Detección precoz y abordaje de la disfagia en Atención Primaria

Incluido en la revista Ocronos. Vol. V. Nº 9–Septiembre 2022. Pág. Inicial: Vol. V; nº9: 185

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Autor principal (primer firmante): Silvia Anastasia Calvo Campos

Fecha recepción: 26 de agosto, 2022

Fecha aceptación: 23 septiembre, 2022

Ref.: Ocronos. 2022;5(9) 185

Autoras:

  1. Silvia Anastasia Calvo Campos. Enfermera Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Actur Oeste (Zaragoza).
  2. Cristina Languil Azcon. Enfermera. Centro de Salud Actur Oeste (Zaragoza).
  3. Beatriz Escos Lainez. Enfermera. Centro de Salud Actur Oeste (Zaragoza).
  4. María Aránzazu Laguardia Obon. Enfermera. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  5. Silvia Gutiérrez Alba. Enfermera. Centro de Salud Actur Oeste (Zaragoza).

Resumen

La disfagia se define como la dificultad para realizar una adecuada deglución. Se trata de un trastorno con una elevada prevalencia, morbimortalidad asociada, y disminución de la calidad de vida de los pacientes.

Desde las consultas de Enfermería de Atención Primaria puede realizarse de forma rápida y sencilla una detección precoz de la misma, lo cual permite el correcto abordaje de forma temprana. De este modo, los pacientes con disfagia y sus familiares pueden recibir las instrucciones pertinentes para conseguir una deglución eficaz y segura.

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Palabras clave

Disfagia, deglución, Enfermería, atención primaria.

Introducción

La disfagia es definida como la dificultad para realizar una adecuada deglución.

Es un trastorno presente en aproximadamente 2 millones de españoles, aunque sólo el 10% de ellos está correctamente diagnosticado y tratado.

Existen distintos tipos de disfagia en función de la localización del problema, así como una clínica característica asociada a cada tipo de disfagia.

Son muchos los motivos que pueden originar este problema (enfermedades neuromusculares, enfermedades orgánicas obstructivas, causas iatrogénicas, enfermedades infecciosas, alteraciones funcionales…)

Síntomas de disfagia

Los pacientes con disfagia pueden presentar dificultad para iniciar la deglución, sensación de que el bolo se para en el cuello / región esternal, tos durante o después de la comida, sialorrea,

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residuos en la cavidad bucal, cambio a voz nasal, pérdida de peso, fiebre recurrente sin causa aparente, e infecciones respiratorias frecuentes.

Diagnóstico diferencial

Es importante realizar un diagnóstico diferencial con la odinofagia y con el globo faríngeo. Complicaciones:

Son muchas las complicaciones que los pacientes con disfagia pueden presentar, entre las que destacan: complicaciones relacionadas con la eficacia de la deglución (malnutrición y deshidratación), complicaciones relacionadas con la seguridad de la deglución (aspiración y neumonía por aspiración) y complicaciones relacionadas con factores económicos, psicológicos y sociales.

Diagnóstico

El diagnóstico de la disfagia tiene como objetivo evaluar las dos características principales que definen la deglución: la eficacia y la seguridad.

Ante la sospecha de disfagia en un paciente, debe realizarse una revisión de la historia clínica, test validados de cribado, y exploración clínica de la deglución.

Desde las consultas de Enfermería de Atención Primaria, se pueden utilizar distintos test validados para el cribado de disfagia, entre los que se encuentran: SWAL-QOL, Cuestionario de Wallace, y EAT-10.

El EAT-10 es uno de los cuestionarios más utilizados, y permite detectar: presencia de problemas para deglutir, riesgo de aspiración y con qué texturas, e interferencia de la disfagia en la vida del paciente.

Tratamiento

El tratamiento de la disfagia busca conseguir una deglución eficaz y segura, para mantener un estado nutricional adecuado, reducir complicaciones médicas, valorar necesidades y formas más adecuadas de suplemento nutricional, y orientar al paciente y familia a otras vías de alimentación si fuera necesario.

El tratamiento es fundamentalmente dietético y rehabilitador; siendo la intervención más sencilla, valiosa y eficaz la adaptación de las texturas de los sólidos y la adaptación de la viscosidad de los líquidos. Se ha visto que la presencia de aspiraciones es, ordenada de mayor a menor: líquido – néctar – miel – pudin.

Se aconseja comer en un lugar tranquilo, siempre acompañado, con una duración de la comida entre 30-40 minutos, y evitando las horas de mayor somnolencia. Ofrecer comidas variadas, atractivas y en pequeñas cantidades, y no forzar si hay rechazo. No utilizar pajitas ni jeringas, si no ha sido recomendado; mejor utilizar cuchara. No hablar mientras come, detener la alimentación si aparece tos, y alentarle a toser.

Es importante sentarse lo más erguido posible, mantener la barbilla ligeramente hacia abajo al tragar, y permanecer erguido unos 30 minutos después de comer.

En cuanto a la preparación de los alimentos, se aconseja conseguir texturas homogéneas, y evitar alimentos peligrosos como son: con texturas mixtas (leche con galletas, yogures con trozos, caldo con pasta / arroz…), alimentos que puedan fundirse, alimentos pegajosos, resbaladizos, que desprendan líquido al morderse, crujientes, secos o duros, con pieles o semillas, que no forman bolo…

Se prefieren raciones más pequeñas y repartidas a lo largo del día, y se aconseja enriquecer los alimentos con hidratos de carbono (tapioca, sémola), grasas (aceite de oliva, mantequilla, nata) o proteínas (clara de huevo, queso rallado).

Para conseguir la textura más adecuada, pueden utilizarse espesantes. Éstos no alteran el sabor de los alimentos, pueden utilizarse con cualquier tipo de alimento o bebida, permiten calentar y/o congelar el alimento, mantienen estable la viscosidad del líquido / alimento una vez preparado, y mantiene la trasparencia de los líquidos.

Conclusiones

La disfagia se trata de un trastorno con una elevada prevalencia en nuestro país, aunque está enormemente infradiagnosticado y tratado.

Tiene una gran morbimortalidad, complicaciones asociadas e impacto en la calidad funcional del paciente, por lo que resulta fundamental su detección y abordaje de forma lo más temprana posible.

La enfermera de Atención Primaria representa uno de los puntos más estrechos de contacto entre los pacientes y el sistema sanitario. Desde su consulta puede realizarse un cribado de forma rápida y sencilla, que permite detectar a pacientes con dificultad en la deglución, además de ofrecerse una serie de consejos que permitan conseguir una deglución eficaz y segura.

Bibliografía

  1. Ortiz V, Clavé P. Disfagia orofaríngea y trastornos motores esofágicos. Ponce J, ed. Tratamiento de las enfermedades gastroenterológicas. Elsevier Doyma. Barcelona, 2011:3-17.
  2. SEMERGEN AP. Guía de disfagia – Manejo de la disfagia en AP. ISBN: 978-84-944966-8-4
  3. Menéndez-Sánchez JM, López-Vega MC, Pérez-Aisa A. Disfagia orofaríngea. Algoritmo y técnicas diagnósticas. RAPD ONLINE VOL 40. Nº 33 Mayo-Junio 2017.
  4. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Envejecimiento y nutrición. Intervención nutricional en el paciente con disfagia. ISBN: 978-84-7867-255-4
  5. Fundación de ciencias del medicamento y productos sanitarios. Situación de la disfagia orofaríngea en España. Desde el cribado al abordaje nutricional. 2019.