.

Bases de datos consultadas y estrategia de búsqueda

Para realizar la recopilación de la literatura científica que pudiera formar parte de la presente revisión se ha llevado a cabo una búsqueda en una serie de bases de datos electrónicas: PubMed, MedlinePlus, MEDES y Cochrane Library. Con objeto de focalizar las búsquedas en el contexto referente a los objetivos propuestos en el presente trabajo, se ha implementado, por un lado, el uso de términos MeSH (del inglés “Medical Subjects Headings”), que en este caso fueron dos: “food allergy”, “feeding pattern” y “breast feeding”; además, también se han usado para las búsquedas unas palabras clave relacionadas con la temática abordada: “nutrition”, “infant”, “diet”, “children” y “relationship”. Tanto los términos MeSH como las palabras clave se tradujeron a la lengua castellana para las búsquedas en bases de datos que lo han requerido.

Asimismo, dichos términos y palabras clave se han conectado por medio de los denominados operadores boleanos, considerados una herramienta eficaz para focalizar las búsquedas. Los operadores utilizados en este caso han sido “AND” y, en menor medida “OR”.

A continuación, en la Tabla 1 se observan las ecuaciones de búsqueda que se han utilizado para realizar la búsqueda en la base de datos PubMed, así como los resultados derivados de cada una de las búsquedas, a modo de ejemplo.

Tabla 1. Ecuaciones de búsqueda bibliográfica utilizadas y número de trabajosrecolectados de la base de datos PubMed. Fuente: elaboración propia.

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Así, tal y como se puede extraer de la Tabla 1, el total de trabajos recopilados de Pubmed fueron 1347, mientras que de MedlinePlus se recogieron 754, de MEDES fueron 152 y de Cochrane Library fueron 79. Unificando los trabajos procedentes de la totalidad de bases de datos consultadas durante la búsqueda bibliográfica, el total de estudios fue de 2332.

Criterios de selección de los estudios

Una vez obtenidos los trabajos procedentes de las búsquedas realizadas en las diferentes bases de datos, se llevó a cabo la selección de los estudios que pudieran guiar el trabajo hacia el alcance de los objetivos propuestos. Para ello, se implementaron una serie de criterios de selección, los cuales fueron de dos tipologías diferentes:

Criterios de inclusión

  • Fecha de publicación: trabajos publicados en los últimos 5 años (2015-2019), con objeto de poder realizar una revisión bibliográfica muy actualizada.
  • Idioma: trabajos publicados en lengua castellana o inglesa, ya que la lengua castellana es la de realización del presente trabajo y, en el caso de la inglesa, debido a que se constituye como la lengua científica oficial por excelencia.
  • Acceso: trabajos con acceso libre y gratuito al texto completo (“full text”, con objeto de poder realizar una lectura crítica del trabajo completo y, de esta manera, se evite la posible interpretación errónea de un mero resumen.

Criterios de exclusión

Diseño: se excluyen trabajos de caso único, ya que se considera que los resultados carecen de evidencia científica insuficiente.  

Diagrama de flujo

A continuación, se observa el flujo de selección de trabajos que ha tenido lugar como parte de la metodología utilizada (Figura 1).

Figura  1. Diagrama de flujo llevado a cabo para la selección de los 11 estudios que integran la presente revisión. Fuente: elaboración propia.

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Resultados

Tal y como indicado previamente en la parte de metodología implementada, se seleccionaron 12 estudios para poder abordar y, en última instancia, alcanzar los objetivos (tanto el general como los específicos) propuestos. 22-34 A continuación, se van a exponer los resultados derivados de la presente revisión.

Cabe comenzar indicando que tras la revisión de la literatura realiza se ha observado que, en la actualidad, la controversia acerca de la relación existente entre patrones determinados de alimentación durante el primer año de vida y la aparición de alergia alimentaria es máxima.

También se observa que el momento de comenzar a introducir alimentos sólidos en los bebés es un foco de investigación crucial ante su posible relación con la aparición de alergia alimentaria. 23,24,29 En una revisión sistemática en la que se integraron 11 estudios (2542 bebés) se observó que para los bebés de cuatro a seis meses no se encuentra evidencia de beneficio de alimentos adicionales ni riesgos relacionados con la morbilidad o el cambio de peso. 30 En una revisión sistemática con 64 trabajos se observó que el retraso de la introducción de alimentos sólidos más allá de los 4 meses no tuvieron beneficios preventivos en aquellos con riesgo alto o normal. 33 

Algunos estudios sugieren que la introducción de múltiples fuentes de alimentación en los niños menores de 1 año puede provocar síntomas de alergia alimentaria, 22 mientras que otros indican que no existe este efecto. 31 Así, en el caso del estudio de Mathias et al. (2019),22 se indica que los niños expuestos a la alimentación mixta tienen un mayor riesgo de síntomas de alergia alimentaria en comparación con los niños que durante sus 3 meses se alimentaron de lactancia materna; sin embargo, no se encontraron riesgos estadísticamente significativos de patrones de alimentación infantil para la alergia alimentaria diagnosticada por los médicos en este estudio. 22 Por el contrario, en otro de los estudios incluidos en la revisión se observó que no hubo efecto de la lactancia materna simultánea junto con la introducción de leche de vaca u otros alérgenos alimentarios en el desarrollo de alergia alimentaria. 31 Además, parece estar bien documentado que evitar los alimentos alergénicos no es preventivo de la alergia alimentaria 32 y, según indican dos estudios integrados en la revisión, hay un estudio (denominado LEAP) que muestra evidencia científica sobre el hecho de que la introducción temprana de cacahuete puede prevenir la alergia a este alimento. 24,32.

En lo que concierne a la relación existente entre la lactancia materna y la aparición de alergia alimentaria, los resultados obtenidos se exponen a continuación, siendo considerado uno de los focos de investigación más importantes en la temática que concierne a los patrones de alimentación y su relación con las alergias alimentarias.

En un estudio de revisión y recientemente publicado por Neeting y Allen (2019)23 se indica que, si bien en las últimas revisiones sistemáticas realizadas y metaanálisis se concluye que la lactancia materna ni previene ni aumenta el riesgo de alergia alimentaria, debido a que dicha tipología de lactancia sí que aporta una serie de beneficios determinantes tanto para la madre como para el recién nacido, desde todas las organizaciones e instituciones competentes se promueve como preventiva de alergia alimentaria, tal y como sucede en el trabajo de Grimshaw et al. (2017), 25 que se trata de un estudio de revisión realizada como parte del estudio de “Enfoques integrados para la alergia alimentaria y la gestión de alérgenos” financiado por la Unión Europea.

Es un proyecto de amplio alcance que reúne experiencia en toda la investigación sobre alergias alimentarias y cuyos resultados indican que, a pesar del acuerdo de que las estrategias de evitación de alérgenos no deben llevarse a cabo para la prevención de alergias, actualmente no hay consenso sobre qué acciones deberían recomendarse más allá de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 4-6 meses de vida. 25

En este contexto, los estudios que así lo aconsejan (lactancia materna exclusiva durante los primeros 4-6 meses de vida), lo hacen fundamentándose en que se recomienda esta práctica con objeto de prevenir la alergia a la leche de vaca mediada por IgE (IgE-CMA), observándose evidencia para recomendar evitar la leche de vaca y sustituirla con caseína hidrolizada de forma extensa o parcial para los lactantes con alto riesgo durante los primeros 4 meses. 32 Sin embargo, uno de los estudios incluidos en la revisión donde se incluyeron 51 pacientes con IgE-CMA y 102 controles, se observó que la introducción temprana de la fórmula de leche de vaca se asocia con una menor incidencia de IgE-CMA. 28

Además, lo estudios actuales apuntan a que las propiedades cualitativas de la leche materna son altamente diferentes de unas mujeres a otras y, además, como en el caso de las leches de fórmula, la composición en macronutrientes va sufriendo modificaciones durante el desarrollo de la lactancia, por lo que generalizar en este sentido sería inapropiado. 23 En el estudio de Greer, Sicherer y Burks (2019),24 se determina que no se pueden sacar conclusiones sobre el papel de la lactancia materna para prevenir o retrasar la aparición de alergias alimentarias específicas; así como, en el mismo sentido, otros estudios integrados en la revisión tuvieron como uno de sus objetivos analizar la posible relación entre la duración de la lactancia materna exclusiva y la aparición de alergia alimentaria, observándose que no existe relación. 29,31 Sin embargo, tampoco se ha encontrado evidencia para estar en desacuerdo con la recomendación internacional actual de que los bebés sanos amamanten exclusivamente durante los primeros seis meses. 30 Además, un trabajo de revisión sistemática integrado en el presente estudio donde se analizaron 64 estudios, se observaron hallazgos mixtos sobre los beneficios preventivos de la lactancia materna para los lactantes con riesgo alto o normal. 32

Los resultados referentes a la posible implicación del uso de fórmula parcialmente hidrolizada en la aparición de alergia alimentaria, en el estudio de Glodsmith et al. (2016)29 se observa que no hay asociación entre esta tipología de alimentación y la aparición de alergia alimentaria en niños de menos de 1 año de edad.  

Por otro lado, cabe indicarse que, si bien no se instauran como patrones alimentarios de los menores de 1 año, tras la revisión realizada se observa que otros factores que sí parecen influenciar de manera significativa la aparición de síntomas de alergia alimentaria en niños es la alergia paterna, 22,23 así como el tabaquismo materno prenatal aumentó el riesgo de alergia alimentaria diagnosticada por los médicos. 22

Discusión

Actualmente, son numerosos los aspectos que quedan por conocer acerca de la relación entre la alimentación de los bebés durante su primer año y el desarrollo de alergia alimentaria. Si bien existe un amplio número de grupos de investigación que están focalizados en ir avanzando y descubriendo aspectos desconocidos, a día de hoy la controversia en cuanto a dicha relación y los factores que pudieran estar implicados en la misma es grande y permanece sin dilucidar.

Los resultados de la presente revisión indican que hay una serie de factores no genéticos que pueden influir en el riesgo de alergia alimentaria, como el momento de la introducción de alimentos y el patrón de alimentación, introducción de alérgenos y el momento, dieta / nutrición, exposición al tabaquismo ambiental; sin embargo, los resultados al respecto son controvertidos en la mayor parte de ellos. 22-33 Así, tal y como indican Hong y Wang (2012),34 los estudios sobre las interacciones genético-ambientales de alergia alimentaria son muy limitados. La alteración epigenética se ha propuesto como uno de los mecanismos para mediar la influencia de las exposiciones ambientales de la vida temprana y las interacciones genético-ambientales en el desarrollo de enfermedades más adelante en la vida. 34

Respecto al papel preventivo de la lactancia materna ante alergia alimentaria, se ha observado controversia en la literatura analizada. Así, la mayor parte de los estudios que abordan esta temática en la presente revisión indican que no existe evidencia científica que identifique este tipo de lactancia beneficiosa para prevenir o retrasar la aparición de alergias alimentarias, 23,29,31 si bien tampoco hay evidencia para estar en desacuerdo; 30 mientras que otros autores indican que no se pueden sacar conclusiones, 24 y en una revisión sistemática de 64 estudios se indica observar hallazgos mismos sobre los beneficios preventivos de la lactancia materna. 32 La controversia encontrada al respecto está en consonancia con la literatura, donde se afirma el papel preventivo de la lactancia materna, 8,12-18  donde se indica que es controvertida, 19-21, y donde no sólo se afirma que este tipo de lactancia en bebés durante el primer año de vida no es preventiva, sino que también se demuestra que no aumenta el riesgo. 35-36

En los trabajos que abogan por una lactancia materna exclusiva hasta los 4-6 meses, lo hacen con fundamento en prevenir la EgE-CMA; 32 sin embargo, un estudio concluyó que la introducción temprana de leche de baja se asocia con menor incidencia de IgE-CMA, 28 si bien en este último estudio el número de casos no fue elevado, y la posibilidad de sesgo queda patente. Además, la lactancia materna debe promoverse por muchas razones de salud, 25 tal y como lo recomienda la OMS, la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de edad, y hay consenso entre la salud pública que aboga por el hecho de que introducir alimentos sólidos antes de los 6 meses podría aminorar el potencial de la madre para continuar con el proceso de lactancia materna; sin embargo, existe controversia al respecto, ya que hay estudios que indican que este efecto no sucede. Por otro lado, la adición de otros líquidos o alimentos antes de los seis meses es común en muchos países. 37

En los resultados derivados de la presente revisión se observa controversia en cuanto al momento idóneo de introducir alimentos sólidos en los niños menores de 1 año en cuanto a la perspectiva de la alergia alimentaria. 22,31 Si bien, sí parece estar más consensuado en la literatura el hecho de que evitar alimentos alergénicos no es preventivo de alergia alimentaria, 32 así como se ha observado que introducir cacahuetes puede prevenir la alergia a ellos. 24,32 La literatura consultada indica, de igual manera que la presente revisión, controversia al respecto. 36-37 Así, la investigación ha sugerido que la introducción de alimentos sólidos alrededor de los cuatro meses de edad mientras el bebé continúa amamantando es más protector contra el desarrollo de alergias alimentarias en comparación con la lactancia materna exclusiva durante seis meses, en contraposición al estudio de Mathias et al. (2019) incluido en la presente revisión. 22 Si bien inclusive otros estudios han demostrado que los riesgos asociados con la lactancia materna no exclusiva dependen del tipo de alimento o líquido adicional administrado. 38 Se necesitan estudios más amplios que analicen la introducción de alérgenos alimentarios en el desarrollo de alergia alimentaria para llegar a una conclusión final.

Finalmente, cabe indicarse que hay una falta particular de estudios prospectivos de cohorte de nacimiento a gran escala que evalúen simultáneamente las interrelaciones de las exposiciones tempranas de la vida, la susceptibilidad genética, las alteraciones epigenómicas y el desarrollo de lactancia materna. La identificación de estos factores clave y sus contribuciones independientes y conjuntas a la alergia alimentaria permitirían obtener información importante sobre los mecanismos biológicos por los cuales las exposiciones ambientales y la susceptibilidad genética afectan el riesgo de alergia alimentaria y proporcionará información esencial para desarrollar nuevos paradigmas más efectivos en el diagnóstico, prevención y manejo de esta patología.

Como conclusión final de la presente revisión, cabe indicar que, en la actualidad, no existe consenso en la literatura sobre la relación entre el desarrollo de alergia alimentaria con factores como el tipo y duración de lactancia que reciben los niños menores de 1 año, el momento de la introducción de alimentos y el patrón de alimentación, y la introducción de alérgenos y el momento. Aún queda mucha investigación por realizar para poder alcanzar a conclusiones determinantes y consensuadas sobre la posible relación entre la alimentación en los menores de 1 año y el desarrollo de alergias alimentarias.

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