Índice
Resumen
Un enema es una solución que se introduce mediante una cánula, en el interior del recto y el colon sigmoideo, a través del ano buscando una finalidad específica. Existen diferentes tipos de enemas, siendo útiles e importantes para cuatro motivos terapéuticos: aliviar el estreñimiento, ablandar heces y lubricar recto y colon, limpiar el recto y colon y administrar medicamentos. Los Técnicos Auxiliares de Enfermería son los encargados de su administración y es por ello que deben contribuir en la preparación y administración de los mismos, colaborando con el conocimiento científico y práctico en la aplicación de la técnica correcta.
Autora:
NURIA JIMÉNEZ MARTÍN (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) Coautoras:
RAQUEL BLANCO QUESADA (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) MARTA QUESADA DE LA FUENTE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería)
Palabras Clave: Enema, Administración, Técnica, TCAE.
Introducción
El uso de enemas en el ámbito hospitalario es una práctica muy frecuente y habitual. El estreñimiento es el trastorno intestinal por el que más se administra el enema, con especial incidencia en mujeres y mayores de 65 años, considerando estreñimiento cuando se producen menos de 3 evacuaciones intestinales por semana, hay que esforzarse para evacuar en más del 25% del total de las defecaciones, las heces son de consistencia dura, seca o con forma de bola y existe sensación de una evacuación intestinal incompleta.
Pero además del estreñimiento, los enemas se administran para diferentes fines y es el personal Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería quien está a cargo de llevar a cabo dicha administración.
Se entiende por enema a la introducción o instilación de una solución acuosa en el recto o parte inferior del colón descendente, según el propósito que se desee lograr. El término enema también da nombre al utensilio con que se realiza el procedimiento e incluso a la acción misma de introducir la solución acuosa en el organismo. Cabe destacar que esta práctica no es inocua, por lo que sólo debe realizarse bajo prescripción facultativa.
Los distintos propósitos de empleo son:
- Aliviar el estreñimiento: estimular el peristaltismo (movimiento del intestino) para extraer el contenido intestinal.
- Ablandar heces y lubricar recto y colon.
- Limpiar el recto y colón para prepararlo para procedimientos diagnósticos
- Administrar medicamentos, fluidos y/o nutrientes.
Objetivo
Establecer los diferentes tipos de enemas, sus finalidades y técnica de empleo por parte del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.
Metodología
Para la elaboración de este artículo se ha llevado a cabo una revisión sistemática en bases de datos científicas con publicaciones de artículos donde se habla de los diferentes tipos de enemas y sus aplicaciones. Las bases de datos consultadas han sido Scielo, PubMed, Medline y Cochrane, además de consultas en guías clínicas de cuidados relacionadas con el tema. Se han utilizado descriptores relacionados con el tema y se han incluido artículos publicados en inglés, español y portugués. Finalmente se han incluido los artículos con mayor relevancia de publicación y contenido
Análisis y Discusión
Existen diversos tipos de enemas según el fin que se pretenda buscar:
- Enemas evacuadores o de limpieza: Son los más comunes. No se retiene la solución en el recto, sino que al cabo de unos minutos de administrarlo el paciente expulsa la solución junto con materias fecales, gases, etc. y con ellos se busca la limpieza del intestino. Se prescriben cuando existe estreñimiento, para limpiar el intestino para una prueba radiológica o para realizar una endoscopia, antes de algunas intervenciones quirúrgicas, antes de un parto…
Dentro de los evacuadores o de limpieza podemos encontrar:
- De agua jabonosa: compuesto por agua templada y jabón disuelto en ella. Se utiliza para dilatar el intestino, estimular el peristaltismo y lubricar las heces para fomentar los movimientos de intestino.
- Salino: compuesto por agua templada con una determinada proporción de sal común.
- Comerciales desechables: elaborados con soluciones hipertónicas que irritan la mucosa intestinal
- Enemas de retención: En este tipo de enemas la finalidad principal no es limpiar el intestino sino que paciente debe retener la solución en el intestino de 20 a 30 minutos para adquirir la máxima absorción del fármaco administrado. Algunos subtipos de enema de retención son:
- Enema antiséptico: posee principios activos que destruyen bacterias y gérmenes.
- Enema emoliente: tiene por finalidad lubricar y proteger la mucosa intestinal.
- Enema antihelmíntico: destruye ciertos parasitos que albergan en el intestino.
- Enema medicamentoso: Se utiliza para administrar medicamentos de acción general cuando no es posible, fácil o conveniente en el uso de la vía oral, puesto que la mucosa rectal tiene una importante irrigación y gran poder de absorción, se asegura de este modo el paso del producto administrado a la circulación sanguínea.
- También se administran esteroides por esta vía para aliviar la inflamación intestinal en pacientes con colitis ulcerosa, y antibióticos para el tratamiento de infecciones bacterianas localizadas.
- Enema alimenticio: para administrar nutrientes.
- Enema de bario o enema opaco: El bario es utilizado como una sustancia de contraste en las imágenes radiológicas y se emplea de forma habitual para facilitar el examen radiológico del intestino.
- Enema oleoso: Lubrica el recto y colon sigmoideo y protege la mucosa intestinal cuando está irritada, ablandando las heces y facilita su expulsión. Se emplea para tratar el estreñimiento crónico en especial cuando existen cefalomas y en casos de hemorroides. Suele administrar por la noche y se completa con un enema al día siguiente.
- Lavativa de Harris o enema carminativo: facilita la expulsión de los gases intestinales.
Es importante saber que no se deben administrar enemas en situaciones de trauma abdominal reciente, peritonitis, cirugía abdominal reciente y apendicitis.
Para llevar a cabo la técnica de administración de un enema hay que seguir un protocolo donde se ha de tener en cuenta una serie de consideraciones:
- Posición del enfermo: se debe colocar al paciente en decúbito lateral izquierdo con las
rodillas flexionadas (Posición de Sims). Se le puede colocar una almohada debajo de la cabeza para que se encuentre más cómodo.
- Temperatura del enema: a la hora de introducirlo, el líquido debe estar entre 37º- 40º Cº, jamás por encima de los 41º Cº, puesto que puede causar lesiones en la mucosa intestinal.
- Cantidad y composición del líquido: depende del tipo de enema a administrar puesto que cada uno tiene una finalidad diferente.
- Presión: la presión la ejerce la gravedad puesto que cuanto más alto se coloque el irrigador con relación al nivel en que está el recto, mayor será la presión con que el líquido penetra en el intestino. Hay que evitar siempre el exceso de presión, siendo conveniente que la altura no supere a los 35-45 cm para que el líquido penetre lentamente
- Formas de administración: mediante pera de agua, irrigador ó preparados comerciales.
El equipo necesario que el Técnico Auxiliar en Cuidados de Enfermería debe tener para la administración es: irrigador, tubo de conexión, cánula o sonda, pinza de clamp, salvacamas, lubricante, cuña y soporte. Siempre antes de administrar un enema hay que comprobar la prescripción médica. Una vez que el material esté preparado y comprobada la prescripción se procederá a realizar la técnica. Las pautas a seguir son:
- Preparar la solución prescrita a la temperatura adecuada (entre 37º – 40º Cº)
- Trasladar el material al lado del paciente.
- Lavarse las manos y colocarse guantes de un solo uso.
- Informar al paciente sobre el procedimiento a realizar y los motivos de la administración, solicitando su consentimiento.
- Indicar al paciente que evacue la vejiga (disminuye la incomodidad del procedimiento) Guardar la intimidad del paciente y informarle del procedimiento que se le vea realizar.
- Colocar en Posición de Sims al paciente, poniéndole un salvacamas bajo sus nalgas y caderas para evitar ensuciar la cama.
- Realizar, si es necesario, higiene de los genitales y de la zona anal.
- Colocar el soporte del sistema de enema a una altura de 40 cm aproximadamente por encima del ano.
- Conectar la sonda rectal al sistema de irrigación.
- Purgar el sistema y pinzarlo.
- Realizar la técnica del sondaje rectal. La longitud de la sonda a introducir será de 7´5 a 10 centímetros en adultos, de 5 a 7´5 centímetros en niños y de 2´5 a 3´75 centímetros en lactantes. Lubricar la punta de la sonda e insertar suavemente el catéter en el recto en dirección hacia arriba y atrás. Nunca forzar la inserción de la sonda.
- Despinzar el sistema y administrar la solución.
- Si el paciente se queja de dolor o de incapacidad para mantener el enema, detener el flujo de líquido y darle instrucciones para que respire profundamente, luego comenzar de nuevo lentamente.
- Una vez instilada la solución, retirar la sonda.
- El paciente tendrá que retener la irrigación durante 5-10 minutos en enemas de limpieza o durante el tiempo prescrito en enemas de retención.
- Si el paciente lo necesita, facilitarle la cuña.
- Observar el estado de las heces para informar a Enfermería.
- Si fuera necesario, realizar el aseo de la zona anal del paciente.
- Colocar al paciente en una posición adecuada y cómoda.
- Recoger todo el material, quitarse los guantes y lavarse las manos.
Se ha de saber que los preparados comerciales se administran directamente lubrificando la cánula, simplemente comprimiendo el envase.
Una vez que el enema ha sido aplicado hay que registrarlo en la historia clínica del paciente, tomando en cuenta el tipo de solución empleada, el tiempo que se retuvo la solución, la cantidad, color y consistencia del material obtenido y si hubo cualquier anomalía durante o posterior a su administración.
Durante la administración del enema, el Técnico Auxiliar de Enfermería debe valorar:
- Si el paciente se queja de sensación de plenitud o de calambres, cerrar la llave de paso durante unos 30 segundos, o bien, descender el recipiente para disminuir la velocidad de flujo.
- Ante cualquier indicativo de reacción vagal (sudoración, malestar, palidez facial, palpitaciones, etc.) detener la infusión.
- Si en algún momento la entrada de líquido se hace más lenta, realizar una ligera rotación de la sonda para desprender cualquier material fecal que pueda estar obstruyendo alguno de sus orificios.
Conclusiones
En la disminución del peristaltismo, la dieta baja en fibras, ingesta de líquidos insuficientes y la vida sedentaria son factores influyentes que vuelven más lenta la propulsión de heces a través de las vías intestinales inferiores, ocasionando estreñimiento, impactación fecal y obstrucción.
En los ancianos la debilidad muscular y tono del esfínter disminuido y/o presencia de algunos procesos patológicos también hace que el peristaltismo se vea disminuido.
Además, la estimulación directa o bloqueo del sistema nervioso autónomo, debilidad de los músculos intestinales y algunos medicamentos como la codeína, morfina, adrenérgicos y anticolinérgicos, hacen que se relajen los músculos lisos de las vías gastrointestinales inhibiendo así el peristaltismo.
En los problemas intestinales la valoración del Técnico Auxiliar de Enfermería es fundamental, ya que el estreñimiento puede generar complicaciones derivadas del esfuerzo durante la defecación, incluyendo además dolor y distensión abdominal, confusión, nausea y vómito por rebosamiento, obstrucción abdominal o perforación intestinal, apertura de suturas en pacientes post operados, problemas en pacientes cardiópatas o con lesiones cerebrales que pueden conllevar a complicaciones serias.
Los Técnicos Auxiliares de Enfermería contribuyen ejecutivamente en la preparación y administración de los enemas, colaborando con el conocimiento científico y práctico en la aplicación de la técnica correcta. Por ello, tienen que actualizarse constantemente en la metodología de administración de enemas, puesto que utilizar un procedimiento correcto con el paciente hace que se obtenga un resultado satisfactorio.
Es de conocer que el uso frecuente de enemas puede llevar a la sobrecarga de líquidos, irritación y pérdida del tono muscular del intestino y del esfínter anal. Por ello, no se recomienda que los enemas sean utilizados como tratamiento de primera línea para el estreñimiento.
Además, en pacientes con trastornos gastrointestinales como diarrea, dolor abdominal, con cirugía intestinal reciente, con arritmias o reciente episodio de infarto de miocardio, la administración de enemas puede estimular el nervio vago y desencadenar bradicardias.
No hay que olvidar que se pueden producir lesiones réctales provocadas por la administración de un enema, siendo de tipo mecánico, químico o ambos. Es por eso que el Técnico Auxiliar de Enfermería debe estar perfectamente formado y preparado para llevar a cabo la administración de enemas, conociendo y reconociendo las ventajas y problemas que pueden desencadenarse de su uso.
Referencias Bibliográficas
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- Rodrigo, L., Teresa, M., & Giménez Maroto, A. M. (2001). Técnicas y procedimientos: Sondaje rectal. Administración de un enema de limpieza. Extracción de fecalomas. Metas
- de Enfermería, 2001, num. 36, p. 10-14.
- Reino, P., & Lucrecia, N. (2009). Técnica de administración de enema evacuante en el adulto (Bachelor’s thesis).
- Dorta, C. B. Administración de un enema de limpieza.
- Palma, J. P. (1998). Enemas: tipos y técnica de administración: preparación del intestino para exploraciones e intervenciones. In Práctica quirúrgica preclínica (pp. 209-217).
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